miércoles, 23 de octubre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 13

Ahí estaban esos tres extranjeros, a punto de descolgarse por las murallas de la ciudad,  con un simple movimiento de su mano podría impedir que escaparan de la ciudad, como todos, solo buscaban el oro, pero hacía muchos, muchos años que no había escuchado el nombre de Sulring Durgul, quizás fuera un simple disparate pero hacía muchos años que había dejado de creer en las simples coincidencias, los vientos del Norte estaban empezando a soplar con fuerza y aun sin saberlo esos tres desagradecidos le podrían ser de ayuda para sus propios planes...







Tras el ataque por sorpresa de Ogmund a Annandil todo ocurrió muy deprisa, Ogmund siguió enarbolando el martillo delante suyo, incluso lanzó el agua de su cantimplora alrededor con la intención de intentar localizarlo por si estaba invisible, pero de nada sirvió todo aquello, Erwin se movió con cautela hacia un lateral de la habitación, alerta ante lo que pudiera ocurrir, mientras que Nikkit permanecía alerta al lado de la escalera, él fue el primero que vio como la escalera se iba derrumbando, las piedras rodaban hasta ir juntándose formando un cuerpo humanoide de casi dos metros y medio, el combate fue duro pero tras varios golpes espectaculares por fin pudieron derrotarlo y con rapidez subieron hasta la azotea de la torre, allí se produjo un pequeño enfrentamiento entre Nikkit y Ogmund, Nikkit le recrimino a Ogmund el ataque sin sentido sobre Annandil, el cual les podría haber costado la vida a los tres, pero Ogmund lo justifico con que era un nigromante y que todo lo que había realizado en la ciudad era mas que suficiente para que mereciera la muerte, con los no muertos viniendo hacia donde se encontraban dejaron esa discusión apartada y tras pensarlo decidieron que irían a la casa mas lujosa de la ciudad para ver si encontraban en ella algo de oro para los Dolgan o al propio Annandil para darle muerte, tras correr por las murallas saltaron sobre el tejado de la mansión, con tan mala suerte que Nikkit cayó sobre una zona del tejado que no estaba en buenas condiciones, haciendo que parte de el se derrumbara bajo su peso, cayendo en medio de una habitación bastante amplia, tras Nikkit descendieron Ogmund y Erwin, la habitación era una gran alcoba, en ella sentada delante de un tocador había una no muerta vestida con ropajes recargados y varias joyas de gran valor,  acompañada por dos no muertas vestidas como damas de compañía, una de ellas le peinaba el pelo mientras la otra recogía los mechones de pelo que se le desprendían para volver a colocarlos con alguna especie de pasta, para que así se quedarán de nuevo pegados en la cabeza, las tres no muertas se giraron hacia ellos pero no se movieron ni respondieron ante las preguntas de Nikkit, tras unos segundos salieron por la puerta dejando a las tres no muertas detrás para ir inspeccionando la primera planta de la mansión, tras recorrer varias habitaciones de invitados llegaron al final del pasillo donde detrás de una gran puerta accedieron a un gran despacho, Erwin encontró un diario donde se relataba los últimos días de la ciudad cuando cayó presa de la peste, mientras Ogmund encontró una caja fuerte detrás de uno de los cuadros, tras varios intentos infructuosos de abrirla hizo acopio de fuerzas y con la palanca que llevaban forzó la caja fuerte hasta abrirla, en ella había una gran cantidad de monedas además de un sello real del Zar de Kislev, con todo ello y con los no muertos escuchándose en el piso de abajo salieron corriendo por donde habían entrado, ascendieron por el tejado y de allí hasta las murallas desde donde descendieron hasta ponerse a salvo de la ciudad maldita de Chernozavtra, ahora solo les quedaba lidiar con los Dolgan y con los Hobgoblins para salir de allí.

