martes, 27 de abril de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 6

 La noche ya había caído sobre la ciudad, una ligera niebla iba cayendo poco a poco envolviendo los altos tejados, envuelto en una capa negra se alejaba del bullicioso ruido que provenía de la taberna, lo que había venido a hacer allí ya estaba realizado, su mente ya estaba ocupada en conseguir lo que hasta allí le había hecho venir, con esos pensamientos y el ruido de sus botas se fue alejando entre las sombras mientras a su espalda se oía el ruido de unos pies ligeros corriendo...


El día amaneció de un gris plomizo, tras terminar de perfilar los planes para este nuevo día desayunaron todos juntos, Ogmund y Leopold se turnarían en la posada para intentar averiguar a quien estaban vigilando los hombres del sargento Markus, mientras Íñigo y Erwin irían a hablar con el Sacerdote encargado del templo de Ulric, Íñigo estaba bastante confiado que le haría ver que venían directamente en nombre del propio Ar-Ulric, mientras tanto Ramkir les esperaría por los alrededores por si necesitaban de su ayuda.

Erwin y Íñigo entraron en el templo de Ulric, fueron recibidos por un joven y atento novicio de nombre Justus, tras la petición de que querían ver al sumo Sacerdote este les informo de que si no tenían concertada una cita le sería imposible atenderles, pero Íñigo le enseño el sello de Ar-Ulric, Justus lo reconoció enseguida y disculpándose los acomodo en el templo mientras iba a hablar con el Sumo Sacerdote, al poco tiempo volvió para acompañarlos hasta él, a Íñigo había algo en aquel muchacho que le recordaba a alguien, aunque no fue hasta más tarde, ya en la posada, cuando cayo en la cuenta de cierto parecido de Justus con Ar-Ulric.


En la conversación que mantuvieron con Berthold Kant le expusieron sus temores a que fuera a ser el blanco de un atentado, para así los ulricanos que aun tenían alguna duda dejaran de tenerla, este se mostro predispuesto a hacer lo que creyeran mejor, acepto quedarse un par de días en su casa alegando sentirse incapacitado por alguna dolencia si con ello podían evitar aquello, tras aquella reunión abandonaron el templo para volver a la posada sin ningún contratiempo,  Ramkir les siguió a cierta distancia pudiendo ver como al igual que el día anterior Wolfgang acudía al templo de Ulric.

Mientras tanto en la posada un pilluelo entro y observando a la gente que allí había clavo sus ojos en Ogmund, fue hacía él y le entrego un delicioso pastel de queso, Ogmund se subió a la habitación donde estaba Leopold y ambos pudieron ver que debajo del pastel había una nota para que uno de ellos acudiera a la Ostra Azul en una hora y preguntara por Marian, Leopold se encamino hacía allí, la Ostra Azul era un lupanar frecuentado por las clases altas de la ciudad, y aunque la Madam miro con desprecio a Leopold en cuanto le dijo que quería ver a Marian le abrió las puertas para que pasara, le acompaño hasta la habitación donde se encontraba Marian, una joven de de una gran belleza y un cuerpo seductor, esta jugo un poco con el joven Leopold poniéndole nervioso hasta que apareció el Barón Eduard von Münsterberg, por un lado había confirmado lo que en un principio pensó, ese escudo de armas no existía, era completamente nuevo y no se había hecho publico, en cuanto al nombre que aparecía en la carta, era de Chedwic Wanner, el antiguo Sacerdote ulricano de Ostland, había sido expulsado del culto y desposeído de su cargo por sus ideas radicales sobre los sigmaritas, él y el pequeño grupo de fieles se hacían llamar los  Aulladores, y según se oía habían sido los causantes de las muertes de granjeros que se habían producido al norte del rio Talabec, en la fontera de Ostland, tras aquello Leopold abandono la Ostra Azul no sin antes rechazar el haber podido quedarse un rato con Marian, si necesitaban ponerse en contacto con el Barón Marian sería su contacto.

Ogmund se había quedado solo en la posada, al poco de haberse ido Leopold pudo ver como Torsten entraba y se reunía con uno de los hombres que habían llegado el día anterior, un tal Leberecht Eucken, con disimulo se acerco para escuchar como le decía que esta misma noche lo llevaría a ver a Wolfgang, tras esto Torsten abandono la posada, un poco más tarde el propio Leberecht también decidió dar una pequeña vuelta por la zona, tanto los dos hombres que había fuera como el propio Ogmund lo siguieron, claramente aquel hombre no se sentía a gusto en aquel lugar, para cuando volvieron a la posada el resto de sus compañeros ya habían llegado por lo que pudieron compartir como les había ido y preparar sus siguientes pasos.

Por la noche Erwin y Rankir acudieron juntos a la taberna La Cabeza del Lobo, Leopold se mantuvo apartado de ellos,  mientras Íñigo espero a que Torsten recogiera a Leberecht y les siguió hasta la taberna, Ogmund se quedo en las inmediaciones por lo que pudiera suceder, tanto Leopold como Íñigo intentaron colocarse en posiciones en las que desde la distancia pudieran leer los labios para intentar ver de que hablaban, por suerte para Íñigo, Erwin con la promesa de bebida pudo entretener al impetuoso Olf cuando este entro en la taberna buscándolo, entre Leopold y Íñigo pudieron ver como Wolfgang le decía a Leberecht que un grupo de hijos de Ulric estaban en camino y se reunirían con ellos en siete días al sur de Garssen y que de allí partirían todos juntos para acabar con los Sacerdotes Sigmaritas, Leberecht asintió con alegría ante aquello hablando en nombre de su líder, mañana mismo partiría hasta donde estaba el campamento de sus compañeros cerca de la ciudad, mientras estaban terminando de concretar un joven muchacho entro en la taberna entregando una nota lacrada a Wolfgang, este la abrió y tras leerla esbozo una sonrisa, ante las palabras de Leberecht si ocurría algo este le dijo que no, que Bernd se les unaria pronto, tras ello abandonaron la taberna y ambos marcharon hacia la taberna de El Cebo del Oso, Íñigo y Ogmund los siguieron para ver como desaparecían tras una puerta custodiada por dos enormes hombretones, tras la puerta unas escaleras descendían...

Poco más podían hacer allí, así que marcharon hacía su posada, al día siguiente deberían de partir a primera hora para seguir a aquel hombre si querían averiguar donde se encontraban los que se hacían llamar los Aulladores...



martes, 20 de abril de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 5

 Entre aquellas cuatro paredes se sentía raro, extraño, fuera de lugar, cuanto tiempo había pasado..., meses desde que tuvieron que  abandonar lo que llamaban su hogar, meses deambulando por los bosques, meses dando su merecido a aquellos traidores sigmaritas, meses disfrutando de sus gritos en la noche..., pero las palabras de su mentor resonaban en su cabeza, él había tenido el honor de haber sido elegido por su líder para venir hasta allí mientras sus compañeros esperaban su vuelta, debía reunirse con aquel hombre, él le explicaría lo que estaba por venir, algo grande que daría su merecido a aquellos adoradores de un falso y traicionero Dios...


