lunes, 24 de septiembre de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 3

En el horizonte ya podía vislumbrar las altas murallas de Kislev, imponentes, sus muros dejaban constancia de todas las batallas que habían presenciado contra las hordas que el Caos enviaba desde el Norte, sus ojos no apartaban la mirada de ellas, pero para alguien que le prestara la suficiente atención podría haber visto el rostro de alguien al que una gran angustia le atenazaba, una gran sombra se cernía sobre su rostro, algo ocultaba en su interior que quizás le llevará a su propia muerte o por senderos oscuros que ni el mismo imaginaba..., estaba en Kislev, donde los mas viejos aun cuentan como los antiguos y olvidados Dioses del Norte aún caminan entre los mortales, mientras los iniciados de los auténticos Dioses proclaman que son solo manifestaciones de los poderes ruinosos.





La noche había caído sobre el Viejo bosque, por suerte encontraron un pequeño claro en el que intentar pasar la noche, Nikkit haciendo usos de sus conocimientos de batidor pudo averiguar que el olor que provenía del Norte era a causa de algún cenagal o pantano cercano, también encontró una huella muy grande de algo que había pasado en esa dirección hacia unos cuatro o cinco días, intranquilos decidieron acampar en el borde sur del claro, Nikkit y Erwin decidieron quedarse en el suelo, mientras que Ogmund prefirió subirse a uno de los árboles con el riesgo de caerse al quedarse dormido, por suerte para él eso no sucedió, durante la primera guardia Erwin pudo escuchar ruido de unas pisadas de algo pesado que se acercaba, el ruido venía del Norte, aunque la luz era escasa si que pudo apreciar como las copas de los árboles se movían hacia los lados, con rapidez despertó a sus dos compañeros, tanto el como Nikkit se escondieron detrás de los árboles donde se encontraban, mientras que Ogmund intento hacer lo mismo entre las ramas de donde se encontraba, contuvieron el aliento mientras veían lo que al otro lado del claro aparecía entre los árboles, un enorme Troll de río cubierto de fango camino al centro del claro donde paro su avance, mirando a su alrededor empezó a husmear, por suerte para ellos gruñendo siguió caminando por donde hace unas horas habían llegado al claro, con la certeza de que mas tarde volvería y quizás no tendrían tanta suerte decidieron arriesgarse y caminar unas horas en la oscuridad del bosque, se dirigieron hacia el Sur avanzando a duras penas hasta encontrar un lugar donde poder parar a recuperar fuerzas, antes de que el Sol empezara a surgir por el Este, en la lejanía pudieron escuchar un grito de frustración.




Por fin ya de día Ogmund decidió subirse a un árbol, decidido empezó a subir hasta su copa, desde allí esperaba poder ver que tenían a su alrededor para así poder ver algún lugar que le llamara la atención, tras varios traspiés consiguió llegar hasta la copa, sacando su cabeza pudo respirar aire puro mientras escuchaba el cantar de los pájaros que por allí aleteaban, el cálido sol le bañaba la cara sintiendo como calentaba su piel, después de un día en el Viejo bosque aquello fue como un remanso de paz, tras unos segundos empezó a mirar a su alrededor, hasta donde le alcanzaba la vista solo podía ver árboles, hacia el Este llegaban hasta las mismísimas faldas de las montañas del Fin del Mundo, desde donde estaba se veían impresionantes, pero justo hacia el Sur hubo algo que le llamó la atención, parecía que a unas horas de donde estaban había una arboleda, en ella los árboles parecían mas altos, quizás y solo quizás aquello podría ser el lugar en el que según los espíritus se encontraba el Gran Árbol, y allí quizás pudieran encontrar a Gyorgyi Pyotrovich, no con cierta dificultad consiguió bajar del árbol y reunirse con Erwin y Nikkit, les contó lo que había visto indicando a Nikkit la dirección en la que estaba la arboleda,  por suerte Nikkit con solo las indicaciones de Ogmund consiguió guiarlos hasta llegar al lugar sin perderse, en verdad Ogmund estaba en lo cierto con lo que había visto, allí había unos árboles que por su altura y grosor deberían ser mucho mas antiguos que el resto de árboles que tenían a su alrededor, pero aparte de ello lo que les llamó poderosamente la atención fue los sacrificios que colgaban de varias de las ramas de un árbol, eran animales que colgaban boca abajo, de algunos solo quedaban los huesos, justo debajo de ellos había hoscos canales que desembocaban en un agujero que parecía estar excavado de forma rústica, Nikkit también pudo apreciar que había pisadas de pies descalzos, aparentemente humanos, mientras desde la distancia contemplaban todo aquello Erwin por un segundo creyó ver una sombra que se movía entre los arboles, disimulando se lo comunico a sus compañeros.

