martes, 24 de abril de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. EL PODER TRAS EL TRONO. Sesión 10

Hacia frío, o por lo menos el tenia frío, apenas podía sentir las piernas del tiempo que llevaba allí sentado, las muñecas atadas a su espalda estaban doloridas a causa de la cuerda que las mantenía sujetas, su cara dolorida a causa de los diversos golpes que había sufrido a manos de sus captores...

-Bueno, por fin nos conocemos, créeme que no tengo nada contra ti, pero me gusta tener un trato directo con la gente que me busca...

-Uhh, los chicos me comentan que eres un tipo duro, que no contestas a sus preguntas, pero estoy seguro que entre nosotros dos llegaremos a entendernos, solo espero que no me obligues a hacerte mucho daño antes de que seamos buenos amigos....

-Mira, ya esta amaneciendo, no podrás decir que la noche ha sido aburrida, has visto como al final nos hemos entendido, sihhhhh, no hace falta que contestes ni que me des las gracias, es lo menos que podría hacer por un buen amigo, ahora ya es hora de volver a casa, no crees...


La noche no fue nada placentera para Nikkit, a mitad de noche tubo un sueño que pareció muy real, en el en la habitación poco a poco se iban formando una ligera niebla que ocultaba el suelo de la misma, de esa misma niebla se iba formando el cuerpo de la mujer que vio salir del cuadro en la fiesta de disfraces, la mujer iba avanzando hasta donde estaba Nikkit ante la atónita mirada de Erwin, el cual no podía hacer otra cosa salvo mirar, tanto su voz como su cuerpo no obedecían sus ordenes, la mujer siguió acercándose hacia Nikkit hasta posarse encima de el, al igual que Erwin tampoco su cuerpo le obedecía, la mujer con su lengua bífida recorrió el  pecho de Nikkit  mientras sus uñas iban creciendo hasta convertirse en afiladas garras con las que poco a poco iban penetrando en la carne del Halffling a la altura de su corazón, justo en ese momento Erwin con un gran esfuerzo de voluntad consiguió deshacerse de lo que le estuviera teniendo paralizado y mediante un grito intento despertar a Ogmund mientras se encaminaba hacia donde estaba Nikkit para poder ayudarle, en ese momento Nikkit despertó de su pesadilla, estaba en su habitación, con Erwin y Ogmund mirándolo, el primero estaba de guardia y el segundo el grito de Nikkit lo había despertado, todo había sido un mal sueño, pero Nikkit comprobó que a la altura de su corazón había tres pequeños puntos o arañazos, quizás estaban ya allí y no tenían nada que ver con lo que había soñado...

Las primeras luces del día dieron paso al sexto día de Carnaval, cuando bajaron a desayunar una nota del secretario de Ar-Ulric les emplazaba en el templo a mediodía para una reunión con el Sumo Sacerdote, mientras llegaba la hora de la reunión se encaminaron hacia la Plaza de los Marciales, en ella distintas personalidades de la corte patinaban sobre el hielo que ocupaba la plaza, entre la gente pudieron ver a los dos elfos, a Rallane y a Allavendrel, a ellos se dirigieron para comentarles lo que pensaban sobre su amigo Dieter, Rallane corroboro las sospechas del comportamiento de Dieter con respecto al impuesto sobre los Enanos, aunque desconocía que la causa fuera que hubiese sido hipnotizado, ante la insistencia de Ogmund, Erwin y Nikkit, Rallane accedió a que hablaría con la prometida de Dieter y entre ambos lo intentarían convencer para que se pusiera en las manos del Her Doktor Luigi Pavarotti, mientras tanto Allavendrel acompañado por nuestros aventureros intentarían convencer a Pavarotti de que les echara una mano, para tal propósito quedaron a las 16.00 en la Real Escuela de Música donde acudiría Pavarotti, si todos conseguían sus propósitos se verían para cenar en el mejor restaurante de la ciudad, en el Ganso de la Cosecha.