La noche paso sin ningún percance, un nuevo día amanecía en Bergsburg, la niebla aún inundaba las partes altas de la ciudad cuando Ogmund y Leopold se dirigieron a la casa de Middenheim, Ramkir y Erwin permanecerían cerca por si sucedía alguna complicación, Íñigo también merodearía por las tabernas de la zona pero en solitario, Ogmund y Leopold fueron recibidos por el ayudante de cámara del Barón, con el tuvieron unas palabras que pudieron haber ido a mayores si no hubiese sido por el medallón de los Caballeros Pantera que sutilmente enseño Leopold, aquello les abrió las puertas de la mansión, siendo recibidos por el Barón Eduard von Münsterberg, tras servirles una copa de vino le enseñaron la carta que habían encontrado en la casa de Wolfgang, por desgracia no le sonaba la heráldica que en ella figuraba, era la primera vez que la veía, ni quien podría ser ese tal Wanner, aunque intentaría averiguar lo que pudiera, en uno o dos días les diría algo, por otro lado les conto que si que había distintos nobles o comerciantes acaudalados de la ciudad que estaban en contra de lo que estaba pasando, aunque nunca lo dirían en publico si no querían perder sus posesiones o algo más, el máximo exponente de los sigmaritas en la ciudad era el Lector Rudolf Geissnan, de los ulricanos era Berthold Kant, ambos disponían de casa propia aunque pasaban la mayor parte del tiempo en sus respectivos templos, con la promesa de intentar averiguar lo que pudiera y de enviar una carta a Middenheim sobre lo que ponía en aquella carta, abandonaron aquel lugar para encaminarse de vuelta a la posada donde estaban hospedados.

                  Barón Eduard von Münsterberg

Mientras esto sucedía, Erwin y Ramkir pudieron ver como a mitad de mañana Wolfgang entraba en el templo de Ulric, a la media hora un sodado de la guardia también entraba en su interior para al poco salir fuera acompañado de Wolfgang, a ellos se les unió un nuevo hombre de mas edad, un sargento de la guardia, como luego pudieron averiguar el soldado era Torsten Gauss, días atrás les había comentado Leopold que se le podía encontrar en la puerta sur de la ciudad y que era un simpatizante de Wolfgang, el otro hombre era el sargento Markus Staudinger, y según vieron más tarde tenía mercenarios a su servicio, varios de estos hombres fueron los que según fueron llegando a la posada de la Pepita de Oro estaban apostados fuera controlando el lugar, aunque intentaban pasar desapercibidos para nuestros héroes les resulto fácil percatarse de ello, por miedo a que estuvieran esperándoles a ellos se alejaron de la posada hasta que se pudieron juntar, el ultimo en llegar fue Íñigo que había seguido a Wolfgang y sus dos amigos desde que salieron del templo, Wolfgang se despidió de ellos cerca de su casa, Torsten se fue en dirección sur y Markus dirigió sus pasos hasta los hombres que vigilaban su posada, tras unas palabras con ellos marcho hasta los barracones de los soldados en la puerta sur, tras aquello Íñigo volvió sobre sus pasos hasta encontrarse con el resto del grupo, solo había una forma de saber si aquellos hombres les estaban esperando, por grupos fueron pasando por la calle donde estaban apostados para ver su reacción, pero nada extraño sucedió, o eran muy buenos actores o no eran ellos la causa de que estuvieran allí..., estaban vigilando a alguien de dentro o estaban esperando la llegada de alguien?..., durante la tarde se fueron turnando para vigilar si había algún cambio o sucedía algo, pero nada extraño sucedió, Ramkir ojeo el libro de entradas de la posada viendo dos entradas nuevas en el día de hoy, Gundru Dulfant y Leberecht Eucken, esta noche solo Íñigo iría a la Taberna La Cabeza del Lobo, en ella se encontraba Wolfgang junto al sargento Markus, hasta que más tarde apareció Torsten y se les unió, este asentía ante las palabras de Wolfgang mientras apuraba su jarra de cerveza, desde donde estaba Iñigo no podía captar la conversación, pero acercarse más sin llamar la atención resultaba imposible, pero en ese momento un fuerte puñetazo en su cara hizo que rodara por el suelo, la buena fortuna quiso que rodara en dirección a donde estaba Wolfgang, escuchando como este le decía a Torsten - tráelo mañana por la noche, Markus asegúrate que no es un impostor-, lo siguiente que noto Íñigo es como dos fuertes manos lo agarraban de la ropa y lo levantaban bruscamente del suelo, con un gesto intuitivo consiguió apartarse a un lado mientras se hacía una composición de lugar, delante de él tenía a un enfadado Olf, el mismo que la noche anterior había dejado meandose las botas antes de salir corriendo, por suerte el tabernero puso fin a la disputa antes de que la cosa fuera a mayores, Olf a regañadientes agacho las orejas y malhumorado abandono la taberna, no sin antes amenazar a Íñigo de que esto no quedaría así, para cuando todo volvió a la normalidad Markus y Torsten habían abandonado la taberna dejando solo a Wolfgang, enfrascado en sus propios pensamientos mientras paseaba su mirada por la gente que había en la taberna, entre ellos Íñigo, este al rato de su altercado abandono el lugar dirigiéndose a la Pepita de Oro, en ella puso en antecedentes a sus compañeros de lo que había ocurrido, tras ello empezaron a planificar lo que harían al día siguiente, la tensión entre Ramkir y Ogmund fue en aumento según iban mostrando sus puntos de vista, Ogmund se inclinaba por esta misma noche acabar directamente con ellos, mientras que Ramkir abogaba por intentar averiguar más sobre sus intenciones, además de que matarlos sin crear alboroto era imposible, Leopold e Íñigo permanecían en un segundo plano, aunque les acompañaban en aquella empresa aun no se habían ganado la confianza para que su palabra tuviera peso en aquella decisión, fue la decisión de Erwin la que termino con aquella discusión, esta vez la cautela se impuso en la decisión de Erwin apoyando las palabras de Ramkir...

             Leopold/Ramkir/Íñigo/Ogmund/Erwin

lunes, 12 de abril de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 4

 En el suelo de aquella lúgubre habitación yacía el cuerpo sin vida del joven Lothar Wheshem, por sus ropas un joven mercenario, apenas tendría veinte años, presentaba dos cuchilladas mortales, una en el estomago y la otra en el corazón, el olor allí dentro era insoportable, pero tanto a Wolfgang como a Gunter aquello no parecía molestarles, en sus vidas habían presenciado cosas peores que aquello...


La noche ya había caído sobre Bergsburg cuando Ogmund y Leopold se acercaron hasta donde vivía Wolfgang, entre las sombras se acercaron hasta la puerta que daba acceso al patio interior de viviendas, con un ligero movimiento comprobaron que estaba abierta y se deslizaron en su interior, dentro pudieron ver como a ambos lados había una puerta, se encaminaron hacía la que daba a la ventana que Íñigo identifico como la de Wolfgang la noche anterior, esta también estaba sin cerrar, un gato negro los observaba atentamente desde la cornisa mientras se relamía sus patas delanteras, aquello le causo a Ogmund cierta intranquilidad, pero con un movimiento de cabeza desecho las ideas que corrían por su cabeza y con rapidez entraron al recibidor, un largo pasillo recorría todo ese ala de viviendas, cerca de ellos había un grupo de tres puertas, otras tres a mitad de pasillo y por ultimo otras tres al final, según habían estado viendo la ventana que les había indicado Íñigo la puerta de Wolfgang era una de las tres centrales, con cautela se acercaron a ellas, la madera del suelo crujía bajo sus pasos, de esas tres puertas la de la izquierda estaba habitada, de ella provenían ruidos y se podía ver algo de luz por debajo de la puerta, debería de pertenecer a la planta baja, tras hacerse una composición de lugar, tanto Ogmund como Leopold dedujeron que la de Wolfgang era la del medio, Ogmund saco sus antiguas ganzuas y empezó a hurgar en la cerradura, en ese momento Leopold empezó a escuchar como unos pasos provenientes de la puerta donde se escuchaban ruidos se iban acercando, por suerte Ogmund abrió la puerta y pudieron pasar con rapidez a su interior, justo cuando cerraron la otra puerta se abrió, alguien salió al pasillo, quizás había escuchado el crujido de la madera bajo sus pies, pero tras no ver a nadie volvió a entrar en su vivienda cerrando la puerta, mientras Leopold y Ogmund se habían quedado quietos hasta que pasara el peligro, Ogmund también se había dado cuenta que Wolfgang tenía un pequeño papel apoyado en un lateral de la puerta para saber si había sido abierta en su ausencia, se lo enseño a Leopold para a su salida dejarlo igual, tras quitarse las botas empezaron a subir por las escaleras, estas desembocaban en un sola habitación, una habitación bastante austera y pequeña, en ella había un cama, junto a ella un cofre y un orinal, en el otro lado de la habitación una pequeña mesa con una jofaina con agua y dos sillas, despacio Ogmund se encamino hacía la zona de la cama mientras Leopold se encargaba de la mesa...