A Dafa le contaron que habían acabado con el nigromante que allí vivía, pero que la ciudad estaba maldita y que tardaría años en que todo volviera a como debería de ser, para reforzar sus palabras le entregaron el diario que habían traído de la ciudad para que pudiera dar validez a sus palabras delante de los Jefes de los Dolgan en el se relataba como una extraña enfermedad había acabado con mas de la mitad de la población, y como por el bien del Zar y de Kislev habían cerrado las puertas para que nadie pudiera salir y extender la enfermedad, incluso ante la falta de alimentos dándose casos de canibalismo, Dafa creyó sus palabras y ayudado por el diario convenció a los Jefes de que debían abandonar las pretensiones de entrar en la ciudad,  después de reunirse con ellos les devolvió el diario y entre ambos decidieron que llevarían el oro que habían sacado de la ciudad a Habblo para pagar el paso del vado a los Dolgan, pero los jefes Dolgan no tenían que enterarse de aquello, para ellos sería que los Hobgoblins les dejaban pasar porque no querían enfrentarse en combate, sin perder tiempo cogieron el dinero de la ciudad y unas joyas que el propio Dafa tenía y se dirigieron hasta el vado, cruzaron y fueron escoltados por los hobgoblins hasta la tienda de Habblo, allí le hicieron entrega del pago de los Dolgan, y aunque se mostró un poco desconfiado de la prominencia de las monedas de oro, con la ayuda de las palabras de Ogmund y de Nikkit consiguieron convencerle de que el oro era de los Dolgan y que para nada ellos habían penetrado en la ciudad de los muertos, tras el pago acordaron que al día siguiente los Dolgan abandonarían el lugar, esa noche durmieron en la tienda de Habblo, para al día siguiente junto a los jefes tribales  encabezaron la caravana de los Dolgan mientras cruzaban el vado y el campamento Hobgoblin, la tensión se palpaba en el ambiente, con miradas asesinas en ambos bandos, pero Habblo mantuvo su palabra y no se produjo ningún ataque y los Dolgan por fin abandonaron aquel lugar para dirigirse a sus tierras mientras nuestros tres héroes seguían su camino en dirección contraria, hacia las Montañas del Fin del Mundo, en dirección a Kislev, durante tres días una gran patrulla de Hobgoblins montados en lobos estuvo intentando dar con ellos, pero tras varios días de fracaso decidieron volver sin su presa...


miércoles, 16 de octubre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV, Sesión 12

Gurthgano Gorthaudh o mejor dicho Annandil contemplaba los cabellos de su amada Amrunmiriel mientras los volvía a pegar con delicadeza en la cabeza, como cada noche acudía a la alcoba de su amada a buscar su compañía y como cada noche durante estos últimos años salían a pasear a la luz de la luna, desde las murallas contemplaban las hogueras de los campamentos de los Dolgan y de los Hobgoblins, nunca les había quitado nada y en cambio ellos solo querían tomar la ciudad para saquearla y volver a dejarla abandonada, en todos estos años su poder y conocimiento sobre la nigromancia habían ido en aumento, sentía que le faltaba poco para dar con la clave para poder evitar la muerte y el sufrimiento de cualquier ser, y eso podría ser un gran logro para los tiempos que estaban por venir..., quizá entonces la gente empezara a ver que no todos los nigromantes eran malvados como algunos querían hacerles ver...


