sábado, 30 de noviembre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 18

Todo estaba yendo según lo previsto, había pensado mucho en todo aquello y por fin se acercaba el día de dar el golpe definitivo, cuando llegase ese día todo el Imperio se postrarían ante él, y después seguirán el resto del Viejo Mundo, ese hechicero del tres al cuarto se creía que tenia controlada la situación, pero como muchos otros simplemente era un pequeño títere al que usaría hasta que no lo necesitase...




Tras surgir el nombre del que fuera juez de Middenheim, el juez Wasmeier, Nikkit narro lo que allí ocurrió durante el carnaval, según Nikkit su tía que trabajaba en el palacio y le había contado  todo lo que allí ocurrió, con pelos y señales y cien por cien verídico, esa fue la coartada que utilizó Nikkit para no desvelar sus verdaderas identidades y para intentar poner en alerta de las intenciones del juez Wasmeier y su aliado Gideon, tras su narración el Príncipe Alexis II se mostró realmente preocupado y sintió alivio al saber que el Graff Boris no había sufrido ningún daño, tras ello mando al Sacerdote Barismann que intentara averiguar si ese tal juez Wasmeier tenía algo que ver con el Hechicero que era conocido de su consejero Vladimir.
Por otro lado el Sacerdote Barismann invito a Ogmund a que paseara junto a él por la ciudad, en esa visita Barismann intento que Ogmund entendiera el bien que le hacia todo el tema de los no muertos a la ciudad, y también al resto del Imperio, pero Ogmund era fuerte en sus creencias y las ideas de Barismann las rebatió con las suyas propias sobre la integridad de no tocar nada que estuviera tocado por el Caos, pero Barismann tenia guardada una noticia que verdadera o falsa hizo que por un segundo Ogmund titubeara sobre sus ideas, le hizo participe de que viajaba con alguien que estaba tocado por el Caos, mas concretamente por Slaanesh, y ese amigo suyo era el halfling Nikkit, al cual si el quería le podían ayudar a eliminar cualquier estigma que pudiera tener, y aunque mas tarde fue el propio Ogmund quien se lo pregunto abiertamente a Nikkit este en todo momento lo desmintió, aunque en Ogmund la duda ya estaba sembrada, tras su largo paseo con Barismann por fin se despidieron amablemente y encaminó sus pasos hacia la posada, allí no se encontraban sus amigos, por lo visto hacía ya rato que habían salido, aunque no tuvo que esperar mucho para averiguar donde habían ido, un chico le trajo una invitación del hechicero de la ciudad Vladimir Slepov para que se reuniera con ellos en su casa, y hacia allí dirigió Ogmund sus pasos.




Mientras tanto en los jardines del Príncipe Alexis II, Vladimir Slepov se acerco a Nikkit y a Erwin para invitarles a su casa, y con voz baja les dijo que quizá podrían hablar sobre el difunto Olvaga, allí acudieron después de dejar sus pertenencias en la posada, en un principio tuvieron una charla en la que Vladimir dejo entrever que estaba al tanto de los descubrimientos de Olvaga y que creía que había muerto por culpa de la maldición, una maldición que creía que se contraía cuando entrabas a formar parte del culto, no podía hablar con nadie de sus secretos o la maldición podía manifestarse como así parecía que había ocurrido, también les habló abiertamente al decirles que también trabajaba para Bogdanov, aunque su coartada en la ciudad estaba mas que asegurada, ya que el que informaba de todo lo que en la ciudad ocurría era Olvaga, nunca se había visto comprometido y así debería de seguir siendo, hasta ese momento todo parecía ir bien pero sin saber como y cuando, sin darse cuenta cayeron en un sueño muy profundo, despertando cada uno en una habitación distinta completamente a oscuras, Vladimir les interrogó uno por uno, la causa de todo aquello es que Vladimir pertenencia a un grupo de sabios que se hacían llamar el Circulo Dorado, intentaban hacer frente a cualquier peligro mágico o demoníaco que pudiera poner en peligro a las gentes del Imperio, Heironymus Blitzen era un gran amigo suyo al cual ya hacía años le había entregado el anillo que Nikkit portaba en su dedo, Heironymus llevaba perdido varios meses, lo último que se sabía de él es que había regresado de las Montañas Negras y que un grupo de dos humanos y un halfling lo había raptado o eliminado en Kemperbad, todo ello había sido corroborado por un hechicero de Altdorf, un antiguo conocido de ellos, Sigfrido Winsford, por suerte para ellos las versiones de Nikkit y de Erwin fueron las mismas haciendo que Vladimir les creyera y confiara en ellos, no así Erwin que desde entonces su propio orgullo de haber sido tratado como un misero ladrón hizo que mas adelante negara cualquier ayuda de Vladimir hacia ellos, tras ese pequeño incidente y una vez claro su papel en todo lo referente a Heironymus, Vladimir les insto a que entraran en el templo para intentar encontrar a ese tal Wasmeier y a su aliado Gideon, también les pidió que intentaran encontrar el libro de hechizos de Durgul, si es que realmente estaba en el templo, ya que nunca lo había visto, pero ante la negativa de Nikkit suavizo sus palabras dejándolas en que si veían algo que podría ser peligroso lo cogieran para luego destruirlo, el no podría ayudarles en el templo ya que no entraría con ellos, si alguien lo veía su coartada se vendría abajo, los vientos de la magia se estaban moviendo en el Norte y ahora mas que nunca su papel aquí era de máxima importancia, pero podía ayudarles con los no muertos, podía hacer que no los detectasen y si salían podía hacer que salieran de la ciudad sin que nadie los viera, pero desaconsejando sus palabras prefirieron no aceptar su ayuda y valerse por ellos mismos, a fin de cuentas era lo que hasta ahora siempre habían echo, y no les había ido nada mal, así que se prepararon y esa misma noche escondidos entre las sombras se dirigieron hacia la entrada secreta del templo...