Fuera Erwin y Ramkir permanecían expectantes ante cualquier imprevisto, Erwin estaba entre las sombras que le ofrecía la esquina de la calle desde donde tenía a la vista la ventana de Wolfgang, al rato de estar allí apostado un hombre entro por la calle dirigiéndose hasta donde él estaba, justo al girar la esquina se sobresalto al verlo allí, instintivamente se llevo la mano al cinturón, pero siguió su camino, no sin girar su cara hacia atrás varias veces, por si acaso Erwin cambio de lugar...

Mientras,  Íñigo permanecía en la taberna de La Cabeza del Lobo, lo que le hubiese contado Gunter a Wolfgang le había alterado, Íñigo empezó a intuir que podrían abandonar la taberna y empezó a moverse para abandonarla antes, pero en ese momento un fuerte brazo le rodeo el cuello por detrás, era Olf, la noche anterior había bebido con él varias pintas de cerveza,  por lo visto queria repetir lo mismo aquella noche, más teniendo en cuenta que la cerveza había corrido a costa de la bolsa de Íñigo, este intento desembarazarse de Olf pero aquel no estaba dispuesto a soltar su presa, Wolfgang y Gunter ya se empezaban a encaminar a la salida, Íñigo argumentando que debía vaciar su vejiga empezó a ir hacía la salida, como no Olf también haría lo mismo, a fin de cuentas según Olf antes de llenar hay que vaciar, pero con un fuerte empujón tiro hacia detrás a Íñigo, delante de ellos pasaron Wolfgang y Gunter, según Olf Íñigo le debería varias rondas por aquello, a aquel hombre era mejor no acercarse, tras ese pequeño incidente salieron fuera, Olf empezó a vaciar su vejiga cuando de repente Íñigo salió a la carrera en dirección contraria por donde se habían ido Wolfgang y Gunter, Olf se quedo perplejo mientras se meaba sus propias botas y maldecía a un Íñigo que corría como viento que lleva el diablo..., con rapidez llego hasta donde se encontraba Erwin haciéndole gestos para advertirle que Wolfgang y otro hombre venían, después entro con cuidado dentro del patio interior escondiéndose entre las sombras, Erwin como habían acordado previamente silbo dos veces mientras se retiraba de su lugar de vigilancia...

Ramkir ocupaba su lugar al final del grupo de casas donde vivía Wolfgang, desde allí pudo distinguir a lo lejos la mole que representaba el cuerpo de Wolfgang, iba acompañado por otro hombre y se encaminaban hacía donde estaba escondido, entonces fue cuando escucho los dos silbidos de Erwin advirtiendo a Ogmund y Leopold que abandonaran la casa, Ramkir utilizo su magia para crear ruidos de armas desenvainándose en una bocacalle por donde pasaban Wolfgang y su acompañante, que resulto ser Gunter, ambos se pusieron en guardia y sin dejar de mirar en aquella dirección fueron siguiendo su camino, aquella distracción fue suficiente para darle tiempo a Ogmund y a Leopold para salir de la casa de Wolfgang antes de que el llegara, aunque como después pudo comprobar Ramkir esa no era su intención, los dos hombres pasaron de largo y siguieron camino hacía el rio.

Pero mientras todo esto no había ocurrido teníamos a Ogmund y a Leopold revisando la habitación de Wolfgang, Leopold pudo encontrar unos papeles encima de la mesa, en ellos había anotados nombres y al lado de cada nombre un lugar donde prestar sus servicios, había grupos de mercenarios, tiendas del distrito o comerciantes, también tenían unas cruces, cuanto mas atrás de la lista mas cruces tenían anotadas, como bien dedujeron después podía tratarse de pagos realizados a Wolfgang, Leopold se anoto varios de los nombres y volvió a dejar los papeles en el mismo lugar que los había encontrado, mientras, Ogmund rebusco entre la cama sin encontrar nada, pero cuando se iba a encaminar al cofre su mano toco unas tablillas del suelo que se movían, dentro había un fajo de papeles atados con un cordel, estaba a punto de mirarlos cuando escucharon dos silbidos, aquella era la señal de peligro, debían abandonar el lugar de inmediato, puso las tablillas en su lugar y guardándose los papeles abandonaron el lugar con rapidez, abandonaron la casa de Wolfgang dejando otra vez el pequeño papel en la puerta y descalzos salieron al patio interior, lo cruzaron y entraron en el pasillo del otro ala de viviendas, allí se calzaron y salieron a la calle, Íñigo salió tras ellos sin que nadie lo hubiese visto, incluidos sus compañeros, con rapidez todos fueron volviendo a la habitación de su posada.

Más tarde volvieron a la casa de Wolfgang y esperaron hasta que este regresara, pudieron ver como Wolfgang junto a Gunter y otro hombre volvían del otro lado del rio, el hombre que les acompañaba unos pasos por delante iba vestido con ropas de mercenario, era el mismo hombre que se había cruzado con Erwin mientras estaba vigilando la casa hacia unas horas, en el cruce de la casa de Wolfgang se despidieron, Ogmund permanecía escondido entre las sombras de un portal y pudo escuchar como Wolfgang le decía a Gunter que Torsten le había dicho que de momento no había visto entrar en la ciudad a ningún Caballero Pantera, mañana hablaría con Markus para que pusiera a buscar a sus hombres para localizar quien había matado a su chico, había que dar un buen escarmiento, tras ello Gunter abandono a Wolfgang, Ogmund siguió desde lejos al hombre que iba con Gunter hasta una zona de viviendas en el distrito donde ellos se encontraban, aquellas viviendas claramente estaban habitadas por mercenarios en busca de fortuna.

En la habitación pudieron ver que la mayoría de papeles eran anotaciones de pagos regulares de gente que Wolfgang había ayudado a conseguir un trabajo, por los nombres todos eran gente de la zona, pero al fondo había una carta lacrada con un lobo rampante sosteniendo un hacha en cada pata delantera, con una H a la izquierda y una T a la derecha, de alguien que se hacía llamar El Heredero, Erwin no había visto aquel blasón en su vida, en ella informaba a Wolfgang de que alrededor del día 20 de este mes tendría un par de visitas, un hombre de un tal Herr Wanner vendría para unirse a ellos en el próximo ataque a los sigmaritas, y también un ulricano que se encargaría de hacer ver a Middenheim lo equivocados que estaban de no apoyar la causa ulricana y  de defender a los demonios sigmaritas, este ulricano luego se uniría a sus aliados fuera de la ciudad ya que le tenia que proporcionar una ruta de escape para unirse a ellos.