De la Plaza de los Marciales se dirigieron al Templo de Ulric, allí el secretario de Ar-Ulric les condujo hasta su presencia, tras hablar con el sobre lo que vieron en el almacén y sobre la implicación de Gotthard en los actos diabólicos que allí se produjeron y de que varios altos cargos de la corte estaban siendo chantajeados para apoyar los nuevos impuestos, el Sumo Sacerdote Ar-Ulric no pudo aguantar mas y entre sollozos les contó su pecado, había roto sus votos de celibato, hacia unos ocho meses se enamoro de la amante del Graf Boris, Emmanuelle Schlagen también le correspondió, pero hará cuestión de unos dos meses una mujer Elise Kalblutig de unos 1.65 de altura esbozada en una capa amorfa que no dejaba ver sus rasgos apareció en el templo con una de las cartas que Ar-Ulric había escrito a su amante, el trato era sencillo, tenia que apoyar los impuestos que estaban aun por venir si no quería que esas cartas fueran de dominio publico, si apoyaba esos impuestos le serian devueltas en unos meses, sin esas cartas en su poder no podía hacer nada, tras haberles contado su vergüenza poco a poco fue recuperando el control sobre sus emociones, repitiendoles varias veces lo importante que era recuperar esas cartas y que nadie mas supiera de ellas, era tal su preocupación en ese asunto que antes de abandonar el templo les hizo jurar sobre la llama eterna que no desvelarían nada a nadie sobre lo que habían hablado, del Templo se dirigieron hacia la Real Escuela de Música no sin antes pegar un bocado rápido, allí estaba esperándoles Allavendrel, tras dos horas escuchando al Coro Litúrgico Luciniano por fin pudieron abordar a Luigi Pavarotti a la salida del recinto, tras contarle lo que pensaban que le podía estar sucediendo a Dieter y con la ayuda de la presencia de Wanda el Her Doktor no puso ningún inconveniente en intentar ayudarles, citándose todos para cenar en el Ganso de la Cosecha.



El restaurante estaba asentado en una de las mejores zonas de la ciudad, en el barrio de Nordgaten, regentado por el elfo Fanamis Shassaran, sus clientes todos de la alta sociedad de Middenheim incluyendo a la familia del Graf, en uno de sus reservados se reunieron con Dieter, Kirsten su prometida, Rallane, Allavendrel y Pavarotti, sin tiempo que perder el Doktor ayudado de un medallón empezó a hipnotizar a Dieter, este poco a poco entro en un sueño inducido en el cual fue respondiendo a las preguntas que se le iban haciendo, las afirmaciones que decía sobre los impuestos no eran lo que el pensaba, le habían sido impuestas, una bella mujer de nombre Chalotte era la culpable de ello, le había abordado hacia unos dos meses, un día que estaba medio borracho tomando unas copas en el Barco Teatro al lado del Estanque Negro, la mujer era pelirroja, ojos verdes, de unos 1.65 metros de altura, sin ningún acento marcado, tras contestar a todas las preguntas el Doktor hizo que Dieter despertara librándose de la sugestión a la que lo había sometido dicha mujer, Pavarotti no pudo por menos que admirar de mala gana el talento de la mujer que había hipnotizado a un hombre como aquel, tras el espectáculo que mejor que una buena cena a base de ganso relleno, la especialidad de la casa y que daba su nombre al establecimiento, regado con buenos vinos de Bretonia y con postres de frutas confitadas o ligeros bizcochos, y para terminar deleitarse con una copa del mejor coñac del Viejo Mundo, un Echte Brandenburger de 50 años, servido adecuadamente, se inhala en vez de beberse, y así entre confidencias y acompañados de una buena cena la noche fue cayendo sobre la ciudad de Middenheim.

viernes, 6 de abril de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. EL PODER TRAS EL TRONO. Sesión 9

El aire era frío, ya había anochecido y con ello el calor del día había dado paso a una noche refrescante, allí arriba subido el aire era mas fuerte potenciando esa sensación, pero poco a poco eso paso a un segundo plano, desde donde estaba, asomado desde una claraboya podía observar como en el interior del edificio la fiesta iba subiendo poco a poco de intensidad, los allí presentes bailaban extasiados mientras mordían las diferentes frutas que en bandejas pasaban cerca de ellos, segun las engullían parecía que sus movimientos se iban haciendo mas sensuales...sin saber como de repente ya no se encontraba en el techo, ahora sus pies eran engullidos por el humo que cubría el suelo del almacén donde la gente que allí estaba medio desnuda iban rozándose con el segun pasaban bailando a su alrededor, pero su atención no estaba puesta en la gente que a su alrededor bailaba, delante de el, una figura de mujer pintada en un cuadro salia de el poco a poco, con movimientos completamente arrítmicos iba caminando entre los allí presentes, de una belleza sobrecogedora sus ojos fríos como la muerte y con un destello de lujuria lo miraban fijamente, sin apartarle la mirada, detrás de ella cuatro hombres entonaban cánticos y alabanzas en una lengua extraña, uno de ellos tenía quemaduras en  las manos..., tras unos segundos que se le hicieron eternos en los cuales su mente debatía entre el temor y la lujuria por fin consiguió que sus piernas le respondieran, entrechocando con los cuerpos desnudos de la gente que permanecía en la fiesta consiguió llegar a la salida del almacén, un soplo de aire fresco le abofeteo la cara mientras corría por las calles alejándose del lugar, con la mirada de la mujer aún grabada en su memoria....la luz de los primeros rayos de Sol le despertaron, aun empapado de sudor se sentó sobre la cama mientras intentaba descubrir si había sido una pesadilla o había sido real...


