miércoles, 26 de abril de 2017

EL ENEMIGO INTERIOR. PERDIDOS EN EL BOSQUE. Sesión 1.

Tras caminar durante tres horas alejándose de Bögenhafen por fin llegaron a un merecido descanso, cansados tras una noche en vela y un día sin el que poder parar a descansar, era todo un premio el poder dormir unas horas aunque fuera al raso en medio del bosque, gracias a ese cansancio pudieron dormir incluso estando intranquilos a causa de los ruidos que durante la noche se escuchaban a su alrededor, por suerte la noche paso dando paso a un nuevo día no sin antes mostrar la cara mas amenazante de Morrslieb, desde donde estaban pudieron contemplarla como si estuviera encima de ellos y de la ciudad de Bögenhafen, incluso se podía vislumbrar con claridad su rostro, y como durante la noche su lengua roja iba moviéndose por sus labios como preparándose para darse un festín, entre los habitantes del Imperio esto es signo de que algo funesto esta a punto de ocurrir...

Ya con las primeras luces del día nuestros aventureros emprendieron camino, pero al poco tiempo tras girar en una curva del camino ante ellos apareció un joven tirado a un lado, en su mano una espada rota, envuelto en un charco de sangre, acuchillado en el pecho y en el estomago apenas con un hilo de vida, alrededor suyo se podían apreciar pisadas como de pezuñas y parte de las pertenencias de su mochila esparcidas por el camino, con mucha cautela se acercaron al cuerpo del joven, este al sentir pisadas a su alrededor con sus ultimas fuerzas alzo la cabeza  dirigiéndose a Erwin con apenas un hilo de voz, por favor, mi vida se me acaba, mi familia se encuentra a pocas horas de aquí, hacia el este, por favor vayan y díganles lo que le ha ocurrido a su hijo, díganselo y permitan que me lloren..., y acompañando sus palabras saco una especie de medallón, y con su ultimo instante de vida lo deposito en las manos de Erwin, el medallón es un disco de metal en el que en relieve se muestra un hacha con una serpiente enroscada, tras rebuscar Ogmund entre sus ropas y el resto de equipaje y no encontrar nada de valor y quizás por el remordimiento aún de haber abandonado a Johann deciden preparar una camilla improvisada,  y así poder llevar el cuerpo del joven junto a su familia, tras caminar durante todo el día y casi a punto de anochecer consiguen llegar a un claro del bosque, no sin antes haber atravesar una parte del bosque bastante frondosa y oscura, en el claro pueden ver una Mansión construida al viejo estilo imperial, con piedra oscura y grandes ventanas abovedadas, pero a lo largo de los años se han ido añadiendo distintas alas dándole un aspecto caótico, la mayor parte de la mansión esta a oscuras, solo arden algunas luces en las ventanas de la vieja mansión.

En cuanto entran en el claro una mujer que se encuentra en el porche camina hacia ellos, es una mujer ya anciana, pueden ver como en su rostro se dibuja una gran angustia mientras les pregunta si traen noticias de su hijo Gustav, al llegar hasta ellos y ver el cuerpo de la camilla se arrodilla a su lado mientras le llora desconsolada, mientras, un hombre alto de largos cabellos blancos se dirige hacia donde están, intentando consolar a la mujer se presenta como Ondurin Vonreuter el cabeza de familia y padre de Gustav, presenta a su mujer Sanne y tras escuchar con atención como encontraron a Gustav en medio del bosque les agradece que lo hayan traído hasta ellos para poder darle sepultura como es debido, llama al mayordomo Lothar para que se haga cargo del cuerpo y les invita a cenar con su familia y pasar la noche como sus huéspedes hasta que mañana les pueda corresponder como es debido.