Tras pensarlo durante varias horas decidieron que al día siguiente volverían a entrar a la ciudad de los muertos, esta vez irían directamente a la torre de guardia, ayudados de unas cuerdas y garfios intentarían  trepar hasta su azotea donde cuatro no muertos hacían guardia, hablaron con Dafa para que parlamentara con los jefes tribales dolgans para preparar el señuelo en la otra parte de la ciudad, Dafa se reunió con ellos, además de conseguir su ayuda también trajo consigo unos pocos hombres para que les ayudasen en su intento de entrar en la ciudad, y junto a ellos un ultimátum de los jefes, o volvían con algo o sus vidas podrían ser el precio.
A la mañana siguiente y tal como habían planeado los dolgans se abalanzaron sobre la puerta de entrada a la ciudad para atraer sobre ella a los no muertos, aprovechando esa situación Erwin, Ogmund y Nikkit acompañados cada uno por un dolgan escalaron las murallas de la ciudad y tomaron posiciones, Nikkit ayudado por el dolgan consiguió subir hasta el tejado de la casa de lo que en su día había sido la torre de vigilancia, escondiéndose agazapado detrás de la chimenea mientras atraía a los cuatro no muertos que estaban de guardia en la azotea de la torre, en ese momento Erwin y Ogmund se acercaron a la carrera a la torre y ayudados por los dolgan y las cuerdas con garfios consiguieron subir hasta donde estaban los no muertos, cargando sobre ellos, al mismo tiempo en su regreso el dolgan que había bajado hasta la ciudad para ayudar a Nikkit fue interceptado por cuatro no muertos que al notar su presencia habían salido de una de las casas, presa del pánico se quedó paralizado mientras estos le agarraban y le arrastraban a la parte trasera de la torre de guardia, mientras alguien vestido de hechicero y con voz de hobgoblin les ordenaba hacerlo, para suerte de nuestros héroes no se percataron de lo que estaba sucediendo en la azotea de la torre, tras desaparecer de su vista Nikkit también consiguió subir donde estaban sus compañeros y entre los tres consiguieron reducir a los no muertos, en la azotea había una trampilla, gracias a la palanca que llevaban consiguieron forzarla descendiendo a lo que parecían unos aposentos de algún erudito, en ellos pudieron encontrar ropas holgadas, viales y pergaminos vacíos junto a tita y plumas, con cautela bajaron al siguiente nivel, allí encontraron lo que parecía ser un laboratorio de un alquimista o mago, y en el, absorto en su trabajo había un humano de pelo blanco y ojos almendrados, con unas extrañas orejas, la parte superior de ellas estaban como cosidas, aunque era algo que claramente intentaba ocultar con su pelo, no se percato de su presencia hasta que Nikkit habló, era Gurthgano Gorthaudh, también conocido como Annandil, tras su primera sorpresa de como habían entrado allí y de saber sus motivos les contó lo que sabia de Sulring Durgul, había mantenido correspondencia con el aunque ya hacia mucho de ello, a el le debía todos sus conocimientos sobre nigromancia, la primera vez que entablo contacto estaba en Arabia y desde ese momento entre ellos se creo un vinculo, le ayudo a poder traer de vuelta a su amada muerta, ella murió por su causa cuando intento frenar que lo desterraran de su casa por ser un mestizo, en ese momento de desaparición la ayuda de Sulring fue como una bendición, el vinculo entre ambos solo se rompió cuando se entero que Annandil no era un eltharin como Sulring, aunque odiaba a su propia raza seguía defendiendo los grandes descubrimientos culturales de sus ancestros, Sulring tenia mas de cinco mil años, y unos conocimientos de la hechiceria, la nigromancia y la alquimia muy superiores a cualquiera, habiendo viajado por todo el Viejo Mundo, su obsesión era la búsqueda del secreto de la inmortalidad, era algo que ya entonces le obsesionaba y lo atormentaba.
Tras charla durante un buen rato con el, Annandil se relajo ofreciéndoles una taza de té a cada uno de ellos, hacía mucho que no mantenía una conversación con extranjeros, eso hizo que se fuera relajando, con lo que no vio venir los sucesos que estaban por producirse, Annandil les dijo que podrían marchar libremente de la ciudad con solo una condición, una promesa, la de no atacar a ningún nigromante por solo el echo de serlo, si no era malvado y no hacía ningún mal a nadie no dejaba de ser como otra persona cualquiera, mientras acababa su frase de repente Ogmund de un salto se impulso con rapidez hacia Annandil, blandiendo su arma consiguiendo golpearle en un brazo, durante unos segundos de desconcierto Erwin también acudió raudo al combate mientras Nikkit gritaba que pararan y guardaran sus armas, pero Ogmund en su afán de limpiar este mal volvió a enarbolar su arma contra Annandil, pero justo en ese instante Annandil con un movimiento de su mano desapareció de su vista mientras unas palabras recorrían la habitación....esto es lo de siempre, os doy mi hospitalidad y me pagáis con ingratitud...

martes, 8 de octubre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 11

Dafa miraba como nuestros héroes escalaban los muros de la ciudad, a lo lejos se oían los ruidos que provocaban los Dolgan para atraer a los no muertos al otro lado de la ciudad, aquello les daría un tiempo precioso para que pudieran escalar las murallas y pudieran descender hasta las calles de la antigua ciudad de Chernozavtra, con desesperación rezaba a sus sagrados espíritus para que sus propósitos se cumplieran, pero un rato mas tarde sus mas oscuros presentimientos se vieron cumplidos cuando vio como a toda prisa nuestros héroes volvían a descender de las murallas, abatido dirigió sus pasos hacía ellos, otra vez había fracasado y con cada fracaso sus propios fantasmas cobraban mas fuerza...



