Aun era mitad de noche, algo había despertado a Ramkir, una sensación extraña, un mal presentimiento, sus ojos veían la ventana por donde entraba algo de luz, allí no había nadie, pero al mover sus ojos al otro lado pudo contemplar lo que allí había, un cuerpo ennegrecido, al que le faltaban trozos de su carne, su rostro desfigurado miraba fijamente a Ramkir a través de unos ojos conocidos, Ernst Heidelmann empezó a hablar mientras en su mano crecía una llama con la que iba prendiendo la cama y ropas de Ramkir, al cual su cuerpo no le obedecía, por suerte si que podía hablar y gritar, y esto ultimo fue lo que hizo mientras que Ernst se reía de su fragilidad ante el fuego y ante el Gran Mutador, los gritos no surtieron efecto y ninguno de sus compañeros acudió en su ayuda, poco a poco las llamas le fueron devorando...
Por fin pudieron pasar una noche en una cama confortable, más aun tras relajarse con un buen baño, la noche paso sin ningún contratiempo, salvo para Ramkir que al día siguiente se levanto cansado tras haber pasado una mala noche, extraños sueños no le habían dejado dormir mucho, apenas hubieron desayunado fueron requeridos en la sala de audiencias del castillo, allí fueron recibidos por el Emperador junto al general de los ejércitos de la Reiksguard Kurt Helborg, tras el Emperador estaba el recientemente nombrado Campeón del Emperador, Ludwig Schwarzhelms, tras las oportunas presentaciones y la requeridas formalidades Kurt les puso al corriente de que había llegado una carta de Altdorf informando del secuestro del Emperador, y de que sus captores debían ser ahorcados en cuanto fueran capturados, aunque eso no iba a suceder, serían más útiles formando parte de la guardia de honor del propio Emperador, al día siguiente junto a una parte del ejército partirían hacia Altdorf acompañando a Karl Franz para recuperar su trono, durante el resto de la mañana les pusieron al corriente y contestaron a las preguntas que les fueron haciendo de lo sucedido durante estas ultimas semanas, por la tarde pudieron vagar libremente por el castillo y sus alrededores, como bien habían aconsejado que hicieran, fuera se podía ver a varios grupos de soldados con el torso al descubierto mientras sus superiores buscaban algún tatuaje con la forma de una mano de color purpura.
Al día siguiente visitaron a la Gran Indagatrix, poniéndose al día sobre lo acontecido desde que se vieron la ultima vez, ella había intentado averiguar más sobre el hermano Karl, pero hasta el momento sin éxito, tras abandonar el templo de Morr, Erwin y Leopold se dirigieron de nuevo a la posada, mientras que Íñigo se perdía por la ciudad en busca de ingredientes que no pudo encontrar salvo si recurría al mercado negro, Ogmund se acerco al templo de Sigmar intentando sondear que posición tenía el actual Teogonista en funciones ante la llegada al trono de Karl Franz, aunque básicamente lo que escucho fue lo que ya le había contado el padre Beoca, era un hombre menos tolerante que Yorri XV y más dispuesto a recurrir a las armas para hacer ver sus ideas, por otro lado Ramkir se dirigió a las Escuelas de la Magia, desde que las abandono para viajar al Oeste hacia Bretonia no las había vuelto a pisar...
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