Pasan al vestíbulo de la mansión donde les presenta al resto de la familia, a Sothelin el hermano menor de Gustav, un hombre alto de cabellos oscuros, a su hija mayor Wilhelmina, una mujer hermosa de brillante cabello negro y labios carnosos y a su lado su hija Elena de unos 5 o 6 años, y por ultimo presenta a una muchacha rubia, apenas adolescente, de tez pálida y demacrada que responde al nombre de Anya, tras hacer las presentaciones y dejar que sean los aventureros los que den la noticia sobre lo sucedido a Gustav la consternación se hace patente entre las jóvenes, ese momento es roto cuando el mayordomo Lothar anuncia que la mesa ya esta preparada, por lo que todos menos la pequeña Elena se dirigen al gran salón para cenar, durante la cena Ondurin les pregunta sobre las noticias que circulan por el Imperio y por las aventuras y desventuras que les han ocurrido, mientras Anya se muestra muy interesada por lo que le cuenta Nikkit sobre las ciudades y las gentes de distintas partes del Imperio, Wilhemina aburrida de ese tema centra mas su atención sobre las proezas de Erwin, y sin muchos miramientos coquetea con el, así poco a poco va trascurriendo una apacible velada hasta que ya tarde se retiran a sus habitaciones, son llevados a ellas por el mayordomo Lothar, tras avanzar por distintos pasillos bastante caóticos por su disposición les deja en dos dormitorios que se comunican entre si, tras ello cierra las puertas con llave y ante las preguntas de Nikkit mientras se aleja arrastrando los pies les dice que es por su protección

Inquietos ante lo sucedido deciden hacer guardia durante la noche, al poco de dormirse y estando Nikkit despierto un frío empieza a invadir la habitación seguido de una luz azulada que se va filtrando en la habitación a través de la puerta, poco a poco se va formando una figura fantasmal, Nikkit la distingue como Gustav, esta desnudo y tiene todo el cuerpo lleno de  cortes, como si hubiera sido diseccionado por un cirujano, durante el breve tiempo que esta la figura fantasmal en la habitación se dirige a el para advertirles que su padre les desea un gran mal, que domina a las criaturas del bosque y que lamenta mucho haberles traído hasta aquí..., tras esto la figura desaparece y el calor vuelve a la habitación, saliendo de su estupor Nikkit despierta a Ogmund y a Erwin contándoles lo ocurrido, sin mas tiempo que perder fuerzan la puerta de la habitación y gracias a la orientación de Ogmund consiguen llegar hasta el vestíbulo de la casa, consiguiendo salir al exterior, cuando se empiezan a dirigir hacia el bosque poco a poco van viendo como aparecen ojos rojos de criaturas que acechan a que alguien intente atravesar su follaje, en apenas unos minutos todo el bosque se llena de ojos rojos que no dejan de observarlos, sin saber que hacer Erwin les dirige hacia la parte de atrás de la mansión donde Lothar se llevo el cuerpo de Gustav y donde se encuentran distintos mausoleos donde enterrar a los muertos, siguen el rastro de la camilla donde iba Gustav, la cual la encuentran tirada a un lado de un mausoleo que no tiene ningún nombre de su ocupante, desde hay se ven pasos que se dirigen al bosque arrastrando algo, quizás el cuerpo de Gustav, armándose de valor fuerzan la cerradura y penetran en el mausoleo, en su centro se encuentra un ataúd de madera oscura con el emblema de la familia Vonreuter, esta subido en un bloque elevado de mármol, sin mucho esfuerzo corren su tapa y dentro pueden ver el esqueleto de Gustav, vestido con las mismas ropas que lo encontraron en el bosque, en sus huesos presenta finas lineas como de un bisturí, les llama la atención que esta envuelto por pesadas cadenas plateadas, las cuales deciden quitárselas, es en ese momento cuando del mismo esqueleto un espíritu se levanta, el mismo que Nikkit vio en la habitación, es Gustav, con premura les advierte por segunda vez de su padre, el cual quiere usarlos para sus experimentos, como a muchos otros que fueron atraídos hasta aquí, y como el mismo también fue fruto de ellos y no sobrevivió, siente mucho haberlos traído hasta aquí, pero es su padre quien lo ha estado controlando hasta este momento, les advierte que no podrán salir a través del bosque y que solo acabando con su padre podrán escapar, apenas recuerda casi nada de su vida, lamenta no poder ayudarles en su empresa pero quizás alguno de sus hermanos si que puedan, pero si algo recuerda es que no confíen en Jonah..., poco a poco se va desvaneciendo dejándolos solos en el mausoleo, desandan sus pasos hasta penetrar otra vez en la mansión llegando hasta el vestíbulo donde asoma el pasillo por donde vinieron, enfrente el camino que lleva al gran salón donde hace unas horas pasaron una agradable velada, y enfrente dos grandes escaleras que se juntan al llegar piso de arriba de la mansión...

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