martes, 23 de octubre de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR. ALGO HUELE A PODRIDO EN KISLEV. Sesión 5



Tras el duro enfrentamiento con el guerrero del Caos, Nikkit, Erwin y Ogmund descansaron un rato antes de empezar a descender por la trampilla de la que había salido el guerrero del Caos, con la luz de una antorcha pudieron vislumbrar unos peldaños que descendían varios metros bajo tierra, sin duda habían sido realizados por unas manos expertas, mientras descendían en la cabeza de Ogmund resonaron unas palabras, una voz le instaba a que limpiara el lugar de la corrupción que en el templo había, cuando por fin terminaron de descender se toparon con un pasillo que desembocaba en una cámara circular, en medio de ella había una semiesfera de cristal, la cual en su día serviría para iluminar el complejo gracias a otra que habría arriba en el exterior, pero que tras el derrumbe de las columnas que había en el exterior el agujero del techo se había tapado impidiendo entrar ninguna luz, alrededor de la cámara circular pudieron ver cinco arcos, pero cuando aún no habían decidido que hacer Nikkit vislumbro algo moverse entre las sombras, al prestar mas atención el sobresalto fue grande cuando vio como un enano con la cara distorsionada por la agonía de la muerte cargaba contra el, sus pies no tocaban el suelo, se desplazaba levitando a unos centímetros del suelo, por unos momentos el pánico hizo presa de Nikkit, haciendo incluso que sus mas bajos instintos salieran a flote, Erwin confundido ante lo que estaba pasando  también retrocedió unos pasos, mientras Ogmund reforzado en su fe hizo frente al fantasma del enano, al cual logró calmar con la promesa que venían a limpiar el lugar de la corrupción que se había apoderado de el, el enano no conocía a ese tal Sigmar del que Ogmund le hablaba, el había sido capturado y torturado hasta su muerte por los goblins que se habían apoderado del templo una vez los enanos lo habían abandonaron para regresar a la seguridad de las montañas, de eso hacia mas de tres mil años, eran los tiempos de la Guerra de la Barba, les imploro que dieran sepultura a su  cuerpo para así poder ir con sus ancestros, con premura sacaron lo que quedaba de el al exterior y lo enterraron con el respeto que se merecía, al volver abajo el fantasma ya no estaba, por fin se había reencontrado con sus ancestros.