La noche día paso a un nuevo día de Carnaval en Middenheim, tras un frugal desayuno Erwin, Wanda, Ogmund y Nikkit se encaminaron hacia el templo de Sigmar para intentar entrevistarse con el Gran Capitular, pero por desgracia fueron informados que este había partido hacia dos días a Altdorf, aun así se entrevistaron con su secretario, al cual le informaron de todo lo acontecido la noche anterior, y de sus sospechas sobre Gotthard, este quedo completamente horrorizado por lo escuchado, ya que el Señor Gotthard era sabido en la ciudad de las donaciones que hacia en el templo de Shallya, pero atendiendo a las razones que le habían dado escribió letra por letra todo lo dicho y junto a uno de sus hermanos mandaría esa misiva a Altdorf para ser entregada al Gran Capitular, con ese tema zanjado se dirigieron al templo de Ulric, pero al igual que la anterior vez Ar-Ulric no se encontraba en el y tampoco se sabia si acudiría, aun así su consejero y secretario Franz Fassbinder les informaría si podía prepararles una audiencia con Ar-Ulric, de ahí partieron hacia el almacén donde la noche anterior se produjo la fiesta de disfraces, en el almacén no había nadie, y aunque había sido limpiado en el suelo se podían apreciar restos oscuros que bien podría ser sangre, y en la pequeña habitación de uno de sus laterales un gran platillo metálico con restos de ceniza, poco mas había allí así que Ogmund manipulando la cerradura la dejo como si nadie la hubiese forzado, una vez fuera de la zona de almacenes se cruzaron con el pilluelo Mhataus, este les estaba buscando, no había averiguado gran cosa sobre Gideon Schurrer, pero la bella Florit conocía a una persona de nombre Joseph que quizás tuviera cierta información, tras acceder a sus honorarios Mathaus marcho en su busca mientras ellos se dirigían hacia el hostal.

Cuando llegaron al hostal las Armas del Templario su dueño Uli, les aviso de que unos matones con pinta de servir a Edan Gouda mas conocido por el ``Padrino´´ habían preguntado si tres personas que coincidían con sus descripciones estaban hospedados en el hostal, por supuesto Uli protegía a sus clientes, y les dijo que allí no estaban y que no le sonaba haberlos visto por la zona, les advirtió que tuvieran cuidado con aquella gente, mientras comían y pensaban que le preguntarían al tal Joseph en el hostal apareció la bella Florit, pero al igual que llego se marcho ya que solo uno de ellos podía ir a la reunión, y creyendo que pudiera ser una trampa decidieron cancelar dicha reunión, en lo que quedaba de tarde estuvieron paseando por la plaza de los Marciales viendo la exhibición de Elefantes pero sin ver en ella a el Campeón del Graf Dieter o a Ar-Ulric, de allí fueron a la Real Escuela de Música para esperar si al acabar entre los asistentes estaban pero tampoco hubo suerte, con la noche sobre Middenheim se marcharon al hostal a descansar y recuperar fuerzas para el día siguiente.