martes, 19 de noviembre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 17

Los últimos rayos de luz se iban desvaneciendo en el horizonte, hasta donde le llegaban los ojos podía vislumbrar un cielo que cambiaba de color, aquello no presagiaba nada bueno, en el propio aire se podía respirar que algo estaba próximo a ocurrir, y ese algo podría engullir todo a su paso, mientras estaba pensaba que debían hacer, con su mano acariciaba el hocico de su inseparable  montura...



Con paso raudo llegaron hasta la posada y de allí a sus habitaciones, donde decidieron que irían esa misma noche hasta el templo, sin el mapa de Olvaga era correcto esta misma noche penetrarían en el, tras recorrer ,a ciudad esquivando a las patrullas por fin llegaron a la parte trasera del templo, allí es donde debería esconderse la puerta secreta que figuraba en el mapa, con cautela se acercaron hasta donde debería estar y mientras Nikkit y Ogmund buscaban como entrar Erwin vigilaba la puerta de la cocina desde donde se podían oír claramente los pasos de alguien, Nikkit por fin pudo encontrar dos piedras que al presionarlas dejaron entrever el contorno de una puerta, pero al empujarla para abrirla un fuerte chillido fue acompañado con el estruendo de un armario al caer al suelo, estaba colocado justo detrás de la puerta y al abrirla se precipitó al suelo, y aunque Nikkit pudo cogerlo no pudo evitar que se desplomara, con rapidez volvieron a cerrar la puerta y corrieron hasta la seguridad de unas piedras que estaban en la oscuridad, de la puerta de la cocina un iniciado salió y tras cerciorarse que fuera no había nada extraño  volvió a sus quehaceres en la cocina, tras el susto inicial volvieron hasta donde estaba la puerta secreta y tras accionarla por segunda vez entraron cerrándola tras ellos, tras encender una lámpara pudieron examinar la estancia, por su estado parecía que hacía mucho que nadie la había pisado, en ella había varios objetos litúrgicos de un Dios del Caos renegado, Ogmund pudo distinguirlo como Zuvassin el Deshacedor, al fondo de la estancia había un panel de madera que tras encontrar su mecanismo en un lateral de la pared se abrió deslizándose, con cautela avanzaron por un corredor que daba a otro panel de madera lisa, este cedió hacia adelante permitiéndoles la entrada hacia la biblioteca, en ella lo único reseñable que pudieron encontrar fue unas líneas escritas por el propio Olvaga de la cronología de Bolgasgrad y como fue  formado el Culto, con esos papeles y tras esconderse de la vista de unos pasos que cruzaron la biblioteca decidieron salir del templo y volver a sus habitaciones en la posada.



