sábado, 30 de mayo de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 18

En el silencio hay ausencia de palabras, es cierto. Pero también los silencios entrañan una presencia, la presencia de un mensaje que no se ha dicho, pero que está ahí. Los silencios no son vacío de comunicación, sino que comunican algo que no se dice con palabras.
Así como hay palabras que no dicen nada, también hay silencios que lo dicen todo. Hay silencios que acusan y hay silencios que matan. Silencios que nacen de la imposibilidad, el miedo o el desconcierto y silencios que expresan poder supremo. Hay silencios prudentes y silencios que angustian, y en medio de aquel silencio un manojo de llaves colgaba de un antiguo.....



Con cuidado fueron desandando sus pasos hasta llegar a la parte Norte de esa planta del castillo, ante ellos tenían un pasillo largo con varias puerta a  ambos lados, las fueron abriendo en zigzag, la primera daba paso a una habitación llena de tierra donde aún quedaban restos disecados de distintas plantas junto a moho en las paredes, a la vista no se veía ningún lugar donde pudiera haber alguna llave, cerrando la puerta se dirigieron a la siguiente, en la siguiente habitación pudieron ver que estaba repleta de estanterías llenas de un especie de grasa amarillenta que según Ogmund era grasa humana,  al fondo en cuatro atriles cuatro libros con grandes tapas de cuero que bien podían ser grimonios, mientras contemplaban todo aquello de repente el suelo se abrió por la mitad haciéndoles caer a un agujero de ocho metros de profundidad con afilados pinchos, Ramkir y Ogmund cayeron llevándose Ramkir la peor parte, por suerte Erwin pudo cogerse al suelo de la habitación que habían abierto y con rapidez subió hasta ella al tiempo que el suelo del pasillo volvía a su posición cerrando el agujero, junto a Erwin estaba su amigo Snitlet que se había quedado cogido a su pierna salvándose de una muerte segura, tras inspeccionar la puerta pudo descubrir en su interior el mecanismo que hacia que la trampa se activase, y con la ayuda de Snitlet la fue activando para poder sacar de allí a sus amigos, no sin sufrir un pequeño sobresalto al intentar rescatar a Ramkir, Snitlet se puso nervioso y no atinaba a activarla y si no es por la rápida intervención de Erwin, Ramkir hubiese acabado partido por la mitad, una vez fuera y recuperados del susto decidieron no rebuscar en esa habitación, se dirigieron a la siguiente tomando más precauciones, en esta nueva habitación vieron distintos materiales quirúrgicos y detrás de una mampara bajo una débil luz que poco a poco iba subiendo de intensidad había un ser medio humano, medio reptil, estaba profundamente dormido pero parecía que según subía la intensidad de la luz iba recuperando la conciencia, quien era, o que hacia allí nunca lo sabrían ya que Ogmund avanzo hacia el con rapidez y en dos certeros golpes esparció sus sesos por la habitación, sin ningún peligro aparente echaron un vistazo por el resto de la habitación, Ramkir se quedo vigilando el cuerpo inerte del mutante pudiendo ver como de repente su pecho empezó como a contorsionarse hasta que de su pecho emergió una criatura pequeña, de unos treinta centímetros,  negra como la noche con unos dientes afilados, con una gran rapidez se abalanzo hacia ellos pero entre el martillo de Ogmund y la magia de Ramkir acabaron con ella carbonizandola, aun con el susto en el cuerpo se encaminaron a la siguiente puerta, esta daba aun corto pasillo donde otra puerta daba a un a habitación con pentagramas de invocación grabados en el suelo, al fondo un espejo de un cristal negro era el único mobiliario que había, con miedo a tocar nada retrocedieron volviendo al pasillo principal, la siguiente habitación contenía cuatro largas mesas llenas de distintas atrocidades, desde una calavera hasta tarros llenos de corazones que parecían palpitar, pero si algo les llamo la atención fue algo con forma cuadrada que estaba tapado con un trozo de seda negra, a su lado había tres botellas con sangre de demonios  y cada una de ellas con un símbolo distinto de los poderes ruinosos, Ogmund decidió entrar solo, con cuidado de no tocar nada se dirigió hacia el trozo de seda negra, mientras avanzaba hacia ella al pasar cerca de los tarros llenos de corazones palpitantes  noto un cierto calor en el anillo de Verena que había encontrado en las celdas de tortura, con cuidado aparto el trozo de seda negra, bajo ella pudo ver un sello cuadrado de oro macizo, de medio metro de lado y con extraños símbolos grabados en su superficie, con el mismo cuidado volvió a taparlo y abandono la habitación, la ultima puerta del pasillo era un poco especial, tenia dos pomos en lugar de uno y Ramkir pudo notar cierta magia sobre ella por lo que prefirieron no tocarla, el pasillo giraba hacia el Sur, el final del pasillo daba a la escalera de caracol por donde habían llegado y a mitad una puerta que daba a una habitación ocupada por un pequeño escenario, a cada lado del escenario había unas especies de cambiadores llenos de ropa y esparcidos por el suelo distintos maniquís vestidos con ropas variopintas, antes de subir por las escaleras por las que habían llegado decidieron volver a la habitación de la balconada y la niebla, una vez allí y tras dar dos golpes con el bastón de mando la niebla desapareció, ahora se podía ver una gran sala mucho mas grande debería de ser, en ella se podía ver una gran fiesta, mucha gente no paraba de bailar mientras partes de sus cuerpos se iban desprendiendo, mientras mutantes de distintas clases sentados en largas mesas comían esos trozos de carne que caían al suelo, pero si algo les heló la sangre fue verse a ellos mismos allí abajo, Ogmund estaba lleno de pústulas como el Dios del Caos Nurgle, Ramkir tenia la cara esquelética como si hubiera sucumbido a la nigromancia y Erwin portaba una armadura con los símbolos de Khorne, y ante ellos estaba un personaje alto imbuido en una armadura completa con una mascara tapándole el rostro, Ramkir reconoció aquella mascara en cuanto la vio, era el propio Constant Drachenfels, con rapidez abandonaron aquella monstruosidad volviendo sobre sus pasos y dirigiéndose hacia las escaleras por donde habían llegado, tendrían que buscar las llaves en otro lugar del castillo, apenas intercambiaron palabras cada uno preocupado en sus propios pensamientos, tras cinco días en aquel siniestro castillo el animo y la esperanza  poco a poco empezaba a quebrarse...