Tras unos segundos de silencio empezaron a llamar a Gyorgyi, empezaron a decir que venían en nombre de su padre y necesitaban de su ayuda, una hombre de unos treinta años apareció de entre los árboles, iba completamente desnudo, una gran barba y el pelo largo y desmarañado, su cara parecía la de un niño pequeño, bobalicona y asustada, tras intentar tranquilizarlo para que confiara en ellos le preguntaron por los hombres bestias que habían atacado a la gente de la aldea, Gyorgyi no hablaba solo emitía ruidos guturales, pero con signos consiguieron entender parte de lo que les intentaba decir, al parecer hacia el Este había un claro con doce piedras donde se encontraba el grupo de hombres bestias, quizás el claro fuera el mismo en el que Alexis encontró unas ruinas y del que nunca mas volvió,  su líder alguien que portaba una espada y un casco comandaba a cuatro hombres bestias, dos de ellos se encontraban con él en el claro, el de con cuernos enroscados en su cabeza y otro con grandes colmillos, un tercero estaba subido en algún árbol alejado del claro desde donde vigilaba, mientras otro al parecer con forma de mono patrullaba por la zona, con la ayuda de Gyorgyi como guía se encaminaron hacía allí.




Tras guiarles a través del bosque llegaron hasta donde estaba su objetivo, a lo lejos escondido entre las ramas de un árbol pudieron ver a un hombre bestia, tenía cara de zorro, al parecer estaba adormecido sobre la rama, tras meditarlo decidieron que Erwin esperaría donde se encontraba para no hacer ruido, Nikkit y Ogmund se acercarían hasta tenerlo a tiro de sus hondas y en el momento que le dispararan con ellas Erwin saldría corriendo hacia el árbol donde estaba el hombre bestia, así si caía le podría rematar, moviéndose silenciosamente consiguieron llegar lo suficientemente cerca para poder disparar sus hondas sin que se percatara de lo que estaba sucediendo, por desgracia las piedras no hicieron otra cosa que rebotar sobre su armadura, menos la última que consiguió darle en la cabeza, sin mucha fuerza pero lo suficiente para hacerle caer al suelo, en ese momento Erwin ya llegaba corriendo hacia donde había caído, la lucha fue rápida, aunque mientras aullaba consiguió resistir los primeros envites de Erwin, en cuanto Nikkit y Ogmund se le unieron el hombre bestia sucumbió a sus ataques, aun asustados por los gritos esperaron parapetados en el árbol a que algo ocurriera, por suerte el bosque seguía en calma y lo único que vieron fue llegar corriendo a Gyorgyi, asustado les hizo gestos de que el hombre bestia con forma de mono venía desde el Norte, con rapidez se escondieron entre los árboles esperando a que pasara para poder emboscarlo, a los pocos segundos de esconderse pudieron ver como el hombre bestia aparecía caminando hacia donde estaban, caminaba ajeno a todo lo que allí había pasado, en una de sus manos llevaba colgadas dos liebres a las que pensaba dar buena cuenta con su compañero, en ese momento Erwin y Nikkit pudieron ver que donde Ogmund estaba escondido sería fácil que el hombre bestia lo descubriera, solo les quedaba rezar para que eso no fuera así, por suerte Sigmar o quizás los espíritus del lugar les eran propicios, el hombre bestia paso al lado de Ogmund sin que se girara a mirar en su dirección, esto fue lo ultimo que hizo, en ese momento los tres se avalanzaron sobre el, lo siguiente que ocurrió fue que cayó muerto en el suelo mientras aun sorprendido agarraba con su mano las dos liebres, de momento todo estaba saliendo como lo habían planeado, Gyorgyi tapándose la boca con ambas manos les empezó a guiar hasta el claro...