Con aquella carta quedaba claro que las sospechas que tenían de que Wolfgang fuera un extremista de los Hijos de Ulric se confirmaban, pero aún quedaban muchos interrogantes en el aire, quien estaba realmente detrás de todo esto, quien era el que se hacia llamar El Heredero, quien era Herr Wanner y para que se queria juntar con los hombres de Wolfgang, a que ataque se refería, y el otro hombre que tenía que venir, que señal era esa que haría a Middenheim darse cuenta del mal que representaban los sigmaritas..., disponían de muchas preguntas y muy pocas respuestas...


El Capitán en la reunión que tuvieron al llegar a la ciudad les dijo que en caso de extrema necesidad podían acudir a la casa de Middenheim en la ciudad, deberían de tener el máximo cuidado de no poner la  identidad del Barón en peligro,  esta se encontraba enfrente de uno de los laterales del templo de Ulric, en el distrito de Rolandsbrucke, en ella el Barón Eduard von Münsterberg podría ayudarles, con mostrar sus medallones de Caballeros Pantera sobraría para confirmar su identidad, con esa idea descansaron esa noche, al día siguiente Ogmund y Leopold intentarían tener una entrevista con el Barón, mientras el resto permanecería cerca de la zona por lo que pudiera ocurrir...



martes, 6 de abril de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 3

 Del exterior llegaban los ruidos de los caballos y de los hombres de armas, dentro de aquel pabellón de caza tres hombres se miraban expectantes mientras saboreaban una copa de vino, ante ellos una mesa donde un mapa mostraba el Imperio hasta ahora conocido..., con un fuerte apretón de manos el acuerdo había sido cerrado, la contienda estaba a punto de comenzar, y sería entonces cuando por fin obtendrían lo que por derecho les pertenecía...


A Ramkir el encuentro con Leopold le había levantado bastantes suspicacias, para nada se fiaba de aquel joven escudero de los Caballeros Pantera, para ser tan joven parecía tener más recursos de lo que dejaba ver. Tras descansar en sus habitaciones bajaron a desayunar y juntos discutieron como afrontarían la jornada, por las calles corría el rumor de que el Conde Ludenhof había entrado en la ciudad antes del alba y que estaba reunido con su prometida en el castillo. Ogmund, Íñigo y Leopold marcharon a la puerta sur de la ciudad, uno de los contactos de Wolfgang era un guardia de los que estaban apostados en la puerta de la ciudad, un tal Torsten Gauss, no lo pudieron ver ni en el turno de la mañana ni en el de la tarde, por lo que seguramente estaría en el turno de noche, mientras Ramkir y Erwin fueron a la taberna de la Cabeza del lobo, la taberna prácticamente estaba vacía a esas horas de la mañana, Uhler era el tabernero que la regentaba,  un exmercenario con una ostensible cojera a causa de la perdida de una de sus piernas, tras una pequeña charla con Ramkir al que claramente le veía como una persona débil abandonaron la taberna, deberían esperar a ya entrada la tarde para ver que sucedía en aquel antro.

Se separaron en varios grupos para así intentar llamar menos la atención, Erwin y Ramkir permanecieron juntos, a fin de cuentas el tabernero ya los conocía, Ogmund y Leopold formaron otro grupo, Íñigo iría por libre, él sería quien seguiría a Wolfgang, la taberna estaba con bastante gente, mercenarios y gente de la zona, todos ellos acérrimos seguidores de Ulric, el ambiente estaba cargado del humo de la chimenea y tenuemente iluminada, pero si algo les llamo la atención fue el hombre que estaba sentado al fondo, alejado de la chimenea y retirado del resto de mesas, además a su alrededor la gente dejaba cierta distancia, la sensación era la de alguien muy respetado en aquel lugar, el hombre media mas de dos metros, tenía unos músculos bien marcados y una gran cicatriz que le surcaba un trozo de la cara, sus ojos observaban con detalle todo lo que había a su alrededor, mostrando una gran inteligencia.


Al poco de estar en la taberna entro la otra persona que Leopold sabía que tenía tratos con Wolfgang, Gunter Carstens, un exmercenario que se encargaba de reclutar a nuevos mercenarios, este entro junto a un joven al que tras un fuerte apretón de brazos con Wolfgang se lo presento, tras tomar una cerveza con él abandono la taberna dejando allí al joven que había traído, este estuvo contestando a las preguntas de Wolfgang, y tras un rato hablando Wolfgang escribió algo en un papel que le entrego al joven, este agradecido abandono la taberna, Ramkir con la excusa de salir a mear salió tras el joven, viendo desde lejos a donde se encaminaba, este siguió calle arriba hacía la Plaza Martial, por miedo a que le pudieran descubrir se olvido del joven y volvió a entrar en la taberna, durante la noche pudieron observar como Wolfgang se interesaba en todos los asuntos que tenían como motivo el movimiento de tropas entre la frontera de Ostland y Talabecland, así como de los ataques que se habían producido a las granjas, Ramkir también tubo que soportar la broma del tabernero y su hija, proponiéndole que se acostara con ella, incluso allí mismo, aquello hizo pasar un mal rato a Ramkir a costa de las risas de varios clientes, ya avanzada la noche Wolfgang recogió una botella que le entrego el tabernero y salió rumbo a su casa, Íñigo en cuanto vio sus intenciones salió rápido fuera buscando cobijo entre las sombras, a cierta distancia siguió a Wolfgang hasta su casa, aunque este durante el camino de vuelta comprobó en un par de ocasiones que no le siguiera nadie, una vez en su casa pudo observar como la luz permanecía sobre una hora encendida antes de acostarse, con la casa localizada Íñigo volvió hasta la posada de la Pepita de Oro donde el resto de compañeros ya habían regresado, ahora deberían pensar que hacer al siguiente día.


Tras desayunar todos juntos volvieron a formar los grupos de anoche, decidieron pasar la mañana intentando buscar al joven que la tarde anterior había hablado con Wolfgang, y al que había seguido Ramkir  al salir de la taberna, emplearon toda la mañana pero no pudieron dar con él, de camino a la posada pudieron ver como un grupo de soldados escoltaba al Conde Ludenhof que abandonaba la ciudad para volver junto a su ejercito, el cual se decía que estaba acampado a unas horas a las afueras de la ciudad, tras dejar que la tarde fuera avanzando cada uno de ellos se fue ubicando para llevar a cabo el plan que habían trazado, Ogmund y Leopold al caer la noche intentarían entrar en la casa de Wolfgang, Ramkir y Erwin permanecerían por las inmediaciones por si había algún problema, mientras Íñigo permanecería en la taberna la Cabeza del Lobo controlando los movimientos de Wolfgang, si salía de ella en dirección a su casa debería correr para llegar antes y poder avisar a sus compañeros.

