domingo, 21 de mayo de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. Epílogo

Estaba exhausto, apenas podía moverse, sin comida, sin agua, en aquel desierto era imposible sobrevivir, sus ultimas fuerzas se le escapaban mientras caía de rodillas, los que le acompañaban ya hacía días que habían quedado atrás...

Sus ojos se volvieron a abrir, sus labios hinchados sabían raros. a aquel extraño polvo del desierto, notaba una gran sombra delante de él, pero sería alguna alucinación como las que ya había sufrido, pero esta vez era distinto, se oía una voz, o era dentro de su cabeza, no estaba seguro, pero no paraba de repetirle, - ``ya no serás Diederick Kastner, ahora levántate como Archaón el Elegido´´-...




Tras los sucesos acontecidos en Delberz se acordó seguir con las negociaciones para la paz tres semanas más tarde en el Palacio Imperial de Altdorf, los debates allí fueron feroces, pero al final se llego a los acuerdos aquí descritos;

  • En Ostland, el Conde Valmir von Raukov es confirmado como el nuevo Príncipe y Elector de Ostland. Concede su esquina noroeste a Nordland, incluido el puerto de Norden, pero gana baronías al norte Talabec, incluido el Castillo Shloss de Talabecland.
  • Nordland, a parte de lo concedido por Ostland también obtiene independencia de Middenheim y se le concede el estatus de provincia Electoral, con el Barón Nikse asesinado y sus hijos caídos en batalla, Marschall Theoderic Gausser es nombrado Gran Barón y Elector de Nordland.
  • Talabecland, debe aceptar la concesión de sus baronías a Ostland, lo que implica que ahora el río Talabec divide las dos provincias, además pierde el señorío de Ostermark, el Conde Helmut Feuerbach es confirmado como regente y se dictamina que Talabheim estará subordinada a Talabecland.
  • Talabheim, la Gran Duquesa Elise Krieglitz-Untermensch es reconocida como gobernante de Talabheim, pero pierde su voto Electoral  y es formalmente subordinada a Talabecland.
  • Hochland, se declara independiente de Taladheim, se le concede el estatus de provincia Electoral, el Conde Aldebrand Ludenhof es confirmado como el nuevo Gran Barón y Elector de Hochland.
  • El Lector de Middenland, Manfred von Hindenstern es elgido como el nuevo Gran Teogonista y toma el nombre de Volkmar, también por fin el edicto Eimar Concord es enviado a Middenheim y  Talabheim.
  • Emil Valgeir de Nuln es elegido para convertirse en el nuevo Ar-Ulric.
  • El Emperador rescinde oficialmente el Edicto sobre los Mutantes del 2512.


Con los acuerdos otorgados y las nuevas Provincias Electorales creadas se llega a varios años de paz en el Imperio, sus dirigentes se esforzaran en rehacer y prosperar sus Provincias, intentando luchar contra el siempre amenazante enemigo interior, que al igual que antaño intentara otra vez engañar a los más codiciosos o estúpidos.

