jueves, 28 de octubre de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 28

 Aun era mitad de noche, algo había despertado a Ramkir, una sensación extraña, un mal presentimiento, sus ojos veían la ventana por donde entraba algo de luz, allí no había nadie, pero al mover sus ojos al otro lado pudo contemplar lo que allí había, un cuerpo ennegrecido, al que le faltaban trozos de su carne, su rostro desfigurado miraba fijamente a Ramkir a través de unos ojos conocidos, Ernst Heidelmann empezó a hablar mientras en su mano crecía una llama con la que iba prendiendo la cama y ropas de Ramkir, al cual su cuerpo no le obedecía, por suerte si que podía hablar y gritar, y esto ultimo fue lo que hizo mientras que Ernst se reía de su fragilidad ante el fuego y ante el Gran Mutador, los gritos no surtieron efecto y ninguno de sus compañeros acudió en su ayuda, poco a poco las llamas le fueron devorando...


Por fin pudieron pasar una noche en una cama confortable, más aun tras relajarse con un buen baño, la noche paso sin ningún contratiempo, salvo para Ramkir que al día siguiente se levanto cansado tras haber pasado una mala noche, extraños sueños no le habían dejado dormir mucho, apenas hubieron desayunado fueron requeridos en la sala de audiencias del castillo, allí fueron recibidos por el Emperador junto al general de los ejércitos de la Reiksguard Kurt Helborg, tras el Emperador estaba el recientemente nombrado Campeón del Emperador, Ludwig Schwarzhelms, tras las oportunas presentaciones y la requeridas formalidades Kurt les puso al corriente de que había llegado una carta de Altdorf informando del secuestro del Emperador, y de que sus captores debían ser ahorcados en cuanto fueran capturados, aunque eso no iba a suceder, serían más útiles formando parte de la guardia de honor del propio Emperador, al día siguiente junto a una parte del ejército partirían hacia Altdorf acompañando a Karl Franz para recuperar su trono, durante el resto de la mañana les pusieron al corriente y contestaron a las preguntas que les fueron haciendo de lo sucedido durante estas ultimas semanas, por la tarde pudieron vagar libremente por el castillo y sus alrededores, como bien habían aconsejado que hicieran, fuera se podía ver a varios grupos de soldados con el torso al descubierto mientras sus superiores buscaban algún tatuaje con la forma de una mano de color purpura.



Al día siguiente, a primera hora una fuerza de unos 60 caballeros comandados por Kurt Helborg escoltaron a Karl Franz en dirección a Altdorf, cerca del Emperador cabalgaban nuestros héroes, en unas cinco horas recorrieron el trayecto que les separaba de la capital de Imperio, las trompetas sonaron para anunciar su llegada, las calles de Altdorf se llenaron de gente sorprendida de ver a Karl Franz, pero la sorpresa dio a paso a una alegría que se fue extendiendo como la pólvora, entre esa gente Ramkir pudo ver a un antiguo compañero de sus años de estudio, Sigfrido, alguien con un gran afán de poder y completamente diferente  a él, el trayecto de la comitiva acabo en las puertas del Palacio Real, allí fueron recibidos por el Príncipe heredero junto a sus consejeros, y aunque las palabras que se escucharon fueron las correctas, el ambiente y las caras mostraban con claridad la tensión del momento,  junto al consejero del Príncipe había una mujer que bien podría tratarse de su secretaria, era una mujer joven, de una gran belleza, la cual fue abordada por los galanes modales de Íñigo, pero rápidamente fue requería de muy malas maneras por Martín Fechner, tras ese primer encuentro Karl Franz volvió a recuperar su funciones como Emperador del Imperio y ocupo de nuevo su trono, durante el resto del día pudieron hablar con el Conde Siegfried von Walfen, el cual había sido liberado de las mazmorras, se mostro contento de volver a verlos a todos, y tras ponerlo al día de todo lo ocurrido les comunico que tenían habitaciones preparadas en El Imperial, allí se encaminaron pasada ya la tarde.

Al día siguiente visitaron a la Gran Indagatrix,  poniéndose al día sobre lo acontecido desde que se vieron la ultima vez, ella había intentado averiguar más sobre el hermano Karl, pero hasta el momento sin éxito, tras abandonar el templo de Morr, Erwin y Leopold se dirigieron de nuevo a la posada, mientras que Íñigo se perdía por la ciudad en busca de ingredientes que no pudo encontrar salvo si recurría al mercado negro, Ogmund se acerco al templo de Sigmar intentando sondear que posición tenía el actual Teogonista en funciones ante la llegada al trono de Karl Franz, aunque básicamente lo que escucho fue lo que ya le había contado el padre Beoca, era un hombre menos tolerante que Yorri XV y más dispuesto a recurrir a las armas para hacer ver sus ideas, por otro lado Ramkir se dirigió a las Escuelas de la Magia, desde que las abandono para viajar al Oeste hacia Bretonia no las había vuelto a pisar...



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