sábado, 13 de marzo de 2021

DARK HERESY. ESCLARECIMIENTO. Sesión 2

 Ante ellos tenían Desesperanza, encima de una colina, rodeada por montañas, un pequeño pueblo de tiendas se había formado alrededor de la catedral, ubicada en el centro y en la parte más elevada de la colina destacaba sobre el resto del asentamiento, enorme con cuatro pilares en cada esquina y coronada por una gran cúpula, alrededor de aquel pueblo de tiendas de campaña se alzaba una muralla formada por planchas de metal y justo enfrente del camino una puerta formada por distintos materiales ensamblados, una voz les da el alto, el hermano Severus rifle en mano es el encargado de la seguridad de los feligreses que allí se encuentran, una vez comprueba que son quienes dicen ser les deja pasar al interior, una vez dentro es el hermano Lamark quien les da la bienvenida a Desesperanza, Lamark es un tipo bonachón ya entrado en años, un antiguo Guardia Imperial que dejo el cuerpo para seguir al abad, se encarga de alojarlos en la Clota Llorona, una especie de cantina con alguna habitación que ha sido habilitada para ellos, junto a la Clota Llorona el otro edificio de construcción rígida es el Priorato y la zona de los generadores de luz, Lamark se disculpa de que el abad no haya podido recibirles, pero esta noche esta atendiendo a una de las niñas del campamento, mañana por la mañana seguro que podrán verlo, una vez instalados Aristarchus se va a descansar a su habitación, su aspecto de agotado no deja lugar a dudas que necesita un buen descanso, mientras los cuatro acólitos dan una vuelta por el complejo, pueden ver como en una parte se acumulan las tiendas de la gente que vive allí, menos unas pocas que están algo retiradas, son las de los nativos Ashleen, distribuidos por todo el campamento hay barriles encendidos que aportan algo de luz, de momento lo mejor era descansar, mañana tenían todo el día para ver el lugar...


Al día siguiente desde primera hora el calor ya era sofocante, después de desayunar junto a Aristarchus, él cual claramente no había pasado una buena noche, se encaminaron hacía el Priorato para hablar con el abad Skae, allí lo encontraron junto a los hermanos Severus y Lamark, era un hombre de avanzada edad, pero con una mirada muy vivaz y un don para la palabra, con una cordial sonrisa les agradeció de que hubiesen venido para ayudar en lo que seria un momento tan importante para Iocanthos, les explico que llevaban varios días con sucesos extraños, hacía un par de días que se habían visto luces extrañas en las estribaciones cercanas, cuando a la mañana siguiente subió Lamark encontró dos cuerpos que por su estado deberían llevar varios días muertos, tras hablar un rato el abad y Aritarchus se retiraron a la Catedral mientras los acólitos eran libres de investigar junto a Lamark que les serviría de guía para todo aquello que necesitasen.

Sin tiempo que perder ocuparon la mañana para subir hasta donde se habían visto las luces y se habían encontrado los cuerpos, Lamark los guio hasta el lugar, allí no había nada que les llamara la atención, pero justo cuando empezaban a dar la vuelta un Hexálido se abalanzó sobre Xanthia desgarrando su cuerpo con sus garras, por suerte entre todos consiguieron que la bestia cayera antes de que pudiera volver a atacar, todo aquello ocurrió mientras un cuervo de esquisto que estaba posado un poco más arriba giraba su cabeza sin ojos hacía ellos, tras haber acabado con el Hexálido pudieron comprobar que tenía heridas mortales  de varios días, y también le faltaban los ojos, siguiendo sus huellas llegaron hasta una planicie donde claramente aquel animal había sido atacado por varías aves, quizá por los cuervos de esquisto que sobrevolaban sobre sus cabezas, tras no encontrar nada más bajaron a Desesperanza, por el camino de vuelta Lamark les conto como el abad había estado rezando en una de las tiendas para  ayudar a una niña que estaba enferma, en estos días habían tenido varios enfermos con fiebres altas, por lo que cuando llegaran a Desperanza después de comer se acercarían a visitar a esa niña.

Acompañados por Lamark fueron a visitarla, por el camino la gente de Desesperanza se acercaban a Octo, primero tímidamente y luego en masa para tocarlo o que les bendijera, lo veían como si el propio Emperador hubiera venido hasta allí..., la niña como bien les había dicho Lamark había mejorado tras la noche de rezos del abad, estaba consciente aunque bastante débil, le había remetido la fiebre, junto a ella estaba su madre que no se separaba de su lado, Gianna y Arcturus mantuvieron apartada a la madre mientras hablaban con ella para que Xanthia y Octo pudieran hablar con la niña tranquilamente, Xanthia se mostro bastante empática con ella, la niña le conto que cuando salió de la Catedral de llevar las flores con la que la estaban decorando para la consagración volvió a la tienda de su madre,  de allí como hacía todas las noches salió hasta el pozo a por agua, al volver cuando estaba pasando al lado de la Catedral de repente la oscuridad se hizo mas densa, empezó a escuchar graznidos a su alrededor y empezó a temblar de miedo, algo horrible la atenazaba el cuerpo, por fin consiguió salir corriendo sin saber hacia donde hasta que todo se volvió negro, esta mañana despertó en la tienda entre los brazos de su madre, mientras les contaba todo aquello de repente empezó a temblar mientras se hacía un ovillo contra la esquina de la tienda y gritaba que los cuervos estaban allí, que los oía, pero ninguno oía aquellos graznidos, incluso fuera tampoco se veía nada extraño, había cuervos de esquistos sobrevolando Desesperanza pero estaban muy altos como para ser lo que oía, pero mientras Xanthia cogía la mano de la niña intentando calamar empezó  a escuchar esos graznidos como si estuvieran dentro de la tienda, a la vez que notaba un gran mal cerca, la noche anterior había notado algo pero no quiso darle importancia, pero ahora lo volvía a sentir mas fuerte,  hasta que de repente desapareció aquella sensación junto a los graznidos, la niña también dejo de escucharlos y cayo en un tranquilo sueño, tras aquello hablaron con el abad, el cual certifico lo que les había dicho la madre de la niña, había encontrado a la niña al Sur de la Catedral cuando por la noche salía de ella, la niña estaba inconsciente en el suelo ardiendo por la fiebre, la cogió en brazos y la llevo junto a su madre.