  • Helmut Todbringer, queda patente su simpatías a los Hijos de Ulric, pero no se le imputa ningún cargo del asesinato del antiguo Ar-Ulric, se le devuelven todas sus posesiones, aunque no podrá salir de la provincia de Middenheim, Heinrich Todbringer lo mantiene vigilado en todo momento.
  • Irma Todbringer, esposa de Helmut y madre de Leopold Kossman, con la vuelta de su marido no tiene más remedio que volver a su lado, pero antes aleja a sus dos hijas, las manda al templo de Shallya para que se inicien en el culto, tras varios meses de calvario, malos tratos y vejaciones que solo ella conoce y esconde a los demás, decide suicidarse, dejando una nota en la que intenta engañar a todos de que se suicida a causa de los últimos acontecimientos y que estos le han llevado a su actual estado mental, con ello intenta alejar a sus hijos de las posibles consecuencias de los actos de su esposo.
  • Príncipe heredero Wolfgang-Abenauer, sobrino del Emperador, tras los sucesos de Delberz y ver como su amada Greta muere de una forma tan horrible su cerebro se colapsa, no recuperándose nunca, quedándose en una persona sin voluntad, es internado en un templo de Shallya donde es cuidado hasta el último de sus días.
  • Martín Fechner, Consejero del Príncipe heredero, tras los acontecimientos de Delberz desaparece, nadie lo vuelve a ver, pero en su tienda encuentran algo peculiar, un fuerte olor a ajo, últimamente había cogido cierta afición o gusto a comer ajos crudos, algo que les recuerda al demonio que estaba a las ordenes del juez Karl-Heinz Wasmeier, Gideon, o quizás fuera al revés y fuera Gideon el que estaba al mando...
  • Gran Hechicero Brillante Sigfrido, mano derecha del actual Gran Patriarca de los Colegios de la Magia y de la Orden Brillante Thyrus Gormann, posiblemente tocado por el Caos por su amistad con el sectario de la Corona Roja Ernst Heidelmann, con cuentas pendientes con Ramkir Siegfried.
  • Matthias Blucher, tras los sucesos de los últimos años  y por miedo a verse salpicado traslada la sede de su naviera a la ciudad libre de Marienburgo, allí volverá a sus tejemanejes.
  • Heironymus Blitzen, Gran Hechicero Gris, desde que partió al este de Kemperbad hace más de dos años nadie más lo ha vuelto a ver, que sucedió en las Montañas negras es toda una incógnita.
  • Padre Beoca, tras la finalización de la asamblea y con los acuerdos ya cerrados y el nuevo Gran Teogonista ya investido, marcha a su pobre parroquia donde seguir su vida fuera del ruido de las grandes ciudades, preocupándose del alma de sus pobres y fieles feligreses, rezando todas las noches por todos ellos y por Ogmund, para que algún día su furia y sufrimiento se apaguen y así pueda encontrar la paz que que mitigue su dolor.
  • Heinrich Todbringer, futuro heredero de Middenheim, mientras tanto sigue ejerciendo de embajador, visitando tanto las provincias del norte como del sur del Imperio, leal a su palabra al Graf y al Emperador, preocupado de que el Imperio este fuerte para cuando los desiertos del Norte escupan lo que allí habita.


Aunque fueron semanas de mucho ajetreo y tensiones, también hubo tiempo de celebraciones, nuestros héroes fueron agasajados por ambas partes, tanto el Emperador como el Graf les felicitaron en persona, otorgándoles la medalla de héroes del Imperio, aunque para ellos quizás aquello no dejaba de ser otra bagatela más, de esas ya tenían unas cuantas...