martes, 18 de septiembre de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 2

El viejo bosque, según los ancianos del lugar tan viejo como las mismísimas montañas del Fin del Mundo, tan denso que según te vas adentrando en el ningún rayo de Sol es capaz de atravesar las copas de sus árboles, criaturas extrañas habitan en su interior, alimentándose del pavor de aquellos que en su locura pretenden adentrarse en el fuera de los pocos caminos que aún conserva, para algunos ancianos el último refugio para los antiguos Dioses que antaño caminaban entre los mortales por las tierras de Kislev...


Después de su conversación con el administrador Hertzen y aprovechando que aún tenían la tarde por delante decidieron que irían a hablar con el anciano Pyotr Pyotrovich, antes consiguieron algo de información de la gente que había por la finca, al parecer el anciano y su mujer Annya Ivanova habían tenido un hijo, Georgiy Pyotrovich, el cual hacía 23 años que había huido de su casa para vivir en el bosque, al poco de nacer era claro que por su comportamiento tenía la marca del Caos,  incluso había quien creía que toda la familia la tenía, para los aldeanos el chico junto a los hombres bestias era el responsable de las muertes, Pyotr y su mujer vivían en una cabaña al norte de Voltsara, en las lindes del bosque a unos veinte minutos del poblado, había sido el carbonero del poblado a la vez que el brujo que hablaba con los antiguos Dioses y con los espíritus , tras averiguar como llegar hasta la cabaña, Erwin, Ogmund y Nikkit partieron, dejando a Leopold intentando averiguar algo mas entre las gentes del poblado, cuando volvieron a juntarse Leopold confirmó lo que ya habían averiguado de la gente que trabajaba para el administrador,

Tras unos veinte minutos caminando llegaron hasta la cabaña de Pyotr, en ella pudieron ver a Annya haciendo distintas labores del hogar mientras Pyotr descamisado partía leña, ambos mayores y enjutos demostraban una fuerza inusual para alguien de su edad, en cuanto Annya se percató de su presencia les dio la bienvenida a su hogar, mientras les acomodaba en unos asientos en el exterior de la cabaña les servía una copa de Kvas, un licor fermentado típico de la zona, tuvieron que espera un rato hasta que Pyotr hubo acabado de partir los troncos, con paso ligero se unió a ellos dándoles la bienvenida a su casa, tras preguntarles de donde venían escucho atentamente lo que habían venido a decirle, según Pyotr allí estaban a salvo ya que su hijo seguro que era el líder de esos hombres bestias y por eso nadie les atacaría, su hijo era un  buen chico, incapaz de hacerle daño a nadie, esa contradicción la utilizó Nikkit para hacerle ver a Pyotr que algo no cuadraba cuando en las víctimas del poblado había cinco niños, también Nikkit utilizando toda su persuasión evito que Pyotr les echara de su casa después de que Erwin le faltara al respeto, tras meditarlo durante un rato accedió a intentar hablar con los antiguos espíritus, hacía muchos años que no los había invocado y no sabía si aceptarían aparecer y que implicaría aquello.