martes, 19 de mayo de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 17

Por fin había llegado el momento, volvía a estar completo, sus fuerzas habían vuelto a su cuerpo después de tantos cientos de años, aún recordaba el frío acero que lo había enviado a su tumba, a su eterno descanso, pero aquello ya era fruto del pasado, ahora había regresado y el Viejo mundo volvería a conocer de sus actos...



Poco a poco la noche fue pasando lentamente, aunque Ramkir y Ogmund intentaron dormir los lamentos que provenían de las demás celdas y el propio ambiente del castillo no les dejó conciliar un sueño tranquilo, a primera hora pegaron un bocado rápido y se dispusieron a seguir inspeccionando aquella planta del castillo, ya habían pasado diez horas desde que perdieran a Erwin y las esperanzas de volver a encontrarlo eran cada vez menores, salieron por la puerta de los calabozos y decidieron inspeccionar la puerta que tenían al lado, dentro pudieron ver un antiguo laboratorio de alquimista lleno de botellas rotas y polvo, decidieron no entrar y dirigirse a la siguiente puerta, esta daba a una habitación muy grande llena de diferentes instrumentos de tortura, al fondo había celdas, todas ellas estaban vacías menos una que debería de ser la habitación del carcelero, en una estantería tenía distintos tarros llenos de ojos, al parecer clasificados por razas, Ogmund intento buscar alguna puerta oculta sin ningún éxito, lo que si que encontró fue un anillo de Venera escondido detrás de un trozo de piedra suelta de la pared de una de las celdas, antes de seguir inspeccionando aquel pasillo decidieron volver sobre sus pasos y buscar en la zona donde Erwin había desaparecido, volvieron a la habitación en la que Ogmund había notado un ligero olor a azufre, con unas ganzúas hurgo en la cerradura pero fue incapaz de abrirla por lo que intentaron ver si la siguiente se podía abrir, esta no estaba cerrada con llave, su interior como poco era espeluznante, un esternón de hueso recorría toda la  estancia y de él salían costillas que llegaban hasta las paredes laterales, a sus pies estaba todo lleno de huesos y donde acababa el esternón había un asiento de huesos y hierro sobre el que estaba sentado un esqueleto con un hábito negro de Morr, en sus manos sujetaba un varita en la que claramente Ramkir pudo percibir magia, con cautela volvieron a cerrar la puerta sin pisar un pie dentro de la habitación, esta vez se dirigieron hacía el Sur, hacia la puerta en la que Ogmund había detectado olor a humo, la abrieron con cuidado, esta daba a un pasillo horizontal, en uno de sus lados se podía divisar una puerta y enfrente de ellos otra, esta última estaba cerrada y protegida con magia,
mientras Ogmund estaba revisándola Ramkir noto algo extraño en su espalda, al girarse pudo ver a un anciano completamente desnudo que lo miraba con unos ojos negros como pozos sin fondo, el pelo y la barba apenas dejaban ver mas de su cara pero claramente parecía que estaba perturbado mentalmente, Ramkir y Ogmund dieron un paso hacia detrás esperando acontecimientos cuando de repente el anciano empezó a gritar pero de su boca no salio ningún sonido hasta que de golpe se convirtió en una pira ardiente llegando las llamas hasta ellos, del la onda expansiva Ramkir reboto contra la pared y cayó envuelto en llamas al suelo, Ogmund aguanto mejor el envite y logró contraatacar con su martillo, por desgracia parecía que aquello no era suficiente para acabar con aquel ser, por suerte para él al implorar la bendición de Sigmar sobre su arma esta si que empezó a hacerle daño, al igual que con él carcelero del día anterior estuvo a punto de claudicar pero gracias a su tesón y la ayuda  de Sigmar pudo acabar con su enemigo antes de caer bajo sus llamas, con rapidez se acercó ante Ramkir para ver su estado, estaba mal herido pero con sus curaciones consiguió que recuperara la conciencia y volviera a levantarse justo para escuchar unos pasos que venían en su dirección por el pasillo del Norte.