  • Ramkir Siegfried, con la imposibilidad de poder volver de momento a Altdorf, accedió de buen grado a ser el nuevo Gran Patriarca de la Magia de los Colegios de Middenheim, allí podría seguir con sus estudios y así poder ir perfeccionando su magia, a la vez que podría enseñar a nuevos iniciados, el momento de poder volver a Altdorf ya llegaría.
  • Leopold Kossmann, el propio Heinrich Todbringer le pidió que fuera su Capitán de la Guardia, su hombre de confianza y mano derecha en el que poder confiar, ante aquella petición poco podía hacer salvo aceptar, sufrió un duro golpe con el fallecimiento de su madre, en su cabeza siempre quedo marcada la culpabilidad de lo ocurrido a causa de decidir dejar con vida a Helmut Todbringer, las palabras que le dijo Ogmund de que aquello les traería problemas nunca se le olvidarían.
  • Íñigo Krauszer de Antúñez, desde que partieron de Middenheim en busca del Ghal-Maraz ya no lo volvieron a ver, se les dijo que se marcho libremente de la ciudad, pero en verdad Heinrich Todbringer fue quien averiguo que trabajaba como espía para el anterior Ar-Ulric. algo que ya sospechaba, con lo que le ofreció un trato que este no podía rechazar, le otorgo recursos ilimitados para que formara en Altdorf una red de espías que escucharan todo lo que allí ocurría, ahora que parte de la ciudad había ardido y se tenia que reconstruir no le resultaría muy difícil hacerse con una zona de los suburbios desde donde poder manejar a sus hombres.
  • Barón Erwin von Kop Schulz, se le otorgaron tierras al norte de Middenheim, junto a un pequeño castillo y los hombres necesarios para su funcionamiento, así como las tierras y las gentes  de alrededor, pero Erwin lo que queria era seguir luchando contra el Caos, el Juramento de Caballero Pantera era hasta su muerte, por lo que le impedía poder moverse con libertad, pero Heinrich Todbringer le dio licencia para que ello no le obligara a permanecer en Middenheim y pudiera tener total libertad, con la promesa de que si era llamado alguna vez este acudiera lo más rápido posible.
  • Ogmund Silverhand, se le ofreció ser el nuevo Sacerdote de Sigmar en Middenheim, también se le ofreció ser parte importante del sacerdocio en Altdorf, pero ambos los rechazo, incluso el padre Beoca le ofreció que fuera con él y dejara atrás todo, pero aquello de momento tampoco era lo que queria, su odio y rabia habían crecido desde lo ocurrido en Delberz, ese fuego era más que visible en sus ojos, lo allí ocurrido y el quedarse parado mientras ese Gran Demonio atacaba a sus amigos no había echo más que aumentarlo, sus ansias de buscar al Caos para así redimirse hizo que acompañara a Erwin hasta sus nuevos dominios y desde allí empezar su caza de brujas...
  • Nikkit Kwik, que fue del pequeño halfling, nadie lo podría decir con certeza, aunque hay quien cree haberlo visto acompañado junto a una mujer humana ya anciana, pero con paso rápido y seguro para sus años, los últimos en verlo dicen que salieron de Montfort y se encaminaban a las peligrosas Montañas Grises...
Y así acaban las aventuras de este grupo de gente normal que por azar del destino acabaron siendo héroes del Imperio, héroes en al anonimato, de los que nadie se enterara nunca de que si no hubiera sido por ellos el Imperio hubiera sucumbido a los poderes ruinosos, que fue de ellos, es algo que no debe ser contado aquí...




                                                                    Fin...

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 51

Su mirada no paraba de dirigirse hacía el grupo donde estaban Ogmund, Erwin y lo que portaban, no paraba de preguntarse que era aquello y que hacían allí, otra vez ellos, desde hacía varios años no habían parado de entrometerse en sus asuntos, al principio lo había tomado como un juego, pero se habían convertido en una gran molestia de la  que no había podido deshacerse, y otra vez volvían a aparecer..., su mirada paso de curiosidad a odio cuando el Ghal-Maraz apareció ante la vista de todos, había perdido la partida, pero ya habría tiempo para volver a intentarlo, era el momento de abandonar el lugar...