Antes de empezar les hablo de los verdaderos Dioses, los que antaño caminaban por estas tierras, los Dioses del Norte,

-Dazbog, Dios del Sol, el que viajó por los doce reinos del día antes de entrar en el inframundo de donde obtuvo el conocimiento sobre todas las cosas, junto a el siempre le acompaña un gran lobo.
-Perun,  Dios del trueno, hijo de Dazbog, un hombre robusto con barba de cobre, siempre porta una poderosa hacha la cual regresa a su mano.
-Svetovid, Dios de la guerra y de la justicia, vigila todo lo que sucede, porta una poderosa espada en su única mano.
-Veles, Dios del inframundo y del engaño, hijo de Dazbog, asociado a una enorme serpiente que se enrosca a las raíces del árbol del mundo.
-Triglav, Dios de la vigilancia, con sus tres cabezas vigila el inframundo, la tierra y el cielo, tiene ataduras de oro en sus ojos y labios para así no poder juzgar los pecados de las personas ni hablar de ellos.
-Makosh, Diosa de la fertilidad el amor y la abundancia, era adorada por todas las mujeres.
-Berstuk, Dios del bosque, un hombre con cabello largo y peludo, con una gran barba cubierta de musgo.
-Stribog, Dios de los vientos y de los océanos, el protector de los navegantes.
-Chernobog, El Dios negro, el mal absoluto, el frío, el hambre, la enfermedad y la desesperación, rey de la oscuridad y los muertos, envuelto en una profunda oscuridad marchitando aquello por donde el camina.




También existían los espíritus,

-Domovoy, el espíritu del hogar, el abuelo chispas, protector del hogar y la familia.
-Maciew, el espíritu de los animales domésticos, el abuelo granero, protector de los animales .
-Polevik, el espíritu de la tierra y la guadaña, padre del gran árbol, protector del campo de la siembra.


 


Ante toda esta palabrería Ogmund no pudo menos que reírse interiormente, charlatanería del tres al cuarto, por mucho menos este hombre en tierras civilizadas habría sido quemado en una hoguera, tras meditarlo decidieron que no invocarán a ningún Dios por miedo a lo que ello pudiera implicar, por lo que Pyotr intentaría invocar al Abuelo Chispas, para ello penetraron en el interior de la cabaña, todos menos Annya y Erwin, este ultimo había faltado al respeto de su familia y no era bienvenido, Ogmund y Nikkit entraron en la caballa y en silencio vieron como Pyotr bendecía alimentos que ponía sobre un pequeño altar mientras realizaba plegarias, tras un buen rato empezaron a pensar que estaban perdiendo el tiempo cuando los ojos de Nikkit absortos en la contemplación de las llamas de la chimenea notaron algo extraño, un ser de unos cuatro centímetros se movía entre ellas, mientras le pegaba un codazo a Ogmund llamando su atención sobre la chimenea pudieron ver atónitos como un ser adorable salia entre sus llamas, en la cara de Pyotr se vislumbraba la felicidad de quien ve a un amigo tras varias décadas separados, tras unos segundos de asombro Nikkit y Ogmund hablaron con el, presto a ayudarles en lo que pudiera, pero por desgracia poco sabía del paradero de Georgiy, una gran tristeza le embargaba cuando recordaba la partida del chico, sin apenas sacar mas información volvió a fundirse en las llamas desapareciendo, aún incrédulos ante lo que habían presenciado salieron fuera caminado hasta el pequeño cobertizo que había detrás de la casa, en el Pyotr intento invocar al el espíritu de los animales, tras realizar una ofrenda y tras varias plegarias un ser de unos treinta centímetros salio de entre la paja que allí había, malhumorado y con cara de pocos amigos lo único que pudieron sacar en claro de el, es que Georgiy aun seguía con vida en el bosque, pero desconocía su paradero, mientras hablaban o mejor dicho discutían con el, notaron que cosas extrañas sucedían, el cinturón de Nikkit se soltó solo y en el interior de la bolsa de dinero de Ogmund algo se movía, aunque como bien pudo comprobar no había nada extraño en su interior, Erwin alejado un poco de donde estaban si que pudo ver con asombro lo que estaba sucediendo, con la luna ya colgando en el oscuro cielo caminaron hasta el linde del bosque viejo, allí Pyotr empezó a invocar a los padres de los cereales, dibujo en el suelo unos signos para luego hacerse un corte en la mano y sobre ellos dejar caer algo de sangre, un ligero viento dio paso a murmullos, delante de ellos de la misma tierra empezaron a brotar unos seres de apenas dos centímetros de alto, hasta donde alcanzaba su vista se podían ver estos seres murmurando en siseos, salvo uno que empezo a decir, llega la cosecha, llega la cosecha, la tierra tiene sed, llega la cosecha, llega la cosecha, la tierra tiene sed....,  tras lo cual todos los demás entre susurros empezaran a decir los mismo, con cada pregunta tanto Nikkit como Ogmund sacrificaban parte de su sangre para saciar la tierra, obteniendo que Georgiy estaba en el bosque con el gran árbol, cansados de dar su sangre y tras darse cuenta de que no sabían mas de lo que ya les habían contado los espíritus de los cereales le ofrecieron hacer mas afiladas sus armas hasta la noche siguiente, Ogmund decide no participar mas en este acto impío de manifestaciones del Caos, mientras que Nikkit ofrece a la tierra mas sangre mientras los seres recorren el arma que Nikkt deja en el suelo delante de ellos, tras esto y tras amenazarlos se vuelven a fundir con la tierra.

