miércoles, 19 de octubre de 2022

EL ENEMIGO INETRIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 37


Tras lo ocurrido en los últimos días ya era hora de encaminar sus pasos a su verdadero destino, su primer objetivo la ciudad de Kemperbad, pero justo cuando estaban buscando transporte un hombre se les acerco para proponerles un trabajo en las Montañas Grises, algo acorde a sus talentos, por su forma de hablar parecía alguien de alta cuna, pero aunque les ofreció una gran cantidad de dinero no fue suficiente para hacerles cambiar de idea, este les entrego un anillo de oro con el escudo del condado del Valle de la Dama, pero con una S en su grabado, si cambiaban de opinión solo tenían que mostrar ese anillo en la Fortaleza Negra para dar con él.


El viaje hasta Kemperbad ocurrió sin ningún contratiempo, primero por el rio y luego por caminos, en Kemperbad debían encontrar una barcaza que remontara el rio hasta Hochsleben, pero por desgracia la guerra iba en aumento, y todo el transporte fluvial estaba dedicado a transportar material y hombres hacía el Norte, por lo que no había forma de poder viajar más allá de Nulm, y Nulm era una ciudad que querían evitar, viajar a pie estaba descartado por el tiempo que supondría, por suerte en la ciudad había dos personas que les podían ayudar, y una de ellas ya sabía que Erwin y Ogmund estaban en la ciudad, Luigi Belladona les había mandado una invitación para cenar con él esa noche, ese hombre controlaba todo lo que entraba y salía de la ciudad, sus tentáculos llegaban hasta la mismísima Altdorf, estaba al tanto de la proximidad de Erwin al Graf Boris y que deberían estar al Este del Imperio y no viajando hacía el Sur, y aunque intento sonsacarles algo de información su intento no obtuvo ningún resultado, accedió a ayudarles a llegar a Hochsleben sin ningún pago, a fin de cuentas como bien decía que no iba a hacer por sus amigos, aunque quedaba claro que el pago era poder abrirse camino en Middenheim, pasaron la velada entre buenas viandas y buen vino, descansaron allí unas horas antes de partir en una pequeña barcaza capitaneada por dos viejos conocidos, el capitán Chistopher y Renat, después de la quema de su barco y tras trabajar un tiempo para los Blucher empezaron a trabajar para el señor Luigi, con ellos viajaron hacía el sur llegando a su destino sin problemas, Hochsleben era un pueblo que vivía alejado del resto del Imperio, aun anclado a los antiguos dioses y tradiciones, en todo el pueblo solo había una tienda donde pudieron comprar lo necesario para adentrarse en las montañas, ropas de abrigo, comida para varías semanas y un burro para poder llevar todo aquello.

Desde Hochsleben hasta el paso del Fuego Negro les llevo cuatro días  en el que aun cruzaron por alguna granja aislada, pero una vez en el paso no se cruzaron con nadie, tras varios días de camino por fin llegaron a la zona donde creían que podían estar las piedras talladas del mapa que les había dado el padre Marcus, pero por más que buscaron no encontraron nada, pero cuando ya estaban empezando a perder la esperanza Ogmund se fijo en un lobo completamente blanco que lo observaba, era muy parecido al lobo que se le había aparecido en sueños, con cautela lo siguieron, adentrándose en la espesura hasta dar con un pequeño obelisco, al lado se podía ver los restos de piedra esparcidos por el suelo de lo que debería de haber sido otro obelisco, en el que quedaba en pie aunque se había intentado borrar y mancillar aun se podía apreciar el símbolo de un martillo grabado en la piedra, parecía que habían encontrado las piedras dibujadas en el mapa, ahora tendrían que adentrarse en las Montañas Negras para intentar encontrar la supuesta capilla sagrada...



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