Erwin despertó en la cabaña del chamán Dafa, allí también estaban Ogmund y Nikkit, por orden de Dafa el resto de dolgans habían abandonado la cabaña, tras preguntarles los motivos de su visita les puso un poco en antecedentes de la situación, habían intentado entrar en la ciudad pero sin ningún resultado salvo el de proporcionar mas no muertos a la ciudad, habían intentado quemar la puerta y las casas en su interior pero por alguna extraña razón no ardían, incluso consiguieron capturar a un no muerto con una cuerda pero al tirar de ella fue imposible moverlo, rompiéndose la cuerda en el intento, uno de sus guerreros consiguió escapar en una de las incursiones y en su huida corto uno de los brazos de un no muerto que lo tenía cogido, el brazo cayó fuera de las murallas pudriéndose en cuestión de minutos.
Cuando le preguntaron por Gurthgano Gorthaudh se encogió de hombros, nunca había oído ese nombre, pero si que conocía algo de eltharin y su significado era ``comandante muerto de la ciudad maldita´´, tampoco le sonaba el nombre de Sulring Durgul, pero una anciana les había visitado hacía unos meses, fue algo extraño, al igual que vino se fue, sin dejar rastro, comía y dormía con los guerreros, y estuvo visitando las murallas y pintando extraños símbolos rojos allí donde ya antes había extrañas marcas, toda ella desprendía magia, después de estar hablando durante un rato salieron al exterior, Dafa los llevo hasta las murallas y en ellas pudieron ver a los no muertos como patrullaban y también los extraños símbolos que en ellas había, también pudieron comprobar por ellos mismos como los no muertos parecía que sentían a los vivos siguiéndolos allá donde iban, durante su paseo por el campamento dolgan pudieron percatarse que aunque en tamaño podría ser como el campamento hobgoblin, había tiendas vacías, no serían ni la mitad que las tropas hobgoblins.

Tras pensarlo largamente decidieron que mañana a primera hora los dolgans harían una aproximación a la ciudad para atraer a la mayor parte de no muertos, para que así ellos pudieran entrar a la ciudad por el lado opuesto, el plan funcionó como lo habían planeado de antemano, con la distracción provocada por los dolgans pudieron escalar la muralla sin ser descubiertos, bajando a la ciudad por las escaleras del sur, las calles de la ciudad están llenas de basura, con cautela se dirigieron hacia la casa de la esquina sureste, una casa de dos pisos con paredes de ladrillo, con cautela abrieron la puerta la cual no estaba cerrada con llave, en su interior cuatro no muertos se estaban levantando, empezando a dirigirse hacia ellos, haciéndose fuertes al otro lado de la puerta esperaron a que uno de ellos saliera para con varios golpes certeros conseguir destrozarle la cabeza, pero aun así el no muerto se abalanzo sobre Ogmund cogiéndole fuertemente su escudo y empujándole hacia atrás provocando que otro no muerto saliera de la casa, ante la imposibilidad de matarlos con rapidez deciden salir corriendo no sin antes mirar la casa que estaba pegada a lo que antiguamente sería la  torre de vigilancia de la ciudad, en ella ven un establo con cuatro caballos no muertos y otros cuatro no muertos realizando tareas dentro de la caballeriza, sin tiempo para pensar mucho salen corriendo de la ciudad descendiendo por donde hacía unos minutos habían conseguido entrar.