Otro día amanecía sobre Middenheim, el quinto del Carnaval, su propósito, encontrar al Campeón del Graf y ver si Wanda podía detectar si estaba hechizado, cuando iban a salir del hostal el pilluelo Mathaus estaba sentado en la acera de enfrente, al ver a Nikkit se levanto y le comunico lo mal que le había dejado ante la bella Florit por no haber acudido a la reunión, tras hablar durante un rato y tras asegurar Mathaus que no tenia nada que temer de dicha reunión, Nikkit le volvió a pedir que volviera a hablar con ella y concretara otra cita para esa misma tarde, y que intentara averiguar porque unos hombres del ``Padrino´´ les estaban buscando, después se dirigieron hacia la plaza de los Marciales, lo que allí se encontraron fue algo asombroso, la plaza se había llenado de agua y se había congelado hasta formar una gran pista de patinaje sobre hielo, en ella mucha gente de Middenheim disfrutaba del evento, y entre ellos estaba el Campeón del Graf Dieter junto a su prometida Kirsten Jung y su amigo el elfo Rallane Laffarel, tras unas primeras palabras vieron como tanto Dieter como Rallane eran muy extrovertidos, Rallane aun arrastraba la resaca de ayer hasta tal punto de no acordarse de nada de la fiesta de disfraces a la que fue invitado por la noche, mientras con delicadeza fue sacado el tema de los impuestos, como ya habían escuchado Dieter los defendió, pero cuando hablaba de ellos su voz cambiaba de tono, como si dijera algo que tenia aprendido, como si estuviera hipnotizado, quizás estando borracho o con la ayuda de algún físico que dominara esos conocimientos se podría salir de dudas, tras un rato de conversación y con la promesa de beber unas cervezas juntos se despidieron, era hora de volver al hostal a comer y esperar a que la bella Flotit apareciera para acudir a la cita con Joseph.



Como el día anterior a la hora fijada la bella Florit apareció por la puerta del hostal, y acompañada de Nikkit partieron hacia el barrio de Ostwald, según se iban adentrando en el se podía ir viendo la pobreza que allí había, con casas medio en ruinas, sus pasos les llevaron hasta un callejón donde dos hombres de anchos hombros les dejaron pasar, en el callejón en una casa medio en ruinas en la mas absoluta oscuridad salvo por un rayo de luz que iluminaba parte de una mesa una figura envuelta en la oscuridad sentada al otro lado esperaba a que Nikkit tomara asiento, Nikkit le iba preguntado mientras sus bolsa se iba vaciando de monedas, algunas de las preguntas no obtuvieron respuestas pero muchas de ellas si, de Gideon Schurrer había salido la orden de que el paleto de este año fuera Nikkit, con ello se buscaba que cometieran un desliz y así poder tener algún problema con la guardia de la ciudad, también averiguo que uno de sus compañeros, Hans, había sido llevado en contra de su voluntad a una de las tres Compañías de Transportes, en concreto a la de Windhund, pero de eso hacia ya unas tres semanas y desconocía que podía haber sido de el desde entonces, del otro compañero Johann no sabía nada, la idea de los impuestos había salido del juez supremo Joachim Hóflich, los motivos le eran desconocidos, de Gotthard no sabia o no quería saber nada, era mejor no meterse en ciertos asuntos, en cuanto si el físico Luigi Pavarotti era de los mismos gustos hasta lo que el sabia no era así, sobre el comportamiento de Ar-Ulric, hace unos meses se le había visto salir a escondidas de los aposentos donde están los dormitorios de las Damas de la Corte, quizás el voto de celibato no lo estaba cumpliendo a rajatabla, y por ultimo con las ultimas monedas que le quedaban Joseph le contó que el Campeón del Graf Dieter había sido visto en el Barco Teatro junto al Estanque Negro con una mujer pelirroja de ojos verdes, desde entonces su opinión sobre los impuestos había cambiado, y esa misma mujer pero con el pelo rubio era la misma que le suministraba al Canciller Sparsam el Polvo de la Risa, tras un buen rato de conversación y sin ninguna moneda en la bolsa Nikkit salio de la casa medio en ruinas, allí seguía la bella Florit y los dos hombres, con la compañía de la bella Florit abandonaron el lugar hasta que sin ningún percance llegaron hasta el hostal de las Armas del Templario donde se despidieron y donde Nikkit les informo al resto de compañeros de todo lo acontecido en la reunión con Joseph.

miércoles, 4 de abril de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. EL PODER TRAS EL TRONO. Sesión 8

La tarde iba languideciendo lentamente mientras a través de su ventana veía como la nobleza y las personalidades importantes de Middenheim entraban a los jardines reales, en ellos se habían dispuesto todo lo necesario para celebrar una gran fiesta de disfraces, por un momento por su cabeza se le paso la idea de haber acudido, pero pronto desecho lo absurdo de dicha idea, tampoco le echarían en falta salvo para ser las risas de muchos y muchas de los allí reunidos, allí en su cuarto era donde mejor se encontraba, con sus libros, sus cuentas, con paso lento se dirigió a su mesa llena de libros abiertos, con gesto cansado se dejo caer sobre la butaca mientras con dedos temblorosos abría uno de los cajones en busca de un saquito de terciopelo negro, ya hacia bastantes horas desde la ultima vez, por mucho que lo intentaba su determinación era tan débil que no podía resistir el impulso, aunque en su interior no dejaba de martirizarse por ello...

