viernes, 2 de abril de 2021

DARK HERESY. ESCLARECIMIENTO. Sesión 3

 El día amaneció gris, con una humedad pegajosa, Arcturus, Octo, Gianna y Xanthia se juntaron en el pequeño comedor de la cantina para desayunar, desde allí pudieron primero escuchar los ruidos de la gente y luego tras asomarse pudieron ver una comitiva que entraba en Desesperanza, un grupo de guerreros Ashleen al mando de su líder avanzaban erguidos sobre sus monturas, unos extraños animales enormes de cuatro patas, junto a ellos una mujer inquietante, una anciana vestida con amplias vestiduras negras, llena de abalorios y plumas de cuervo que le colgaban de sus ropas, los Ashleen se agachaban a su paso mostrándole un gran respeto mientras la llamaban la Cantamuertes, al poco se les unió Aristarchus a desayunar, con ojeras de no haber descansado y visiblemente agotado pero con ganas de acometer el día que tenían por delante, mientras desayunaban y antes de partir hacía la Catedral les comunico que como le había pedido Arcturus hace unos días había echado las cartas, tres cartas sobresalían sobre las demás, el Sumo Sacerdote era una clara bendición ante el día que hoy afrontaban, pero el Niño Perdido y el Chacal también estaban presentes, el Niño Perdido quizás se refería a algo del pasado o algo perdido, el Chacal era algo peligroso, con ansía de sangre, no sabía a que se podría referir, deberían estar atentos ante lo que pudiera pasar, ante todo deberían asegurarse que la consagración se realizase.



Tras el reconfortante desayuno se encaminaron a la Catedral, allí fueron recibidos por el propio abad Skae, fueron aposentados en un lateral frente al altar, enfrente de ellos tenían a la comitiva Ashleen, la figura de la Cantamuertes y del Caudillo Kos´ke resultaba perturbadora, pero poco tiempo tuvieron para pensar en ello, al poco de empezar el abad Skae con su discurso una fuerte explosión se escucho en el exterior, un camión había embestido la puerta sur destrozándola mientras en la puerta oeste una explosión había derribado sus puertas, varios grupos de hombres armados habían entrado en Desesperanza destruyendo y matando a quienes encontraban a su paso, el grupo de Ashleen dirigidos por Kos´ke se encaminaron hacía la puerta oeste, mientras Gianna y Xanthia corrieron hacía la del sur, Arcturus y Octo se quedaron defendiendo la Catedral y a Aristarchus.

En la puerta del oeste poco a poco los hombres de Kos´ke acabaron con los atacantes para luego ayudar a los que estaban defendiendo la parte sur de Desesperanza, en el sur Gianna pudo abatir a varios de aquellos salvajes, mientras que Xanthia hizo volar con una granada  a un grupo que se dirigían a los generadores de luz, por desgracia la onda expansiva de la granada también los hizo volar dejando sin luz a Desesperanza, mientras Lamark y varios hombres defendían a la gente de la tiendas, al final entre todos pudieron conseguir acabar con los atacantes, según el caudillo Kos´ke los atacantes eran hombres de Seth, pero era raro que estuvieran tan lejos de su territorio y que se comportaran de esa forma, pero en ese momento se escucho un disparo a las puertas de la Catedral, en ella tanto Arcturus como Octo la habían defendido de los poco atacantes que habían conseguido llegar hasta ella, en los últimos coletazos del combate Arcturus cayo inconsciente a causa de un fuerte golpe, rodo ladera abajo quedando inconsciente hasta que más tarde fue ayudado por sus compañeros, por suerte el golpe no fue mortal,  a las puertas de la Catedral uno de los atacantes quedo mal herido, tirado en el suelo sin parar de decir cosas inteligibles, aquello para la Cantamuertes eran claros signos de que algo estaba ocurriendo y que aquel lugar deberia ser abandonado, Aristarchus harto de escuchar a aquella bruja saco su pistola y de un tiro en la cabeza acabo con aquel hombre, aquello desencadeno que la Cantamuertes junto al caudillo Kos´ke y sus hombres abandonaran Desesperanza para no volver nunca, la tensión se podía notar en el ambiente, como más tarde pudieron saber, Aristarchus habría retenido a aquella bruja y la habría interrogado por si era la causante de todo aquello, pero aquello hubiera provocado otro enfrentamiento.


