martes, 6 de abril de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 3

 Del exterior llegaban los ruidos de los caballos y de los hombres de armas, dentro de aquel pabellón de caza tres hombres se miraban expectantes mientras saboreaban una copa de vino, ante ellos una mesa donde un mapa mostraba el Imperio hasta ahora conocido..., con un fuerte apretón de manos el acuerdo había sido cerrado, la contienda estaba a punto de comenzar, y sería entonces cuando por fin obtendrían lo que por derecho les pertenecía...


A Ramkir el encuentro con Leopold le había levantado bastantes suspicacias, para nada se fiaba de aquel joven escudero de los Caballeros Pantera, para ser tan joven parecía tener más recursos de lo que dejaba ver. Tras descansar en sus habitaciones bajaron a desayunar y juntos discutieron como afrontarían la jornada, por las calles corría el rumor de que el Conde Ludenhof había entrado en la ciudad antes del alba y que estaba reunido con su prometida en el castillo. Ogmund, Íñigo y Leopold marcharon a la puerta sur de la ciudad, uno de los contactos de Wolfgang era un guardia de los que estaban apostados en la puerta de la ciudad, un tal Torsten Gauss, no lo pudieron ver ni en el turno de la mañana ni en el de la tarde, por lo que seguramente estaría en el turno de noche, mientras Ramkir y Erwin fueron a la taberna de la Cabeza del lobo, la taberna prácticamente estaba vacía a esas horas de la mañana, Uhler era el tabernero que la regentaba,  un exmercenario con una ostensible cojera a causa de la perdida de una de sus piernas, tras una pequeña charla con Ramkir al que claramente le veía como una persona débil abandonaron la taberna, deberían esperar a ya entrada la tarde para ver que sucedía en aquel antro.

Se separaron en varios grupos para así intentar llamar menos la atención, Erwin y Ramkir permanecieron juntos, a fin de cuentas el tabernero ya los conocía, Ogmund y Leopold formaron otro grupo, Íñigo iría por libre, él sería quien seguiría a Wolfgang, la taberna estaba con bastante gente, mercenarios y gente de la zona, todos ellos acérrimos seguidores de Ulric, el ambiente estaba cargado del humo de la chimenea y tenuemente iluminada, pero si algo les llamo la atención fue el hombre que estaba sentado al fondo, alejado de la chimenea y retirado del resto de mesas, además a su alrededor la gente dejaba cierta distancia, la sensación era la de alguien muy respetado en aquel lugar, el hombre media mas de dos metros, tenía unos músculos bien marcados y una gran cicatriz que le surcaba un trozo de la cara, sus ojos observaban con detalle todo lo que había a su alrededor, mostrando una gran inteligencia.


Al poco de estar en la taberna entro la otra persona que Leopold sabía que tenía tratos con Wolfgang, Gunter Carstens, un exmercenario que se encargaba de reclutar a nuevos mercenarios, este entro junto a un joven al que tras un fuerte apretón de brazos con Wolfgang se lo presento, tras tomar una cerveza con él abandono la taberna dejando allí al joven que había traído, este estuvo contestando a las preguntas de Wolfgang, y tras un rato hablando Wolfgang escribió algo en un papel que le entrego al joven, este agradecido abandono la taberna, Ramkir con la excusa de salir a mear salió tras el joven, viendo desde lejos a donde se encaminaba, este siguió calle arriba hacía la Plaza Martial, por miedo a que le pudieran descubrir se olvido del joven y volvió a entrar en la taberna, durante la noche pudieron observar como Wolfgang se interesaba en todos los asuntos que tenían como motivo el movimiento de tropas entre la frontera de Ostland y Talabecland, así como de los ataques que se habían producido a las granjas, Ramkir también tubo que soportar la broma del tabernero y su hija, proponiéndole que se acostara con ella, incluso allí mismo, aquello hizo pasar un mal rato a Ramkir a costa de las risas de varios clientes, ya avanzada la noche Wolfgang recogió una botella que le entrego el tabernero y salió rumbo a su casa, Íñigo en cuanto vio sus intenciones salió rápido fuera buscando cobijo entre las sombras, a cierta distancia siguió a Wolfgang hasta su casa, aunque este durante el camino de vuelta comprobó en un par de ocasiones que no le siguiera nadie, una vez en su casa pudo observar como la luz permanecía sobre una hora encendida antes de acostarse, con la casa localizada Íñigo volvió hasta la posada de la Pepita de Oro donde el resto de compañeros ya habían regresado, ahora deberían pensar que hacer al siguiente día.


Tras desayunar todos juntos volvieron a formar los grupos de anoche, decidieron pasar la mañana intentando buscar al joven que la tarde anterior había hablado con Wolfgang, y al que había seguido Ramkir  al salir de la taberna, emplearon toda la mañana pero no pudieron dar con él, de camino a la posada pudieron ver como un grupo de soldados escoltaba al Conde Ludenhof que abandonaba la ciudad para volver junto a su ejercito, el cual se decía que estaba acampado a unas horas a las afueras de la ciudad, tras dejar que la tarde fuera avanzando cada uno de ellos se fue ubicando para llevar a cabo el plan que habían trazado, Ogmund y Leopold al caer la noche intentarían entrar en la casa de Wolfgang, Ramkir y Erwin permanecerían por las inmediaciones por si había algún problema, mientras Íñigo permanecería en la taberna la Cabeza del Lobo controlando los movimientos de Wolfgang, si salía de ella en dirección a su casa debería correr para llegar antes y poder avisar a sus compañeros.

Mientras Íñigo permanecía en la taberna controlando a Wolfgang pudo ver como el exmercenario Gunter Carstens entraba y con rapidez se encaminaba hasta Wolfgang, por su forma de moverse y los aspavientos que hacia con las manos al hablar dejaba bien claro que algo estaba pasando..., quizás tendría que ver con sus compañeros..., si queria saber más debería de buscar la forma de poder acercarse a ellos...

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