Antes de que cayera la noche recorrieron el trayecto desde la tienda hasta el pozo, no encontraron nada que estuviera fuera de lugar, el agua del pozo tenía un ligero sabor a tierra, algo normal viendo el entorno pero no parecía estar envenenada, al hacer el camino de vuelta si que encontraron un cubo escondido entre las piedras del terraplén que subía hasta la Catedral, también se veían surcos como si alguien hubiera subido por aquel lugar y la parte superior al lado de los muros de la Catedral una zona con huellas secas, tanto de un pie pequeño como de otro mas grande, como pudieron comprobar mas tarde en la habitación del abad vieron las sandalias con restos de barro, confirmando las palabras del abad de que fue él quien encontró a la niña, cuando Xanthia encontró aquellas huellas y se agacho para tocarlas volvió a ocurrir algo extraño, volvió a notar aquella sensación de miedo y de la propia tierra seca empezó a manar sangre, incluso sus manos estaban manchadas, aquello duro poco tiempo, a los pocos segundos todo volvía a ser normal, sus compañeros no habían visto nada extraño, su mente parecía mas perceptiva a lo que allí estuviera pasando, mientras todo aquello ocurría Octo pudo ver como uno de los Ashleen desde la lejanía no les quitaba ojo, en cuanto vio que se habían dado cuenta dio media vuelta volviendo a las tiendas que permanecían separadas del resto, hasta allí lo siguieron para hablar con él, tras la insistencia de Arcturus les conto que su abuela les decía que esta colina estaba maldita, que en la antigüedad en ella habitaba un gran mal y por ella corrían ríos de sangre en ofrendas a Dioses antiguos, con todo lo que estaba pasando volvía a tener miedo cuando la noche caía sobre Desesperanza.



La noche ya había descendido sobre Desesperanza, el abad y Aristarchus (aunque en la intimidad lo llamaban Pistachus) estarían durante la noche en la Catedral preparándola para la Consagración del siguiente día, y hacía allí decidieron ir, en la puerta montando guardia estaba el hermano Severus, al verlos venir con el rifle laser en mano les dijo que nadie podía pasar al interior, el abad y Aristarchus estaban dentro y habían dado orden de no ser molestados, ante la insistencia de los acólitos Severus accedió a llamar a la puerta solicitando la presencia de Aristerchus, este acudió  a la puerta accediendo a que pasaran al interior, dentro había varios hermanos rezando junto al abad ocupado la parte central de la catedral, por su mirada no le hacía mucha gracia esta intromisión, los acólitos le contaron todo lo que habían averiguado y empezaron a examinar el interior de la Catedral lentamente, de esa forma alargaron su estancia en el interior hasta bien avanzada la noche, Xanthia vuelvo a tener otra vez una visión, de una de las macetas con flores ve una hoja de cuervo de esquisto, al cogerla esta se deshace en polvo y vuelve a oír los graznidos y sentir esa presencia malvada,  pero parece que nadie de los allí presentes nota nada fuera de lo normal, después el abad arto de ellos decide que todos se retiraran a descansar, cuando Xanthia le cuenta lo que le esta pasando a Aristerchus este se muestra preocupado, al parecer quizás su mente este abierta a sentir más fuerte cualquier pequeña ruptura de la disformidad, si su mente no es fuerte tiene que tener cuidado ante los peligros que en ella se esconden, tras esa pequeña conversación y visiblemente cansado se retira a su habitación deseoso de que llegue el siguiente día para poder consagrar la Catedral a su antepasado San Drusus.

La noche transcurre silenciosa mientras descansan pensando que les deparara el día siguiente...







domingo, 7 de marzo de 2021

DARK HERESY. ESCLARECIMIENTO. Sesión 1

 Los días iban pasando lentamente mientras viajaban en el carguero, dentro de poco llegarían a su destino, allí empezarían su adiestramiento, de aquello dependería si entrarían al servicio del Inquisidor o no, pero el destino les tenía preparado otros acontecimientos, mediante un mensaje cifrado les fue comunicado que embarcarían en una nave de transporte rumbo al planeta Iocanthos, su misión era desembarcar en Puerto Amargura y desde allí escoltar y ponerse a las ordenes del Vidente Aristarchus hasta el asentamiento de Desesperanza donde se había construido una catedral en honor de San Drusus, esta iba a ser consagrada pero en el lugar estaban acaeciendo fenómenos relacionados con la disformidad que debían de ser investigados.

Con esas premisas viajaron hasta el lugar, Iocanthos era un planeta pseudofeudal en las que todas las relaciones de poder se basan en la violencia o en la amenaza de ejercerla, con distintos señores de la guerra peleando entre ellos por tener el control de la mayor riqueza del planeta, El polen de fuego fantasma, el cual es usado por las legiones de la Guardia Imperial como droga de combate, el plante dispone de un solo puerto de entrada, Puerto Amargura, rodeado por altos muros para protegerlo de algún hipotético ataque de algún señor de la guerra, en él por fin desembarcaron los cuatro acólitos, el calor y la humedad en Iocanthos eran insoportable, al igual que un olor como a hierro característico del polen de fuego fantasma, no habían empezado a moverse para salir de la zona de desembarco cuando un hombre con sobrepeso y vestido con ropas de burócrata se acerca a ellos, detrás de él le siguen dos hombretones con aspecto rudo, el hombre se presenta como Kerred Smyk al servicio del Vicecónsul de Iocanthos, el cual le ha enviado para atender a la Inquisición en todo lo que este en su mano, aunque pronto le queda claro a Arcturus que sus motivos mas que ayudar es saber que hace la Inquisición en Iocanthos, por lo que pronto le despacha dejándole con la palabra en la boca, al poco de dejarlo de lado un pequero querubín bastante destartalado vuela hasta ellos entregándoles una nota, en ella les encomienda que le sigan hasta Aristarchus, el cual esta esperándolos, el querubín empieza a volar adentrándose por las calles de Puerto Amargura, a los acólitos no les resulta difícil de seguirle entre las calles llenas de gente de distintas clases y idiomas, caminando por sus calles pudieron ver como un lunático gritaba a la gente mientras se iba caminando  a empujones...

