lunes, 24 de septiembre de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 3

En el horizonte ya podía vislumbrar las altas murallas de Kislev, imponentes, sus muros dejaban constancia de todas las batallas que habían presenciado contra las hordas que el Caos enviaba desde el Norte, sus ojos no apartaban la mirada de ellas, pero para alguien que le prestara la suficiente atención podría haber visto el rostro de alguien al que una gran angustia le atenazaba, una gran sombra se cernía sobre su rostro, algo ocultaba en su interior que quizás le llevará a su propia muerte o por senderos oscuros que ni el mismo imaginaba..., estaba en Kislev, donde los mas viejos aun cuentan como los antiguos y olvidados Dioses del Norte aún caminan entre los mortales, mientras los iniciados de los auténticos Dioses proclaman que son solo manifestaciones de los poderes ruinosos.





La noche había caído sobre el Viejo bosque, por suerte encontraron un pequeño claro en el que intentar pasar la noche, Nikkit haciendo usos de sus conocimientos de batidor pudo averiguar que el olor que provenía del Norte era a causa de algún cenagal o pantano cercano, también encontró una huella muy grande de algo que había pasado en esa dirección hacia unos cuatro o cinco días, intranquilos decidieron acampar en el borde sur del claro, Nikkit y Erwin decidieron quedarse en el suelo, mientras que Ogmund prefirió subirse a uno de los árboles con el riesgo de caerse al quedarse dormido, por suerte para él eso no sucedió, durante la primera guardia Erwin pudo escuchar ruido de unas pisadas de algo pesado que se acercaba, el ruido venía del Norte, aunque la luz era escasa si que pudo apreciar como las copas de los árboles se movían hacia los lados, con rapidez despertó a sus dos compañeros, tanto el como Nikkit se escondieron detrás de los árboles donde se encontraban, mientras que Ogmund intento hacer lo mismo entre las ramas de donde se encontraba, contuvieron el aliento mientras veían lo que al otro lado del claro aparecía entre los árboles, un enorme Troll de río cubierto de fango camino al centro del claro donde paro su avance, mirando a su alrededor empezó a husmear, por suerte para ellos gruñendo siguió caminando por donde hace unas horas habían llegado al claro, con la certeza de que mas tarde volvería y quizás no tendrían tanta suerte decidieron arriesgarse y caminar unas horas en la oscuridad del bosque, se dirigieron hacia el Sur avanzando a duras penas hasta encontrar un lugar donde poder parar a recuperar fuerzas, antes de que el Sol empezara a surgir por el Este, en la lejanía pudieron escuchar un grito de frustración.




Por fin ya de día Ogmund decidió subirse a un árbol, decidido empezó a subir hasta su copa, desde allí esperaba poder ver que tenían a su alrededor para así poder ver algún lugar que le llamara la atención, tras varios traspiés consiguió llegar hasta la copa, sacando su cabeza pudo respirar aire puro mientras escuchaba el cantar de los pájaros que por allí aleteaban, el cálido sol le bañaba la cara sintiendo como calentaba su piel, después de un día en el Viejo bosque aquello fue como un remanso de paz, tras unos segundos empezó a mirar a su alrededor, hasta donde le alcanzaba la vista solo podía ver árboles, hacia el Este llegaban hasta las mismísimas faldas de las montañas del Fin del Mundo, desde donde estaba se veían impresionantes, pero justo hacia el Sur hubo algo que le llamó la atención, parecía que a unas horas de donde estaban había una arboleda, en ella los árboles parecían mas altos, quizás y solo quizás aquello podría ser el lugar en el que según los espíritus se encontraba el Gran Árbol, y allí quizás pudieran encontrar a Gyorgyi Pyotrovich, no con cierta dificultad consiguió bajar del árbol y reunirse con Erwin y Nikkit, les contó lo que había visto indicando a Nikkit la dirección en la que estaba la arboleda,  por suerte Nikkit con solo las indicaciones de Ogmund consiguió guiarlos hasta llegar al lugar sin perderse, en verdad Ogmund estaba en lo cierto con lo que había visto, allí había unos árboles que por su altura y grosor deberían ser mucho mas antiguos que el resto de árboles que tenían a su alrededor, pero aparte de ello lo que les llamó poderosamente la atención fue los sacrificios que colgaban de varias de las ramas de un árbol, eran animales que colgaban boca abajo, de algunos solo quedaban los huesos, justo debajo de ellos había hoscos canales que desembocaban en un agujero que parecía estar excavado de forma rústica, Nikkit también pudo apreciar que había pisadas de pies descalzos, aparentemente humanos, mientras desde la distancia contemplaban todo aquello Erwin por un segundo creyó ver una sombra que se movía entre los arboles, disimulando se lo comunico a sus compañeros.