Mientras tanto Erwin seguía deambulando por otra parte del castillo con su nuevo amigo, Snitlet lo llevo por un largo pasillo que daba a una escalera de caracol como por la que él había descendido, pero esta tambien ascendía, pero ese trozo de escalera daba la sensación como si nimiamente temblara, Erwin empezó a subir nervioso por si ocurría algo pero no sucedió nada extraño,en todo momento Snitlet había ido caminando sin separarse de su pierna mirando nervioso y temeroso hacia todos los lados, cuando terminaron de subir llegaron a un pasillo en el que había distintas ventanas desde las que podía ir viendo las habitaciones que cruzaron cuando Bardul les condujo por el pasillo de la niebla, mas adelante el corredor giraba para dar a otro corredor vertical, en este tambien pudo ver un par de ventanas, una daba al gran salón donde estaba la tarima de los músicos y la otra a la cocina, al final del corredor un trozo de él tambien temblaba ligeramente al igual que le ocurrió con la escalera, al cruzar no noto ni ocurrió nada extraño y desde las siguientes ventanas vio el gran salón donde estaban multitud de esqueletos sentados alrededor de una gran mesa y la habitación llena de relojes donde encontraron a Bardul, al final del corredor este seguía a su izquierda perdiéndose en la oscuridad y a su derecha acababa en una pared, pero esta pared temblaba ligeramente, hacía ella encaminaron sus pasos atravesándola y apareciendo en una especie de celda, por donde habían venido no había rastro del pasillo, en su lugar podía ver un derrumbe de rocas, pero tambien se notaba un ligero temblor en ellas.
Por suerte la puerta de esa celda estaba abierta así que con cautela salieron fuera, había un largo pasillo lleno de celdas con distintos prisioneros en su propio purgatorio, pero en ninguno vio a sus compañeros por lo que salió al exterior, ante él tenía dos largos pasillos, mientras pensaba por donde ir un ligero ruido a combate vino del pasillo del Sur, por lo que hacia allí se dirigió, cuando llegó al lugar el combate había cesado pero de las sombras salieron sus dos compañeros Ramkir y Ogmund, tras asegurarse que en verdad era Erwin y no un impostor se pusieron al día de lo que les había acontecido y conocieron al nuevo amigo de Erwin, Snitlet en todo momento no se despegó de la pierna de Erwin mientras miraba desconfiado hacia ellos, una vez juntos decidieron mirar que había tras la otra puerta de ese pasillo, detrás de ella había una balconada con una barandilla, a cada lado una escalera bajaba haciendo un semicírculo, de la parte de abajo provenían ruidos pero no eran capaces de identificarlos, una densa niebla cubría todo, no dejando ver ni oír lo que allí hubiera, en medio de la balconada había un bastón de mando de los que se usaban para anunciar a la gente importante cuando acudían a una recepción, de momento prefirieron no tocar nada y volver a la zona norte de esa parte del castillo  para ver que podían encontrar, desde luego si querían abrir la otra puerta necesitarían encontrar la llave, con precaución empezaron a caminar hacia allí cuando tambien Ogmund y Ramkir pudieron ver como un trozo del pasillo que tenían delante temblaba ligeramente, al final se dieron cuenta que por la razón que fuera la luz mágica que emitía la antorcha que portaba Snitlit dejaba a la vista diferentes puntos de teletransportación....