Al día siguiente una de las hijas de la posadero les despertó con un nota que había traído la alguacil Katya, en ella eran invitados a un almuerzo en los jardines de Palacio, para así poder comprobar sus telas y sedas, sin tiempo que perder prepararon la carreta con las muestras de tela y con su propio equipaje por si tenían que salir de la ciudad con premura, se encaminaron hacia Palacio donde tras el registro de rigor de los guardias entraron, allí estaban reunidos el Príncipe Alexis II junto a su esposa y hermana, el médico y hechicero de la ciudad y varios miembros importantes de la ciudad, mientras Erwin exponía su muestrario apareció un hombre alto y robusto, con una barba bien cuidada, de unos cincuenta años, haciéndose a un lado hablo con el Príncipe Alexis II, Nikkit pudo medio escuchar que le daba la noticia de que Olvaga había fallecido esa misma madrugada, quizás por culpa de la maldición, y que anoche el consejero Vladimir había estado por el templo junto a su amigo de Middenheim, tras la insistencia del Príncipe el sumo Sacerdote Leonid Barismann accedió a almorzar junto a ellos, en el almuerzo fue presentado ante Erwin, Nikkit y Ogmund, al parecer ya conocía de su visita a casa de Olvaga y de que su señor había tenido alguna relación con el bibliotecario Olvaga, aunque por sus palabras dejaba entrever que algo no le terminaba de cuadrar, por otro lado mantuvo una amistosa charla con su homólogo Ogmund sobre lo que estaba bien o no de las prácticas religiosas que se estaban haciendo en la ciudad, les contó algo del nuevo culto que allí se había erigido, pero dejo bastante claro que para profundizar en el deberían antes hacerse miembros, al parecer Durgul era el principal artífice de que el culto fuera posible y de que la ciudad tuviera un ejercito no muerto, además otro nombre conocido planeo sobre la mesa, hacía un mes que un hechicero de Middenheim bajo la protección del consejero Vladimir había entrado a formar parte del Culto, ese hechicero era Karl-Heinz Wasmeier, un antiguo conocido que durante su estancia en Middenheim casi les llevo hasta la muerte...



miércoles, 13 de noviembre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 16

Allí estaba, ante él lo que tanto había anhelado durante todos estos años, por fin lo tenía a su alcance, sus dedos se crisparon mientras lo sostenía en sus años, llenos de satisfacción a la vez que de placer, lo que había sido un sueño ahora se hacía realidad, una sensación de victoria lo embargaba según iba pasando hoja tras hoja de aquel libro, en su cabeza memorizaba cada una de sus palabras, cada una de sus complicadas fórmulas...



Una vez en la ciudad de Bolgasgrad se encaminaron hacía una de las posadas que les había dicho Katya Villanova, en concreto a la de la Cigüeña y el Armiño, una posada dirigida por Daryenka Alendrova y sus dos hijas, por lo menos  la posada estaba limpia y su comida era decente, en ella alquilaron una habitación para Erwin y otra para sus ayudantes Nikkit y Ogmund, durante la cena pudieron entablar un poco de conversación con una de las hijas de la posadera, informándose un poco de quien dirigía el culto a los antiguos aliados, y de que la ciudad contaba con un saludable comercio, con comerciantes que venían del Norte, de Praag, y algún que otro extranjero que como ellos había venido de la lejana Middenheim,  también pudieron percatarse que la gran mayoría de sus habitantes portaban un colgante del que colgaba una estrella y sobre ella una doble Y invertida, al parecer era el emblema del culto, el cual estaba comandado por su líder espiritual, según ellos un gran hombre, lleno de bondad hacia sus feligreses, el sacerdote Leonid Barismann.