Mientras Íñigo permanecía en la taberna controlando a Wolfgang pudo ver como el exmercenario Gunter Carstens entraba y con rapidez se encaminaba hasta Wolfgang, por su forma de moverse y los aspavientos que hacia con las manos al hablar dejaba bien claro que algo estaba pasando..., quizás tendría que ver con sus compañeros..., si queria saber más debería de buscar la forma de poder acercarse a ellos...

domingo, 4 de abril de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 2

  Leopold Kossmann veía como pasaban las horas sentado en la barra de la posada La Pepita de Oro, como bien le había ordenado el Capitán Franz von Holzbeck debía coger habitación en ese lugar y esperar a los enviados de Middenheim, a sus hermanos Pantera, la espera se estaba haciendo eterna, por su cabeza pasaban pensamientos nada agradables, quizás esos extremistas habían cogido al Capitán, pero por suerte un poco antes de medianoche un grupo de cuatro extranjeros entraron por la puerta, claramente dos de ellos correspondían con la descripción que tenía, Erwin y Ogmund, los otros dos que les acompañaban no sabía quienes podrían ser, tras apurar la pinta de cerveza se paso la manga por los labios, con paso silencioso siguió los pasos de aquellos cuatro extranjeros hasta la puerta de su habitación dando un par de golpes a la puerta, esta se abrió de golpe mostrando a cuatro personas mirándolo fijamente, - Buenas noches caballeros, mi nombre es Leopold Kossmann, estoy aquí para ayudarles en lo que pueda...



Tras pasar la noche intranquilos por los sucesos que habían escuchado durante la noche, despertaron a primera hora del alba, con rapidez recogieron el campamento continuando viaje hacía el Oeste, su próxima parada fue en un pequeño pueblo en la ribera de Talabecland, en ella tuvieron un pequeño encuentro con un pequeño destacamento de hombres de armas de Talabecland, su sargento Wilhelm Grudenburg tras ver la estrella de Kislev y notar claramente la autoridad de Erwin les invito a tomar unas cervezas en la posada, allí pudieron certificar los distintos rumores de alianzas entre condados que habían ido escuchando por el camino, la guerra no había empezado pero las tropas estaban organizándose, era cuestión de tiempo que alguien diera el primer paso, al cabo de dos horas en las que Ulf realizo sus negocios volvieron a partir, el viaje transcurrió sin más incidentes hasta que por fin entraron en la ciudad de Talagraad, el puerto estaba lleno de gente y de barcos de distintos tamaños, en el ambiente claramente se respiraba pánico, rumores de que una fuerza enemiga estaba a tres días de la ciudad había provocado que todo aquel que pudiera permitírselo estuviera abandonando la ciudad hasta tierras más tranquilas, Ulf se despidió de sus cuatro acompañantes agradeciendo el regalo que le dio Ramkir, un diente de dragón,  se separaron de él deseándoles que todo les fuera bien, una vez en el puerto Ogmund fue asaltado por una joven mujer, con los ojos llorosos le pidió ayuda, alguien le había robado los billetes que había venido a recoger para su señora, si esta se enteraba que se los habían robado la castigaría, Ogmund y Iñigo la intentaron apartar pero Erwin y Ramkir pudieron ver a cierta distancia a un joven con la descripción que habían escuchado a la joven, a su lado otro joven se aparto de golpe de él gritando que no queria esos billetes, alejándose entre la gente, hacía allí se dirigieron, aquel hombre negó haber robado nada, esos billetes eran de su señor, un noble de la ciudad llamado Gunter Groffman, sin darle mucho crédito y para hacerle callar Erwin le propino un buen puñetazo al joven en la boca del estomago, aquello hizo que se callara, lo llevaron hasta el resto del grupo donde tras quitarle los billetes lo tiraron al agua, reacios a darle los billetes a la joven y aunque esta intento hacerles cambiar de idea la acompañaron hasta su señora, pero mientras se movían entre la gente la muchacha salió corriendo perdiéndose entre la muchedumbre, como más tarde pudieron averiguar aquel muchacho murió ahogado en el río y realmente era un sirviente del mercader Gunter Groffman.


Por fin llegaron hasta La Posada del Ahorcado, la posada también era una parada de los carruajes de transporte, la posada estaba llena, cuando preguntaron al posadero este les dijo que tenían una habitación a su nombre, en ella podrían dormir los cuatro cómodamente, dejaron sus pertenencias y tras cenar en la posada descansaron no sin antes organizar turnos de guardia, durante el turno de guardia de Erwin una mujer pareció aparecer de la nada, era la persona que estaban esperando, tras esperar a que Erwin despertara al resto les conto que la tensión entre los cultos de Sigmar y Ulric había crecido, más aun desde lo ocurrido en el pueblo de Bösel, los extremistas que se hacían llamar los Hijos de Ulric estaban tras lo que estaba ocurriendo, necesitaban saber que Sacerdotes de Ulric  movían los hilos de esos extremistas, tenían una pista sobre un agente en Bergsburg, mañana por la tarde un mensajero venido de Middenheim les diría como contactar con un compañero Caballero Pantera destinado en Bergsburg. tras ello la mujer  abandono la habitación por una puerta oculta que estaba al lado de la chimenea, la noche paso sin más sobresaltos y el día siguiente lo pasaron en la posada hasta que por la tarde un mensajero entro en la taberna, en su brazo llevaba los colores y el emblema de Middenheim, tras reconocerlos se acerco a ellos y presentándose les entrego una nota lacrada, en ella se les instaba a viajar a Bergsburg con rapidez, allí deberían encontrarse con el Capitán Franz von Holzbeck el día 18 de Pflugzeit a las 9:00 pm en la posada El Cebo del Oso.

Al día siguiente a primera hora atravesaron el Talabec en un ferry camino de Bergsburg, por el camino pudieron ver como los soldados de Hochland reclutaban a jóvenes para engrosar sus filas, tras una semana de viaje llegaron hasta la puerta de la ciudad de Bergsburg, en ellas tuvieron que dejar parte de sus armas, solo se permitía una daga y un arma de mano dentro de la ciudad, una vez dentro se encaminaron hasta el distrito de de Beilheim a la posada de El Cebo del Oso, allí sentados en una mesa con varias pintas de cerveza esperaron a su contacto, este se acerco a ellos con cautela dándoles otra ubicación en la ciudad para reunirse en una hora, la nueva cita se produjo en una plazoleta al lado de un antiguo pozo, el Capitán Franz von Holzbeck les conto que llevaba infiltrado en la ciudad un tiempo siguiendo los pasos a un grupo de fanáticos que quieren quitar de en medio al Graf Boris, a partir de ahora ellos deberían intentar averiguar sus intenciones y saber quienes les mandaban, sospechaba que las ordenes venían de nobles poderosos y altos cargos de sacerdotes ulricanos,  además de poder interrumpir lo que estuvieran tramando, el cabecilla en la ciudad era Wolfgang Blitzer, un hombre fácil de distinguir, mide más de dos metros, de pelo y barba rubia, lo pueden encontrar en la posada Cabeza de Lobo.


Mañana a primera hora abandonaría la ciudad, su identidad ya no era segura, el tal Wolfgang daba trabajo a jóvenes ulricanos , intentando sonsacar información a uno de ellos tuvo que matarle antes de que se fuera de la lengua, había conseguido esconder el cuerpo, pero cuestión de días que lo encontraran y varios de sus compañeros los habían visto juntos, antes de irse les conto que en caso de extrema necesidad enfrente del templo de Ulric estaba la casa de Middenheim, en ella vivía el Baron Eduard, el les podría ayudar, en cuanto en donde dormir en la ciudad les indico la posada de La Pepita de Oro, en ella podrían encontrar a un Caballero Pantera infiltrado en la ciudad que les ayudaría en todo lo posible, tras desearles suerte cada uno siguió un camino diferente para alejarse de la plazoleta, justo cuando estaban empezando a cerrar llegaron a la posada de La Pepita de Oro, fueron acomodados en una habitación donde podrían dormir los cuatro, aun no habían terminado de dejar sus pertenencias y discutir que harían al siguiente día cuando unos suaves golpes se escucharon en la puerta de entrada a la habitación, con cautela abrieron, tras la puerta había un joven hombre, se presento como Leopold Kossmann, al igual que ellos un Caballero Pantera al servicio del Graf Boris, y como le había indicado el Capitán Franz von Holzbeck para poder ayudarles en todo lo que pudiera...

