El cielo poco a poco se iba tornando de color rojizo, las nubes eran atraídas hacía donde estaba el gran circulo de piedras, tan antiguo que nadie sabia desde cuando estaba allí, solo los Dioses del Caos conocían su antigüedad, y allí abajo rodeados de esas extrañas piedras se encontraba un hechicero junto a un pequeño demonio alado, aquella no era la primera vez que había visitado aquel lugar, ni seguramente la última, el hechicero portaba entre sus manos un gran libro de tapas negras de cual mientras pasaba sus extrañas páginas entonaba extraños cánticos que resonaban dentro del circulo de piedras, poco a poco los vientos de la magia danzaban alrededor de aquel lugar desprendiendo destellos de pura energía...
Con cautela avanzaron por la ciudad hasta llegar a la entrada secreta del templo de los Antiguos Aliados, una vez dentro consiguieron llegar hasta la biblioteca del templo, en la cual tras asegurarse de que no había nadie abrieron la puerta que tenían enfrente, dicha puerta daba acceso a una habitación que parecía un trastero, en ella se había varios cofres donde se había guardado todos los objetos litúrgicos de los antiguos dioses que antes eran venerados en la ciudad, también había un par de cofres que contenían guirnaldas y objetos de decoración, y debajo de ellos descubrieron que había una trampilla que daba acceso a unas escaleras que descendían a lo que parecía un nivel inferior del templo, con cautela empezaron a descender por las escaleras, cerrando la trampilla para que nadie pudiera notar nada extraño, descendieron varios metros hasta que por fin llegaron a una gran sala donde se podía apreciar unas dobles puertas de bronce, pero gracias a la aguda vista de Nikkit pudo vislumbrar un extraño movimiento en la parte mas oscura de la habitación, tras iluminar hacia esa zona pudo ver como un oso caminaba hacia ellos, rápidamente formaron una línea de para poder luchar contra el y aprovechar la ventaja numérica, al fijarse en el pudieron ver que era un oso no muerto, entre los tres consiguieron reducir al oso haciendo que cayera al suelo, para una vez allí reducir su cabeza a pequeños trozos esparcidos por la habitación, una vez eliminado el peligro pudieron fijarse un poco en los símbolos que había inscritos en las puertas, según Ogmund eran caracteres Enanos, parecían runas de protección para que el lugar no fuera profanado, pera las runas habían sido rotas, con solo tocar las puertas con la mano están se abrieron silenciosamente dando paso a unas escaleras de caracol que descendían.
Descendieron un buen rato hasta llegar a lo que parecía un pasillo de varios metros de ancho con dos filas de columnas que lo recorrían, del Norte del pasillo pudieron ver que venía una luz tenue, mientras del Sur amortiguado por la distancia parecía provenir ruido de alguien que estuviera trasteando, Nikkit avanzo con cautela hacia el Norte, allí pudo ver como el pasillo desembocaba en una gran sala circular, esta tenía en todo su perfil distintos bultos de entre 1.50 a 1.80 de largo enrollados en linio blanco y en el centro de la estancia estaba Leonid Barismann en estado de trance o meditación, según se acerco a la sala a Nikkit pudo apreciar el poder que emanaba de allí, algo que lo incomodaba, con cautela se fue retirando hacia donde estaban Erwin y Ogmund, les contó lo que allí había visto y decidieron que primero intentarían averiguar que había en la otra dirección, ese lado del pasillo desembocaba en otra gran sala circular, en la que había distintas parcelas de tierra donde crecían distintas variedades de plantas, según entraban en la sala y notaban un gran picor que les hacia estornudar, pero nadie pareció percatarse de aquello, nadie menos un grupo de no muertos enanos que avanzaron hacia cualquiera que entrara en la sala, al parecer deberían de tener muchos años, de ellos solo quedaban los huesos, y iban ataviados con distintos utensilio de jardinería, al parecer eran los encargados de cuidar de aquel invernadero tan peculiar, atrayéndolos a uno de los lados de la sala y corriendo luego hacia el otro lado descubrieron como el pasillo continuaba, adentrándose por ese pasillo vieron como de uno de sus lados había una abertura que daba acceso a otro tramo de escaleras circulares que descendía , pero antes de bajar Nikkit inspeccionó donde acababa el pasillo, este terminaba en otra sala donde un hombre de mediana edad vestido con una bata y un sombrero blanco deambula de aquí para allá tarareando un canción en Tileano mientras llevaba distintas probetas, la sala en un lado estaba repleta de distintos objetos de todas las partes del Imperio, muebles y lujosas alfombras de Arabia, mientras que el otro lado había probetas y tubos de ensayo propios de un científico, con la misma cautela que había llegado Nikkit se retiro hasta donde estaban sus otros dos compañeros, decidiendo que mejor seguirían bajando hacia el siguiente nivel antes que arriesgarse a hacer ruido y ser descubiertos, con suma cautela descendieron hasta dar paso a una abertura que daba a un pasillo muy similar al del piso superior..., lo que habría en aquel pasillo pronto lo iban a descubrir...
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