lunes, 11 de mayo de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 16

El pequeño ser resoplaba con esfuerzo mientras tiraba de aquel humano muerto, ya hacía mucho que ningún animal había aparecido muerto en aquella misteriosa escalera, ni tampoco su corta inteligencia le daba para pensar el motivo por el que aparecían allí, pero se tenía que dar prisa, sabía que no estaba solo y si aquella cosa regresaba se lo comería y le dejaría sin su comida, cuando por fin consiguió arrastrarlo cerca de su escondrijo se quedo mirándolo con cara bobalicona mientras se relamía  pensando el festín que se daría durante días. 


Por fin empezaron a descender por las oscuras escaleras, mas o menos Ogmund calculo que habían descendido unos siete metros cuando una puerta de roble apareció en el lateral de la pared, al otro lado no se escuchaba ningún ruido, tras pensarlo decidieron no abrirla y seguir descendiendo para comprobar donde acababa la escalera de caracol, tras unos treinta metros por fin llegaron al final, ante ellos tenían dos puertas, las cuales tras examinarlas Ogmund le pareció que una de ellas había sido mas usada que la otra, la mas usada daba a un pasillo largo que luego giraba hacia la derecha, en la parte derecha del pasillo se veían varias puertas, en cambio la puerta menos usada daba a un pasillo mas corto que luego giraba a la derecha, tras hablar entre ellos decidieron seguir la teoría de Ramkir y seguir por la puerta menos usada, con cautela se internaron por el pasillo, al poco de girar a la derecha pudieron ver una puerta que estaba cerrada con llave, Ogmund intento forzar su cerradura pero ceso en su empeño al notar un ligero olor a azufre en su interior, pero mientras Ogmund estaba intentándolo Ramkir y Erwin avanzaron por el pasillo para asomarse por la esquina y ver hasta donde llegaba, pero de repente como por arte de magia Erwin desapareció de la vista de Ramkir, con rapidez Ramkir aviso a Ogmund de lo sucedido y se internaron en el pasillo esperando desaparecer como le había pasado a Erwin y así poder juntarse con él, pero tanto Ramkir como Ogmund caminaron por el pasillo sin que sucediera nada, siguieron inspeccionando hasta llegar a un pasillo que iba en dirección Sur, desembocando en una puerta donde llegaba un cierto olor a humo, decidieron no abrirla y retroceder para seguir en dirección Norte, en su camino pasaron por una zona que tanto la puerta como las paredes desprendían magia, con cautela decidieron pasar de largo hasta llegar al final del pasillo que volvía a girar hacia el Oeste, en el pasillo del Oeste se veían varias puertas a ambos lados, pero por el pasillo que habían venido había una ultima puerta de la que Ogmund pudo percibir ruidos amortiguados, con la esperanza que pudieran ser de Erwin intentaron abrirla pero para su desgracia estaba cerrada con llave, Ramkir utilizo parte de sus poderes para calentar la cerradura hasta partirla y así poder abrir la puerta, pero parte de ese calor le fue devuelto por la magia del castillo notando una gran quemazón  en su brazo y pecho, dentro pudieron ver un largo pasillo repleto de celdas, caminando por ellas fueron descorriendo las mirillas y viendo lo que contenían, seguramente fuesen encarcelados y torturados allí por el propio Drachenfels, cada uno vivía en un eterno suplicio, pero de Erwin ni rastro, de una de las celdas donde había lo que en su día habría sido una bella dama y que ahora solo quedaba un esqueleto andante, empezó a suplicarles que la salvaran, que estaba dispuesta a dar su amor al  valiente que así lo hiciera, por desgracia aquellos gritos lo único que hicieron fue atraer la atención del carcelero, lo que fuera un hombre de dos metros y pico entro por la puerta, en una de sus manos portaba un largo cuchillo de carnicero mientras en la otra una agarraba una larga vara con la punta incandescente, su pecho estaba abierto por una serie de hierros  dejando ver sus huesos, Ogmund enarbolo su martillo enfrentándose a él mientras Ramkir un poco retrasado le lanzaba su magia,  el combate fue duro y a vida o muerte, Ogmund sufrió dos fuertes ataques que parecían su final pero cuando mas difícil parecía la situación consiguió sacar fuerzas de su interior,  con la ayuda de Sigmar enarbolo su martillo golpeando con todas sus fuerzas el pecho de aquel ser haciendo que cayera hacia detrás casi partido en dos, exhaustos y cansados decidieron descansar en una de las celdas vacías, mientras en otra encerraban el cuerpo de aquel ser, cansados se dispusieron a pasar la noche en aquella celda mientras rezaban para que Erwin allí donde estuviera siguiera con vida...