¡Está aquí, está aquí otra vez! ¡El Padre Cuervo ha venido para ahogarnos con sus mentiras!

¡Falsa, falsas, las dos caras que tiene! ¡El primero de tres tiene dos!

¡ La sangre correrá por toda la colina!

¡Han abierto su corazón a una serpiente, los muy necios! ¡Pena me dan esos condenados locos!

Justo cuando aquel loco no paraba de gritar aquellas palabras choco contra Arcturus cayendo al suelo delante de él gritando de dolor mientras se cogía la cara, Arcturus se quedo perplejo ante lo que estaba pasando con aquel hombre cuando de repente entre la gente un grupo de hombres pintados con tatuajes azules en la cara saltaron sobre ellos propinándoles golpes con porras, ante aquello y tras sobreponerse a la sorpresa inicial sacaron sus pistolas haciendo buen uso de ellas sobre los atacantes, consiguieron abatir a dos de ellos no sin que antes Arcturus acabara en el suelo con varios golpes, justo en ese momento un grupo de guardias apareció al fondo de la calle dando lugar a la huida de los atacantes que aun estaban de pie, del loco que había caído al suelo no quedaba ni rastro, tras el interrogatorio del capitán de la guardia sobre lo que había pasado les dejo marchar para reunirse con Aristarchus, lo que pudieron averiguar de aquellos salvajes es que por sus pinturas deberían ser nativos de Iocanthos y que pertenecerían a algún clan, que últimamente su comportamiento estaba siendo muy extraño, por fin con la guía del querubín llegan hasta la zona administrativa de Puerto Amargura, allí un funcionario del Imperio les lleva hasta los aposentos de Aristarchus.

Aristarchus esta sentado tras una mesa de madera, entre sus manos sostiene unas cartas del tarot de color marfil que guarda en un estuche de color plateado, su rostro enjuto y atractivo os mira con una sonrisa mientras os invita a sentaros, en una de sus mejillas se puede ver claramente el electrotatuaje de autorización de la Scholastica Psykana, tras presentarse les pone en antecedentes, hace unos días que llego a Iocanthos con la misión de ayudar al Abad Skae en la consagración del templo que se ha alzado en honor a San Drusus, de lo cual se siente orgulloso al poner unir su estirpe con el héroe del sector Calixis, la razón de que ellos hayan sido enviados hasta Iocanthos es para asegurar que la consagración se lleva a cabo ya que desde hace varias semanas se están reportando sucesos extraños en la zona de la catedral, en todo momento Aristarchus les trata como si fuera uno mas y no como su superior al mando, también esta al tanto de lo ocurrido mientras venían hacía aquí, los salvajes llevan días con un comportamiento extraño, quizás sea la maldita humedad del planeta que no deja descansar..., mañana a primera hora deberán estar preparados para partir hacía Desesperanza, esta se encuentra al norte, en la cumbre de las montañas, tendrán que recorrer el llamado Camino de los Peregrinos, que no es mas que un camino de tierra que cruza el yermo de esquisto.
Antes de retirarse a descansar y ante la petición de pertrecharse mejor Aristarchus les entrega 100 tronos para que les den buen uso, les indica que en el Foso al otro lado de la ciudad pueden encontrar de casi todo, pero que vayan con cuidado, Arcturus junto a Gianna se quedan descansando y curándose de las heridas producidas en la pelea callejera, son Xanthia y Octo quien se encargan de ir a la zona del Foso, de allí vuelven con cuatro granadas de fragmentación y con rumores de que los Ashleen están nerviosos, mas de lo habitual para esos salvajes, y que los Yermos no había ni una sola alma con la que cruzarse.

A la mañana siguiente a primera hora parten hacía Desesperanza, el viaje durada dos días, Aristarchus ha conseguido un camión con la capota abierta, el calor y la humedad es un suplicio, por el camino no el primer día ven un solo alma, durante ese primer día cruzan por lo que en su día eran pequeños campamentos ya tiempo abandonados, restos de huesos de batallas antiguas abundan aquí y allá, y por todos lados campos de Polen de Fuego Fantasma, Aristarchus les explica que aquello son los restos de antiguas batallas entre los distintos Señores de la Guerra, los nativos afirman que donde hay esa violencia crece mas cantidad del polen, durante el viaje va hablando con cada uno de ellos intentando ver como es cada uno de ellos, también les cuenta que fue el propio Abad Skate quien se puso en contacto con él, incluso le hizo este regalo, el cual le fue traído desde Desoleum, y enseña un juego de cartas del tarot bellamente ilustradas en un fino marfil, por lo que sabe de el Abad Skae fue alguien importante en Desoleum, pero dejo todo para con las manos vacías iluminar a estas gentes y hacerles ver la verdadera fe en el Dios Emperador, y con gran esfuerzo levantar la catedral en honor a San Drusus, y así conociéndose todos un poco transcurre el primer día de viaje, por la noche preparan un campamento al lado del camino, con un fuego con el que poder ver algo, al no haber Lunas las noches en Iocanthos son completamente oscuras, Aristarchus les deja a ellos los preparativos de las guardias, el se pone directamente a descansar, esta completamente fatigado, el calor sofocante de aquel planeta lleva días que no le deja descansar.




Entre ellos cuatro se reparten las guardias, la noche va transcurriendo sin ningún percance hasta que unas horas antes de amanecer una silueta se perfila en la luz de la hoguera, tras darle el alto y hacer caso consiguen abatirla con facilidad, cuando se acercan a ella y pueden observarla con algo de luz verán el cuerpo de un ashleen que sufrió una muerte violenta hace ya algunos días, el cuerpo esta quemado por el Sol y lo que resulta mas escalofriante es que tiene arrancando los ojos, Aristarchus ante la petición de los acólitos examinara el cuerpo no percibiendo ningún rastro de actividad psíquica en él, dejando atrás ese extraño suceso levantan el campamento y seguirán en dirección a las estribaciones montañosas, durante ese segundo día si que tienen compañía,  en el cielo vuelan unos seres repulsivos, más que aves parecen reptiles emplumados, de picos muy afilados y no tienen ni un solo ojo, son los carroñeros locales, a mediodía del segundo día de viaje alcanzan las primeras estribaciones de la cordillera, empezando a subir por un estrecho camino, al poco de estar subiendo verán en un risco una figura recortada contra el Sol, lo cual les impide ver algo más allá de su silueta, la figura rielara durante unos segundos y seguidamente desaparecerá, parando el camión trepan por un lado de la pared rocosa llegando hasta donde vieron al figura, allí no ven a nadie, pero Xanthia percibe que en la zona donde estaba la figura el suelo esta mas caliente y en él hay un burdo pictograma de gran tamaño grabado a fuego, un ave de presa sosteniendo un cráneo, Aristarchus se mostrara sorprendido, y tras recuperarse les indicara que el ave de presa bien podría tratarse de un halcón un ave de la Sagrada Terra, y el cráneo podría ser una variante de la iconografía de cráneo ennegrecido que empleaba el 2º regimiento del general Drusus, sin nada más que hacer allí vuelven al camión y en silencio, cada uno enfrascado en sus propios pensamientos siguen camino hasta Desesperanza, justo cuando esta anocheciendo y tras girar una curva cerrada llegan hasta sus puertas...







