De repente ya no estaba en el pasillo, Ramkir miró a su alrededor y pudo comprobar que ya no estaba junto a sus compañeros, volvía a estar en alguna de las torres del castillo, había una escalera de caracol que ascendía y una trampilla en el suelo que bajaría al sótano, había también una puerta que daba al exterior, pero podía sentir que había alguna protección sobre ella por lo que descarto salir a través de ella, con cautela fue bajando al sótano, estaba vacío, salvo un dibujo de Tzeentch en el suelo por lo que decidió empezar a ascender por los diferentes pisos de la torre, en el siguiente nivel salvo algún virote de ballesta poco más había, pero en el segundo nivel se podían ver dos puertas cerradas que deberían de dar a las almenas de la muralla, pero lo que más le preocupó fue lo que había en el suelo, estaba lleno de un légamo resbaladizo y cuerpos muertos, antes de entrar aprovechando la manta se enrolló las piernas y los brazos para así tener mejor agarre para no resbalarse con el légamo, con cautela entró en la habitación en dirección hacia una de las puertas, pero en cuanto entró en la habitación cuatro de los cuerpos que estaban en el légamo se levantaron y empezaron a caminar hacia él, parecían humanoides pero sus caras iban cambiando de forma cada segundo, por suerte Ramkir pudo ir acabando poco a poco con cada uno de ellos mientras se encaminaba a la puerta que daba al Sur, pero en ese momento pudo ver una sombra en la escalera que seguía subiendo por la torre, por el hueco había salido un ser monstruoso, sus piernas eran como tentaculares, con ellas se mantenía pegado en el techo desplazándose con una rapidez endiablada, su cara también cambiaba de forma cada segundo, Ramkir al ver a la criatura abalanzándose sobre él en un último esfuerzo concentró su magia sobre la criatura que tenía delante de la puerta para poder derribarla y abriendo la puerta se lanzó al exterior, al atravesarla noto que algún encantamiento ligado a ella se había roto, su esperanza era que la criatura no saliera de la torre pero su esperanza duró poco, la criatura salió por detrás de Ramkir y saltando se puso delante de él mientras por detrás avanzaba la última criatura que había sobrevivido de las que se habían levantado del légamo, Ramkir tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para concentrar los vientos de la magia para así poder lanzar un conjuro con el que acabar con aquella monstruosidad del Caos, por suerte tras varios intentos y estando a punto de caer por las heridas sufridas pudo invocar con acierto el hechizo y acabar con sus oponentes envolviéndolos en ambas bolas de fuego, justo en ese momento Ogmund y Erwin llegaron hasta la base de la torre, habían decidido salir fuera del castillo para buscar a Ramkir por si había aparecido en alguna de las torres, por suerte para todos así había ocurrido.
Erwin y Ogmund empezaron a preparar una cuerda para poder bajar a Ramkir pero este haciendo oídos sordos a sus palabras entró de nuevo en la torre, se le notaba bastante enfurecido y raro en él fuera de sí, ante aquella actitud Erwin y Ogmund decidieron entrar en la torre por la puerta de abajo, Erwin abrió la puerta y entró en ella, en su interior no se veía nada extraño, justo en ese momento Ogmund se percató de que si no había nada extraño y Ramkir no había salido por allí algo extraño podía ocurrir, por lo que recomendó a Erwin salir y esperar fuera, al cabo de cinco minutos Ramkir volvió a salir a las murallas, con la ayuda de la cuerda consiguió bajar hasta ellos, ya se le veía mucho más tranquilo, les contó que en el piso superior de la torre había encontrado un par de cofres, en uno de ellos había varias armas normales y una armadura del Caos seguramente del ser con el que había acabado hacía unos minutos, todo aquello lo había dejado sin tocar, en cambio en el otro cofre había un collar de oro con diez dientes de dragón, un par de botellas de vodka kislevita y una bolsa que contenía cuatro coronas de oro acuñadas en Kislev relativamente recientes, en uno de sus lados se podía ver al actual Zar Radii Bohka, tambien en su interior había una nota escrita en kislevita, la bolsa además tenía propiedades mágicas, había conseguido meter una de las botellas de vodka dentro siendo la bolsa más pequeña que la botella, la nota dejaba entrever que para poder acceder a las mazmorras solo se podía a través de un portal en la torre del diablo, justo desde el patio se podía ver una veleta con forma de diablo que también hacia de pararrayos en la cúspide de la torre central que estaba en la parte superior del castillo, la tarde ya estaba bastante avanzada por lo que decidieron refugiarse en las habitaciones de invitados, en la habitación que consagró el clérigo y que les daba algo más de seguridad, de camino hacia ella tanto Ogmund como Ramkir pudieron sentir como en la torre central del lado Este se notaba un flujo de magia mucho mayor, por lo que decidieron que al día siguiente investigarían aquella torre antes de volver a entrar en el castillo.
La noche paso tranquila hasta unas horas antes de amanecer, de repente en la puerta empezaron a escuchar como si alguien la estuviera arañando a la vez que la temperatura bajaba creando escarcha alrededor de la puerta, un grito escalofriante recorrió el pasillo para volver de nuevo el más absoluto silencio, con cautela salieron de la habitación en cuanto las primeras luces del día aparecieron por el Este, aunque la tormenta seguía azotando el castillo, como habían decidido el día siguiente se encaminaron hacia la torre central del lado Este del castillo, su puerta estaba abierta, con cautela empezaron a subir, la torre era más alta que el resto por lo que tenía que tener algún nivel más, los tres primeros niveles estaban vacíos a excepción de algún mueble roto o algún virote oxidado, el acceso al cuarto nivel de la torre era a través de una trampilla, lo primero que notaron fue que a la luz le costaba penetrar la oscuridad, cuando penetraron en ese piso de las sombras empezaron a surgir espectros que se abalanzaron sobre ellos atravesando sus cuerpos mientras les causaban un gran dolor, por suerte entre el martillo de Ogmund y la magia de Ramkir pudieron acabar con ellos, ya que el mandoble de Erwin por alguna extraña razón había perdido su poder mágico, en el techo pudieron ver otra trampilla, con cautela Ogmund subió al siguiente piso, aquel era el último de la torre, una esfera de oscuridad ocupaba la mayor parte del quinto piso de la torre, la visibilidad era nula dentro de ella y en toda la habitación reinaba un aire gélido, de ella emanaba la magia que habían percibido desde abajo además de una energía emocional negativa...
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