Mientras tanto a Erwin lo habíamos dejado que había desaparecido del pasillo, de repente una gran oscuridad cayo en torno suyo, por desgracia no disponía de ninguna luz por lo que tubo que valerse de sus manos para ir tanteando el terreno, tocando una pared fue avanzando, la pared ya no era lisa, esta era abrupta, como la de una caverna, despacio fue avanzando hasta llegar a una escalera que descendía, quizás pensando que aquella escalera pudiera llegar hasta el propio Drachenfels decidió dar la vuelta y ver hasta donde conducía el otro lado del pasillo, tras caminar por el un buen rato también llego hasta una escalera de descendía, con cautela empezó a descender, un paso tras otro y así sin parar, según bajaba notaba como sus fuerzas le iban abandonando, incluso su cuerpo dejaba de obedecerlo, él quería volver para detrás pero su cuerpo no dejaba de descender hasta que exhausto cayo tendido sobre los escalones mientras sus ojos poco a poco se cerraban...

Lo primero que noto fueron ligeros pinchazos por varias partes de su cuerpo, eso le fue sacando de su agotamiento, tenia sus manos y sus pies atados y junto a su cuerpo un snotling de apenas unos cuarenta centímetros  con un tenedor en su mano iba pinchando las partes mas blandas de Erwin, en cuanto el ser se giro y vio los ojos de Erwin mirándolo pego un salto horrorizado y salio corriendo a esconderse en su madriguera, en aquel salto tanto el tenedor como la antorcha que portaba en la otra mano salieron volando, Erwin intento reptar hasta la antorcha para intentar quemar las cuerdas pero cuando llego hasta ella pudo notar que aquella antorcha emita luz pero ningún tipo de calor, por lo que haciendo fuerza con sus brazos consiguió aflojar el nudo de la cuerda que le sujetaba las manos hasta soltarse, avanzando por donde el snotling había huido en seguida llego hasta su madriguera, allí en una esquina estaba acurrucado mirando aterrorizado a Erwin, al final tras varios intentos Erwin, hablándole muy despacio y dándole una de sus raciones  consiguió comunicarse con él para intentar convencerlo de que lo sacara de allí, Snitlet paso de tener miedo de Erwin a abrazarse a su pierna diciéndole Papa...., y con rapidez recogió sus pocas pertenencias que tenia y con alegría de tener un amigo si no otra cosa encamino la marcha mientras cogía con su mano la pierna de Erwin a la vez que posaba su carita y limpiaba sus lágrimas y los fluidos que le colgaban de la nariz....




lunes, 4 de mayo de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 15

Sus colmillos se clavaron con fuerza en el cuello de su indefensa víctima, era tal el ansia que tenía que segundos más tarde el cuerpo de la mujer descansaba en el suelo sin una gota de sangre que derramar, poco a poco el cuerpo de Maximilian fue cerrando sus graves heridas, aún así el ansia de sangre era fuerte aunque nada comparable con el sentimiento de odio y venganza sobre aquellos tres humanos que habían acabado con su compañera, pero de momento su venganza tendría que esperar, tenía que descansar y recuperar sus fuerzas para volver a entrar en el castillo, entonces descargaría toda su furia sobre ellos en una muerte perpetua, si una cosa tenía era tiempo....