La reunión comenzó con el Emperador dando un emotivo discurso de como el Imperio se había unido con el liderazgo de Sigmar para vencer a sus enemigos y de como otra vez el Imperio se estaba volviendo a romper por culpa del Caos, tenían que estar todos juntos para volver a luchar contra su verdadero enemigo, pero aquellas palabras no surtieron efecto sobre algunos de los lideres norteños, estos querían que el Emperador fuera del Norte, para ellos el Sur del Imperio al amparo de su protección se había debilitado, o se nombraba a un nuevo Emperador en esta asamblea o serían las armas y el campo de batalla quien lo decidiría, pero no contaban con lo que Ogmund portaba con él, con un gesto Ogmund deposito sobre la mesa el gran bulto que portaba, poco a poco quito la manta que lo envolvía, todos los presentes se quedaron asombrados ante lo que tenían ante sus ojos, el Ghal-Maraz emitía unos destellos dorados que lo envolvían, su poder era perceptible incluso para alguien ajeno a la magia, el cielo se abrió y un rayo de luz cayo sobre él, a la vez que a lo lejos se escuchaban aullidos de lobos, como si el mismísimo Ulric le rindiera pleitesía, fueron unos segundos de silencio que se vieron rotos por una risa, la risa de Greta, la ayudante de Martín Fechner, pero su risa pronto ceso, el Ghal-Maraz se quedo suspendido en el aire para luego volar directo a la mujer, golpeando en su cabeza, esta se partió como una cascara vacía, su cuerpo golpeo brutalmente contra la pared de piedra que tenía a su espalda, rebotando y cayendo unos metros delante de donde se encontraba, el Ghal-Maraz volvió volando esta vez a la mano de su legitimo portador, el Emperador, pero mientras tanto el cielo se había oscurecido, las piedras de las ruinas parecían que se movían, la mesa por un momento parecía que había envejecido varios años y uno de los guardias se retorcía en el suelo gritando a la vez que varías mutaciones le empezaban a surgir de su cuerpo, y de repente ocurrió, el vientre de Greta se abrió y de el empezó a surgir una gran oscuridad que fue cogiendo forma, ante ellos apareció un Gran Demonio de Tzeentch, y junto a él la disformidad se rasgo materializando a cuatro Incineradores,  el pánico y el caos se adueño del lugar, lo primero era sacar a sus lideres de aquel lugar para ponerlos a salvo, el Emperador y el Graf Boris fueron sacados del lugar, acompañados por el Conde Siegfried von Walfen y el Gran Duque Leopold von Bildhofen, el ayudante del Príncipe heredero Martín Fechner también abandono el lugar dejando a su señor en un estado de shock mirando los restos de su amada Greta, mientras se fueron produciendo los distintos combates, los Incineradores fueron lanzando sus chorros de fuego pero poco a poco fueron acabando con ellos, pero la gran lucha se producía en otro lugar, por un lado Ramkir intentaba utilizar los vientos de la magia, pero estos estaban tan alterados que le resultaba difícil controlarlos, pero aun así intentaba hacer lo que podía contra los Incineradores, Ogmund acabo con rapidez con el guardia que en el suelo gritaba mientras las mutaciones se apoderaban de su cuerpo, pero cuando el Gran Demonio apareció sus piernas no le respondieron,  solo podía mirar a aquel ser desde la distancia, incapaz de dar un solo paso hacía él, mientras Erwin junto a Leopold y a Ludwing el Campeón del Emperador  contuvieron al Gran Demonio de Tzeentch, sus espadas le atravesaban mientras este infligía duros golpes sobre ellos,  uno de esos golpes habría acabado con Erwin y con Ludwing si no hubiese sido por el padre Beoca, aquel ser era un enemigo temible y al que quizás no podrían derrotar, poco a poco los iba debilitando, pero al igual que había aparecido la disformidad se rasgo y fue absorbido hacía su interior abandonando aquel lugar, la calma volvió, el cielo volvió a abrirse dejando paso a la luz del sol, la mayoría habían acabado mal heridos, necesitados de atenciones medicas, pero ningún noble había perecido,  aquello sirvió para que la paz volviera al Imperio, nadie podía negar quien era el portador del Ghal-Maz y por lo tanto el verdadero Emperador del Imperio, y quien era su verdadero enemigo...




lunes, 1 de mayo de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 50

Erwin había salido a respirar el aire de las primeras horas del día, desde donde estaba dos personas le llamaron la atención, a él no le podían ver, claramente eran dos enamorados, aparto su mirada de ellos quizás anhelando ese momento para él, pero al volver a fijarse en ellos distinguió quienes eran, era el Príncipe heredero Wolfgang Holswig-Abenauer y la mujer que tenía entre sus brazos era Greta Cranach, la secretaria de su consejero Martín Fechner, tras aquel momento de intimidad ambos se separaron, pero al retirarse y una vez se quedo sola la mujer cambio su cara de felicidad a la de una profunda tristeza, las lagrimas recorrieron su rostro hasta que volvió a recomponerse regresando a sus quehaceres...