A la mañana siguiente se dedicaron a pasear por la ciudad, pudieron percatarse que nadie les seguía y que no había rastro alguno de las deidades oficiales del Imperio, prácticamente toda la ciudad había abrazado la nueva religión, incluso la convivencia de los vivos con los no muertos parecía de los mas normal, a mitad de mañana encaminaron sus pasos hacia el templo donde como cada día a mediodía se realizaba un acto religioso, pero antes de llegar se informaron que si no pertenecían al culto no podrían presenciar ni participar de dicho acto, por lo que dieron media vuelta dirigiéndose de nuevo a la posada, en la cual durante la comida pudieron hablar primero con una de las muchachas y luego con su madre Dayenka sobre Julius Olvaga, esta les dijo donde vivía junto a su hermana Ivinia Olvaga, aunque no los había vuelto a ver desde que Julius se desplomó fulminado en medio de la calle, por lo visto su cerebro había sufrido un colapso mientras regresaba del templo camino a casa, él siempre había sido el encargado de la biblioteca que el templo poseía, incluso cuando el templo estaba dedicado a los dioses del Imperio el ya se encargaba de los libros que allí había, también durante la comida tuvieron la visita de la alguacil Kayta Villanova, les traigo una invitación para Erwin y los ayudantes que creyera oportunos para cenar en la mansión del Príncipe, en presencia de este y de sus familiares, estaba interesado en las telas y sedas con las que comerciaban.

Con la tarde por delante, antes de la cena en la mansión del Príncipe decidieron visitar a la hermana de Julius Olvaga para poder verlo con sus propios ojos, Ivinia una mujer de unos cincuenta años les contó lo mismo que la posadera Dayenka, su hermano era un apasionado de los libros y toda su vida la había dedicado  a ellos, siendo el encargado de la pequeña biblioteca del templo, el sacerdote Barismann en persona había visitado varias veces a Julius pero por desgracia nada se podía hacer por su estado, ante la insistencia de Ogmund Ivinia les permitió subir a las habitaciones a visitarlo y aunque se le notaba nerviosa y incomoda consiguieron que Ogmund y Nikkit se quedaran a solas durante unos minutos con Julius, Ogmund pudo constatar que en verdad Julius había sufrido un colapso cerebral irreversible y también pudo escuchar como de forma mecánica repetía varias frases sin sentido y hacía mención a un mapa, un mapa que Nikkit encontró escondido debajo de unos de los cajones de la mesa de estudio  de Julius, el mapa mostraba las dependencias del templo y en ella se mostraba una puerta secreta para entrar en el propio templo y llegar hasta la biblioteca, con el mapa en sus manos se despidieron de Ivinia volviendo a la posada para acicalarse para la cena con el Príncipe.

Como mandaba la etiqueta se presentaron en palacio cinco minutos antes de la hora, allí tras comprobar sus nombres fueron conducidos hasta un gran salón donde compartieron cena junto al médico de la ciudad Aleksandre Gapon, un hombre de unos cincuenta años con el pelo corto y blanco ya entrado en carnes, también junto a Vladimir Slepov, un hombre alto y delgado, de pelo negro y lago y con un bigote estrecho y largo que le llegaba hasta el mentón, al estilo oriental, al poco hicieron acto de presencia el Príncipe Alexis Chokin II, un hombre de unos ochenta y seis  años de aspecto activo, acompañado de su mujer Annya Dobrovna y su hermana Magda Dobrovna, y junto a ellos el consejero del Príncipe Vladimir Yurik, un hombre de unos sesenta años, con poco pelo ya entrado en carnes pero con paso enérgico.



                                                                                                                                                                 
Durante la cena el Príncipe se disculpó por la ausencia de su hijo Alexis III, el cual ocupaba su tiempo en liderar a las tropas de Bolgasgrad y en mantener su espíritu en comunión con los antiguos aliados, se interesó por las telas y sedas que comerciaban así como del lugar de donde provenían, quedando gratamente satisfecho por las explicaciones que le iban dando, quedando convencido de volverse a ver en brevedad para poder ver esa mercancía, lo poquito que pudieron hablar con el médico Ogmund pudo deducir que mas bien era un médico de pacotilla, con poca idea de lo que alardeaba, de Vladimir Slepov pudieron averiguar que era un hechicero, un poco reservado y el único que no portaba el colgante del culto de los antiguos aliados, y con quien mas intercambiaron palabras fue con el consejero del Príncipe, el cual se mostró de una forma bastante descortés con ellos, hasta tal punto que el Príncipe harto de su descaro le mando que se marchara a ocuparse de ciertos asuntos, disculpándose ante Erwin por sus modales, atribuyéndolo a su estado desde hacía aproximadamente un mes cuando recibió la visita de un conocido venido del Imperio, con la promesa de volver a encontrarse pronto para poder ver el género que habían traído abandonaron el palacio, acompañados hasta la verja de salida por Katya Villanova, ya de camino a la posada un extraño olor llamo la atención de Erwin, su mano derecha tenía un ligero olor a ajo, esa era la misma mano que había estrechado al consejero del Príncipe antes de que este abandonara el gran salón, ese olor tan peculiar ya lo había olido antes, en Middenheim, en Gideon, el cual casi estuvo apunto de acabar con el Graff y suplantar su persona, el demonio que se les escapo por poco junto al hechicero Wasmeier, quizá podría tratarse de la misma persona o simplemente era una extraña coincidencia, con estos oscuros y atemorizadores pensamientos en sus cabezas dirigieron sus pasos a la posada, donde por lo menos tenían la certeza que una cómoda cama les esperaba...