Fuera les estaba esperando el chamán de los dolgans Dafa, abatido y con resignación vuelven al campamento, allí los cuatro jefes mantuvieron una acalorada discusión con el chamán, la tensión se podía palpar en el ambiente, el poder que el chamán pudiera tener o haber tenido sobre los dolgans se estaba debilitando, su propia vida pendía de un hilo, temeroso de ello confeso a Erwin, Ogmund y Nikkit que los dolgans no podían combatir contra los hobgoblins ni contra los no muertos, estaban en una clara inferioridad numérica, tampoco tenían el oro para pagar lo que Habblo pedía para poder cruzar el vado, eso suponiendo que los jefes dolgans accedieran a agachar la cabeza ante un piel verde, cosa difícil de conseguir, aunque creían que en la ciudad había oro para eso y mucho mas...

Por momentos la situación se ponía cada vez mas complicada, ni siquiera sabían si a quien buscaban estaría en al ciudad, y si volvían a entrar no se convertirían de uno mas de sus habitantes, por sus cabezas también pasaba la idea de abandonar aquel maldito lugar, pero de momento lo único que les salvaba de los cuatro jefes tribales era la protección del chamán, pero por cuanto tiempo, era difícil adivinarlo, eso sin contar al recibimiento que les daría Habblo si no regresaban con su oro, poco a poco el cerco se iba cerrando, quizá el destino habría dispuesto que acabarán sus vidas en esa inhóspitas tierras...





miércoles, 2 de octubre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 10

Habblo miraba como los tres extranjeros se alejaban del campamento hobgoblin a través del vado en dirección al campamento dolgan, con ellos llevaban una carta con las condiciones para que los miserables humanos se retiraran de la ciudad de Chernozavtra , se sentía satisfecho de haber tenido tan gran idea, no en vano había dado ordenes para que  esos extranjeros vieran todo el campamento hobgoblin, quizá así pudieran convencer a los dolgan de que su mejor opción era aceptar las condiciones, pagar por cruzar el vado y así poder conservar la vida, si no, ningún humanoide cruzaría el vado, el tiempo se acababa y sus tropas cada vez se impacientaban mas...


Tras haber dejado atrás las Montañas del Fin del Mundo, Erwin, Ogmund y Nikkit siguieron caminando durante varios días en dirección Este hasta encontrar un viejo y olvidado camino que discurría al lado del río Zapadryeka, siguiendo ese camino por fin pudieron divisar la ciudad de Chernozavtra, desde su posición mas elevada se veía una ciudad amurallada en la que grupos de gente iban de aquí para allá, fuera de la ciudad y rodeándola había asentado un campamento también con gente que iba y venía, pero nadie entraba o salía de la ciudad, en la parte Sur del islote se podía distinguir un vado que comunicaba con la parte Sur de la ribera, pero desde donde se encontraban no podían verla, en esas estaban cuando empezaron a escuchar como de la dirección de la ciudad se acercaban unas pisadas de algún animal al trote, con rapidez se escondieron a la espera de ver que venía hacía ellos, tras unos segundos de espera vieron aparecer un grupo de cinco hobgoblins montados en lobos, cuatro de ellos se pararon con los arcos preparados ante cualquier eventualidad mientras uno de ellos se aproximaba donde habían estado contemplando la ciudad, mientras el lobo husmeaba la zona el hobgoblin empezó a hablar en un tosco viejomundano, no querían hacer daño a nadie, su jefe Habblo se lo tenía prohibido, mejor ser amigos, antes estas palabras y de ver como el lobo había encontrado el rastro de Erwin decidieron salir de sus escondites, tras una breve charla decidieron que les acompañararían a ver a su jefe, tras descender el camino varios cientos de metros llegaron hasta un campamento hobgoblin, asentado en la parte Sur de la orilla controlaban el vado desde el cual se podía entrar o abandonar la ciudad, en su paseo por el campamento pudieron percatarse que aquello no era una simple banda, todo parecía indicar que era un pequeño ejército muy bien organizado, cosa mas que extraña tratándose de pieles verdes.