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 1

  El invierno poco a poco había ido pasando, los primeros deshielos habían empezado a producirse dando paso a los primeros rayos de luz, el Sol volvía a asomar en un cielo que había estado cubierto de nubes durante todo el invierno, una barcaza de una sola vela cuadrada entraba despacio en el puerto de Kislev, claramente su procedencia era del sur del Imperio, en la proa un hombre se tapaba con una larga capa negra ahuyentando el frío de aquel lugar, un sombrero de ala ancha tapaba su rostro...


Un caballero del Lobo Blanco llamo a la puerta donde descansaban Erwin, Ogmund y Ramkir en el palacio de Kislev, con actitud marcial les pidió que le acompañaran hasta el cuartel de La Orden del Lobo Blanco, extrañados y sin obtener respuesta a los motivos de aquella demanda siguieron al caballero hasta el cuartel, una vez allí los dos guardias les dejaron pasar a su interior, el interior estaba cargado de humo como la mayoría de sitios de Kislev en invierno, poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando al lugar, al fondo de la estancia, apoyado en un pilar había un hombre envuelto en una larga capa y con un sombrero de ala ancha que ocultaba parte de su rostro, cuando se acercaron a él este se presento como Íñigo Krauszer de Antúñez, venido desde Middenheim para entregarles una carta del Graf Boris y asegurarse que no les pasara nada extraño, la carta paso de la mano de Íñigo a la de Erwin, esta venida lacrada pero sin ningún sello identificativo que mostrara su procedencia, con desconfianza Erwin la abrió leyéndola, estaba firmada por el propio Graf de Middenheim, en ella les encomiaba como caballeros Pantera que eran a volver a Middenheim para relatar todo lo ocurrido en casi el año que habían permanecido en Kislev, pero antes les hacía mención a que deberían viajar con Ulf  Weisschlag hasta la ciudad de Talagraad donde tendrían habitaciones preparadas en la posada del Ahorcado, allí alguien de confianza se pondría en contacto con ellos para informarles de los últimos acontecimientos, tras unos momentos de dudas de si la carta sería verdadera, y de las propias intenciones de aquel hombre extraño, decidieron recoger sus pocas pertenencias y viajar a Talagraad junto a aquel hombre, antes de abandonar el palacio Bogdanov les volvió a agradecer lo que habían realizado por la madre patria de Kislev, tras ello subieron a la barcaza capitaneada por Ulf y sus dos hijos gemelos, Oskar y Olaf, poco a poco fueron dejando atrás los fríos muros de Kislev mientras navegaban por el río Urskoy, el viaje duraría una dos semanas y media.

Durante la travesía entre Ulf y Íñigo les fueron poniendo al corriente de la situación del Imperio durante el año que habían permanecido fuera;

-El invierno había sido muy malo este año y se esperaban malas cosechas, lo cual traería una gran hambruna.

-Del este del Imperio hordas de pieles verdes comandadas por un tal Azhag asolaban Ostermark y parte de Ostland.

-La tensión entre Talabecland y Ostland había ido en aumento, tanto unos como otros habían matado soldados del contrario cerca de sus fronteras, ambos buscaban aliados entre los demás Condes.

-Talabecland ha conseguido el apoyo de Hochland, el Conde Ludenhof ha socavado a la Baronesa Tussen-Hochen para hacerse con el control. El Barón Nikse de Nordland argumentando que hay tierras en Ostland que le pertenecen y desobedeciendo al Graf Boris da también su apoyo a Talabecland. Helmut Todbringer, según él heredero legitimo al trono de Middenheim da su apoyo publicamente a sus hermanos de Talabecland.

-Ostland ha conseguido el apoyo del Graf Haup-Anderssen de Stirland y del Conde Frei Fraucher de Wisseland desobedeciendo a la Condesa de Nuln que se mantiene neutral.

-Un grupo de creyentes ulricanos denominados Los Hijos de Ulric han sido vistos en el sur de Ostland causando más problemas en la región.  

-Los cultos de Sigmar y Ulric mantiene una tensa relación, la cual estuvo cerca de arreglarse en el Eimar Concord, pero lo ocurrido en el pueblo de Bösel ha distanciado a los dos cultos, un Cazador de brujas ulricano dio caza a un grupo de mutantes, fueron llevados al pueblo de Bösel donde fueron sentenciados a muerte, pero un Sacerdote Sigmarita  junto a ocho soldados acusaron al Cazador de brujas por el trato dado a aquellos hombres, según el edicto imperial aquellos hombres con deformaciones físicas no eran mutantes, si no hombres libres, aquello hizo que los aldeanos alborotados cogieran al Sacerdote sigmarita y a cinco soldados matándolos, luego quemaron a los mutantes en una gran hoguera, en una semana, Bösel fue quemada hasta los cimientos por una banda de templarios sigmaritas no identificados. 

-Se dice que se han visto grupos de mutantes cerca de Middenland portando estandartes con una Corona Roja.




Poco a poco fueron dejando tras de si las tierras de Kislev hasta llegar al ultimo puesto aduanero en Slavynaskaya, el puesto estaba claramente en bastante mal estado, fueron interceptados por los hombres que allí había, ordenándoles que amarraran la barcaza en el puerto para ser inspeccionada, por suerte para ellos Erwin con porte recio enseño la estrella de Kislev haciendo que aquellos hombres retrocedieran y les dejaran pasar mientras lamentaban haberles importunado en su viaje, tras aquel pequeño incidente por fin abandonaron las tierras de Kislev y navegaron por el rio Talabec entre las regiones de Ostland y Talabecland, en los pueblos que iban parando se podían escuchar rumores que circulaban entre la gente;

-Había gente extraña por los caminos y bosques del Imperio.

-Habían sido atacadas distintas granjas de colonos en la frontera de Ostland, antes de esos ataques se habían oído aullidos de lobos en las cercanías.

-Se rumorea que Talabheim se reincorporara a Talabecland como en los días antiguos.

-Se rumorea que quizás hasta los piles verdes que han bajado de las montañas y están asediando el este de Ostermark son aliados de los traicioneros Ostlanders. 


Según siguen navegando por el río Talabec pueden notar como la tensión va en aumento, en un recodo del río dan un con hombre colgado de un árbol, de su cuello cuelga un cartel que pone Espía y Asesino, también le han quitado las botas, de una de sus mangas Erwin distingue el emblema del gremio de vendedores ambulantes, esa misma noche aseguran la barcaza en una pequeña cala de la orilla norte del río, cuando quedan un par de horas para la medianoche empiezan a escuchar aullidos de lobos hacía el interior, a unos diez minutos más o menos de distancia, al rato cesan los aullidos y cuando ya parece que todo vuelve a la calma se empiezan a escuchar ruidos de lucha y de gente chillando, se puede ver el reflejo del fuego en esa misma dirección, tras media hora escuchando los ruidos poco a poco empiezan a cesar hasta desaparecer, el fulgor también va disminuyendo poco a poco hasta que se extingue dejando todo entre penumbras, durante toda la noche duermen intranquilos por si son atacados por los causantes de aquellos aullidos, pero la noche pasa sin ningún incidente más, al día siguiente recogen con rapidez el campamento y se disponen a partir....


