Ya habían esperado suficiente, ya hacía horas que el otro grupo tenía que haberse reunido con ellos, no podían esperar más tiempo, si querían llegar a tiempo para el ataque debían de partir, aquello suponía un gran contratiempo para sus propósitos, pero su determinación era fuerte, por lo menos la de aquellos radicales, el los llevaría como se le había ordenado, pero para nada tenía intención de morir en aquel ataque, su intención y propósito era otro muy distinto...
Íñigo observaba desde lejos a los guardias de la puerta, más en concreto a dos que claramente no estaban de guardia y que él conocía, uno era Torsten, el otro era Ottfried, además de aquellos había otros dos que también deambulaban por el patio de armas vigilando quien entraba y salía de la ciudad, ocultándose en su capa y al resguardo de un carro Íñigo fue avanzando hacía la puerta de salida, pero a mitad de camino vio como Ottfried le había reconocido y con un gesto de cabeza le hacía señas a Torsten, aquello fue suficiente para que Íñigo corriera como alma que lleva el diablo hacía la ciudad, Torsten y los otros dos guardias salieron corriendo detrás de él para intentar darle alcance, pero Íñigo consiguió adentrarlos bastante en la ciudad hasta perderlos, de vuelta a la puerta sur consiguió ropas para intentar cambiar su aspecto, cuando de nuevo llego al patio de armas pudo comprobar que salvo los guardias de la puerta sur no había nadie más vigilando, pero pudo ver a Wolfgang como se encaminaba al edificio que había al lado de la puerta, al abrir la puerta desde su posición pudo distinguir a varios guardia dentro y al fondo sentado en una silla le pareció ver a Leopold, aquello no presagiaba nada bueno, con cautela se encamino a la parte de atrás del edificio, aquel edificio eran las caballerizas, justo antes de entrar en su interior un mozo sacaba un caballo blanco y se dirigía a la parte delantera, con cautela fue moviéndose entre los caballos hasta que pudo escuchar la voz del sargento Markus torturando a Leopold, justo antes de caer inconsciente de sus labios salieron los nombres de Ogmund y de Íñigo, tras aquello Markus y otro hombre abandonaron la caballeriza dejando a un guardia para que vigilara a Ogmund, aprovechando aquella oportunidad Íñigo salió de su escondite y mostrándose confuso se encamino hacía el guardia, este no tubo tiempo ni de defenderse de los ataques mortíferos que Íñigo le propio en apenas un suspiro, sin tiempo que perder le lanzo un cubo de agua a Leopold para espabilarlo...
Ogmund y Leopold entraron en la ciudad a primera hora de la mañana, entraron sin ningún problema, pero una vez en el patio de armas el conocido de Leopold se percato de su presencia y avanzo con rapidez hacía ellos, Ottfried pregunto a Leopold por su amigo (Íñigo), si lo había visto o sabía donde estaba, tras ello le insto para que lo acompañara a las caballerizas, necesitaba que viera al caballo del otro día, su sargento le había apremiado a ello y no podía demorarlo por más tiempo, y aunque Leopold y Ogmund intentaron convencerle de que tenían prisa y que más tarde pasarían a ver al caballo, Ottfried cada vez se iba poniendo de peor humor, hasta llegar a ordenarle que le acompañara a las caballerizas, ante aquello y por temor que la cosa fuera a mayores Leopold decidió acompañarle mientras Ogmund se introducía en la ciudad camino de la casa del Barón Eduard, por el camino pudo ver a Wolfgang en dirección a la puerta sur, ataviado con un zurrón y una enorme capa de piel de lobo blanca, sin ningún otro contratiempo llego a su destino, tras unas breves y mordaces palabras con el ayudante de cámara del Barón este le acompaño hasta el Barón Eduard, Ogmund le puso al corriente del ataque a los Aulladores y de como habían acabado con ellos, también de los temores de que pudieran haber cogido a Leopold o que incluso fuera un traidor, en ambos casos sus posiciones quedaban más que comprometidas, el Barón le comunico que su compañero Íñigo estaba con vida y que había permanecido escondido toda la noche en la Ostra Azul bajo las atenciones de Marian, y que con él había traído al iniciado del templo de Ulric, tras comunicarle toda la información y de que tenían intenciones de partir de la ciudad se despidieron, Ogmund consiguió salir de la ciudad sin ningún percance por la puerta noreste para luego bajar hacía el sur en dirección donde había dejado a Erwin y Ramkir.