DARK HERESY. A SANGRE Y FUEGO. Sesión 3

 Siguieron avanzando por el pasillo principal, este acababa con distintos corredores a medio excavar, de uno de esos corredores provenía como una luz rojiza que parecía bajar y subir de intensidad, como si palpitara, pero no pudieron fijarse en ella ya que al llegar a aquel lugar cayeron en una emboscad propiciada por lo que quedaba de la Hermandad de la Malicia, al final fueron abatidos, pero tanto Xanthia como Gianna resultaron heridas, con las fuerzas mermadas fueron avanzando hasta aquella luz, la luz rojiza inundaba una gran caverna, al fondo de esta y a través de una gran grieta del suelo se alzaba una piedra de color lavanda que casi llegaba a tocar el techo, de ella emanaba aquel tono rojizo, según se acercaban a ella empezaron a notar como parecía palpitar, intentando transformar sus cuerpos, Octo callo al suelo de rodillas mientras su cuerpo se retorcía intentando cambiar, mutar..., por suerte para él su fe fue mas fuerte y tras unos segundos de una agonizante lucha consiguió recuperar el control y volvió a levantarse, pero aquella piedra claramente Xenos había abierto una brecha en el Inmaterium formándose un demonio delante de ellos, un ser abotargado y deforme, armado con oxidadas cuchillas de carnicero y mirando fijamente a los acólitos con un único ojo de color blanco lechoso, este inmundo demonio es una incubadora andante de las más terribles enfermedades y excrecencias, pues sirve al repugnante Nurgle, el dios del Caos de la descomposición y el contagio, él cual no parecía acusar los golpes que le iban propinando, y por si eso fuera poco la piedra volvía a palpitar otra vez, en un intento desesperado Gianna con sus ultimas fuerzas lanzo su granada de fragmentación por detrás de aquel ser en dirección a la piedra, la granada fue rodando por el suelo hasta pararse justo a su lado, de repente estallo haciendo que esta estallara en pedazos y devolviendo a aquel ser al lugar de donde había venido, la onda expansiva de la explosión también afecto al  resto de acólitos dejándolos malheridos pero poco a poco fueron recuperándose  ayudándose unos a otros, cansados física y psicológicamente descansaron y recuperaron fuerzas en la habitación donde encontraron a Rata, después desandaron el camino de vuelta, Octo se llevo un trozo de aquella piedra, su luz había desaparecido dejando en su lugar un trozo de piedra aparentemente normal.


Después de descansar y recupera fuerzas hicieron el camino de vuelta lo más rápido posible, habían perdido la noción del tiempo allí dentro, y tras los sucesos acontecidos deseaban volver a respira el aire fresco, sin ningún percance llegaron hasta los montacargas, ascendiendo por el que habían descendido hacía horas o días llegaron, ante ellos tenían la salida, bloqueada por el gran sello imperial, con alegría conectaron el vocotrasmisor, pero la única respuesta fue un pitido, la angustia empezó a apoderarse de ellos, o el vocotrasmisor no funcionaba o hay fuera había pasado algo, pero tanto una como a otra causa podría significar quedarse allí encerrados, aun estaban asimilando aquella situación cuando el eco de un ruido llego hasta ellos, claramente venia de la parte inferior de la mina, como si algo estuviera golpeando o rozando la parte inferior de los montacargas, tras mirarse con cierto miedo decidieron que dos de ellos bajarían a investigar que provocaba aquel ruido, si algo había escapado de la Escombrera tenían el deber de acabar con ello, mientras los otros dos intentarían comunicarse con el exterior, con cautela y muchos nervios empezaron a bajar por el montacargas, una gran oscuridad inundaba el pasillo y de esa negrura venia claramente un ruido, como si estuvieran royendo algo, lentamente fueron avanzando con las armas preparadas hasta que por fin el haz de luz ilumino la escena, una enorme rata estaba en medio del pasillo , en cuanto la luz llego hasta ella levanto la cabeza mirando hacía ellos pero ese fue su ultimo movimiento, la pistola de Arcturus descargo un tiro tras otro sobre aquella alimaña, toda la tensión acumulada la descargo hasta vaciar por completo el cargador, tras aquello un ruido sepulcral reino en todo el pasillo, volvieron a subir por el montacargas hasta la salida donde sus compañeros intentaban comunicarse con el exterior, por suerte una voz contesto a su llamada y al cabo de unos interminables minutos el sello Inquisitorial se fue abriendo hasta poder salir al exterior...




Tras dar novedades de lo ocurrido al Comisario y recibir sus felicitaciones y promesas de reflejar sus esfuerzos en su informe y a su Inquisidor recogieron sus pertenencias y volvieron hasta su capsula de desembarco para volver al Puño Golpeante, pero antes de abandonar el campamento de la Guardia Imperial Xanthia tuvo que ir escondiéndose entre las tiendas de campaña, esquivando al Furriel, el cual al enterarse de la vuelta de los acólitos de la mina estaba buscando a Xanthia para cobrarse lo que esta le había prometido..., según iba cogiendo altura la capsula de desembarco pudieron ver al Furriel gritando mientras agitaba los brazos en su dirección, poco a poco todo se fue haciendo cada vez mas pequeño hasta dejar el planeta atrás y volver a su nave, en ella les estaba esperando Anastacia Orvel Von Karlac, agradeciéndoles de parte del Inquisidor y de ella misma el trabajo que habían llevado allí abajo, se habían ganado un descanso, ella partiría a una misión y en unos días le dejaría en una nave de carga que les llevaría hasta Escintilia donde al llegar recibirían nuevas ordenes para empezar su entrenamiento..., ahora disponían de unos días de descanso que quizás les servirían para conocerse mas, ya que no dejaban de ser cuatro desconocidos...



