Tras haber recuperado fuerzas durante la comida,Erwin, Ogmund y Nikkit se dirigieron hacia la zona del Palacio para intentar ser atendidos por el Juez Supremo Karl-Heinz Wasmeier, allí tuvieron que presentar la carta que el Alto Hechicero Albrecht Helseher les había entregado para que el Capitán de los Caballeros Pantera accediera a dejarlos pasar, no sin antes haberlo consultado con el Juez, Karl-Heinz Wasmeier de unos 40 años, alto con el pelo castaño y ondulado les observaba desde detrás de un gran escritorio, con una mano aguantando su mentón escucho todo aquello que le tenían que decir, intentando responder a sus preguntas sin que por ello violara el voto de silencio que tenia a lo que entre los tres Jueces se debatía, aunque como aun miembro del gremio de Hechiceros el nunca iría en contra de los intereses de estos, desconocía quien había sido el origen de la idea de los impuestos a los Enanos, Clérigos y Hechiceros, no sabia si había sido idea de algún Juez, o si esa proposición la había planteado una tercera persona o grupo, aunque el sospechaba pero sin tener ninguna prueba de ello, que quizás los Mercaderes pudieran estar detrás de todo esto.
Sin mucho mas que sacar de aquella conversación se despidieron abandonando el Palacio, poco mas se podía hacer por hoy, salvo entregar la caja y la carta del encargo del señor Mathias Blucher, con la ayuda de 20 peniques de plata contrataron a un mozo para que llevara la caja y la carta a la dirección que figuraba en ella, con una distancia prudencial lo siguieron para comprobar que sucedía y que realmente el mozo hiciera su trabajo, el chico llego hasta la dirección, era una casa de cuatro plantas donde la planta baja parecía haber sido una cerrajería, el chico tras permanecer unos segundos delante de la puerta se dio media vuelta desandando el camino por donde había venido, cuando se volvieron a encontrar les contó que allí no había nadie, es mas el edificio había sido cerrado y signos de Ulric habían ido pintados en los tablones que cerraban la puerta y ventanas.
Con esas noticias se dirigieron a la posada donde cenaron en el comedor privado del dueño Uli Breitner, junto a sus tres trabajadores, la cocinera y otro invitado, un Halfling llamado Addic, mientras cenaba les contó que era músico, venia dos veces al año a la ciudad para tocar durante la Festividad de Shallya, la ultima noche de carnaval los niños de la ciudad se disfrazaban de monstruos y el con la música de su flauta los calmaba y los iba dirigiendo, mientras la gente les iba dando pastelillos y caramelos, para Addic era todo un privilegio el poder ayudara a la Sacerdotisa del Templo de Shallya y a los niños, y con esa historia todos se fueron yendo a dormir.
Al día siguiente desde primera hora ya se podía notar el ajetreo del comienzo del Carnaval, nuestros tres aventureros encaminaron sus pasos hasta la Plaza de los Marciales donde pudieron ver como en ella el Campeón del Graff Dieter Schmiedehammer combatía con aquellos oponentes que creían que le podían derrotar, lo cual en ese día no ocurrió, de allí marcharon hacía el Gran Parque para inaugurar la apertura de la Fiesta de la Cerveza, y aunque permanecieron en ella hasta la hora de comer no vieron a nadie reseñable, sin tiempo que perder volvieron a la Plaza de los Marciales a presenciar el primer día del Torneo de Tiro con Arco, en el torneo pudieron ver al elfo Allavandrel Fanmaris el Maestro de la Caza junto a Maximillian Von Genscher uno de los Comandantes Militares de Middenheim y una docena mas de participantes, el primer día de torneo fue ganado por Allavandrel, desde ahí otra vez desandaron el camino hacia el Gran Parque para acudir al imponente estadio Bernabau para asistir a la Corrida de Minotauros del primer día de Carnaval, no sin antes a causa de la insistencia de Erwin parar a comprar algo para comer y poder saciar el hambre de su compañero, una vez dentro del estadio pudieron presenciar luchas de gladiadores hasta llegar al final del espectáculo, un joven noble necesitado venido de Altdorf seria el luchador que se enfrentaría al Minotauro, los primeros envistes de la vestía los fue esquivando con cierta gracia y agilidad, pero en un descuido el Minotauro lo corneo lanzandolo por los aires, aporreandolo mientras caía al suelo inconsciente, por suerte los operarios del estadio consiguieron reducir a la bestia y la volvieron a encerrar en la jaula de donde había salido, mientras se llevaban al joven inconsciente a la enfermería con las risas de los espectadores de ruido de fondo, poco a poco la gente iba abandonando el estadio mientras comentaban que mañana el Minotauro lucharía contra un enano y que el Minotauto del tercer y ultimo día de Corridas aun no tenia a nadie como rival, en el tiempo que estuvieron en el estadio pudieron ver que el Campeón del Graff se sentaba junto a los tres Comandantes de la Ciudad a ver las distintas luchas que allí se disputaron.
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