El hombre descendió de su ataúd con una velocidad asombrosa, era un hombre alto de bellas facciones, con un porte aristocrático y una voz aterciopelada levantó una de sus manos mientras les invitaba a deponer las armas y llegar a un acuerdo fructífero para ambas partes, pero Ramkir no quiso oír semejantes palabras y repitió la misma jugada, pero esta vez sus bolas de fuego se estrellaron sobre Maximilian, aquello hizo que su rostro cambiara y unos largos colmillos asomaban en su boca, la mujer tambien sufrió la misma transformación mientras se lanzaba sobre Ramkir, de sus dedos se habían formado unas largas uñas con la intención de despedazar al hechicero, por suerte para él en el último instante se pudo retirar hacia atrás mientras Ogmund acudía en su ayuda, por otro lado Erwin se enfrentaba a Maximilian él cual intentó captar la mirada de Erwin mientras combatían, por suerte para él eso no ocurrió pero sí que pudo comprobar lo poderosos que resultaban sus golpes, y con horror sentir como sus colmillos penetraban con avidez en su cuello absorbiendo parte de su sangre, por suerte pudo zafarse de él a tiempo, mientras tanto entre Ogmund invocando la ayuda de Sigmar y las bolas de fuego de Ramkir despedazaron el cuerpo de la mujer cayendo al suelo mientras su cuerpo se convertía en ceniza, aunque aquella muestra de poder hizo desfallecer a Ogmund hincando su rodilla en el suelo mientras recuperaba el aliento, aquello hizo enfurecer a Maximilian hasta tal punto que desentendiéndose de Erwin avanzó con odio hacia Ramkir, un viento gélido con hebras oscuras se empezó a formar a su alrededor  pero por suerte salvo aquello no les afectó en absoluto, en cambio los ataques de Erwin y Ramkir si que consiguieron destrozar parte del cuerpo de Maximilian que convirtiéndose en una ligera bruma desapareciendo por el suelo donde estaba el símbolo de Khaine.

El silencio se apoderó de la estancia, aun temerosos de que pudiera volver permanecieron alerta mientras Ogmund intentaba rezar a Sigmar para cerrar sus heridas, por suerte nada ocurrió y pudieron descansar mientras pensaban cómo salir de aquel lugar, tras inspeccionar el circulo de Khaine pudieron percatarse de dos cosas, aquello parecía preparado para realizar un ritual de adoración a la sangre y no un portal para desplazarse a otro lugar, y lo segundo es que debajo de la pintura que daba forma al circulo se apreciaba una ligera luz rojiza, con cautela fueron tanteando el interior del circulo dándose cuenta que las baldosas se movían y tenían una textura esponjosa, con precaución fueron levantándolas dando lugar a un circulo de unos tres metros de diámetro, en su interior se podía ver un líquido espeso de un color rojizo y sobre el una niebla tambien del mismo color que llegaba hasta la altura de los adoquines.



Con cautela arrancaron un listón de madera del ataúd y atándolo con distintas prendas Ogmund fue deslizándolo por el agujero intentando encontrar fondo, pero cuando este se sumergió por completo en aquel líquido fue tal el tirón que se produjo que a Ogmund no le dio tiempo a soltarse, cuando lo hizo ya estaba cayendo dentro del agujero sumergiéndose por completo en aquel líquido viscoso, todo empezó a girar a su alrededor perdiendo la orientación de donde estaba o lo que ocurría a su alrededor, de repente noto como sus pies se posaban sobre algo sólido, estaba en una sala circular pero antes de poder ver con más detalle lo que tenía alrededor tuvo que hacer frente a una nueva amenaza, delante de él tenía a una diablesa que venía hacia él con no muy buenas intenciones, se defendió de ella como pudo hasta que por suerte sus compañeros aparecieron en la estancia y con la ayuda de Ramkir se deshicieron de ella, ahora con más calma pudieron ver la habitación, era circular con varios pórticos a su alrededor, en cada uno de ellos se podía ver una imagen muy real, desde la ciudad de Kislev a un cementerio donde necrofagos escarbaban en las tumbas en busca de comida, o los lejanos desiertos del Caos,  al parecer podría  tratarse de portales pero prefirieron de momento no acercarse mucho a ellos, una escalera en un lateral ascendía hasta la parte superior de los pórticos donde se podía ver en su parte Norte una puerta de madera, en el centro de la habitación tambien había un sillón donde mediante una cadena larga había estado atada la diablesa y una gran escalera de caracol de ascendía hasta los pisos superiores de la torre donde tanto Ramkir como Ogmund habían percibido por un lado la magia que ya notaron en la torre exterior como otra magia aún más poderosa, una magia parecida a la que notaban en todo el castillo pero mucho más poderosa, la misma escalera de caracol tambien descendía hacia las profundidades, tras volver a leer la nota que Ramkir encontró en la torre del engendro del Caos decidieron seguir las indicaciones esas indicaciones y descender hacia las profundidades de aquella escalera...