miércoles, 22 de enero de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 3

Poco a poco el banquete llegaba a su fin, y con la misma cautela que había llegado ahora se marchaba, cada vez las diferencias con las formas de actuar del Conde eran mayores, la forma en que trataba a sus campesinos no era la adecuada para un Caballero Bretón, aunque por derecho podía hacerlo, pero antes de abandonar el salón se acercó con cautela a uno de los ayudantes de cámara encargados de que no faltara de nada a los Caballeros y Damas allí reunidos, apenas fueron unos segundos los que necesito para susurrarle algo al oído, tras lo cual el mayordomo asintió levemente con la cabeza mientras con paso ligero se dirigió hasta donde un juglar descansaba esperando su momento para entretener a los allí reunidos..., el juglar se estiro sus ropas, y dando unos últimos ajustes a su arpa empezó a cantar la Leyenda del Castillo Drachenfels...




Erwin, Ogmund y Ramkir se encaminaron al salón del trono para asistir al banquete que el Conde Enguerrant daría en su honor, poco a poco fueron llegando todos los invitados, la gran mayoría caballeros del propio Conde, junto a sus damas, el propio Conde fue el último en llegar dando comienzo al banquete, la mesas se llenaron de todo tipo de manjares, regados por buen vino bretoniano, durante la cena Erwin pudo averiguar que había tensión con los condados cercanos, por lo visto no aprobaban la conducta del Conde hacia sus campesinos, por otra parte Ogmund y Ramkir también pudieron confirmar que parte de sus caballeros no aprobaban la dureza de los castigos que se les infligia a los campesinos, aunque se cuidaban de no alzar demasiado la voz, a fin de cuentas era su señor y por juramento se debían a él, la velada fue pasando bastante tranquila hasta que el Conde se enzarzó en una disputa verbal con Erwin, supuesto señor de Kemperbad, intentando ridiculizarle y  acusándolo de abandonar a sus súbditos para salir en busca de cuentos, como el Castillo Drachenfels, en sus tierras abandonar sus obligaciones estaba penado con la horca, pero Erwin en vez de amilanarse prácticamente llamó necios al Conde y a los allí presentes, durante unos segundos la tensión se palpó en el ambiente, pero entre carcajadas el Conde aplaudió las palabras de Erwin garantizandole una buena carrera de bufón si alguna vez quería renunciar a su cargo de señor de Kemperbad, acto seguido el juglar intervino de repente para entonar los primeros compases de la Leyenda del Castillo Drachenfels, muchos de los allí presentes lo miraron atónitos y el propio Conde abandonó el salón bastante contrariado.



Poco a poco la velado fue llegando a su fin, un ayudante de cámara acompañó a nuestros héroes a sus aposentos, por el camino y tras una mirada para comprobar que no había oídos indiscretos les dijo que si estimaban sus vidas debían abandonar el castillo con brevedad, que mientras permanecieran en el se encontraban en peligro, tras las palabras del ayudante de cámara decidieron que esa misma noche intentarían salir del castillo, dejaron que pasaran varias horas para asegurarse que la mayoría de gente estaba dormida y salieron con cuidado de sus habitaciones, con discreción consiguieron bajar hasta los niveles inferiores de la torre y tras descolgarse por una ventana consiguieron llegar hasta la parte trasera, de allí fueron hasta las caballerizas moviéndose entre las sombras, en la puerta había un guardia al que consiguieron reducir y amordazar antes de que pudiera dar la alarma, dentro otro guardia dormitaba, al igual que el anterior acabo amordazado, ante ellos tenían sus caballos, pero como abandonar el castillo con ellos, iba a resultar imposible salir por la puerta, la cual estaba cerrada y custodiada por dos hombres sin hacer que dieran la alarma, decidieron dejar los caballos y escapar a pie, aprovechando la oscuridad se deslizaron hasta un extremo de la empalizada de madera que hacia de muralla y ayudándose de una cuerda consiguieron deslizarse al otro lado abandonando las inmediaciones del castillo, con rapidez se dirigieron hacia el pueblo, concretamente hacia el centro del pueblo donde estaban los tres campesinos encerrados en la picota, un guardia los custodiaba, sentado junto a la horca dormía un plácido sueño ajeno al peligro que se le avecinaba, con rapidez Erwin y Ogmund lo redujeron mientras Erwin les hacía gestos a los tres campesinos para que guardaran silencio mientras los sacaba de la picota, tras recuperarse un poco de lo sucedido empezaron a entender las demandas de Ramkir y caminando por el pueblo les llevaron hasta una choza de quien al parecer había encontrado a  Jeann Dáncord, al llamar una mujer mayor abrió la puerta, pero al ver a los tres campesinos y a Erwinn y compañía intento cerrarla, Erwin interpuso su pie impidiéndolo y entrando todos en tropel dentro de la choza, allí estaba su hijo, el cual había sido quien había encontrado a  Jeann Dáncord perdido en el bosque con la mirada perdida y apenas balbuceando cosas sin sentido, habían partido antes del alba, su primo Jeann Dáncord, su hermano y el mismo al bosque llegando casi a las Colinas, pero por mas que lo busco no pudo encontrar a su hermano teniendo que regresar antes de que la noche les alcanzara, les dio indicaciones para llegar al lugar donde había encontrado a  Jeann Dáncord, sin nada mas que hacer allí abandonaron el pueblo internándose en el bosque junto a los tres campesinos, mientras a lo lejos, del castillo salían caballeros enarbolando antorchas mientras cabalgaban...

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