jueves, 9 de enero de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 2

El encapuchado entró dentro del sótano con paso firme y seguro, los dos sectarios echaron un paso atrás mientras inclinaban la cabeza en un claro signo de obediencia, este se acercó hasta la celda donde se encontraban los atemorizados campesinos, levantando un dedo señalo a uno de ellos, el señalado era un chico joven con la mirada perdida, con diligencia fue sacado de la celda y cogido de un brazo abandonó el lugar junto al encapuchado, fuera les aguardaban caballos...


Tras acabar con los sectarios y liberar a los campesinos decidieron examinar con mas detenimiento el lugar, aparte de unas cuantas coronas de oro encontraron unos recordatorios de cuatro posadas, según Ramkir dos de ellas del mismo Montfort, una de ellas estaba seguro que estaba cerca de donde estaban hospedados, la otra le sonaba el nombre pero desconocía donde se situaba, otra cosa que les llamó la atención fue las capas que portaban los sectarios, eran capas de buena calidad.
Tras abandonar con cautela el sótano y terminar de inspeccionar los pisos superiores de la casa volvieron a la posada, por el camino pudieron averiguar que la otra posada se encontraba en la parte mas pobre de la ciudad, tras una buena cena decidieron que al día siguiente la visitarán, la noche transcurrió sin ningún problema y como habían decidido se dirigieron hacia la parte mas pobre de Montfort, con facilidad llegaron hasta la posada que buscaban, la posada era un granero reconvertido, con toneles vacíos habían formado todo el mobiliario y al fondo había una sala comunal repleta de paja  para poder dormir, la clientela eran campesinos que venían por alguna razón a la ciudad, tras saborear una copa de vino decidieron marcharse de allí, si pensaban pasar desapercibidos estaban muy equivocados, encaminaron sus pasos hasta la posada que Ramki conocía, en ella se alojaron y dividiéndose controlaron distintas partes del salón esperando ver o reconocer a algún otro miembro de los sectarios, por desgracia nada de esto ocurrió y tras descansar decidieron salir por el sur de Montfort hacia el pueblo de Serrac, quizás allí podrían averiguar algo.



Serrat no estaba a mas de un día de camino, pero el lento trote del caballo de Ogmund y Ramkir hizo que tuvieran que pernoctar en una posada que había a un lado del camino, justamente era una de las que aparecía en los recordatorios que tenía uno de los sectarios, en ella pudieron hablar con algún que otro comerciante, aunque poco pudieron averiguar de lo que se traían entre manos, los rumores de la enfermedad del Emperador y de las luchas internas entre los Electores había llegado a Bretonia, al día siguiente marcharon a primera hora hacia Serrac, cuando llegaron pudieron ver que la población de Serrat vivía en al miseria, sus ropas estaban desgastadas y sus cuerpos presentaban signos de desnutrición, la plaza del pueblo parecía mas un lodazal que otra cosa, en ella se encontraba una jaula, dentro los campesinos que habían liberado de los sectarios en Montfort, mas tarde consiguieron averiguar que el Conde Enguerrant los había apresado por fugitivos, y que el castigo para los campesinos que huyen es la muerte por ahorcamiento, al día siguiente a primera hora serian ahorcados allí mismo, evitando pasar cerca de ellos para no ser reconocidos se dirigieron hacia el otro lado del pueblo, a los pies de una colina se erigía el castillo, en un fuerte contraste con la pobreza del pueblo se erigía el castillo de Serrac, mucho mas esplendido de lo que cabría esperar teniendo en cuenta el tamaño del pueblo, a sus puertas un grupo de guardia les dio el alto, Erwin se presento como el señor de Kemperbad, fueron cortésmente invitados a entrar y conducidos a una estancia donde esperaron un par de horas hasta que fueron atendidos por el propio Conde de Serrac en el salón del trono, el Conde Enguerrant era un caballero de unos cuarenta años, de largos bigotes y semblante serio, cortésmente se intereso por los quehaceres que habían traído al Señor de Kemperbad a Bretonia y como que viajaba con una comitiva de gente tan corta, le ofreció su morada el tiempo que creyera necesario, aunque eso cambio después de que sacaran el tema del castillo Drachenfels, en todo momento negó que existiera, no eran mas que historias para asustar a los niños antes de irse a dormir, tras esto les invito a que descansaran para la cena que tendría lugar en honor al Erwin, Señor de Kemperbad, y así mañana podrían partir con las primeras luces del día en dirección a Parravon, abandonaron el salón para ir a sus habitaciones donde decidieron que acudirían a la cena, la otra opción era abandonar el castillo y liberar a los campesinos, pero de momento no querían tener al Conde de enemigo, así que esperarían a ver que acontecía en ella...


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