Tras preguntar a Pyotr por el gran árbol y cerciorándose que no existe deciden rechazar el ofrecimiento de dormir en su casa, vuelven al poblado, si antes estaban en duda de intentar invocar a algún Dios, ahora habiendo visto que puede ser posible el temor de lo que pueda pasar les hace preferir internarse mañana en el bosque viejo para intentar buscar a Georgiy o algún rastro de los hombres bestias.

Pasan la noche descansando en el poblado de Voltsara, para al día siguiente a primera hora adentrarse en el bosque viejo en dirección Noreste, según se adentran en sus entrañas apenas resquicios de luz consiguen atravesar las frondosas copas de los arboles, apenas un metro separa un árbol de otro, el avance es lento, tras mediodía y sin haber encontrado ningún rastro deciden seguir adelante en vez de volver al poblado, poco a poco se van adentrando en el bosque sin apenas ningún sonido de  animales o aves, hasta que la oscuridad se va haciendo mas tupida según va anocheciendo...




martes, 4 de septiembre de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 1.

La noche cubría toda la ciudad de Middenheim, con ella habían cesado los ruidos del carnaval, para sus habitantes uno de los mejores carnavales de los últimos años, sin ningún atisbo de dudas lo habían vivido al margen de lo que en sus entrañas había estado sucediendo, nunca sabrían lo cerca que habían estado de ver el declive de su amada ciudad, incluso de su propia muerte, pero si alguien sabía de sus secretos y entresijos esos eran nuestros vapuleados héroes, poniendo sus vidas en peligro habían conseguido desbaratar los planes de Gideon y del juez Wasmeier...