Para los hobgoblins eran el centro de atención, pero se mantenían a distancia mientras eran llevados hasta su líder Habblo, pero antes de llegar a su tienda la comitiva fue detenida por varios hobgoblins, entre ellos uno mas alto avanzó hacía ellos,  al parecer era uno de los lugartenientes de Habblo, deseoso de hacerse notar increpó a Erwin, lo único que consiguió con ello fue terminar con la nariz rota, una pierna ensartada por la espada de Erwin y apartado a un lado de una patada, y dando gracias a que Erwin en el último momento se contuviera de cortarle la cabeza, ante el tumulto de la pelea fue el propio Habblo el que con solo su presencia hizo que la multitud exaltada se fuera dispersando, enfurecido por lo ocurrido se llevo a Erwin, Ogmund y Nikkit a su tienda donde después de reprocharle su actitud y de casi perdonarles la vida, según sus palabras, les insto a que dejaran todas sus armas en su tienda y que por esta noche dormirán en el campamento hobgoblin, mañana decidiría  que haría con ellos o si los dejaba pasar por el vado hacia la ciudad, para que no se metieran en mas problemas el viejo Krowbag les acompañaría mientras estuvieran en el campamento, Krowbag les acompaño hasta el gran comedor donde pudieron comer algo medianamente decente y también le enseño el campamento hobgoblin en todo detalle, y aunque otro de los jefes intento provocar a Erwin para que midieran sus fuerzas en una lucha este no cayó en sus provocaciones con lo que la noche paso tranquila, dando lugar a un nuevo día.


Por la mañana fueron conducidos ante Habblo, este les hizo participe de lo que había decidido, pagarían tres coronas de oro por cabeza para poder cruzar el vado, incluso el niño Nikkit, aunque para nuestros aventureros no tenia ninguna gracia para Habblo era un gran chiste el comparar a Nikkit con un niño.., aparte del pago y a causa de los problemas que habían causado también le tendrían que hacer un favor, deberían entregar una carta al jefe de los dolgan, eran las condiciones para que abandonasen la isla sin ser masacrados por los hobgoblins, las condiciones eran muy claras, una cabeza de res por cada cinco dolgan y la promesa de los jefes dolgan de dejar de atacar las caravanas hobgoblins durante un año, o las aceptaban o nadie abandonaría la ciudad, Erwin se guardo la carta y tras recoger sus armas abandonaron el campamento hobgoblin internándose por el vado, el vado estaba sumergido en el río, con lo que el agua les llegaba hasta las rodillas, podían notar como bajaba con fuerza, mientras a sus espaldas apoyados en las barricadas los hobgoblins soltaban vítores mientras por el otro lado un grupo de dolgan a caballo llegaban hasta la orilla y sacando sus arcos dispararon hacia su dirección haciendo que las flechas cayeron unos metro delante de ellos, invitándolos a que se detuvieran, Nikkit y Erwin habían aprendido algo de kislevita en los meses que llevaban por aquellas tierras y pudieron hacerse entender con los dolgan, gracias a ello uno de ellos podría avanzar, el resto debería quedarse allí hasta ver sus verdaderas intenciones, Erwin avanzó hacia ellos, una vez en en la otra parte del vado solo tuvo que esperar unos segundos hasta que una comitiva de tres extraños personajes llego hasta donde ese encontraba, uno de ellos iba vestido con un casco con dos cuernos de bisonte, lleno de tatuajes y vestido con extrañas ropas, tenia aspecto de ser el líder espiritual de los dolgan, un chamán como gustaba llamar por aquellas tierras a estos extraños personajes, cuando vio a Erwin dijo que ya lo había visto en sueños, que eran extranjeros que sin saberlo ellos mismos habían llegado aquí para servir a los dolgan en su misión, que los propios espíritus los habían enviado, en ese momento del cielo despejado se escucho un atronador trueno dando mas veracidad a sus palabras, dando el visto bueno para que Ogmund y Nikkit se reunieran con la comitiva, el hombre extraño les insto a seguirle hacia su tienda mientras posaba una de sus manos en el hombro de Erwin, el cual de repente cayó al suelo sumido en un gran sueño, y aunque la intención de Nikkit fue despertarlo, el hombre le dijo que no lo hiciera,  ya que los espíritus en este momento se estaban comunicando con su amigo, así que sin mediar mas palabras Ogmund y Nikkit cargan con Erwin hasta la tienda de tan peculiar personaje, donde lo dejan sobre un jergón hasta que al cabo de unos minutos despierta gracias al olor de un ramillete de ramas que el chamán no para de pasar por su cuerpo mientras canturrea algo incompresible...