Leopold acompaño a Ottfried hasta las caballerizas, en su interior estaban dos guardias y el sargento Markus, entre los cuatro les fue fácil reducirlo, atándolo a una silla le torturaron intentando sacarle información, sobre todo por su amigo, el que había hablado con Ottfried la tarde anterior (Íñigo), durante el interrogatorio Wolfgang entro en las caballerizas ataviado con una armadura ornamentada y una gran capa de lobo blanca a sus espaldas, aquella imagen resultaba majestuosa, aunque la sangre de Leopold se helo por un instante, aquel hombre que habían estado espiando llevaba la insignia de la orden Teutógena, eran los elegidos entre la Orden del Lobo Blanco para ser la guardia personal de Ar-Ulric, Wolfgang venía bastante contrariado, tenia que partir de inmediato hacía el sur, estaría varios días fuera, antes de salir de allí le entrego a Markus una carta para que mañana mandara a alguno de sus hombres a Middenheim para entregarla, tras aquello abandono el lugar mientras Markus seguía torturando a Leopold hasta que antes de que cayera inconsciente le consiguiera sacar el nombre de su amigo, el de Íñigo y el del que le estaba acompañando esta mañana, el de Ogmund, tras esto la resistencia de Leopold no pudo aguantar más y su mirada se nublo, cayendo inconsciente..., un cubo de agua fría le hizo volver en si con brusquedad y con una mirada de temor busco a sus captores, para su alivio a quien vio fue a Íñigo, a sus pies estaba el cuerpo sin vida de uno de los guardias que lo habían apresado, Íñigo le quito las ataduras y con rapidez salieron por la parte trasera de las caballerizas, en ese momento fuera de la ciudad se escucho un disparo de alguna arma de pólvora, era cuestión de tiempo que Markus volviera, con rapidez fueron hacía la puerta sur para abandonar la ciudad, Leopold intento taparse lo mejor que pudo pero justo cuando pasaban por los guardias que se encargaban del peaje de entrada a la ciudad uno de ellos se percato de como llevaba la cara y le dio el alto, Leopold no se lo pensó y ante el asombro del guardia cargo contra él, derribándolo a un lado y saliendo a la carrera al camino, aprovechando la confusión que se produjo por el disparo que se había escuchado y escondiéndose entre la gente que había en el camino para entrar en la ciudad, tanto Íñigo como Leopold consiguieron alejarse y antes de llegar donde habían dejado a sus compañeros se les unió Ogmund.
Fuera de la ciudad se habían quedado Ramkir y Erwin, lo suficientemente alejados para no ser vistos pero desde donde poder controlar la entrada y salida de la puerta sur, y desde allí pudieron ver como Wolfgang abandonaba la ciudad en un caballo completamente blanco, según se acercaba hasta donde estaban escondidos pudieron apreciar que debajo de su capa de piel de lobo portaba una armadura metálica, Ramkir y Erwin se miraron y sin mediar palabra se prepararon para acabar con él, quizá esta fuera la única oportunidad que tendrían de poder acabar con aquel hombre, Ramkir empezó a moldear los vientos de la magia y empezó a crear bolas de fuego que impactaron sobre la cabalgadura, mientras Erwin salía al camino y dispara su pistola, la bala paso rozando a Wolfgang, el caballo se levanto sobre sus patas traseras mientras emitía un relincho de dolor, apenas pudo caminar unos pasos hacía el interior del bosque donde cayo al suelo malherido, Erwin y Ramkir corrieron hacía allí, Wolfgang les estaba esperando agarrando con fuerza su pico a dos manos, Ramkir volvía a lanzar las bolas de fuego sobre Wolfgang, pero su armadura parecía protegerlo, Erwin y Wolfgang se enzarzaron en un combate a muerte, los primeros envites fueron midiendo sus fuerzas apenas haciéndose rasguños, fue Erwin el primero en hacerle un buen tajo con su mandoble, pero Wolfgang no era un cualquiera, como bien les conto después Leopold, Wolfgang pertenecía a la orden Teutónica, la guardia personal de Ar-Ulric, seleccionados entre los mejores guerreros de los Caballeros del Lobo Blanco, con