miércoles, 1 de abril de 2020

EL ENEMIGO INTERIOR. EL CASTILLO DRACHENFELS. Sesión 10

La profecía se había cumplido y con ella su vuelta, las fuerzas de la oscuridad volverían a reinar en el Viejo Mundo, los débiles humanos serían sus esclavos, los codiciosos enanos sucumbirian de codicia y los arrogantes elfos se convertirían en polvo, todo aquello sería lo que acontecería  en cuanto recuperara sus fuerzas, cada vez se sentia mas fuerte, notaba como iba recuperando parte de su poder y con ello el fin del Imperio se iba acercando cada vez mas...


Tras hablar que hacer decidieron realizar la misma operación que usaron para sacar los mandobles de la habitación, con la cuerda de Ogmund consiguieron enganchar uno de los cuerpos que había cerca de la entrada, mientras Erwin y Ramkir permanecían atentos Ogmund se dispuso a tirar de la cuerda, pero por mas que empujó apenas pudo mover el cuerpo, era demasiado pesado por lo que Erwin se dispuso a ayudarlo, entre ambos empujaron con todas sus fuerzas, de repente se escuchó un fuerte ruido como si algo reseco se desgarrara , el cuerpo literalmente se abrió por la mitad y de él empezaron a salir sanguijuelas tan grandes que casi median dos palmos, los demás cuerpos empezaron a temblar hasta que de su interior empezaron a salir mas sanguijuelas, mediante un hechizo de Ramkir pudieron percatarse que huían del fuego y que se las podía matar, aunque prácticamente toda la estancia estaba llena de ellas, si querían los tan codiciados objetos tendrían que buscar alguna forma de entrar a por ellos.


Ogmund fue quien entró, con una antorcha en una mano y el martillo en la otra fue ahuyentando a las sanguijuelas, ayudándose del fuego las mantenía lo suficientemente alejadas de él, ahora que las tenia mas cerca pudo ver algo horrible, cada una de ellas tenía el rostro del muerto del que había salido, y todas le miraban con una sonrisa maliciosa, con rapidez avanzó hacia donde estaban los objetos pero por desgracia cuando llegó hasta ellos estos desaparecieron de su vista, en su lugar quedó una tarima cubierta de polvo, al llegar a ella noto como parte del suelo cedía unos centímetros al apoyar su pie, justo cuando lo levanto para volverse y salir de la habitación se escuchó un crujido y un muro de piedra cayó a plomo tapando la puerta, por suerte mientras tuviera la antorcha podría mantener a las sanguijuelas apartadas, pero como mucho disponía de una hora para salir de allí antes que la antorcha se agotase, fuera Erwin y Ramkir se dispusieron a ayudarle para sacarlo, rápidamente sus ojos miraron por la habitación, por suerte allí había varias armas contundentes que les podrían servir para intentar tirar la pared abajo, pero Ramkir aconsejo a Erwin que no tocara nada antes de que mirase si había alguna que pudiera tener algún encantamiento y pudiera ponerles peor las cosas, pero Erwin haciendo oídos sordos de lo que Ramkir le había dicho cogió un arma y empezó a golpear con fuerza la pared, Ramkir le recrimino no haberse esperado a que el comprobará que no había ningún peligro por coger dicha arma, lo cual hizo que ambos se enzarzaron en una disputa verbal que a punto estuvo de llegar a algo mucho mas personal, por suerte para ambos el que Ogmund estuviera en el otro lado y que el tiempo apremiaba hizo que la cosa no fuera a mayores, por lo menos de momento,  quizás lo ocurrido anteriormente en el pasillo no se había olvidado del todo, dejando de lado sus diferencias  ambos empezaron a golpear la pared haciendo saltar trozos de piedra con cada golpe, hasta que un frío atroz que emanaba del suelo les hizo retorcerse de dolor, era lo mismo que le había sucedido a Ogmund cuando abrió a golpes las dobles puertas del Gran Salón, era como si el propio castillo se defendiera de los golpes, tenían que encontrar otra forma de poder liberar a Ogmund, por suerte Ramkir encontró en la pared una piedra que tenia movimiento hacía ambos lados, probo a girarla hacía la derecha, se escucho un ruido seco y de repente la pared de piedra empezó a subir escondiéndose por encima de la puerta de entrada, Ogmund salio de la estancia aliviado de dejar atrás aquel lugar, Ramkir movió la piedra hacia el otro lado, entonces se escucho como si algo se rompiera haciendo caer la pared de piedra de golpe y dejando la habitación sellada para siempre.