Mientras en otra parte de la ciudad se produjo el encuentro de dos viejos conocidos, durante unos segundos ambos se miraron sorprendidos, pero aquello duro poco, Sigfrido iba acompañado de otros tres hechiceros,  en las breve conversación que tuvieron le recordó que el Gran Maestre del colegio Brillante  y Patriarca Supremo de los colegios de la Magia Thyrus Gormann, estaba deseoso de que acudiera a rendir cuentas por lo ocurrido en Altdorf, y que él estaría ese día presente para verlo arder como  hizo arder a Ernst Heidelmann, ante aquellas palabras Ramkir le respondió de que aquello nunca lo vería, acusándole de sectario, pero aquel no era el lugar para rendir cuentas, el momento ya llegaría, ambos siguieron sus caminos no sin antes lanzarse miradas de odio...


Antes de partir se vistieron con las ropas de los guardias caídos, durante casi medio día recorrieron el camino de Middenheim hacía Delberz, salvo un grupo de jinetes que cabalgaban hacía el sur no tuvieron ningún otro encuentro, y estos jinetes al ver los emblemas que portaban no les prestaron mayor atención, a mediodía buscaron un lugar donde esconderse y Ramkir junto a Leopold se internaron hasta encontrar un punto más alto desde donde poder ver la situación de Delberz, esta estaba completamente asediada, al norte se podían ver los estandartes de Nordland y Middenland , al sur los de Talabecland y Hochland, el río también estaba fuertemente vigilado, prácticamente era casi imposible que alguien entrara o saliera de aquel cerco, pero no les quedaba más remedio que intentarlo aquella noche, por lo que intentaron fijar el mejor sitio posible para ello.

Mientras ese momento llegaba decidieron que hacer con Helmut Todbringer, las opiniones seguían estando enfrentadas, Ramkir y Ogmund pensaban que debería estar muerto, mientras que Erwin se mantenía firme en que debía ser entregado vivo, Leopold tenía la ultima palabra, y tras mucho meditarlo decidió que debía ser entregado vivo, sus votos pudieron más que sus motivos personales, para bien o para mal la decisión ya estaba tomada.

A medianoche emprendieron camino, despacio para no llamar la atención y para que los caballos no sufrieran ninguna caída, consiguieron ir esquivando varías patrullas, pero cuando estaban a punto de cruzar el cerco una de ellas les dio el alto, eran cuatro hombres a caballo, portaban los emblemas de Talabecland, al ver los suyos de Middenheim se relajaron un poco aunque les pareció extraño que estuvieran tal al sur, tras una breve conversación y viendo que estos querían que les acompañaran a ver a su Capitán, Ramkir utilizo su magia para como habían hablado  Ogmund y Leopold cabalgaran hacía Delberz mientras él y Erwin se encargaban de los guardias, por suerte el combate duro apenas unos minutos y cabalgaron tras sus compañeros mientras a sus espaldas se escucha el alboroto de los campamentos cercanos, pero para cuando quisieran llegar ellos ya estarían lo suficientemente lejos del lugar.

Ante ellos tenían los primeros edificios en ruinas de Delberz, varías fogatas habían sido prendidas para poder ver si alguien se aproxima oculto entre las sombras, en cuanto aparecieron un guardia grito dándoles  el alto, exigiendo que descabalgaran y tirasen todas sus armas retirándose de ellas varios metros, y aunque Ogmund le grito al guardia que tenía que ver con urgencia al padre Beoca el guardia volvió a gritar lo mismo, amenazando con dar la orden de disparar a las tropas que allí estaban acantonadas, aquello junto al estrés acumulado hicieron que Ogmund hiciera oídos sordos y cabalgara al galope hacía las ruinas, entraría por las buenas o por las malas, pero por desgracia su caballo recibió varias flechas que hicieron que cayera muerto antes de llegar, Ogmund recibió un duro golpe al caer despedido del caballo y rodar por el suelo,  para cuando se levanto aun un poco aturdido Erwin había acudido a su lado, a su alrededor un gran numero de hombres les apuntaban con sus alabardas, aun estando un poco aturdido por el golpe, las palabras de Ogmund consiguieron intimidar al guardia que comanda a aquellos hombres, por lo que no les fue requisado el gran bulto que llevaban, no así sus armas que fueron recogidas por varios guardias y llevadas a buen recaudo, se les acompaño hasta una sala donde debían esperar mientras varios guardias les mantenían vigilados.