La hora de comer había llegado, mientras Erwin, Ogmund y Nikkit hacían acopio de fuerzas también trazaban el plan a seguir, el plan era sencillo, seguir los movimientos de Gotthard Goebbels, tomando posiciones cerca de su casa pudieron observar como sobre las 15:30 la abandonaba en dirección al estadio Bernabau para presenciar las Corridas de Minotauros, en ella era el día del enano Matatrolls Glugnur, a pesar de ser revolcado por el suelo un par de veces demostró una gran resistencia y con varios golpes poderosos dejo noqueado al Minotauro, siendo vitoreado por la gente por ello, tras ver la corrida Gotthard abandono el estadio para dirigirse al Gremio de Comerciantes donde permaneció cerca de una hora hasta que dirigió sus pasos a la Real  Escuela de Música,  estaba programada la Ópera El Bárbaro de Sevilla, la cual se iba a representar durante los siguientes cuatro días, el primer día el aforo estaba completo, por lo que nuestros aventureros no podían pasar a su interior, pero mientras Erwind distraía al portero Ogmund se escabullo entre la gente que si podía entrar y sin mucho esfuerzo se introdujo en su interior, allí entre las sombras observo si Gotthard hacia algún movimiento extraño, pero salvo mantener conversaciones con los que estaban sentados a su alrededor poco mas conclusiones se podían sacar, una vez terminada la función Gotthard se dirigió a el Gran Parque a tomarse unas cervezas antes de poner rumbo a su casa, y aunque Ogmund la estuvo vigilando hasta bien entrada la madrugada nadie mas entro o salio de ella.

El día siguiente amanecía al igual que el anochecer del anterior, desde primera hora de la mañana vigilaban la casa de Gotthar, mientras allí estaban Nikkit vio como Mathaus pasaba cerca de donde estaba, le siguió un par de calles hasta que alzando la mano lo llamo, este le dijo que le estaba buscando, tenia información que contarle, había averiguado que la Comisión de  Festejos estaba formado por  el enano Thognar, el elfo Malondel y el Halfling Abrazón, los cuales eran a su vez pertenecían a la Comisión de intereses extranjeros, también el Sacerdote de Ulric Franz Fassbinder y la Sacerdotisa de Shallya  Isolde Begegnen formaban parte de la Comisión, y por ultimo en representación del pueblo Gideon Schurrer, aparte de todo eso La Bella Florit le había contado que tenia una descripción del Halflig que tenia que buscar para la broma del paleto, la cual coincidía con la de Nikkit, la orden había salido del barrio de Ostwald donde mandaba alguien conocido por ``El Hombre´´, tras escuchar todo aquello Nikkit le dio otra nueva tarea, que intentara averiguar lo que pudiera sobre ese tal Gideon Schurrer, tras despedirse de Mathaus volvió a la casa de Gotthard, allí estuvieron vigilando hasta que al igual que el día anterior sobre las 15.30 se dirigió al estadio Bernabau a presenciar la ultima de las corridas de Minotauros, en esta ocasión había bastante expectación entre la gente, a ultima hora un elfo recién llegado se había apuntado para enfrentarse al Minotauro, de el solo se conocía su nombre, Aglaredhel, cuando salio al ruedo la gente permanecía callada, expectante, pero enseguida los vítores inundaron el estadio cuando en un acto de locura o soberbia el elfo lanzo el escudo al suelo valiéndose solo con la espada para enfrentarse al Minotauro, poco a poco el elfo se fue ganando a la gente, entre esquiva y esquiva iba poniendo cada vez mas furioso al Minotauro, incuso era capaz de saltar por encima de el y saludar al publica antes que el enfurecido animal se diera la vuelta para volver a intentar embestirlo, y así estuvo jugando con el hasta que sin percatarse el Minotauro callo exhausto, sin apenas aire, y con un solo golpe el elfo lo dejo inconsciente, la gente no paraba de aplaudir y vitorear el nombre del elfo mientras este no paraba de agradecer a las gradas sus aplausos, mientras Ghottard abandona el estadio con algo de prisa, se dirigió hacia su casa donde permaneció cinco minutos mientras recogía una bolsa, con ella se dirigió hasta los Jardines Reales donde se iba a celebrar una fiesta de disfraces, una vez allí nada podían hacer salvo esperar fuera a que volviera a salir, desde allí pudieron ver como toda la gente importante iban acudiendo a la fiesta.