La noche ya estaba avanzada y desde primera hora de la mañana llevaban inspeccionando el castillo, estaban cansados, así que se prepararon a pasar la noche en la habitación, atrancaron la puerta de entrada con las armaduras y escudos que allí había, se dispusieron a hacer guardias y pasar la noche lo mejor posible, fuera se escuchaban ruidos extraños, incluso de alguna puerta, hasta ellos llegaba el ruido de la lluvia y los truenos de la tormenta, pero las guardias fueron pasando, hasta que en la última, Ogmund de repente vio que a través de la puerta de entrada se empezaba a formar algo extraño, un fantasma, vestido con harapos y con cara de lunático empezó a levitar hacia Ogmund empezando a chillar un grito aterrador, el grito hizo despertarse a Erwin y a Ramkir, Erwin ante tal visión se quedó paralizado donde estaba, mientras Ramkir conseguía realizar un hechizo de fulgor iluminando la habitación, Ogmund invoco a su Dios para que bendijera su martillo lanzándose sobre el fantasma, el cual al sentir el contacto del martillo bendecido abandonó la habitación atravesando la puerta, expectantes y en guardia esperaron durante unos minutos haber que sucedía, pero al ver que no sucedía nada decidieron ponerse ya en marcha y seguir investigando el castillo, con cautela salieron al pasillo, pero estaba desierto, se encaminaron a la puerta que había al Norte del pasillo, esta daba a un largo pasillo, hacia el Oeste terminaba en un puerta y hacia el Este en un recodo que giraba hacia el Norte, con Ogmund en cabeza avanzaron primero hacia el Este, pero justo cuando llegaron al recodo este desapareció y en cambio delante de Ogmund había unas escaleras que descendían, justo unos instantes antes de eso Ogmund desapareció de la vista de Erwin y Ramkir, estos ante lo que había pasado tantearon con el bastón delante de ellos, pero en principio nada extraño ocurrió, con cautela avanzaron hasta el recodo, este giraba hacia el Norte donde acababa en una pared y  pudieron ver una puerta en la pared del Oeste, antes de seguir por allí volvieron sobre sus pasos y caminaron por el pasillo hasta la puerta que había en el Oeste, al abrirla vieron que daba a otro pasillo y en el se veían unas escaleras que descendían, cerraron la puerta y al girar vieron alarmados que ya no estaban en el pasillo, se encontraban en una sala circular, en ella había distintos mueblas rotos y varias ballestas y virotes inservibles a causa del tiempo que tendrían, parecía que se encontraban en una de las torres exteriores del castillo, en un lateral había una escalera de caracol que ascendía y en el centro una trampilla daba paso a unas escaleras de madera que descendían, bajaron por ellas, daban a un sótano pero lo único que se veía era un agua de color verde oscuro, abandonaron el sótano y decidieron subir por las caleras hasta el piso superior, en el encontraron los mismo que en el de abajo, muebles y algún virote de ballesta en mal estado, las escaleras seguían subiendo, en el siguiente piso la escena era muy diferente, se veían dos puertas cerradas y en el suelo por lo menos había diez cadáveres amontonados, todos vestían con túnicas negras y en su mano agarraban una daga, ante aquella visión pararon de subir los escalones pensando que hacer...


Mientras Ogmund al encontrarse de repente las escaleras se giró hacia Erwin para ver que hacían, pero cuál fue su sorpresa, primero al no ver a sus compañeros y segundo al ver que detrás suyo ya no estaba el pasillo si no que se encontraba en una sala circular, al mirar por las troneras pudo ver la casa de huéspedes, por lo que pudo deducir que se encontraba en una de las torres exteriores que estaba al fondo del castillo, donde se encontraba había una escalera de caracol que subía hasta el piso superior, una puerta que aunque probó abrirla no pudo al estar como atrancada, y también había una trampilla que daba a unas escaleras que descendían hacia el sótano, con cuidado fue bajando por dichas escaleras hasta que llegó al fondo, allí en medio del sótano podían verse varios esqueletos tirados y entre ellos distintas piezas de oro que brillaban ante la luz de la antorcha, de las paredes colgaban tapices negros representando ejércitos de no  muertos, de repente empezó a sentirse un frío sobrenatural y de los tapices empezaron a salir esqueletos que se dirigían hacia él, aunque Ogmund era consciente de que aquello no era real y que todo era una ilusión decidió abandonar con rapidez el sótano, empezando a subir al piso superior...


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