jueves, 11 de noviembre de 2021

EL ENEMIGOO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 29

Dos buenas bolsas de coronas de oro descansaban sobre la mesa, una cantidad de oro bastante importante, mucho más dinero de lo que el trabajo en si requería, un pago más que generoso, pero si estaba dispuesto a pagarlo no había más que hablar, con rápido gesto recogió las dos bolsas guardándolas entre sus ropas, con un asentamiento de cabeza abandono el lugar.....a esa hora era cuando más nerviosos se ponían, los gritos se podían escuchar claramente desde su cuarto, aunque a cualquiera esos gritos le pondrían nervioso a él aquello le servía para relajarse, para visualizar lo que tenía que hacer y como llevarlo a cabo, ya había perdido un día y eso era algo que le desagradaba...


Ramkir se dirigió a los Colegios de la Magia, en ellos volvió a ver a parte de sus compañeros de estudios, con ellos dialogo intentando averiguar si estaban al tanto de lo que estaba ocurriendo y de que lado se habían posicionado, el Gran Patriarca Thyrus Gormann siempre había sido leal al Emperador y así seguiría, en cuanto a los problemas más mundanos se mantenían aparte como siempre había ocurrido, los hechiceros de batalla se estaban preparando para entrar en combate, por lo que ocurría en el Este todo hacía presagiar que pronto Altdorf mandaría sus fuerzas hacía allí, poca más información podía sacar de allí, aunque antes de abandonar los Colegios hizo por encontrar a Sigfrido, y así ocurrió, en uno de los muchos pasillos pudo cruzar varías palabras con él, su arrogancia había ido en aumento, el trato que recibió de él fue claramente ofensivo, intentando menospreciarle, aunque la cosa no fue a mayores y cada uno siguió su camino a expensas de en un futuro rendirse cuentas mutuamente.

Tras su pequeña visita a los Colegios de la Magia se volvieron a juntar todos en el Imperial, por la tarde Íñigo y Ogmund tenían que encontrarse con el hombre de Francesco, este les informo que el hermano Karl no había tenido tratos con los chicos de Dieter, también les dijo que una nueva pandilla de gente de Altdorf se había formado en la parte noreste de la ciudad, en los barrios más marginales, por lo visto se hacían llamar los Purpuras o Morados, no habían intentado entablar contacto con ninguna otra banda de alrededor, tras la reunión quedaron en encontrarse en un par de días por si descubría algo más sobre esa nueva pandilla y por si averiguaba algo del secretario del Príncipe Martín Fechner, esa noche descansaron tranquilamente en el Imperial, aunque a la vuelta Íñigo pudo atrapar a un joven que les había estado siguiendo, el cual acabo desangrado en medio de un callejón tras no haber sacado nada en claro de sus explicaciones, a la mañana siguiente les habían dejado una nota anónima para que acudieran a la posada del Ahorcado si querían información sobre la Mano Purpura, aunque sospechaban que aquello podía ser una trampa a quien encontraron allí fue al Doktor Fassbinder, básicamente les conto lo que ya sabían de la nueva pandilla que se había formado en la ciudad, aunque seguía con la certeza de que alguien cercano a la corte o al Príncipe estaba involucrado, en pocos días se produciría una reunión de los integrantes de la secta para ver quien sería su cabecilla, al parecer nadie sabía quien era la persona cercana a la Corte Imperial, esperaba que pudieran llevar a buen puerto esta empresa y que por fin pudieran coger al hermano Karl, él esta misma tarde abandonaría Altdorf en una barcaza en dirección Sur, ya lo habían intentado matar una vez y si se enteraban que seguía vivo no creía que fallaran una segunda vez, con un fuerte abrazo se despidieron.

Tras volver al Imperial decidieron que esta misma noche la pasarían fuera, escondidos cerca de los dos puentes que estaban más al este de Altdorf, aunque había más puentes en la ciudad esos quizás eran los más directos hacía el barrio donde en teoría debería producirse la reunión de la secta, tampoco conocían que noche se produciría por lo que habría que estar alerta, antes de que cayera la noche tomaron posiciones, exceptuando Leopold que tubo que abandonar su puesto por miedo a que una patrulla de guardias lo pudiera ver, el resto pudo permanecer toda la noche en sus escondite, vigilando en la distancia los puentes, pero la noche paso sin que nadie cruzara por allí, con las primera luces de la mañana regresaron al Imperial, donde pudieron descansar hasta la hora de comer, por la tarde Íñigo y Ogmund se volvieron a entrevistar con el hombre de Francesco, de Martín Fechner no había podido averiguar nada, era un hombre que no salía de Palacio, en cambio de la pandilla de los Purpura si que tenía noticias frescas, por un lado confirmo lo que les había dicho Fassbinder de que estaban preparando una reunión para ver quien sería su líder, por lo visto había una pelea de gallos entre alguien importante de Altdorf del cual se desconocía su identidad y ese tal Karl, la reunión se iba a a producir en un almacén al lado de la fuente de cobre, una parte delicada de ese barrio marginal, por lo visto la reunión seria mañana a medianoche, con aquella información en su poder tenían un día para pensar como actuar, si involucraban a alguien en todo aquello podían espantar a sus lideres y no cogerles, por lo que al parecer otra vez deberían actuar solos, esa misma tarde hablaron con la Gran Indagatrix, si en una persona podían confiar era en ella, les comunico que sus servicios habían sido requeridos en Stirland, varios casos de nigromancia hacían que tuviera que partir hacía allí, por suerte hasta dentro de dos días no abandonaría Altdorf, por lo que accedió a sus planes, se encargaría de guardar sus armas en la capilla de Morr, y ella misma estaría allí mañana por la noche por si tenían que llevar a alguien ante ella para con sus conocimientos hacerle hablar, a fin de cuentas era lo mínimo que podía hacer por ellos después de todo lo que habían arriesgado ellos por el Imperio, solucionado el tener preparadas sus armas para esa noche y el tener a la Gran Indagatrix a su disposición por si la necesitaban para sacar información a algún sectario se dirigieron al Imperial, debían hilar muy bien como iban a moverse esa noche y que pasos iban a dar, esta noche por lo menos podrían descansar entre cómodos colchones de pluma, si algo salía mal quizá para algunos de ellos podría ser la ultima vez...



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