domingo, 4 de abril de 2021

DARK HERESY. ESCLARECIMIENTO. Sesión 4

 Tras las puertas no había nadie, mas allá pudieron ver cuerpos tirados en el suelo, muertos, claramente varios de ellos se habían quitado la vida, con cautela fueron avanzando en dirección a la Catedral, según se iban acercando se podían oír los cantos que provenían de su interior, a la altura del priorato pudieron ver claros signos de lucha, en sus escaleras estaban los cuerpos sin vida de varios iniciados y el de Severus, entre sus manos aun tenia cogido su rifle laser, un rastro de sangre salía del priorato hacia el edificio donde ellos tenían sus habitaciones, declinaron seguir aquel rastro de sangre y se encaminaron con cautela hacía la Catedral, sus puertas estaban abiertas y en su interior pudieron ver a la población de Desesperanza, de pie, sin parar de emitir extraños cantos, sin poder siquiera moverse, en sus caras lagrimas ya secas y ojos llenos de terror, en el altar estaba Aristarchus, flotando unos palmos del suelo, con la cabeza inclinada y los ojos en blanco como si estuviera en trance, a su alrededor giraban sin cesar las cartas del tarot que le había regalado el abad, están brillaban con una intensa luz plateada, encima de Aristarchus una gran oscuridad bajaba lentamente cubriéndolo todo, con rapidez los acólitos fueron entrando en la Catedral, abriéndose en abanico empezaron a avanzar hacía Aristarchus, Octo fue quien primero lo vio, el abad Skae, o lo que de el quedaba, en la parte trasera de la Catedral, avanzo hacía ellos, estaba desfigurado, abotargado, sus ojos eran tan negros como la gran oscuridad que iba descendiendo sobre ellos, su voz gutural estaba llena de maldad, con una sonrisa terrorífica les insto a venir hacia él para recibir su bendición, la bendición de un Dios, el abad ya había recibido su bendición por su ambición y Aristerchus por su orgullo, ahora les tocaba a ellos, Xanthia se quedo parada de terror, reconocía aquella maldad como la que había sentido estos días, Octo de repente bajo sus brazos y avanzo andando hacia aquel ser, aunque Xanthia puro recomponerse de su miedo y cargar sobre el abad no pudo evitar como este cogía a Octo, y como si de un muñeco se tratase lo lanzo contra los bancos dejándolo inconsciente y gravemente herido, Xanthia veía como sus golpes no parecían surtir efecto sobre aquel ser, sus risas eran aterradoras, mientras Gianna se acerco en su auxilio pero al igual que Octo cuando vio a el abad dejo sus armas y se encamino a su encuentro, fue entonces cuando Arcturus viendo que la situación era desesperada lanzo una de las granadas donde estaba Aristarchus, aquello provoco una mirada de terror en la cara del abad, pero sin apenas tiempo para nada la granada exploto, a ello se unió la explosión de las cartas plateadas del Tarot que orbitaban alrededor de Aristarchus, una luz cegadora junto con miles de esquirlas volaron en todas direcciones, el abad emitió un grito horrible, cuando la luz cegadora ceso y sus ojos fueron acostumbrándose pudieron ver que parte del techo de la Catedral había desaparecido, el abad y Aristarchus yacían muertos en el suelo, Gianna y Octo estaban muy mal heridos, la gente ya libre salía de la Catedral entre llantos, por fin todo había acabado, más tarde cerca del cuerpo de Aristarchus pudieron encontrar un único trozo del carta del tarot que no se había destruido en la explosión, estaba completamente destrozada, pero en uno de sus lados se podían ver claramente circuitos que no pertenecían a este mundo, aquello claramente era un artefacto Xenos.



Una vez fue despuntando el día todo fue calmándose en el asentamiento de Desesperanza, en el edificio donde tenían sus habitaciones encontraron el cuerpo sin vida del hermano Lamark, de él era el rastro de sangre que vieron en el priorato, sus habitaciones habían sido registradas, en la habitación de Aristarchus pudieron encontrar su placa de datos que usaba como diario, aunque dañada Arcturus pudo extraer parte de información; 

¡Por el Dios Emperador, no puedo creerlo, pero es cierto! Skae me llevó a la Catedral, ¡y allí se me apareció el mismísimo San Drusus! El Santo me hablo, aunque no era digno de sus palabras. Sí, ahora todo tiene sentido: que me asignaran a esta misión, el obsequio del mazo del Tarot...¡Todo me ha guiado hasta aquí para que pueda ser su avatar, el bendito instrumento de su renacimiento!

Allí ya poco más podían hacer, por lo que se encaminaron hacía Puerto Amargura, una vez allí mandarían un mensaje a su Inquisidor contándole lo ocurrido en Desesperanza, mientras intentarían buscar un transporte hacia Desoleum para de incognito averiguar de donde habían salido aquellas cartas del Tarot....









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