martes, 5 de noviembre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 15






Bogdanov se mesaba sus largos bigotes mientras con la mirada ausente miraba a través de la ventana, ya hacía varios minutos que había visto partir a los tres extranjeros, hasta ahora habían 
sido una grata sorpresa para la Nación de Kislev, pero ahora el asunto era mucho mas serio, si sus sospechas eran ciertas el problema de Bolgasgrad podría inflamar todo lo que tenía alrededor...





Tras haber dejado atrás el ahora desierto y abandonado pueblo de Morton su marcha hacia Kislev no tuvo ningún otro contratiempo, como la anterior vez fueron llevados hasta una habitación en un lateral del Palacio, allí se volvieron a encontrar con Bogdanov, el cual tras recriminarles que no hubieran traído con ellos a Gurthgano escucho atentamente todo lo que habían visto y descubierto en la ciudad de Chernozavtra, tras digerir todo aquello y pensar cual seria su siguiente movimiento les comunico a Erwin, Ogmund y Nikkit que se prepararan para partir hacia la ciudad de Bolgasgrad, en la ciudad tenían un infiltrado que les estaba informando de lo que allí estaba ocurriendo, había confirmado que los muertos caminaban por la ciudad entre los vivos, el culto a los principales dioses habían sido suplidos por el culto a los Antiguos Aliados, del cual apenas se sabía a quien adoraba, por desgracia desde hacía tres meses no habían tenido noticias de su confidente Julius Mikhailovitch Olvaga, deberían viajar hasta la ciudad y averiguar que le había sucedido a Julius Olvaga y seguir con sus pesquisas, averiguar que había detrás del culto a los Antiguos Aliados y ocuparse de Durgul, para ayudarles en esto último les entrego una daga a la que denominó como la perdición de los elfos, además se comprometio a proporcionarles todo aquello que necesitaran para preparar su coartada para entrar en la ciudad.

Aprovechando que aún tenían medio día por delante  se acercaron al templo de Verena para intentar encontrar algo de información sobre la ciudad de Bolgasgrad, allí mantuvieron una interesante conversación con el hermano Stefan, el cual les entrego un mapa de la ciudad junto a una pequeña cronología de la ciudad y de sus actuales gobernantes, la familia Chokin, los cuales se habían sublevado de Kislev autoproclamandose un estado independiente, por desgracia del culto a los Antiguos Aliados no sabían apenas nada y de Durgul solo que se relacionaba ese nombre desde cinco siglos atrás.



Tras su visita al templo de Verena decidieron que irían a la ciudad  como emisarios de un rico mercader de sedas de Middenheim, para ello prepararon un carro con distintas clases de seda de muestra, el viaje desde Kislev hasta Bolgasgrad discurrió sin ningún contratiempo, apenas a medio día de la ciudad se cruzaron con un pastor, el cual mientras fumaba una buena pipa controlaba como dos no muertos hacían su trabajo, en las pocas palabras que tuvieron con el pastor pudieron ver como este aprobaba el poder contar con no muertos para ayudarle en sus tareas, así como el apoyo incondicional al culto de los Antiguos Aliados, tras seguir el camino por fin llegaron hasta la ciudad, allí en el puente que cruzaba el río antes de entrar en la ciudad había un puesto de guardia apostado por dos torres de madera, en ellas había varios no muertos defendiendo el paso y junto a ellos una mujer que les dio el alto, Katya Villanova les informo sobre las costumbres de la ciudad, básicamente de que se respetase a sus gentes y la de no molestar a los no muertos, y que cada día se tenían que presentar ante ella, aquí en el puesto de guardia o por la noche en las dependencias del Príncipe, tras ello pudieron cruzar el puente y dirigirse hacia las puertas de la ciudad de Bolgasgrad...














































































































































































































































































































































































viernes, 1 de noviembre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR.ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 14