DARK HERESY. A SANGRE Y FUEGO. Sesión 2

 Poco a poco fueron descendiendo y adentrándose en aquella inmensa mina llena de ramificaciones, por suerte el Comisario les había entregado un mapa con el cual podrían llegar a la zona de la escombrera sin perderse, tras varias horas de caminar por sus túneles se fueron acostumbrando al silencio y la oscuridad que allí reinaba, solamente rota por los pequeños temblores sísmicos que cada cierto tiempo ocurrían, en su camino llegaron hasta una puerta fuertemente cerrada con evidencias de sangre en su exterior, tras discutirlo y ante la insistencia o la curiosidad de Octo decidieron abrirla y ver que había en su interior, lo que allí encontraron no fue nada agradable, una decena de cuerpos de mineros se apilaban unos encimas de otros con sus cuerpos destrozados y desfigurados, poco podían encontrar en aquel lugar por lo que cerraron la puerta tras de si y siguieron camino, poco después el camino desembocaba en una gran gruta donde decenas de vías se entrecruzaban perdiéndose por distintos túneles, siguiendo las indicaciones del mapa continuaron por el túnel que allí tenían marcado, este túnel tenía algo extraño, sus vías habían sido arrancadas y retorcidas sobre si mismas, desde luego quien hubiera realizado aquello tenía que tener una fuerza descomunal, con esa incertidumbre continuaron hacía adelante, los temblores cada vez se hacían mas fuertes, era como si se fueran acercando al epicentro de ellos, y a causa de esos temblores mas adelante pudieron ver como parte del túnel se había desplazado varios metros hacía abajo, quedando un pequeño camino con un oscuro vacío a sus lados, solo les quedaba intentar deslizarse con las cuerdas hasta ese estrecho y peligros desfiladero, caerse al vacío significaba la muerte, con precaución empezaron a descender, Xanthia fue la primera y tras un pequeño susto consiguió llegas hasta abajo, luego la siguió Octo y Arcturus, por ultimo fue Gianna la que fue descendiendo, pero algo distrajo su atención perdiendo pie y acabando cayendo a plomo, por suerte el Emperador fijo su mirada en ella aterrizando de espaldas en el estrecho camino, tras el susto cruzaron con rapidez aquel camino volviendo otra vez a la seguridad del túnel, según el mapa no les debería de quedar mucho para llegas a la zona de la escombrera, pero antes se encontraron un nuevo percance, parte del suelo había cedido y se había inundando de un liquido oscuro que no dejaba ver su interior, aunque un olor a combustible emanaba de el, sin saber lo que podría cubrir decidieron volver sobre sus pasos y recuperar una vagoneta que habían visto, empujándola la llevaron hasta aquel lugar y aprovechando la pendiente hacía abajo se subieron en ella con la intención  de cruzar aquel charco, por desgracia en cuanto la vagoneta se introdujo en el volcó haciendo que sus ocupantes salieran despedidos, tras el susto inicial consiguieron agruparse en uno de los laterales, pasando pegados a la pared empezaron a cruzar despacio hasta que Arcturus vio que del centro de aquel charco algo se movía, parecían unos tentáculos , justo al tiempo que alertaba al resto uno de esos tentáculos enrollo a Xanthia de una de sus piernas arrastrándola hacia el centro, Octo y Gianna empezaron a correr alejándose del peligro y sacando sus armas, mientras Xanthia luchaba con todas sus fuerzas por aguantar la respiración mientras intentaba zafarse de aquello, mientras Arcturus intentaba agarrarla para ayudarla a salir de allí, al final entre ambos consiguieron que aquello la soltara y justo en ese momento Octo disparo su arma apuntando al centro del agua, una mirada de miedo se reflejo en la cara de Xanthia y de Arcturus al escuchar el sonido del arma de Octo, por suerte actuaron rápido y salieron corriendo de aquel lugar antes de que la detonación incendiara todo el charco, la tensión después de aquello era patente pero no era el momento para reprochar nada, de momento estaban todos bien y delante de ellos ya podían ver su destino, la puerta de la escombrera estaba allí esperándolos, claramente el oxido había echo mella en ella, pero sus bisagras claramente habían sido usadas hacía poco, para poder abrirla necesitaron empujar varios de ella, la puerta estaba como clavada seguramente a causa de los temblores el techo había cedido algo, un fuerte olor salía de aquel lugar, un olor desagradable, al igual que gusanos como una mano de grandes y  de un color amarillo enfermizo que reptaban por sus paredes...




Lo que había detrás de la puerta mostraba lo que allí había sucedido, una gran mancha de sangre en el suelo donde aun habían trozos de órganos y de distintas partes del cuerpo, las paredes de alrededor estaban llenas de agujeros de los disparos, un pasillo seguía hacía adelante, a un lado de este había una puerta cerrada y justo en el lado opuesto otro pasillo se adentraba hacía el Este, decidieron girar hacía el pasillo del Este para no dejarse nada a sus espaldas, a los pocos metros el pasillo se convertía en dos, lo que allí encontraron no resulto nada agradable, uno de ellos acababa en una pequeña gruta en la que descansaban varias cabezas arrancadas de los soldados de la Guardia Imperial, del otro pasillo pudieron oír un extraño ruido, según penetraron en el pudieron ver el origen del ruido, un sodado de la Guardia Imperial estaba devorando un cadáver, al escucharlos se dio la vuelta y avanzo hacía ellos, su cuerpo estaba deformado, al igual que su cara claramente tocada por los poderes ruinosos, su cuerpo parecía no acusar los golpes y disparos de los acólitos, pero después de un duro combate consiguieron acabar con el, Gianna en un acto de hermandad con los caídos fue recogiendo las placas identificativas, justo el que habían abatido resulto Hastur, ser el amigo de Jurtz, volviendo sobre sus pasos volvieron a la entrada, decidieron probar suerte detrás de la puerta, no sin esfuerzo consiguieron abrirla, aquella sala tenía pinta de haber sido un almacén, no había nada de valor pero Arcturus vio que algo se escondía detrás de una gran mesa, al verse descubierto salió pidiendo clemencia, se hacía llamar Rata, por sus era un minero, escuálido y hablaba con frases simples y cortas, tras tranquilizarlo y darle algo de comida les conto que cuando llegaron los soldados empezaron a escucharse disparos y gritos de horror,  el asustado corrió hasta esconderse en aquel lugar, queria irse pero el miedo lo tenía allí retenido, por un momento volvía a ser feliz al pensar que al irse aquellos soldados lo llevarían con ellos al exterior, pero nada mas lejos de la realidad, Arcturus ante la sospecha que su mente era débil y el Caos podría transformarlo como a los guardia Imperiales zanjo de raíz el asunto, mientras Rata recogía sus pocas pertenencias lo ejecuto con un disparo en la cabeza, y allí encontró su eterno descanso, recogieron un par de picos que aun estaban en buenas condiciones y volvieron a salir al pasillo.





