martes, 19 de noviembre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 17

Los últimos rayos de luz se iban desvaneciendo en el horizonte, hasta donde le llegaban los ojos podía vislumbrar un cielo que cambiaba de color, aquello no presagiaba nada bueno, en el propio aire se podía respirar que algo estaba próximo a ocurrir, y ese algo podría engullir todo a su paso, mientras estaba pensaba que debían hacer, con su mano acariciaba el hocico de su inseparable  montura...



Con paso raudo llegaron hasta la posada y de allí a sus habitaciones, donde decidieron que irían esa misma noche hasta el templo, sin el mapa de Olvaga era correcto esta misma noche penetrarían en el, tras recorrer ,a ciudad esquivando a las patrullas por fin llegaron a la parte trasera del templo, allí es donde debería esconderse la puerta secreta que figuraba en el mapa, con cautela se acercaron hasta donde debería estar y mientras Nikkit y Ogmund buscaban como entrar Erwin vigilaba la puerta de la cocina desde donde se podían oír claramente los pasos de alguien, Nikkit por fin pudo encontrar dos piedras que al presionarlas dejaron entrever el contorno de una puerta, pero al empujarla para abrirla un fuerte chillido fue acompañado con el estruendo de un armario al caer al suelo, estaba colocado justo detrás de la puerta y al abrirla se precipitó al suelo, y aunque Nikkit pudo cogerlo no pudo evitar que se desplomara, con rapidez volvieron a cerrar la puerta y corrieron hasta la seguridad de unas piedras que estaban en la oscuridad, de la puerta de la cocina un iniciado salió y tras cerciorarse que fuera no había nada extraño  volvió a sus quehaceres en la cocina, tras el susto inicial volvieron hasta donde estaba la puerta secreta y tras accionarla por segunda vez entraron cerrándola tras ellos, tras encender una lámpara pudieron examinar la estancia, por su estado parecía que hacía mucho que nadie la había pisado, en ella había varios objetos litúrgicos de un Dios del Caos renegado, Ogmund pudo distinguirlo como Zuvassin el Deshacedor, al fondo de la estancia había un panel de madera que tras encontrar su mecanismo en un lateral de la pared se abrió deslizándose, con cautela avanzaron por un corredor que daba a otro panel de madera lisa, este cedió hacia adelante permitiéndoles la entrada hacia la biblioteca, en ella lo único reseñable que pudieron encontrar fue unas líneas escritas por el propio Olvaga de la cronología de Bolgasgrad y como fue  formado el Culto, con esos papeles y tras esconderse de la vista de unos pasos que cruzaron la biblioteca decidieron salir del templo y volver a sus habitaciones en la posada.



Al día siguiente una de las hijas de la posadero les despertó con un nota que había traído la alguacil Katya, en ella eran invitados a un almuerzo en los jardines de Palacio, para así poder comprobar sus telas y sedas, sin tiempo que perder prepararon la carreta con las muestras de tela y con su propio equipaje por si tenían que salir de la ciudad con premura, se encaminaron hacia Palacio donde tras el registro de rigor de los guardias entraron, allí estaban reunidos el Príncipe Alexis II junto a su esposa y hermana, el médico y hechicero de la ciudad y varios miembros importantes de la ciudad, mientras Erwin exponía su muestrario apareció un hombre alto y robusto, con una barba bien cuidada, de unos cincuenta años, haciéndose a un lado hablo con el Príncipe Alexis II, Nikkit pudo medio escuchar que le daba la noticia de que Olvaga había fallecido esa misma madrugada, quizás por culpa de la maldición, y que anoche el consejero Vladimir había estado por el templo junto a su amigo de Middenheim, tras la insistencia del Príncipe el sumo Sacerdote Leonid Barismann accedió a almorzar junto a ellos, en el almuerzo fue presentado ante Erwin, Nikkit y Ogmund, al parecer ya conocía de su visita a casa de Olvaga y de que su señor había tenido alguna relación con el bibliotecario Olvaga, aunque por sus palabras dejaba entrever que algo no le terminaba de cuadrar, por otro lado mantuvo una amistosa charla con su homólogo Ogmund sobre lo que estaba bien o no de las prácticas religiosas que se estaban haciendo en la ciudad, les contó algo del nuevo culto que allí se había erigido, pero dejo bastante claro que para profundizar en el deberían antes hacerse miembros, al parecer Durgul era el principal artífice de que el culto fuera posible y de que la ciudad tuviera un ejercito no muerto, además otro nombre conocido planeo sobre la mesa, hacía un mes que un hechicero de Middenheim bajo la protección del consejero Vladimir había entrado a formar parte del Culto, ese hechicero era Karl-Heinz Wasmeier, un antiguo conocido que durante su estancia en Middenheim casi les llevo hasta la muerte...



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