Eran casi las 20.00 cuando algunos de sus invitados iban abandonando el lugar, entre ellos Luigi Pavarotti, el cual aun vestido con el disfraz de la fiesta se marcho hacia el Gran Parque para tomar unas cervezas en la fiesta permanente que allí estaba, a unos metros de el Ogmund lo fue siguiendo, viendo como no paraba de engullir litros de cerveza como si de agua se tratara a la vez que seducía a varias de las mujeres que por allí andaban, al Gran Parque también acudieron el campeón del Graf Dieter junto al elfo Allavandrel, el cual tras ver a Pavarotti se le acerco para saludarle, Ogmund en ese momento se acerco a ellos para afinando el oído intentar escuchar algo interesante de la conversación, al principio todo giro en relación a quien se llevaría esta noche mas féminas a la cama, y si no le había echado nada al ponche del otro día en el que varias invitadas cayeron desmayadas al suelo tras pegar unos sorbos de el, tras alguna risa de Pavarotti este dejo caer que le habían insinuado de que había una fiesta privada de disfraces al acabar la de los Jardines Reales pero que no le había llamado la atención lo suficiente, ante eso el elfo se encogió de hombros, no sabia nada y tampoco había aparecido su compañero Rallane por aquí, quizás el supiera algo, aunque estaba preocupado por el, por como se le estaba intentando echar la culpa de algo que el no había tenido nada que ver, al igual que notaba extraño a su amigo Dieter con el cambio que había dado hacia la colonia de Enanos con respecto a sus ideas sobre el impuesto, Pavarotti se despidió del elfo recordandole que si necesitaban cualquier brebaje para ayudar a su amigo o si quería venir a su consulta estaría allí para recibirlos, tras permanecer un rato mas y viendo que nadie mas se divisaba por el lugar Ogmund se dirigió al Hostal donde había quedado con Erwin y Nikkit.

Mientras Ogmundo seguía a Pavarotti Erwin y Nikkit permanecieron esperando la salida de Ghottard, este junto con dos personas mas que nunca habían visto se dirigieron aun disfrazados hacia la zona comercial de la ciudad, adentrándose entre los almacenes y naves industriales que allí habían, hasta que en una de ellas y tras alguna especie de contraseña se introdujeron a su interior, observando desde el cobijo de la oscuridad fueron viendo como mas gente acudían al lugar, con cautela Nikkit se subió a uno e los tejados de la nave colindante, pisando con mucho cuidado se dirigió a una claraboya que había en el tejado de la nave donde había entrado Ghottard y la gente que iba acudiendo, en ella pudo ver que había sobre unas cuarenta personas, todas ellas disfrazadas, en un lateral había unos músicos que deberían estar tocando algo, aunque ningún sonido llegaba hasta donde Nikkit se encontraba, mientras en la parte delantera en un estrado había un cuadro de una mujer rubia con ojos azules y a su lado un pebetero donde un fuego danzaba exhalando un humo blanco que poco a poco iba cubriendo el suelo de la nave, entre la gente que bailaba se iban repartiendo lo que parecían ser distintas frutas y bebidas, al rato de estar observando esta escena en el estrado aparecieron cuatro personas vestidas de blanco con la marca de Slaaneesh en sus túnicas, empezaron a recitar una oratoria hasta que ante la incredulidad de Nikkit con movimientos rígidos la figura de la mujer del cuadro fue saliendo de el y una vez fuera fue mezclándose entre la orgía en la que se había convertido la fiesta, de entre la bruma que cubría el suelo fueron surgiendo diablesas de Slaanes que también se iban uniendo a la orgía haciendo que el elegido o elegida alcanzara el mayor éxtasis que jamas creyera haber podido tener pero que también iba acompañado con su propia muerte, ante esta visión la cordura de Nikkit dijo vasta y con rapidez retrocedió por donde había conseguido subir al tejado, cogiendo a Erwin y abandonando con rapidez y temor el lugar, con rapidez desandaron el camino  hacia el Hostal sin apenas decir nada, con los ojos desorbitados por lo que allí había presenciado, una vez en el Hostal y junto a la compañía de Ogmund por fin pudo relatar lo que allí había visto....