Al cabo de varios minutos por fin una cara conocida apareció por la puerta, el padre Beoca se sorprendió al verlos, abrazando a cada uno de ellos en un claro gesto de alegría de que se encontraran bien, apenas unos segundos después también apareció el Conde Siegfried von Walfen, al igual que el padre Beoca su cara mostraba sorpresa, pero pronto sus ojos se posaron sobre el bulto que Ogmund no había soltado en ningún momento, en sus ojos se podía ver claramente la pregunta que tenía en mente, pero aquel no era el lugar indicado para ello, por lo que una vez les devolvieron sus armas y tras ordenar que llevarán a Helmut a un lugar adecuado a su posición fueron a  un lugar más tranquilo y alejado de ojos indiscretos, allí fue desvelado lo que Ogmund celosamente llevaba envuelto, aun viéndolo a Beoca y a Siegfried von Walfen les costo hacerse a la idea de que delante de ellos tenían el Ghal-Maraz, y aunque Siegfried von Walfen era partidario de mantenerlo en secreto hasta la reunión de mañana al final le consiguieron convencer de despertar a Karl Franz y entregárselo, y así lo hicieron, los ojos del Emperador se abrieron de par en par al ver el martillo, la leyenda se hacia realidad, el Ghal-Maraz había vuelto al Imperio para al igual que había echo Sigmar volver a unirlo, aquello no debía saberse bajo ninguna circunstancia, mañana ellos acudirían a la reunión como testigos junto a otras personalidades, ellos serian los encargados de custodiar el Ghal-Maraz hasta el momento que debía ser mostrado, en cuanto a Helmut Todbringer Karl Franz ordeno que se le cuidara bien, debería ser entregado al Graf Boris Todbringer para que fuera juzgado en Middenheim si así lo creían oportuno, tras aquello cada uno se retiro a descansar aunque fueran un par de horas.

Al día siguiente a mediodía partieron junto a la comitiva del Emperador a la reunión que tendría lugar en un punto intermedio, en ella se había montado una gran mesa, en un lado de ella estaba Karl Franz junto al Conde Siegfried von Walfen, el Gran Duque de Ostland Valmir von Raukov, el padre Beoca y la Condesa Emmanuelle von Liebwitz, en el otro lado de la mesa el Graf de Middenheim Boris Todbringer, y junto a él la Gran Duquesa de Talabecland Elise von Kreiglitz, el Gran Duque de Middenland Leopold von Bildhofen, el Barón Nikse Werner de Nordland y el Conde  Aldebrand Ludenhof de Hochland, retirados unos pasos, cada uno en uno de los extremos de la mesa estaban el Campeón del Emperador Ludwig Schwarzhelms y el hijo del Graf Boris, Heinrich Todbringer, este último al verlos se les quedo mirando sorprendido, intentando averiguar que hacían allí y si habían regresado con aquello que habían ido a buscar, pero aunque intento tener contacto visual con Erwin y con Leopold estos mantuvieron su mirada pérdida al frente...

Junto a ellos y también como testigos se encontraban el sobrino del Emperador junto a su ayudante y su secretaria, también un historiador de Altdorf y otro de Talabecland, y por ultimo el regente en funciones del templo de Ulric hasta que se nombrara un nuevo Ar-Ulric, Franz Fassbinder.