Con cautela avanzaron adentrándose en la Escombrera, más adelante llegaron hasta una encrucijada, el suelo estaba lleno de sangre congelada, mas adelante el pasillo continuaba mientras a ambos lados se abrían otros corredores, el del Este no llevaba a ningún lado, el que seguía hacía el Oeste resulto ser una trampa, fue avanzar hacia el cuando varios disparos cayeron sobre ellos, tanto Gianna como Xanthia sufrieron heridas pero poco a poco consiguieron avanzar y entablar un cruce de disparos con ellos, pero Arcturus a través de una granada consiguió acabar con ellos, resultaron ser un grupo de cinco mineros, los cuales mostraban distintas mutaciones, tres de ellos tenían tatuada una M en la nuca, claramente aquellos tres eran fieles a la Hermandad de la Malicia, sin nada más que hacer en aquel corredor volvieron sus pasos al pasillo central, unos pasos mas adelante otro corredor se habría a su derecha, con cautela se adentraron por ese pasillo lateral, al final del pasillo se podían distinguir dos estancias, una de ellas estaba cerrada por una puerta típica de la mina, la otra estancia estaba abierta y de su interior provenía un fuerte olor a combustible, entre la oscuridad se podían ver varios tanques enormes de Prometio, un combustible altamente inflamable, también pudieron oír movimiento al fondo de la estancia, mientras Arcturus controlaba la estancia Gianna y Octo abrieron la compuerta de la otra estancia, lo que allí vieron fue una escena dantesca, allí descansaban más de una docena de cuerpos de Guardias Imperiales muertos, con sus cuerpos destripados, Gianna conmocionada ante esa visión retrocedió unos pasos conmocionada, Octo no podía dejar de mirar aquellos rostros, a quien le recordaban solo él lo sabía, pero aquella visión hizo que saliera corriendo de aquel lugar y aunque Xanthia intento cogerlo Octo hizo valer su fuerza para salir corriendo por el pasillo, corrió desesperado hasta llegar a la puerta de entrada a la Escombrera, allí se paro mientras recuperaba el aliento y tras rehacerse cogió aire y avergonzado volvió sobre sus pasos hasta juntarse con sus compañeros, estos tras la huida de Octo fueron retrocediendo, pero ante el miedo a lo que allí hubiera pudiera venir detrás de ellos prepararon una trampa con una de las granadas, y como comprobaron mas tarde hicieron bien, el mutante al salir de aquella estancia y continuar por el pasillo hizo estallar la granad de fragmentación acabando con él.

Cada vez se iban adentrando más en esta zona de la mina, y cuanto mas se adentraban mas parecía que el epicentro de los temblores estaba más cerca...


DARK HERESY. A SANGRE Y FUEGO. Sesión 1


 La capsula de desembarco descendía con rapidez hacía el planeta de Sepheris Secundus, dentro de ella viajaban cuatro desconocidos y futuros acólitos de la inquisición, en sus caras se reflejaban distintas emociones, Arcturus se mantenía sentado con una total falta de sentimientos que solo los Adeptus Mechanicus poseían, de parte de su cuerpo sobresalían tubos y piezas mecánicas, cerca de él se encontraba Gianna, por su atuendo claramente había servido en la Guardia Imperial, su mirada distraída y tranquila reflejaba con claridad que ya había realizado algún salto orbital, enfrente de ella un hombre se aferraba con fuerza al asiento mientras con los ojos cerrados realizaba salmos al Dios Emperador, su nombre era Octo, para él todo aquello era algo extraño y novedoso toda su vida había vivido dentro de un pecio espacial en medio del vacío, por ultimo retirada un poco del resto una sus nuevos compañeros se encontraba Xanthia, su cara pálida indicaba que no lo estaba pasando muy bien en aquel trozo de hierro, era una joven de aspecto delicado y bellas facciones, a la cual le costaba abrirse y comunicarse con el resto de compañeros, parecía que como al resto un escabroso pasado descansaba sobre sus jóvenes espaldas.


Cada uno de ellos había sido elegido para formar una nueva célula de la Ordo Hereticus al servicio del Inquisidor Anton Zerbe, alguno lo había podido ver durante apenas unos instantes pero para todos era un gran desconocido, durante los pocos días que habían convivido en la nave Puño Golpeante quien se había encargado de ellos había sido Anastacia Orvel Von Karlac, una inquisidora al servicio de Anton Zerbe, encargada de su adiestramiento pero este había llegado antes de lo esperado, el planeta minero de Sheperis Secundus había tenido un repunte de insurrección por parte de una parte de sus trabajadores, la Guardia Imperial ha sido enviada para aplastar el levantamiento, pero en el interior de la mina Gorgónida se ha notificado un suceso extraño dando lugar a la intervención de la Inquisición, la nave más cercana es la de la inquisidora Anastacia Orvel Von Karlac y para suerte o desgracia los nuevos reclutas tendrían que averiguar y aplastar lo que allí estuviera sucediendo...