Que día era o que hora del día era era algo que desconocían, desde que fueron llevados a los fríos calabozos del Palacio del Graf habían perdido la noción del tiempo, en su pequeña habitación habían tenido tiempo para estar enojados, desesperados sin saber que fortuna les esperaría y reflexivos intentando descubrir que les había llevado allí después de todo lo que habían pasado por salvar la ciudad, quizás la hipótesis mas sensata era que conocían demasiados secretos de la gente importante de la ciudad, la horca o ser quemados en el centro de la plaza bien podría ser su final...., pero por fortuna el destino no les tenía deparada su muerte, no de momento.
La puerta del calabozo se abrió dando paso a una fuerte luz proveniente de un candil, poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la luz dejando entrever la figura de la ayudante del alto hechicero Albrecht Helseher, Janna Eberhauer les puso al corriente de la apremiante situación, gracias a amigos influyentes dentro de la corte se había conseguido que no fueran ejecutados, lo que fueran a hacer con ellos lo desconocía, pero por lo visto en sus pesquisas por salvar la ciudad habían descubierto cosas que les hacían ser un problema bastante molesto.
Por fin, al día siguiente eran sacados de los calabozos, escoltados por una docena de Caballeros Pantera fueron llevados a una audiencia con el Graf Boris, allí estaban todos los consejeros que quedaban en la ciudad, en algunos de ellos como Ar-Ulric o el Canciller Sparsam se notaba cierto nerviosismo, en los rostros de los tres Comandantes se reflejaba el claro desacuerdo de lo que aún estaba por suceder, una vez que estuvieron en la gran sala del trono el juez Ehrlich tomo la palabra disculpándose por el trato que les había dispensado después de todos los esfuerzos que habían realizado para salvaguardar a la ciudad y a sus habitantes, reconociendo la gran deuda que tenían con ellos, y por ello dándoles el mayor galardón que se le puede dar a cualquier hombre del Imperio, el pertenecer a la antigua y noble orden de los Caballeros Pantera...., y viendo las virtudes que habían demostrado y dado la urgencia del Zar de Kislev viajarían hacia allí mañana mismo en representación de la ciudad de Middenheim, mientras su compañera Wanda se quedaría a perfeccionar sus artes en la Real Escuela de Hechicería, con las nuevas abandonaron la sala del trono acompañados por los Caballeros Pantera, fueron llevados a los barracones donde se pudieron asear y vestir con ropas limpias para la ceremonia de los votos, en ellos juraron servir en cuerpo y alma a los Caballeros Pantera, servir y proteger al Graf Boris Todbringer, a su familia, a sus legítimos sucesores junto a sus consejeros con su propia vida, perseguir y destruir cualquier cosa o persona con la marca del Caos,  así lo harían hasta que solo la muerte pudiera liberarlos de este juramento.
Durante el resto del día recuperaron sus antiguas pertenencias y fueron equipados con los enseres de un Caballero Pantera, también se les proporcionó caballos para Erwin y para Ogmund y un poni para el pequeño Nikkit, también el juez Ehrlich les dio una carta para entregar al Zar en Kislev y salvoconductos para viajar por el Imperio como emisarios de Middenheim, liberándolos de cualquier pago en los peajes, con el traía un compañero de viaje Leopold Gevheart, un Caballero Pantera que les ayudaría en lo que le fuera posible, por la noche fueron visitados por el Gran Capitular de la iglesia Sigmarita en Middenheim, Werner Stolz, tras hablar con ellos y rechazar el conocer lo que distintos altos cargos escondían realizó los ritos de iniciación para convertir a Ogmund en iniciado de Sigmar.

Con las primeras luces del alba emprendieron camino a caballo en dirección a Talabheim para luego navegar por el río Talabec y el Urskoi hasta llegar a su destino, Kislev, en su viaje pudieron ver como el clima se volvió mas frío según iban avanzando mas hacia el Este, con bosques llenos de ciénagas y marismas, grandes extensiones de vastas praderas y un suelo pobre, requiriendo de mucha labranza para obtener frutos de el, asentándose sus habitantes en poblados pequeños en los margenes del río,  la sociedad Kislevita  regida por clanes dirigidos por jefes con raíces norteñas, con distintas etnias, los Gospodars conforman la mayoría de la clase campesina, siendo traicioneros y mentirosos, mientras que los Ungol antaño grandes arqueros montados a caballo son el estrato mas bajo de la clase social, al Este de las Colinas del Fin del Mundo, en las grandes estepas los Dolgan con una  cultura bárbara que  gira alrededor del ganado y el caballo.