Tras unos segundos de silencio empezaron a llamar a Gyorgyi, empezaron a decir que venían en nombre de su padre y necesitaban de su ayuda, una hombre de unos treinta años apareció de entre los árboles, iba completamente desnudo, una gran barba y el pelo largo y desmarañado, su cara parecía la de un niño pequeño, bobalicona y asustada, tras intentar tranquilizarlo para que confiara en ellos le preguntaron por los hombres bestias que habían atacado a la gente de la aldea, Gyorgyi no hablaba solo emitía ruidos guturales, pero con signos consiguieron entender parte de lo que les intentaba decir, al parecer hacia el Este había un claro con doce piedras donde se encontraba el grupo de hombres bestias, quizás el claro fuera el mismo en el que Alexis encontró unas ruinas y del que nunca mas volvió,  su líder alguien que portaba una espada y un casco comandaba a cuatro hombres bestias, dos de ellos se encontraban con él en el claro, el de con cuernos enroscados en su cabeza y otro con grandes colmillos, un tercero estaba subido en algún árbol alejado del claro desde donde vigilaba, mientras otro al parecer con forma de mono patrullaba por la zona, con la ayuda de Gyorgyi como guía se encaminaron hacía allí.




Tras guiarles a través del bosque llegaron hasta donde estaba su objetivo, a lo lejos escondido entre las ramas de un árbol pudieron ver a un hombre bestia, tenía cara de zorro, al parecer estaba adormecido sobre la rama, tras meditarlo decidieron que Erwin esperaría donde se encontraba para no hacer ruido, Nikkit y Ogmund se acercarían hasta tenerlo a tiro de sus hondas y en el momento que le dispararan con ellas Erwin saldría corriendo hacia el árbol donde estaba el hombre bestia, así si caía le podría rematar, moviéndose silenciosamente consiguieron llegar lo suficientemente cerca para poder disparar sus hondas sin que se percatara de lo que estaba sucediendo, por desgracia las piedras no hicieron otra cosa que rebotar sobre su armadura, menos la última que consiguió darle en la cabeza, sin mucha fuerza pero lo suficiente para hacerle caer al suelo, en ese momento Erwin ya llegaba corriendo hacia donde había caído, la lucha fue rápida, aunque mientras aullaba consiguió resistir los primeros envites de Erwin, en cuanto Nikkit y Ogmund se le unieron el hombre bestia sucumbió a sus ataques, aun asustados por los gritos esperaron parapetados en el árbol a que algo ocurriera, por suerte el bosque seguía en calma y lo único que vieron fue llegar corriendo a Gyorgyi, asustado les hizo gestos de que el hombre bestia con forma de mono venía desde el Norte, con rapidez se escondieron entre los árboles esperando a que pasara para poder emboscarlo, a los pocos segundos de esconderse pudieron ver como el hombre bestia aparecía caminando hacia donde estaban, caminaba ajeno a todo lo que allí había pasado, en una de sus manos llevaba colgadas dos liebres a las que pensaba dar buena cuenta con su compañero, en ese momento Erwin y Nikkit pudieron ver que donde Ogmund estaba escondido sería fácil que el hombre bestia lo descubriera, solo les quedaba rezar para que eso no fuera así, por suerte Sigmar o quizás los espíritus del lugar les eran propicios, el hombre bestia paso al lado de Ogmund sin que se girara a mirar en su dirección, esto fue lo ultimo que hizo, en ese momento los tres se avalanzaron sobre el, lo siguiente que ocurrió fue que cayó muerto en el suelo mientras aun sorprendido agarraba con su mano las dos liebres, de momento todo estaba saliendo como lo habían planeado, Gyorgyi tapándose la boca con ambas manos les empezó a guiar hasta el claro...

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