Tras un largo descenso por fin la capsula de desembarco toma tierra en medio de un campamento de tiendas de campaña de la Guardia Imperial, fuera se podían ver distintos miembros del 97º regimiento de la Guardia Imperial ataviados con uniformes grises, con semblante alicaído el ambiente claramente era poco acogedor, un bípode a sus espaldas iba recogiendo cadáveres arrojándolos sobre uno de los muchos cráteres que se podían ver por la zona, antes de que pudieran dar un par de pasos y mientras escuchaban las ultimas arcadas de Xanthia dentro de la capsula de desembarco un guardia imperial de apenas 18 años se acerca a la carrera hasta ellos, el joven de nombre Jurtz les empieza a interrogar con preguntas para saber quien de todos ellos es el inquisidor, pero al descubrir que no es ninguno de ellos su alegría pasa a ser una gran decepción, pero justo en ese momento la fuerte voz del sargento Raynard precede sus pasos, un hombre ya entrado en años, con la cabeza rasurada y cubierta con un tatuaje azul oscuro y una mandíbula cuadrada,  tras mandar al joven Jurtz de vuelta a su puesto mira de arriba a abajo a los cuatro acólitos, maldiciendo por lo bajo y menospreciando lo que ha enviado la inquisición hace un gesto para que lo acompañen ante el Comisario, en ese gesto su brazo mutilado en el que hay injertado una barra metálica provista de distintos artilugios se empieza a mover sin ningún control hasta que con par de golpes se vuelven a quedar quietos, todo ello mientras lanza miradas de odio hacía Arcturus, tras ese percance empiezan a moverse entre las tiendas siguiendo al Sargento, de una de esas tiendas Octo puede escuchar las risas delirantes de alguien, en un vistazo rápido para no perder a sus compañeros puede ver como las risas provienen un un sodado que esta atado a un poste dentro de la tienda, tras sortear varias tiendas por fin llegan a lo que seria el centro del campamento, allí resalta claramente un contenedor de color rojo, en el esta pintada el Águila Imperial y el numero del regimiento, en la puerta les recibe el ordenanza, un hombre rechoncho que tiene unas palabras bastante tensas con la acolita Xanthia, pero que no va a más gracias al Comisario que acaba con ese altercado invitando a los cuatro acólitos a pasar dentro del cuartel general y mandando al ordenanza a realizar una orden, el Comisario Nihilius se presenta como el responsable del 97º regimiento de la Guardia Imperial, y aunque en su rostro se podía ver claramente el descontento ante lo que la Inquisición había enviado tras unas breves palabras de cortesía les pone al corriente de lo ocurrido en el planeta, no sin antes recordar a Gianna su pasado de Guardia Imperial y que aun podía arrestarla o algo peor si no le mostraba respeto, una parte de los trabajadores efectuaron distintos ataques a las minas y a puntos claves de ellas, por lo que habían podido averiguar gracias a documentos requisados a los traidores, estos abrazaban una secta o organización que se hacían llamar la Hermandad de la Malicia, con su potencia de fuego consiguieron acabar con brevedad con este levantamiento, los pocos insurgentes que escaparon se escondieron en las profundidades de la mina Gorgónida, y ahí fue donde empezaron a ocurrir los problemas, dos compañías se internaron para reducirlos pero cuando llegaron a la parte de la mina llamada la Escombrera algo horrible ocurrió, las dos compañías sufrieron un taque de algo horrible, desde luego algo caótico, los pocos que consiguieron salir o habían perdido la cabeza o habían quedado marcados por lo que habían visto u oído allí dentro, como dictaminaba el protocolo la mina había sido sellada hasta la llegada de los Santos Ordos de la Inquisición, tras ponerlos al corriente les recomienda pasar por el furriel para recoger lo que necesitasen y en una hora se veían en la entrada a la mina, como habían pedido el soldado Jurtz les recogería en las estancias del furriel y les llevaría hasta la entrada de la mina.

De camino al furriel pasaron por la tienda donde Octo había escuchado los gritos de aquel soldado atado a un poste, aun con la intriga de que le podía pasar decidieron averiguarlo, había sido uno de los supervivientes de las compañías que perecieron dentro dela mina, el hombre estaba loco, no paraba de reír con una risa histérica mientras no dejaba de gritar que veía ojos y sangre por todos los sitios, poco más se podía sacar de allí por lo que fueron hasta el furriel, una ostentosa cojera y sobre todo la falta de nariz junto con su sobrepeso hacía difícil mirarle a la cara sin apartar la vista, allí pudieron recoger comida, agua, cuerda y una lamparas, de armamento estaban escasos por lo que tendrían que apañarse con lo que llevaban ellos, salvo cuatro granadas de fragmentación que le entrego a Xanthia tras insinuarle que se las podría pagar con algo mas material, esta le siguió el juego prometiéndole que a la vuelta de la mina tendrían un encuentro mas intimo, tras el coqueteo de Xanthia con el furriel y haber recogido todo el material se encaminaron hacía la entrada de la mina acompañados del soldado Jurtz.

Durante el recorrido hasta la entrad de la mina pudieron sonsacarle a Jurtz que como había dicho el Comisario allí dentro habían ocurrido cosas extrañas, el había estado pero antes de llegar se empezaron a escuchar los primeros gritos de sus compañeros, eran gritos desgarradores, él huyo como un niño aterrado, y aunque sentía una gran vergüenza por ello el miedo era tan fuerte que por nada volvería a entrar en aquel lugar, solo les pidió un favor, traer de vuelta a su amigo Hastur, también había entrado a la mina y quizá aun podría estar vivo, tras casi media hora de camino por fin llegaron a la mina Gorgónida, la entrada había sellada con una gran piedra con el sello del Aguila Imperial, allí esperándolos estaba el Comisario, a una orden suya el sello Imperial fue liberado y dos grandes bestias empezaron a tirar de gruesas cadenas para poder mover la piedra que sellaba la entrada, se necesitaba media hora para abrir el hueco suficiente para que pudieran entrar, una vez dentro la entrada volvería a ser cerrada por lo que el Comisario les recomendó que a su vuelta no deberían de venir con prisa..., tras una palabras de despedida por fin los cuatro acólitos penetraron por el resquicio que se había abierto, el ambiento dentro estaba bastante cargado y unos metros mas adelante dieron con un montacarga que con el que descendieron varios cientos de metros a una oscuridad cada vez mas insondable...




EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 21

Una oscuridad insondable reinaba en aquel lugar, un largo pasillo obstruido por un derrumbe en uno de sus lados desembocaba en una gran habitación donde el suelo estaba repleto de huesos de toda clase, desde humanos, hasta otros deformes y enormes de algún extraño animal o demonio, pero mas que esa horrible llanura de huesos lo que emanaba maldad era un ataúd compuesto de huesos entrelazados al fondo de la estancia, dentro de aquel ataúd descansaba un cuerpo medio descompuesto, su carne  putrefacta se entremezclaba con partes de su armadura como si de su propia piel se tratara y una mascara le ocultaba el rostro, un rostro que ningún mortal había conseguido ver y había conseguido vivir para poder contarlo...




Tras recuperarse del susto de Ramkir volvieron sobre sus pasos, ante ellos se presentaban dos posibilidades, seguir buscando por el castillo, ya que Ramkir tenia la intuición de que Drachenfels no era el esqueleto que habían destruido, o abandonar aquel siniestro lugar ya que estaban exhaustos y habían estado a punto de morir varias veces como para seguir jugandosela mas, por lo que decidieron dejar el castillo cuanto antes, atrás dejaron una parte del corredor que acababa en una especie de derrumbe que con la antorcha del snotling rielaba dejando claro que escondía algo detrás.

Con rapidez subieron hasta la puerta a mitad de escalera, la cual daba paso al corredor de los tapices, al abrirla su sorpresa fue encontrar varios cuerpos muertos de caballeros con el emblema del Conde Enguerrand, aquellos caballeros habían muerto combatiendo entre ellos, por lo visto el pasillo tambien les había afectado al igual que afecto a Erwin, con una rápida mirada se percataron que todos ellos presentaban signos claros de mutaciones de Nurgle en forma de llagas supurantes, con precaución se dirigieron hacia la puerta de salida del castillo, con claridad fuera se escuchaba ruido de hombres de armas, Erwin pudo corroborar aquello al asomarse por un resquicio de la puerta, fuera había un pequeño campamento de los hombres de armas del Conde Enguerrant, como mínimo Erwin contó a diez hombres de armas, por allí era complicado salir, por lo que la opción de utilizar la sala de los portales iba tomando fuerza, al retroceder escucharon pasos de tres hombres que venían en su dirección, con rapidez se prepararon para realizarles una emboscada, el primero de ellos cayo bajo las armas de Erwin y Ogmund, otro de ellos pudo huir a pedir refuerzos a los de fuera mientras el tercero que no era otro que el propio Conde Enguerrand se enfrento en combate a Erwin, tras varios envites de ambos por fin Erwin pudo propinarle dos madoblazos que  acabaron con la vida del Conde, pero no sin antes amenazarles con que no se podrían esconder de su nuevo señor, con rapidez abandonaron el vestíbulo mientras el cuerpo del Conde convulsionaba hasta que se produjo un ruidos a desgarro, para entonces Erwin, Ogmund y Ramkir ya estaban atravesando el pasillo de los tapices  con los ojos cerrados, se encaminaron hacia el pasillo por donde Erwin había llegado atravesado un portal llegando a las mazmorras del piso inferior, de allí solo tuvieron que volver a subir las escaleras hasta la sala donde estaban los portales, respirando hondo atravesaron el portal donde se veía al fondo la ciudad de Kislev, cuando cruzaron el portal volvieron a estar en la heladas estepas de Kislev, la cual la tenían delante a unas dos horas, detrás ya no estaba ni el portal ni el castillo, ya era tarde por lo que caminaron deprisa hacia la ciudad antes de que terminara de caer la noche.



Una vez en ella fueron inmediatamente llevados a distintas habitaciones de palacio donde pudieron descansar, durante varios días Bogdanov mantuvo separado a Erwin de Ogmund para interrogarlos sobre lo sucedido en Bolgasgrad, ambos le contaron todo lo que allí habían averiguado sobre los no muertos y su relación con el templo de los Antiguos Aliados y la implicación de Durgul en todo aquello, en parte se alegro por que hubieran acabo con Alexis III y con la desestabilización de aquel templo corrompido por el Caos,  pero se sintió frustrado ante la noticia de que Durgul aun seguía con vida, después de varios días separados por fin volvieron a juntarse para acudir a la presencia del Zar, el cual les felicito personalmente por su ayuda con la madre patria y con orgullo les entrego la estrella de plata de Kislev por semejantes servicios, tras ello eran libres para poder moverse con total libertad por la ciudad hasta que pasara el invierno, se volvieron a juntar con Ramkir dejando que los días fueran pasando, Erwin aprovecho el tiempo en Kislev para profundizar sobre la orden de los Cazadores de Brujas, con todo lo acontecido durante estos últimos meses cada vez se daba mas cuenta de que había que limpiar el Imperio de toda la inmundicia que había, era el momento de dar un paso al frente y ser uno de ellos por el bien del Imperio,  uno de esos días volvieron a ver a Durgul, entre las sobras de un callejón de la ciudad, les pregunto sobre sus andanzas en el castillo de Drachenfels, Erwin y Ogmund le pusieron al día de todo lo ocurrido, Durgul se mostró muy interesada en todo lo que le contaron lamentando que no hubieran traído con ellos aquella antorcha con la que podían ver los puntos de teletransportación, la cual Erwin si que tenia escondida entre su equipo, Durgul les contó que su amigo Nikkit estaba siendo buscado por los siervos de Slaanesh, de momento lo mantenía a buen recaudo, aunque aun no había encontrado como revertir su estado, de momento el único medio podría ser la llama eterna, la llama de Ulric quizá lo podría curar o quizá lo podría purgar convirtiéndolo en un puñado de cenizas, con aquellas desalentadoras noticias se despidió de ellos volviéndose a fundir entre las sombras, pero antes de aquello le dirigió unas extrañas palabras a Ramkir, le dijo que cuidara de Erwin y Ogmund, llegado el momento necesitarían de su ayuda...
Ramkir se mostró sorprendido ante aquellas palabras, por lo que podrían significar y también por el tipo de voz, esa voz era igual que el Hechicero que hacia unos meses indirectamente le había puesto sobre la pista de la ubicación del castillo Drachenfels, desde luego no era la mujer que había visto allí pero el tono y la forma de hablar eran la misma.....