DARK HERESY. ESCLARECIMIENTO. Sesión 4

 Tras las puertas no había nadie, mas allá pudieron ver cuerpos tirados en el suelo, muertos, claramente varios de ellos se habían quitado la vida, con cautela fueron avanzando en dirección a la Catedral, según se iban acercando se podían oír los cantos que provenían de su interior, a la altura del priorato pudieron ver claros signos de lucha, en sus escaleras estaban los cuerpos sin vida de varios iniciados y el de Severus, entre sus manos aun tenia cogido su rifle laser, un rastro de sangre salía del priorato hacia el edificio donde ellos tenían sus habitaciones, declinaron seguir aquel rastro de sangre y se encaminaron con cautela hacía la Catedral, sus puertas estaban abiertas y en su interior pudieron ver a la población de Desesperanza, de pie, sin parar de emitir extraños cantos, sin poder siquiera moverse, en sus caras lagrimas ya secas y ojos llenos de terror, en el altar estaba Aristarchus, flotando unos palmos del suelo, con la cabeza inclinada y los ojos en blanco como si estuviera en trance, a su alrededor giraban sin cesar las cartas del tarot que le había regalado el abad, están brillaban con una intensa luz plateada, encima de Aristarchus una gran oscuridad bajaba lentamente cubriéndolo todo, con rapidez los acólitos fueron entrando en la Catedral, abriéndose en abanico empezaron a avanzar hacía Aristarchus, Octo fue quien primero lo vio, el abad Skae, o lo que de el quedaba, en la parte trasera de la Catedral, avanzo hacía ellos, estaba desfigurado, abotargado, sus ojos eran tan negros como la gran oscuridad que iba descendiendo sobre ellos, su voz gutural estaba llena de maldad, con una sonrisa terrorífica les insto a venir hacia él para recibir su bendición, la bendición de un Dios, el abad ya había recibido su bendición por su ambición y Aristerchus por su orgullo, ahora les tocaba a ellos, Xanthia se quedo parada de terror, reconocía aquella maldad como la que había sentido estos días, Octo de repente bajo sus brazos y avanzo andando hacia aquel ser, aunque Xanthia puro recomponerse de su miedo y cargar sobre el abad no pudo evitar como este cogía a Octo, y como si de un muñeco se tratase lo lanzo contra los bancos dejándolo inconsciente y gravemente herido, Xanthia veía como sus golpes no parecían surtir efecto sobre aquel ser, sus risas eran aterradoras, mientras Gianna se acerco en su auxilio pero al igual que Octo cuando vio a el abad dejo sus armas y se encamino a su encuentro, fue entonces cuando Arcturus viendo que la situación era desesperada lanzo una de las granadas donde estaba Aristarchus, aquello provoco una mirada de terror en la cara del abad, pero sin apenas tiempo para nada la granada exploto, a ello se unió la explosión de las cartas plateadas del Tarot que orbitaban alrededor de Aristarchus, una luz cegadora junto con miles de esquirlas volaron en todas direcciones, el abad emitió un grito horrible, cuando la luz cegadora ceso y sus ojos fueron acostumbrándose pudieron ver que parte del techo de la Catedral había desaparecido, el abad y Aristarchus yacían muertos en el suelo, Gianna y Octo estaban muy mal heridos, la gente ya libre salía de la Catedral entre llantos, por fin todo había acabado, más tarde cerca del cuerpo de Aristarchus pudieron encontrar un único trozo del carta del tarot que no se había destruido en la explosión, estaba completamente destrozada, pero en uno de sus lados se podían ver claramente circuitos que no pertenecían a este mundo, aquello claramente era un artefacto Xenos.



Una vez fue despuntando el día todo fue calmándose en el asentamiento de Desesperanza, en el edificio donde tenían sus habitaciones encontraron el cuerpo sin vida del hermano Lamark, de él era el rastro de sangre que vieron en el priorato, sus habitaciones habían sido registradas, en la habitación de Aristarchus pudieron encontrar su placa de datos que usaba como diario, aunque dañada Arcturus pudo extraer parte de información; 

¡Por el Dios Emperador, no puedo creerlo, pero es cierto! Skae me llevó a la Catedral, ¡y allí se me apareció el mismísimo San Drusus! El Santo me hablo, aunque no era digno de sus palabras. Sí, ahora todo tiene sentido: que me asignaran a esta misión, el obsequio del mazo del Tarot...¡Todo me ha guiado hasta aquí para que pueda ser su avatar, el bendito instrumento de su renacimiento!

Allí ya poco más podían hacer, por lo que se encaminaron hacía Puerto Amargura, una vez allí mandarían un mensaje a su Inquisidor contándole lo ocurrido en Desesperanza, mientras intentarían buscar un transporte hacia Desoleum para de incognito averiguar de donde habían salido aquellas cartas del Tarot....









viernes, 2 de abril de 2021

DARK HERESY. ESCLARECIMIENTO. Sesión 3

 El día amaneció gris, con una humedad pegajosa, Arcturus, Octo, Gianna y Xanthia se juntaron en el pequeño comedor de la cantina para desayunar, desde allí pudieron primero escuchar los ruidos de la gente y luego tras asomarse pudieron ver una comitiva que entraba en Desesperanza, un grupo de guerreros Ashleen al mando de su líder avanzaban erguidos sobre sus monturas, unos extraños animales enormes de cuatro patas, junto a ellos una mujer inquietante, una anciana vestida con amplias vestiduras negras, llena de abalorios y plumas de cuervo que le colgaban de sus ropas, los Ashleen se agachaban a su paso mostrándole un gran respeto mientras la llamaban la Cantamuertes, al poco se les unió Aristarchus a desayunar, con ojeras de no haber descansado y visiblemente agotado pero con ganas de acometer el día que tenían por delante, mientras desayunaban y antes de partir hacía la Catedral les comunico que como le había pedido Arcturus hace unos días había echado las cartas, tres cartas sobresalían sobre las demás, el Sumo Sacerdote era una clara bendición ante el día que hoy afrontaban, pero el Niño Perdido y el Chacal también estaban presentes, el Niño Perdido quizás se refería a algo del pasado o algo perdido, el Chacal era algo peligroso, con ansía de sangre, no sabía a que se podría referir, deberían estar atentos ante lo que pudiera pasar, ante todo deberían asegurarse que la consagración se realizase.



Tras el reconfortante desayuno se encaminaron a la Catedral, allí fueron recibidos por el propio abad Skae, fueron aposentados en un lateral frente al altar, enfrente de ellos tenían a la comitiva Ashleen, la figura de la Cantamuertes y del Caudillo Kos´ke resultaba perturbadora, pero poco tiempo tuvieron para pensar en ello, al poco de empezar el abad Skae con su discurso una fuerte explosión se escucho en el exterior, un camión había embestido la puerta sur destrozándola mientras en la puerta oeste una explosión había derribado sus puertas, varios grupos de hombres armados habían entrado en Desesperanza destruyendo y matando a quienes encontraban a su paso, el grupo de Ashleen dirigidos por Kos´ke se encaminaron hacía la puerta oeste, mientras Gianna y Xanthia corrieron hacía la del sur, Arcturus y Octo se quedaron defendiendo la Catedral y a Aristarchus.

