El carruaje traqueteaba sobre el pavimento de las calles de Middenheim, en su interior dos hombres contemplaban los rostros de los transeúntes que pasaban cerca de ellos, cada uno enfrascado en sus propios pensamientos, había llegado el momento por el que tanto tiempo habían esperado, había llegado el momento de tomar aquello que tanto anhelaban.
Mientras, en otra parte de la ciudad un grupo de niños disfrazados bailaban al son de la música que emitía una flauta, mientras sus manos se llenaban de pequeños dulces y tiernos bizcochos que se iban repartiendo, poco a poco bailando entre las calles de la ciudad se iban alejando hacia las afueras, entre calles cada vez menos transitadas.
En el cielo de la noche de Middenheim una invitada contemplaba lo que allí sucedía o lo que aun estaba por suceder, desde su lugar privilegiado la luna Morrslieb se iba acercando poco a poco a la ciudad del Lobo Blanco....
Sin tiempo que perder, pero no por ello sin tomar todas las precauciones posibles entraron dentro de la casa donde la mujer que seguían había penetrado, dentro de la casa de una sola planta solo había polvo y los muebles que aun se mantenían en pie presentaban claros signos de deterioro, con cautela siguieron las pisadas que había en el polvoriento suelo de la casa, por un lado las pisadas les llevaron hacia un ala de la casa, allí en un agujero practicado en una de las ventanas tapiadas encontraron plumas de algún tipo de pájaro que hubiera entrado o salido por allí, en el suelo ceniza de haber quemado trozos de papel, quizás lo utilizaban para comunicarse con alguien, el otro rastro de pisadas les llevo hasta una habitación al fondo de la casa, en ella descubrieron una trampilla que gracias a la pericia de Ogmund pudo abrir su cerradura y levantarla sin hacer ruido, unas escaleras de madera descendían hasta un vestíbulo, aunque las escaleras crujían a su paso descendieron sin que al parecer llamaran la atención de los que allí abajo habitaran, en el vestíbulo había dos puertas y un pasillo que avanzaba dejando varias puertas a cada lado, mientras decidían que hacer de una de las puertas empezaron a escuchar pasos que se aproximaban, con rapidez se prepararon a ambos lados de la puerta hasta que un hombre alto y corpulento salio a través de ella, cogido por sorpresa apenas pudo hacer nada, intento gritar pero parte de ese grito lo intento amortiguar Ogmund tapándole la boca mientras con la otra mano lo acuchillaba con su daga, con el hombre inconsciente en el suelo, de la otra habitación una voz ruda de mujer alerto a nuestros héroes, Ogmund tubo el tiempo justo para junto al hombre caído meterse en la habitación y cerrar la puerta, por desgracia Erwin no pudo ser tan rápido, y aunque intento esconderse detrás de la escalera la mujer que salio de la otra habitación lo descubrió dando la voz de alarma, tanto Erwin como Nikkit se enfrentaron a ella, por su corpulencia y manejo de la espada estaba claro que seria una rival peligrosa, al poco por el pasillo apareció la mujer a la que habían seguido hasta allí, con un estoque en la mano se unió a la refriega, justo en ese momento la mujer corpulenta cayo ante los envites de Erwin, a la vez que la mujer del estoque atravesaba el brazo izquierdo de Nikkit incapacitándolo, mientras en el pasillo un chico joven con una daga en una mano y un juego de llaves en la otra intentaba abrir una puerta para cumplir la orden de matar a la niña que allí se encontraba, algo que nunca pudo llegar a hacer, ya que Ogmund se le acerco por su espalda silenciosamente acabando con el tras ensartarlo varias veces con su espada, viendo que todo estaba perdido la mujer intento huir escaleras arriba, primero esquivando a Nikkit, que fracaso en su intento de abalanzarse a sus pies para que esta no huyera, pero Erwin con un fuerte golpe en la cabeza consiguió que cayera muerta suelo.
Tras inspeccionar todas las habitaciones encontraron varias coronas de oro y en un escondite las cartas de amor de Ar-Ulric y la dama de la corte Emmanuelle, en otra habitación atada y amordazada estaba la sobrina del juez Reiner Ehrlich, junto a la niña y guardando sus armas y armaduras en mochilas abandonaron la casa.
Al principio se ayudaron del carro que había en el exterior pero ante la cantidad de gente que había en las calles decidieron abandonarlo para ir a pie, en ese momento se cruzaron con la fiesta de la festividad de Shallya, un gran grupo de niños disfrazados de distintos monstruos avanzaban alegres por las calles mientras comían golosinas o pasteles que varios adultos que acompañaban la comitiva les iban dando, pero si algo les llama la atención es que el flautista que les guía no era el Halfling Addic, con el que estuvieron comiendo al poco de llegar a la ciudad, su lugar lo ocupa un hombre mas alto con el dorso de las manos quemadas, como el hombre que vio Nikkit en sus pesadillas, sin tiempo para meditar que hacer deciden dividirse, Ogmund se llevo a la niña hasta la casa del juez Ehrlich donde con grandes gesto de alegría es abrazada por su tío, en ese momento recuperara la compostura perdida y junto a la guardia y Ogmund se dirigen hacia la Real Escuela de Música para capturar al juez Hóflich, el era quien lo había tenido chantajeado a través del secuestro de su sobrina, por desgracia cuando llegan tanto el juez Hóflich como su acompañante Gideon ya han salido en dirección al Palacio en un carruaje, a la par llegan Erwin y Nikkit, tras haber pasado por el templo de Ulric y haber hablado con Franz Fassbinder sobre sus sospechas con el festival de Shallya y apremiándolo a que mande guardia al Gran Parque para intentar evitar lo que allí pueda pasar.
Ante las noticias de que el juez Hóflich ya no se encuentra allí y que se dirige a Palacio, Ehrlich junto a la guardia que le acompañaba y junto a Ogmund, Erwin y Nikkit emprenden una carrera dirección al Palacio, no sin antes Nikkit acercarse a Ar-Ulric y entregarle las cartas recuperadas con las que había sido chantajeado.
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