Mientras Deseperanza empezaba a recomponerse y se preparaban para la consagración el grupo de acólitos intentaron seguir los rastros de los atacantes, descendieron por el camino hasta llegar al principio de las montañas, en la gran estepa pudieron localizar el campamento donde seguramente habían descansado la noche anterior, en un primer vistazo no encontraron nada extraño, pero Xanthia volvió a tener un suceso como en los día anteriores y entre la tierra que según ella estaba llena de sangre pudo encontrar un ojo humano, salvo aquello y la extraña sensación de estar dolor en kilómetros a la redonda poco más pudieron averiguar, desandando el camino volvieron a Desesperanza, aun quedaban unas horas para empezar la consagración, por lo que se encaminaron a sus habitaciones, estando en ellas de repente escucharon un grito de dolor que provenía de la Catedral, a sus puertas en el suelo estaba el abad, su traje blanco claramente estaba manchado de sangre, cuando llegaron hasta él, Aristarchus se les había unido, según las palabras del abad, una sombra le había atacado, no lo podía asegurar, pero tenía forma de mujer, para Aristarchus aquello estaba claro, aquella bruja era la culpable, y pagaría por aquello, aquella mujer vivía en un valle al oeste de Desesperanza, la queria aquí para interrogarla, mientras esto ocurría a las puertas de la Catedral en la habitación de Xanthia esta de repente empezó a notar un dolor intenso en los ojos, justo cuando se escucho el grito del abad esta se quedo ciega, escuchando en todo momento el batir de las alas de los cuervos, así se quedo, asustada y desorientada hasta que sus compañeros volvieron a la habitación, por suerte cuando estos regresaron poco a poco fue recuperando la visión, Aristarchus estaba preocupado con lo que le ocurría a Xanthia y lo que ello pudiera deparar en el futuro, su mente era débil y eso podría ser un peligro para todos, hablando en secreto con Octo fue bastante claro, Xanthia no debía volver, a veces alguien tiene que morir para salvar a cientos.

Con aquellas palabras en la cabeza de Octo subieron todos al camión y con la ayuda de un Ashleen que les serviría de guía salieron hacia el oeste en busca de la Cantamuertes, durante el camino una fuerte tormenta les hizo avanzar con lentitud pero tras varios problemas consiguieron llegar hasta el valle sagrado, el Ashleen claramente no bajaría hasta allí, para el aquello era tierra sagrada que no podía pisar, les esperaría en el camión, al fondo del valle pegada a las montañas estaba la cabaña donde vivía aquella mujer, junto a una cuadra donde descansaban aquellas bestias que utilizaban de montura aquellos salvajes, la cabaña estaba cubierta con pieles pintadas con extraños símbolos, alrededor clavados en palos había calaveras de extraños animales, por encima de las montañas el cielo estaba empezando a oscurecerse, al fondo negras nubes avanzaban amenazantes, la mujer junto a Kos´ke estaban a la entrada de la cabaña, parte de sus hombres armas en mano permanecían expectantes ante las intenciones de los acólitos, tras ver que los acólitos no venían en actitud hostil y que estaban abiertos a escuchar y entender lo que estaba pasando en Desesperanza les invito a entrar a su cabaña, pero en ese momento Xanthia pudo ver claramente que las nubes oscuras que se aproximaban no eran tales, aquello eran bandadas de cuervos de esquicio, aquellos empezaron a descender al valle atacando a todos los que allí estaban, Gianna y Xanthia al igual que varios de los Ashleen resultaron heridos, pero al final pudieron repelerlos.

La Cantamuertes les conto que los hombres que asaltaron Desesperanza por la mañana eran hombres del caudillo Seth, este en el pasado había ayudado y protegido al abad Skae, pero cuando este decidió construir su Catedral en aquella colina este le abandono, aquella colina era un lugar maldito, en la antigüedad allí se hacían ritos donde la sangre de inocentes corría a raudales, ese culto era el del Padre Cuervo, fue San Drusus quien acabo con él, es un ser antiguo y perverso que le gustaba de hacer enfrentar a hermanos provocando grandes masacres, conduciendo a los hombres a su perdición con embustes y mentiras, las ceremonias más importantes de la secta se celebraban al anochecer de un día en que sus seguidores se habían visto obligados a luchar entre si para demostrar al dominio que eran dignos de servirle, según las leyendas orales de su pueblo había algo que que atemorizaba al demonio, aquello era lo que tanto disfrutaba infligiendo...

Tras recuperar fuerzas y escuchar todo lo que tenia que decirles la Cantamuertes y tras decidir desobedecer las ordenes de Aristarchus decidieron volver a Desesperanza sin la mujer, intentaron por todos los medios que ella junto a los Ashleen les acompañaran pero como ya dijo por la mañana no volvería a pisar aquella colina, desandando el camino llegaron hasta el camión, el camión también había sido atacado por los cuervos, había quedado algo dañado y el Ashleen estaba muerto, sus ojos habían sido arrancados, arrojándolo a un lado del camino Gianna cogió el volante y emprendieron la vuelta lo más deprisa posible, esa prisa hizo que el ultimo tramo lo tuvieran que realizar a pie, ya que en una curva Gianna perdió el control del camión golpeando contra una piedra y rompiendo una trasmisión, cuando por fin llegaron a Desperanza acababa de anochecer, la única luz era la que emitía la propia Catedral, el resto de Desesperanza estaba a oscuras, y lo mas extraño es que tampoco se veía a nadie...






No hay comentarios:

Publicar un comentario