En la cámara central del templo enano pudieron ver distintos dibujos y pintadas goblins, pero detrás de estas aun estaban las runas que atestiguaban el origen del templo, alrededor de la cámara había cinco arcadas, una de ellas daba a una habitación vacía, otras dos estaban tapiadas burdamente con ladrillos de poca calidad, las otras dos habían sido tapiadas de igual forma, pero presentaban un agujero de un metro cuadrado, primero decidieron investigar una de las que tenían un agujero por donde poder entrar, dentro había huesos humanoides desperdigados y al fondo un catafalco sobre el que descansaba el esqueleto de lo que podría haber sido un chamán goblin, a sus pies tres bolsas de cuero, una de ellas desecha por el tiempo dejaba ver una calavera de un humano sonriendo, las otras dos en cuanto las tocaron se deshicieron, en una de ellas solo había como polvo, mientras que en la otra una especie de collar de huesos y dientes, sin pensarlo dos veces prendieron fuego a lo que allí había, de la otra arcada con agujero ninguna luz podía atravesar la oscuridad que había en sus interior, así que decidieron dejarla para el final, se encaminaron a una de las que estaba tapiada, tras derrumbar el muro pudieron ver otra habitación con distintos huesos esparcidos y al fondo otro catafalco sobre el que descansaba un goblin, parecía que hacía pocas horas que había fallecido, con mucha desconfianza se acercaron a el, Nikkit observo que en una de sus manos portaba un anillo de plata con una piedra ámbar engarzada, mientras, Ogmund tanteaba el suelo en busca de alguna trampa, pero fue Erwin el que pudo ver y alertar a sus compañeros que varios esqueletos goblins se levantaban y caminaban hacia ellos, retrocedieron hasta la entrada desde donde se hicieron fuertes, acabando con los esqueletos goblins sin ningún problema, una vez eliminada la amenaza volvieron a acercarse al goblin y con certero golpe de hacha Nikkit le corto los dedos de la mano del anillo ámbar, en ese momento el cuerpo del goblin empezó a descomponerse a gran velocidad, en cuestión de segundos solo quedaba un esqueleto, antes de quemar lo que allí había también rompieron el anillo y la piedra de ámbar, con paso firme se dirigieron a la otra arcada tapiada, empezaron a romperla cuando de repente un polvo acompañado de esporas salio de su interior, Ogmund pudo retirarse a tiempo, pero Nikkit y Erwin no tuvieron tanta suerte, sus ojos empezaron a irritarse hasta dejarlos ciegos, Ogmund pudo ver como la habitación estaba repleta de moho y hongos, siendo de distintos colores al fondo de la habitación donde había mas humedad y también parecía que había una tumba de la que el moho y los hongos se habían apoderado, ayudando a sus compañeros ciegos los tres subieron al exterior donde dormirían esperando que con el nuevo día ambos se encontraran mejor de sus ojos, en el exterior Georgyi no estaba en el claro donde lo habían dejado, no había rastro de el, poco podía hacer Ogmund, bastante tenia con cuidar de sus compañeros, haciendo acopio de resistencia Ogmund se dispuso a hacer guardia durante toda la noche, a media noche un ruido de unas pisadas pesadas alertaron a Ogmund, de donde venia el ruido también le pareció apreciar que las copas de los arboles se movían, las pisadas se dirigían hacia el claro donde estaban, si como parecía era un Troll la cosa no pintaba nada bien con Erwin y Nikkit ciegos, por suerte un fuerte aullido se escucho en la espesura del bosque haciendo dar media vuelta a las pisadas que hacia el claro se dirigían, la noche paso sin mas sobresaltos y el nuevo día trajo de nuevo la vista a Erwin y a Nikkit, tapándose la boca y los ojos con trapos humedecidos volvieron a bajar al templo enano con la intención de entrar en la habitación de los hongos, con sumo cuidado fueron dando un paso tras otro hasta que a mitad de habitación esporas fluorescentes empezaron a esplotar, con rapidez empezaron a retirarse, aunque no sin antes de que Ogmund esparciera el aceite de su farol por la habitación a la que luego prendió fuego mientras subían al exterior buscando aire fresco, con Nikkit teniendo que ser ayudado por Erwin, al parecer parte de las esporas le habían afectado haciendo que pasara de una tos a escupir sangre por la boca empezando a ahogarse, ya en el exterior y gracias a los auxilios de sus compañeros pudo recuperar el aliento,  tras dejar que pasara un tiempo prudencial bajaron con cautela, cuando llegaron abajo la nube de exporas había desaparecido y el fuego se había encargado de quemar lo que en la habitación había habido, solo les quedaba la habitación de la oscuridad, entre los tres empezaron a derrumbar el resto de muro que quedaba de pie, aparte de la oscuridad lo que caía a su interior no emitía ningún ruido, cuando por fin terminaron de derrumbarlo de repente un goblin con ojos desorbitados y con su cuerpo mutilado se manifestó delante de cada uno de ellos, sin armas y flotando un par de centímetros sobre el suelo se avalanzaron atravesándo sus cuerpos con sus manos desnudas, Ogmund sintió como una mano agarraba su corazón estrujandolo, cayendo acto seguido inscociente en el suelo, Nikkit y Erwin recogieron su cuerpo corriendo hacia la salida, en su huida vieron como mas fantasmas salan de la habitación y Nikkit pudo comprobar como su arma les atravesaba sin causarles ningún daño, al parecer los espíritus no salían mas allá de la cámara circular por lo que en los peldaños de escalera estaban relativamente seguros, Ogmund poco a poco volvió en si y aunque al principio se negó a volver al lugar poco a poco hizo acopio de fuerzas y volvieron a intentarlo, estaban seguros que Ogmund había sido tocado por Sigmar, con sus propios ojos  le habían visto hacer varios milagros, quizás el podría eliminar a los fantasmas, así que el solo entro atado con una cuerda a la cámara circular y allí con paso firme se dirigió a la habitación donde salieron los espíritus de los goblins mutilados, en cuanto se acerco a ella los espíritus acudieron a el ávidos del calor de los mortales y aunque Ogmund enarbolo su arma contra ellos lo único que sucedió fue las risas de estos mientras rodeándolo volvía a sentir como penetraban en su interior volviendo a sentir como su corazón era agarrado y estrujado, haciendo que perdiera la conciencia, tirando de la cuerda Erwin y Nikkit lo consiguieron arrastrar hasta donde se encontraban mientras los espíritus de los goblins les lanzaban miradas de odio....



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