lunes, 1 de mayo de 2017

EL ENEMIGO INTERIOR. PERDIDOS EN EL BOSQUE. Sesión 2.

La noche avanzaba inexorable, mientras fuera de la mansión Vonreuter la lluvia y el viento golpeaban con fuerza sobre sus viejas paredes, ajeno a todo ello nuestros tres aventureros intentaban adivinar el camino correcto, tras deliberar unos segundos decidieron avanzar hacia el lado Oeste de la mansión, donde hacia unas horas habían cenado con la familia Vonreuter, tras recorrer un largo pasillo penetraron en el gran salón y por una puerta al fondo en las cocinas y despensa de ese ala de la mansión, ayudados con una antorcha buscaron alguna puerta oculta que pudiera dar lugar a un sótano, donde pudiera estar el laboratorio de Ondurin Vonreuter, pero por mas que buscaron en ningún lugar encontraron ningún indicio de algo oculto.

En el vestíbulo sonaban las doce campanadas de la medianoche cuando de nuevo nuestros tres aventureros volvían a estar en el mismo lugar pensando donde encaminar sus pasos, de la parte superior provenía una dulce pero poca afinada canción de nana cantada por la voz de una niña, hacia allí se dirigieron Erwin, Ogmund y Nikkit, subieron por las escaleras las cuales rechinaban bajo su peso, una vez arriba el pasillo iba de Este a Oeste, donde al final de cada lado había una puerta, de la puerta del Este es de donde provenía la canción de nana, una tenue luz enmarcaba la puerta, y segun se acercaban se podía percibir un cálido calor proveniente de una chimenea encendida, en cambio de la puerta del Oeste provenía un ligero aire frío, la puerta estaba cerrada con llave y un tenue sollozo provenía de su interior, tras sopesar ambas alternativas se encaminaron hacia la puerta del Este, esta daba a la habitación de Wilhelmina y de su hija Elena, la habitación estaba amueblada con muebles bretonianos y ricas sedas, Wilhemina sentada en su tocador y vestida con apenas un camisón casi trasparente se sorprendió al verlos allí, pero pronto mostró toda su atención en su amado Erwin, y este poco a poco fue cayendo a sus encantos, aunque Ogmund espada en mano la mantuvo a distancia desconfiado de que fuera una bruja o algo peor, mientras Wilhemina les contaba lo que su padre les tenia preparado, y les ofrecía un trato, traerle la cabeza de su hermana Anya que era malvada y pérfida, y a cambio les sacaría de la mansión y del bosque que la circundaba, mientras pensaban en ello la pequeña Elena se acercaba a Nikkit y le susurraba al oído que ella también conocía donde estaba esa salida secreta, y que si la dejaban irse con ellos les llevaría hasta allí, así que tras pensarlo y no fiándose de Wilhemina la dejaron atada en su habitación, y con la pequeña Elena como guía fueron camino de los aposentos de su abuelo para acabar con todo esto cuanto antes, tras caminar por los laberintos de pasillos de la parte mas nueva de la mansión y notar como descendían bajo tierra llegaron hasta unas escaleras, las cuales daban a una puerta de hierro, al abrirla lo que vieron dentro les dejo durante unos segundos paralizados, en celdas había distintas monstruosidades, un lobo con dos cabezas, una de ellas cosida al cuello del animal, dos zombis a los que se les habían cambiado distintas partes de su cuerpo, un ser imposible de describir al que se le habían cosido tantos tejidos musculares que resultaba algo grotesco y por ultimo en la ultima jaula un humano al parecer normal, que bien estaba muerto o inconsciente, ya que no se movía y estaba con las manos atadas a sus espaldas.

En medio de la habitación había una mesa donde seguramente se habían realizado estas abominaciones, y a su lado una palanca, al fondo de la habitación se podía ver una puerta, Elena señalo a ella mientras con el dedo en la boca hacia el gesto de silencio, con cautela avanzaron hacia la puerta, pero al abrirla lo único que vieron fue otra mesa de operaciones y colgados del techo cadenas con distintas partes del cuerpo goteando un liquido color amarillo, un gran olor a productos químicos irradiaba la estancia, pero de Ondurin ni rastro, en ese preciso momento Elena con una sonrisa maliciosa tiro de la chirriante palanca y aunque Nikkit le sujeto la mano, la cual estaba tremendamente fría, fue demasiado tarde, las jaulas se abrieron dando paso a que las criaturas se abalanzaran sobre ellos, haciéndose fuertes en la puerta se prepararon para vender caras sus vidas, mientras Elena se sentaba sobre la mesa de operaciones y se preparaba a ver el espectáculo.

Pero pronto la sonrisa se le borro de la cara, Nikkit disparo su trabuco sobre los seres que se abalanzaban sobre la puerta, la metralla barrio todo a su paso hasta llegar a Elena, fue tal el impacto que la tumbo sobre la mesa con la cara completamente desfigurada dejando un gran charco de sangre, aun pudo salir huyendo pero sus pasos acabaron al final de la escalera completamente desangrada, mientras en el laboratorio Ogmund y Erwin daban buena cuenta del lobo de dos cabezas y de uno de los zombis, y aunque el ser monstruoso consiguió herir tanto a Erwin y a Ogmund entre ambos y con la ayuda final de Nikkit consiguieron acabar con el, justo a tiempo para impedir que el otro zombi acabara con el humano que se encontraba en la ultima celda.

Hans-Peter Schiller les contó como había acabado aquí, venían de Nuln camino de Bögenhafen para coger un barco dirección a Delberz, prácticamente al igual que ellos fue engañado por Gustav, sus tres guardaespaldas habían muerto en manos de Ondurin y viendo como eran de capaces les podría contratar para que le sirvieran de escolta, prometiendo que su señor les pagaría con creces, que pusieran ellos el precio, el dinero pareció decantar la balanza y decidieron que viniera con ellos, gracias a Ogmund pudieron desandar el camino no sin antes pasar por la habitación donde Hans tenia su equipo, en el cual disponía de tres hiervas ya preparadas por uno de sus antiguos guardaespaldas, le entrego una a Ogmund y otra a Erwin para que se pudieran reponer de las heridas que habían sufrido en el laboratorio, la tercera se la guardo entre su equipo, sin mas consiguieron llegar por cuarta vez al vestíbulo desde donde fueron a visitar a Wilhelmina, la cual estaba con las manos atadas dormida en la cama, Ogmund camino hacia ella espada en mano, con el ruido de sus pasos Wilhelmina se despertó y mientras se giraba hacia el y sin tiempo para ni tan siquiera hablar Ogmund descargo su espada sobre su delicado cuello  contándoselo de un solo tajo, Erwin aun estupefacto por lo que acababa de ver solo pudo murmurar alguna palabra mientras sacaba su espada y se dirigía hacia Ogmund, por suerte Nikkit poco a poco pudo convencerlo de que bajara su espada y lo fue alejando de la habitación hasta calmarlo, mientras Erwin se iba recuperando Ogmund busco detenidamente por la habitación hasta dar con la llave que podría abrir la puerta de Anya, hacia allí se dirigieron, y tras hablar con ella desde el otro lado de la puerta decidieron confiar en ella para que les llevara a las habitaciones de su padre, cuando abrieron la puerta vieron en la pobreza en que vivía, en una habitación pequeña, con una cama y muebles medio rotos y una ventana sin cristal que la salvaguarda del frío de la noche, Ogmund le ayudo a levantarse cogiéndola de la mano y así comprobando que su tacto no era frío como el de Elena, y sin perder mas tiempo se dirigieron a las habitaciones de Ondurin en lo mas recóndito de la mansión...


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