Al llegar a Kislev y gracias a las cartas que llevaban fueron escoltados por una docena de caballeros de la Orden del Lobo Blanco hasta palacio, allí fueron recibidos por el Zar Radii Bohka y sus consejeros, sorprendidos ante lo que el Graf Boris había mandado tras su petición de ayuda, tres caballeros Pantera y un niño o un medio hombre, gracias a que Leopold  conocía algo de la lengua kislevita pudo entender parte de la conversación de los consejeros con el Zar, por lo visto tenían dudas de que fueran unos impostores, por lo que antes de enviarles al problema por el que habían pedido ayuda al Graf les mandarían a un problema menor, sin ni siquiera hablar con ellos fueron llevados a una sala anexa donde uno de los consejeros del Zar, Vladimir Ilyitch Bogdanov les da la bienvenida y sin mas dilación les informa que en una hora partirían hacía el Este, al pueblo de Volstara, donde algo ha causado una gran agitación, allí deberán hablar con el Administrador Iván Ilyitch Hertzn quien les informara y recibirán mas ordenes, una vez resuelto satisfactoriamente volverán aquí informando personalmente a Vladimir.





Tras viajar por el río Urskoy llegan a un pequeño muelle con algún que otro pequeño bote de pescadores, a los lados del camino se extiende un antiguo y frondoso bosque, donde su densa vegetación hace casi imposible atravesarlo sin seguir algún camino o sendero, tras seguir el sendero durante un kilómetro y medio el pueblo de Volstara se extiende ante ellos, como la mayoría de los enclaves rurales de Kislev se extiende a lo largo de un camino sin pavimentar, a los lados del camino cabañas de una sola planta con pequeños terrenos de labor detrás, al final del camino, en lo alto de una elevación está la mansión del administrador, los graneros y los puestos de los artesanos, al pie de la colina un pequeño templo local a Taal y Rhya, según avanzan por el polvoriento camino lo primero que les llama la atención es que nadie viene a recibirlos, solo el sonido de algún cerrojo o madera atrancando una puerta, justo cuando están llegando al final del pueblo, de una de sus casa un hombre sale trastabillando hasta caer en medio del camino, se vuelve a levantar mientras no para de carcajear mientras ayudándose con los brazos extendidos intenta mantenerse en pie, en ese momento camina hacia adelante hasta golpear con el caballo de Erwin volviendo a caer al suelo, percatándose en ese momento de la presencia de los extranjeros, vuelve a soltar una carcajada mientras desde el suelo intenta hacer una reverencia dándoles la bienvenida al pueblo maldito de Volstara, recordándoles que si han venido a que les arranquen los brazos no se preocupen que el viejo Tzeentch estará encantado de hacerles unos nuevos del color y la forma que deseen, tras sus palabras se vuelve a poner en pie mientras va dando tumbos por el camino hasta que su estómago vacía todo su contenido sobre el camino, sin prestarle mas atención consiguen llegar hasta el porche de la mansión del administrador Ivan Ilyitch Hertzen, vestidos con gran ostentación se disculpa por no haber sido avisado con tiempo y recibirlos con estos harapos, mientras se excusa con sus movimientos hace que sus joyas tintinen, tras este acto gratuito de ostentación les pone al día sobre el problema que sufre el poblado, hará cosa de tres meses Alexis vino diciendo que había encontrado un antiguo circulo de piedras con runas inscritas en ellas, no dijo donde, estaba buscando por la zona una buena veta de carbón cuando lo encontró, esa noche regreso tarde y al día siguiente partió antes del amanecer, nunca volvimos a verle, mande a un grupo de inspectores y trabajadores a buscarle. pero nunca lo encontraron, ni a el ni el lugar, desde entonces nada sucedió hasta hace cuatro semanas, encontramos los cuerpos mutilados de varios leñadores, desde entonces hemos restringido los viajes al bosque viejo, hemos perdido a doce personas, entre ellos a cinco niños,todos con las extremidades arrancadas, Hombres Bestias quizás,  nadie que viviera para contarlo ha visto nada, no sabemos por donde buscar, Oleg uno de mis inspectores sugiere que deberías hablar con Pyotr Pyotrovich el carbonero, dice que su hijo es uno de ellos, esta viejo y senil y no creo que os vaya a llevar hasta su propio hijo, pero le dije a Oleg que os lo diría, y así lo he hecho, tras contarle todo lo que sabe les acomodan en uno de los graneros donde también pueden dejar sus caballos mientras deciden que pasos dar para resolver quien o que esta matando a los habitantes de Volstara.