miércoles, 16 de octubre de 2019

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV, Sesión 12

Gurthgano Gorthaudh o mejor dicho Annandil contemplaba los cabellos de su amada Amrunmiriel mientras los volvía a pegar con delicadeza en la cabeza, como cada noche acudía a la alcoba de su amada a buscar su compañía y como cada noche durante estos últimos años salían a pasear a la luz de la luna, desde las murallas contemplaban las hogueras de los campamentos de los Dolgan y de los Hobgoblins, nunca les había quitado nada y en cambio ellos solo querían tomar la ciudad para saquearla y volver a dejarla abandonada, en todos estos años su poder y conocimiento sobre la nigromancia habían ido en aumento, sentía que le faltaba poco para dar con la clave para poder evitar la muerte y el sufrimiento de cualquier ser, y eso podría ser un gran logro para los tiempos que estaban por venir..., quizá entonces la gente empezara a ver que no todos los nigromantes eran malvados como algunos querían hacerles ver...


Tras pensarlo durante varias horas decidieron que al día siguiente volverían a entrar a la ciudad de los muertos, esta vez irían directamente a la torre de guardia, ayudados de unas cuerdas y garfios intentarían  trepar hasta su azotea donde cuatro no muertos hacían guardia, hablaron con Dafa para que parlamentara con los jefes tribales dolgans para preparar el señuelo en la otra parte de la ciudad, Dafa se reunió con ellos, además de conseguir su ayuda también trajo consigo unos pocos hombres para que les ayudasen en su intento de entrar en la ciudad, y junto a ellos un ultimátum de los jefes, o volvían con algo o sus vidas podrían ser el precio.
A la mañana siguiente y tal como habían planeado los dolgans se abalanzaron sobre la puerta de entrada a la ciudad para atraer sobre ella a los no muertos, aprovechando esa situación Erwin, Ogmund y Nikkit acompañados cada uno por un dolgan escalaron las murallas de la ciudad y tomaron posiciones, Nikkit ayudado por el dolgan consiguió subir hasta el tejado de la casa de lo que en su día había sido la torre de vigilancia, escondiéndose agazapado detrás de la chimenea mientras atraía a los cuatro no muertos que estaban de guardia en la azotea de la torre, en ese momento Erwin y Ogmund se acercaron a la carrera a la torre y ayudados por los dolgan y las cuerdas con garfios consiguieron subir hasta donde estaban los no muertos, cargando sobre ellos, al mismo tiempo en su regreso el dolgan que había bajado hasta la ciudad para ayudar a Nikkit fue interceptado por cuatro no muertos que al notar su presencia habían salido de una de las casas, presa del pánico se quedó paralizado mientras estos le agarraban y le arrastraban a la parte trasera de la torre de guardia, mientras alguien vestido de hechicero y con voz de hobgoblin les ordenaba hacerlo, para suerte de nuestros héroes no se percataron de lo que estaba sucediendo en la azotea de la torre, tras desaparecer de su vista Nikkit también consiguió subir donde estaban sus compañeros y entre los tres consiguieron reducir a los no muertos, en la azotea había una trampilla, gracias a la palanca que llevaban consiguieron forzarla descendiendo a lo que parecían unos aposentos de algún erudito, en ellos pudieron encontrar ropas holgadas, viales y pergaminos vacíos junto a tita y plumas, con cautela bajaron al siguiente nivel, allí encontraron lo que parecía ser un laboratorio de un alquimista o mago, y en el, absorto en su trabajo había un humano de pelo blanco y ojos almendrados, con unas extrañas orejas, la parte superior de ellas estaban como cosidas, aunque era algo que claramente intentaba ocultar con su pelo, no se percato de su presencia hasta que Nikkit habló, era Gurthgano Gorthaudh, también conocido como Annandil, tras su primera sorpresa de como habían entrado allí y de saber sus motivos les contó lo que sabia de Sulring Durgul, había mantenido correspondencia con el aunque ya hacia mucho de ello, a el le debía todos sus conocimientos sobre nigromancia, la primera vez que entablo contacto estaba en Arabia y desde ese momento entre ellos se creo un vinculo, le ayudo a poder traer de vuelta a su amada muerta, ella murió por su causa cuando intento frenar que lo desterraran de su casa por ser un mestizo, en ese momento de desaparición la ayuda de Sulring fue como una bendición, el vinculo entre ambos solo se rompió cuando se entero que Annandil no era un eltharin como Sulring, aunque odiaba a su propia raza seguía defendiendo los grandes descubrimientos culturales de sus ancestros, Sulring tenia mas de cinco mil años, y unos conocimientos de la hechiceria, la nigromancia y la alquimia muy superiores a cualquiera, habiendo viajado por todo el Viejo Mundo, su obsesión era la búsqueda del secreto de la inmortalidad, era algo que ya entonces le obsesionaba y lo atormentaba.
Tras charla durante un buen rato con el, Annandil se relajo ofreciéndoles una taza de té a cada uno de ellos, hacía mucho que no mantenía una conversación con extranjeros, eso hizo que se fuera relajando, con lo que no vio venir los sucesos que estaban por producirse, Annandil les dijo que podrían marchar libremente de la ciudad con solo una condición, una promesa, la de no atacar a ningún nigromante por solo el echo de serlo, si no era malvado y no hacía ningún mal a nadie no dejaba de ser como otra persona cualquiera, mientras acababa su frase de repente Ogmund de un salto se impulso con rapidez hacia Annandil, blandiendo su arma consiguiendo golpearle en un brazo, durante unos segundos de desconcierto Erwin también acudió raudo al combate mientras Nikkit gritaba que pararan y guardaran sus armas, pero Ogmund en su afán de limpiar este mal volvió a enarbolar su arma contra Annandil, pero justo en ese instante Annandil con un movimiento de su mano desapareció de su vista mientras unas palabras recorrían la habitación....esto es lo de siempre, os doy mi hospitalidad y me pagáis con ingratitud...

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