jueves, 13 de mayo de 2021

EL ENEMIGO INTERIOR. EL INPERIO EN LLAMS. Sesión 8

 Poco a poco había empezado a ser consciente de donde estaba, todo había pasado muy deprisa, aquella noche había fracasado en su intento de matar a aquel muchacho y su confianza le había costado cara, aquellos cuatro extraños se habían abalanzado sobre él en medio del camino, reduciéndole sin que pudiera hacer nada, debían de ser amigos del hombre que había matado en el templo de Ulric, seguramente ellos eran quienes habían difundido el rumor de que al chico lo habían raptado los Hijos de Ulric, sus días habían llegado a su fin, pero mejor allí que en manos de esos ulricanos, ellos lo llevarían de vuelta a Middenheim y allí sabía de sobra lo que le esperaba...

La noche no había terminado de caer cuando Íñigo volvió a Bergsburg, pero antes de ello Ramkir apoyado por Erwin y Ogmund tuvieron una pequeña charla con Leopold, claramente no se fiaban de él, y lo pasado con el guardia que lo llamo Dieter solo hacía mas grande las dudas hacía él, Leopold se defendió argumentando que Dieter era su nombre de infiltrado, y que conoció a ese guardia durante sus primeros días en la ciudad, gracias a sus conocimientos con los animales ya le ayudo anteriormente, y esto es lo que queria cuando se lo encontró a la salida de la ciudad, un caballo presentaba una herida en una de sus patas y queria que lo viera para darle su opinión, de momento aquella explicación le sirvió a Leopold para calmar los ánimos de Ramkir, pero no sus sospechas.

Íñigo volvió a entrar en la ciudad sin ningún problema, mientras el resto esperaría fuera a que volviera a salir él o el encapuchado de negro que había raptado a Justus, Íñigo lo primero que hizo fue acercarse al guardia que había tenido unas palabras con Leopold, este le confirmo lo que Leopold había contado, sin más tiempo que perder Íñigo fue hacía el Templo de Ulric, allí aprovecho para cenar en una de las posadas que había cerca y desde donde podía controlar las puertas que estaban abiertas, mientras cenaba pudo escuchar como la gente hablaba sobre los rumores de que los Hijos de Ulric habían raptado a un joven novicio ulricano, pero que al parecer todo aquello eran embustes de los sigmaritas, por lo visto ese joven había aparecido y no había sido raptado, con aquellas noticias y tras estar tiempo controlando que no hubiera nadie extraño por la zona Íñigo se acerco al Templo de Ulric, dentro no había nadie, las escasas luces apenas iluminaban la estancia, salvo al fondo, donde la llama de Ulric siempre permanecía encendida, allí un acolito se encargaba que así fuera, Íñigo se acerco en silencio cogiéndole completamente desprevenido, al girar su cara asustada Íñigo se sorprendió al volver a ver a Justus.

Tras tranquilizarle y ganar su confianza este le conto lo que le había pasado esta mañana, un hombre vestido de negro se le había acercado cuando estaba en el mercado, este hombre le dijo que venía de parte de su madre y de su tío Ar-Ulric, dándole detalles de ello, además tenía los emblemas de los Cazadores de Brujas de Middenheim, había venido para protegerlo ya que alguien sabía quien era y querían matarlo, se fue con aquel hombre hasta una habitación desde donde se podía ver el Templo de Ulric, allí permaneció todo el día, hasta que a última hora de la tarde aquel hombre regreso diciéndole que ya podía volver a templo, que estuviera tranquilo que estaría cerca de él en todo momento, que nada le pasaría, y que si alguien le preguntaba que contara que se había encontrado con un viejo amigo y había estado todo el día con él, mientras que hiciera la rutina de cada día, mientras Justus le contaba todo aquello a Íñigo de repente se escucho un ruido que provenía de la entrada del Templo, allí solo había oscuridad pero de repente el ruido de una saeta se escucho en el Templo, esta voló hasta impactar sobre el pecho de Íñigo, por suerte la distancia hizo que perdiera fuerza y el cuero fue suficiente para no resultar herido, con rapidez Íñigo cargo contra la zona de la que había venido el virote mientras instaba a Justus a que se escondiera y gritaba que estaban atacando el Templo,  cerca de las puertas estaba el hombre encapuchado que habían estado buscando, Íñigo consiguió herirlo tres veces antes de recibir un golpe que le hizo retroceder aturdido, el cazador de brujas aprovecho para hacer un disparo a quemarropa con otro de sus virotes impregnados en un mortal veneno, ahí lo dejo agonizando mientras salía corriendo en dirección a la puerta sur antes de que empezara a acudir la guardia de la ciudad, por suerte para Íñigo el medallón de Myrmidia se encargo de que el virote no llegara a tocar su carne, por lo que una vez pasado el aturdimiento busco a Justus, lo encontró escondido, poco a poco fueron acudiendo iniciados del templo y el hermano mayor, este se encargo de hablar en favor de Íñigo a los guardias mientras sonaban las campanas del templo, tras convencer al hermano mayor Íñigo se llevo a Justus del templo hasta el día siguiente, con cautela lo llevo hasta la Ostra Azul, allí pudo hablar con Marian para que hiciera llegar un mensaje al Barón,  este quizás podría proteger a aquel joven novicio, el cual no salía de su espanto ante el lugar donde se encontraba, mientras Íñigo ante la imposibilidad de poder abandonar la ciudad durante la noche y el no poder regresar a la posada, que mejor sitio donde pasar la noche que aquel, aunque gracias a las atenciones de Marien la noche fue pasando poco a poco, sin descanso pero muy placentera...


Fuera de la ciudad la noche iba pasando lentamente hasta que a medianoche empezaron a sonar unas campanas de su interior, al poco la puerta del portón de la ciudad se abrió, se podían ver la silueta de dos hombres, uno de ellos salió y empezó a caminar deprisa por el camino hacía la posición de Erwin, Ogmund, Ramkir y Leopold, claramente no era Íñigo, por las vestimentas y su aspecto claramente era Bernd, el hombre que había raptado a Justus, fue fácil cogerlo desprevenido y dejarlo inconsciente de un golpe, lo ataron y le registraron, en sus pertenencias no encontraron nada fuera de lo común,  tampoco ningún tatuaje extraño salvo el de los Cazadores de Brujas de Middenheim, presentaba tres heridas de un arma que bien podría ser la de Íñigo, cuando despertó poco le pudieron sonsacar, sabía que ya estaba muerto y le tenía más miedo a regresar a la ciudad que a ellos mismos, con la promesa de una muerte rápida le consiguieron sacar que se había unido a los Hijos de Ulric, le habían mandado a matar a aquel joven novicio y luego unirse a los aulladores, no sabía donde irían luego, en cuanto al trabajo, no sabía quien estaba detrás, pero quien pudiera ser seria alguien muy cercano al Graf, alguien interesado en quitarlo del medio para quizás ocupar su puesto, también les informo que si el que se había encontrado en el Templo era su amigo ya podían despedirse de él, antes de abandonar el lugar se había encargado de que pagara cara su intromisión, tras ello y sin poder sonsacarle mucho más, Erwin fue fiel a su palabra y de un golpe certero le corto la cabeza a Bernd, tras ello escondieron el cuerpo un poco retirado del camino y emprendieron el camino hacía el campamento de los Aulladores, si las palabras del Cazador de Brujas eran ciertas Íñigo estaba muerto, así que con esa duda se internaron en el bosque siguiendo a Ramkir...



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