Todo estaba yendo como lo habían planeado, habían tenido algún contratiempo, pero nada de lo que sucediera cambiaría los planes que tenían dispuestos, ni siquiera la intromisión de aquellos tres extranjeros trastocaría nada de lo planeado, pero no olvidaría sus caras, le habían importunado y se habían escapado con vida y eso era algo que no volvería a ocurrir, cuando tuviera tiempo para ello saldaría cuentas pendientes, entonces se divertiría viéndoles sufrir..., pero ahora no era momento de pensar en minucias, tenían cosas que hacer. se avecinaban tiempos de cambios....





Poco a poco dejaron atrás las interminables estepas hasta que por fin llegaron hasta la estribaciones de las Montañas del Fin del Mundo, según seguían el paso que las cruzaba iban ascendiendo y con ello el tiempo empezó a empeorar dando paso a un agua nieve constante que les iba calando poco a poco, por suerte para ellos a mitad de camino podrían calentarse y dormir bajo techo en el poblado de Morton, allí la vieja Bruja del Hielo Yulenka Vólkova podría examinar la herida de Erwin, la cual no parecía que estuviera curándose bien, pero según se aproximaban al poblado en el horizonte pudieron ver distintas columnas de humo, un humo que según se acercaron olía a madera quemada, cuando llegaron hasta el poblado de Morton vieron que había sido atacado, sus casa ardían y cuerpos de aldeanos tenían la nieve de rojo, según se aproximaban al pequeño templo pudieron escuchar un grito de dolor seguido del andar de varias pezuñas, el ruido provenía de detrás del templo, con cautela se aproximaron descubriendo a tres hombres bestias a los cuales dieron muerte rápidamente, para después entrar dentro del templo, allí estaba la anciana Bruja del Hielo Yulenka Vólkova, maniatada entre dos hombres bestias mientras otro ataviado con extraños cachivaches le iba propinando cortes a la vez que le gritaba en un idioma muy tosco, en cuanto lo vieron lo reconocieron como el shaman hombre bestia que se les escapo en la gruta de los espíritus, por el templo también se percataron de que había dos  hombre bestia mas, aunque uno de ellos mas parecía una abominacion del Caos, con temor por estar en inferioridad numérica decidieron hacerse fuertes en las puertas del templo, allí se enfrentaron a varios hombres bestias entre los que se encontraba ese ser tan monstruoso, pero con un gran esfuerzo y valentía consiguieron acabar con el, en ese momento Erwin y Ogmund corrieron hacia el altar para intentar salvar a la Bruja del Hielo, pero ya era demasiado tarde, el shaman hombre bestia había acabado con ella dejando solo un cuerpo consumido, por su parte Nikkit con su honda no dejaba de lanzar piedras hacia el shaman intentando con algún tiro afortunado acabar con el, mientras Ogmund corría por el templo sucedió algo extraordinario, de repente se escucho un trueno que hizo temblar hasta los mismos cimientos del templo, dando paso a una luz tan fuerte que cegó a todos los que allí había, esa luz  envolvió a Ogmund, el sintió como su cuerpo era ungido, dejando sus pesares y su cansancio atrás, parecía y sentía como si un nuevo Ogmund  hubiera nacido, sentía que Sigmar caminaba a su lado ofreciéndole toda su ayuda, poco a poco la luz fue desapareciendo mientras todo volvía a la normalidad, entre Erwin y Ogmund acabaron con los hombres bestias que quedaban. mientras Nikki aguantaba los embates del shaman hasta que con la ayuda de Erwin por fin consiguieron acabar con el antes de que consiguiera huir como la anterior vez.



Comprobaron que la Bruja de Hielo Yulenka Vólkova estaba muerta y que nada podían hacer por ella, los cuerpos de los hombres bestias los arrastraron fuera del templo y antes de que cayera la noche los quemaron en una gran fogata, sin ningún sitio mejor al que poder ir se prepararon a pasar la noche en el templo, por lo menos allí estarían al resguardo del frío viento y de la lluvia que no cesaba de caer suave y constantemente...