En la puerta del oeste poco a poco los hombres de Kos´ke acabaron con los atacantes para luego ayudar a los que estaban defendiendo la parte sur de Desesperanza, en el sur Gianna pudo abatir a varios de aquellos salvajes, mientras que Xanthia hizo volar con una granada  a un grupo que se dirigían a los generadores de luz, por desgracia la onda expansiva de la granada también los hizo volar dejando sin luz a Desesperanza, mientras Lamark y varios hombres defendían a la gente de la tiendas, al final entre todos pudieron conseguir acabar con los atacantes, según el caudillo Kos´ke los atacantes eran hombres de Seth, pero era raro que estuvieran tan lejos de su territorio y que se comportaran de esa forma, pero en ese momento se escucho un disparo a las puertas de la Catedral, en ella tanto Arcturus como Octo la habían defendido de los poco atacantes que habían conseguido llegar hasta ella, en los últimos coletazos del combate Arcturus cayo inconsciente a causa de un fuerte golpe, rodo ladera abajo quedando inconsciente hasta que más tarde fue ayudado por sus compañeros, por suerte el golpe no fue mortal,  a las puertas de la Catedral uno de los atacantes quedo mal herido, tirado en el suelo sin parar de decir cosas inteligibles, aquello para la Cantamuertes eran claros signos de que algo estaba ocurriendo y que aquel lugar deberia ser abandonado, Aristarchus harto de escuchar a aquella bruja saco su pistola y de un tiro en la cabeza acabo con aquel hombre, aquello desencadeno que la Cantamuertes junto al caudillo Kos´ke y sus hombres abandonaran Desesperanza para no volver nunca, la tensión se podía notar en el ambiente, como más tarde pudieron saber, Aristarchus habría retenido a aquella bruja y la habría interrogado por si era la causante de todo aquello, pero aquello hubiera provocado otro enfrentamiento.


Mientras Deseperanza empezaba a recomponerse y se preparaban para la consagración el grupo de acólitos intentaron seguir los rastros de los atacantes, descendieron por el camino hasta llegar al principio de las montañas, en la gran estepa pudieron localizar el campamento donde seguramente habían descansado la noche anterior, en un primer vistazo no encontraron nada extraño, pero Xanthia volvió a tener un suceso como en los día anteriores y entre la tierra que según ella estaba llena de sangre pudo encontrar un ojo humano, salvo aquello y la extraña sensación de estar dolor en kilómetros a la redonda poco más pudieron averiguar, desandando el camino volvieron a Desesperanza, aun quedaban unas horas para empezar la consagración, por lo que se encaminaron a sus habitaciones, estando en ellas de repente escucharon un grito de dolor que provenía de la Catedral, a sus puertas en el suelo estaba el abad, su traje blanco claramente estaba manchado de sangre, cuando llegaron hasta él, Aristarchus se les había unido, según las palabras del abad, una sombra le había atacado, no lo podía asegurar, pero tenía forma de mujer, para Aristarchus aquello estaba claro, aquella bruja era la culpable, y pagaría por aquello, aquella mujer vivía en un valle al oeste de Desesperanza, la queria aquí para interrogarla, mientras esto ocurría a las puertas de la Catedral en la habitación de Xanthia esta de repente empezó a notar un dolor intenso en los ojos, justo cuando se escucho el grito del abad esta se quedo ciega, escuchando en todo momento el batir de las alas de los cuervos, así se quedo, asustada y desorientada hasta que sus compañeros volvieron a la habitación, por suerte cuando estos regresaron poco a poco fue recuperando la visión, Aristarchus estaba preocupado con lo que le ocurría a Xanthia y lo que ello pudiera deparar en el futuro, su mente era débil y eso podría ser un peligro para todos, hablando en secreto con Octo fue bastante claro, Xanthia no debía volver, a veces alguien tiene que morir para salvar a cientos.

Con aquellas palabras en la cabeza de Octo subieron todos al camión y con la ayuda de un Ashleen que les serviría de guía salieron hacia el oeste en busca de la Cantamuertes, durante el camino una fuerte tormenta les hizo avanzar con lentitud pero tras varios problemas consiguieron llegar hasta el valle sagrado, el Ashleen claramente no bajaría hasta allí, para el aquello era tierra sagrada que no podía pisar, les esperaría en el camión, al fondo del valle pegada a las montañas estaba la cabaña donde vivía aquella mujer, junto a una cuadra donde descansaban aquellas bestias que utilizaban de montura aquellos salvajes, la cabaña estaba cubierta con pieles pintadas con extraños símbolos, alrededor clavados en palos había calaveras de extraños animales, por encima de las montañas el cielo estaba empezando a oscurecerse, al fondo negras nubes avanzaban amenazantes, la mujer junto a Kos´ke estaban a la entrada de la cabaña, parte de sus hombres armas en mano permanecían expectantes ante las intenciones de los acólitos, tras ver que los acólitos no venían en actitud hostil y que estaban abiertos a escuchar y entender lo que estaba pasando en Desesperanza les invito a entrar a su cabaña, pero en ese momento Xanthia pudo ver claramente que las nubes oscuras que se aproximaban no eran tales, aquello eran bandadas de cuervos de esquicio, aquellos empezaron a descender al valle atacando a todos los que allí estaban, Gianna y Xanthia al igual que varios de los Ashleen resultaron heridos, pero al final pudieron repelerlos.

La Cantamuertes les conto que los hombres que asaltaron Desesperanza por la mañana eran hombres del caudillo Seth, este en el pasado había ayudado y protegido al abad Skae, pero cuando este decidió construir su Catedral en aquella colina este le abandono, aquella colina era un lugar maldito, en la antigüedad allí se hacían ritos donde la sangre de inocentes corría a raudales, ese culto era el del Padre Cuervo, fue San Drusus quien acabo con él, es un ser antiguo y perverso que le gustaba de hacer enfrentar a hermanos provocando grandes masacres, conduciendo a los hombres a su perdición con embustes y mentiras, las ceremonias más importantes de la secta se celebraban al anochecer de un día en que sus seguidores se habían visto obligados a luchar entre si para demostrar al dominio que eran dignos de servirle, según las leyendas orales de su pueblo había algo que que atemorizaba al demonio, aquello era lo que tanto disfrutaba infligiendo...

Tras recuperar fuerzas y escuchar todo lo que tenia que decirles la Cantamuertes y tras decidir desobedecer las ordenes de Aristarchus decidieron volver a Desesperanza sin la mujer, intentaron por todos los medios que ella junto a los Ashleen les acompañaran pero como ya dijo por la mañana no volvería a pisar aquella colina, desandando el camino llegaron hasta el camión, el camión también había sido atacado por los cuervos, había quedado algo dañado y el Ashleen estaba muerto, sus ojos habían sido arrancados, arrojándolo a un lado del camino Gianna cogió el volante y emprendieron la vuelta lo más deprisa posible, esa prisa hizo que el ultimo tramo lo tuvieran que realizar a pie, ya que en una curva Gianna perdió el control del camión golpeando contra una piedra y rompiendo una trasmisión, cuando por fin llegaron a Desperanza acababa de anochecer, la única luz era la que emitía la propia Catedral, el resto de Desesperanza estaba a oscuras, y lo mas extraño es que tampoco se veía a nadie...