un movimiento circular de su gran pico consiguió engañar a Erwin golpeando e inutilizando su brazo derecho, Erwin dejo caer su mandoble mientras Wolfgang con un rápido movimiento golpeaba con su arma en el pecho haciéndole caer al suelo indefenso y mal herido, con una mirada de odio Wolfgang cargo contra Ramkir antes de que volviera a realizar su magia, Ramkir empezó a moldear los vientos de la magia mientras Wolfgang se le acercaba, sabía que solo tenía una oportunidad antes de que llegara hasta él, por suerte esta vez si que pudo concentrar los vientos de la magia a su alrededor para crear varias bolas de fuego que consiguieron impactar en su cabeza acabando con Wolfgang, habían tenido la muerte muy cerca pero por suerte habían conseguido esquivarla, Erwin estaba muy mal herido y tenían poco tiempo, el ruido del disparo podría atraer a gente al lugar, con rapidez Ramkir busco entre las pertenencias de Wolfgang encontrando una carta con la misma heráldica que la que encontró Ogmund en su casa, se guardo la carta y también el gran pico que estaba fabricado con Gromril, con rapidez se alejaron de allí no sin antes matar al caballo para que dejara de sufrir, poco después por fin se pudieron juntar con Íñigo, Leopold y Ogmund, ya juntos y alejados de la ciudad pudieron contar todo lo ocurrido a cada uno de ellos, Ogmund sano las heridas de Erwin mientras Ramkir leía la carta que llevaba Wolfgang, en ella El Heredero le comunicaba que tenía sospechas de que los caballeros pantera pudieran estar en la ciudad, le mandaba a que se uniera a los Hijos de Ulric en el sur para comandar el ataque a los sigmaritas, y que mandara de vuelta al Barón Kutenholz a Middenheim.
Como bien había oído Leopold mientras le torturaban, mañana en teoría tendrían que salir un par de hombres con la carta que Wolfgang le había dado a Markus para que la hiciera llegar a Middenheim, con rapidez se movieron hacía el oeste para buscar un sitio donde poder emboscarlos, había un vado que cruzaba el río, ese sería un buen lugar, a primera hora de la mañana dos hombres a caballo se acercaron, uno de ellos era Ottfried, consiguieron emboscarlos y acabar con uno de ellos, Ottfried acabo herido pero vivo, llevaban una carta donde Wolfgang relataba lo ocurrido los últimos días en la ciudad, el acuerdo con los Aulladores para unirse al ataque, del fracaso de Bernd en su empresa de matar a ese chico junto a la descripción de Íñigo, de gente que había estado difundiendo noticias en contra de los Hijos de Ulric por la ciudad y de que alguien había entrado en sus dependencias, alejados del camino torturaron a Ottfried, al parecer no conocía mucho a Wolfgang, el solo obedecía las ordenes del sargento Markus, les había mandado a Middenheim a entregar esa carta, la tenían que entregar en el distrito de Neumarkt, en la taberna de La Espada y el Hacha, al tabernero Johann Weissbach, Ottfried imploro a Leopold que le ayudara, que él solo recibía ordenes, pero Íñigo se encargo con un rápido corte de abrirle la garganta acabando así con sus suplicas y de paso evito que tuviera que hacerlo Leopold, el cual se estaba mostrando bastante dubitativo ante la idea de tener que matar a Ottfried.
Ante ellos se abrían dos posibilidades, viajar al sur para intentar encontrar a los Hijos de Ulric junto al Barón Kutenholz, o viajar al norte a Middenheim, al final decidieron partir hacía Middenheim, Leopold les conto que el heredero del Graf Stefan Todbringer había fallecido a causa de su larga enfermedad, de momento el Graf no había publicado ningún edicto para quien debería ser su sucesor, Heinrich Todbringer podría corresponder con la H y T que venían a cada lado de la heráldica de las cartas firmadas por El Heredero, o también podrían ser de Helmut Todbringer, un primo del Graf que afirmaba ser el legitimo heredero, él cual apoyaba públicamente a sus hermanos de Talabecland, con los dos caballos que habían conseguido de los guardias de la ciudad, y otros dos caballos que tenía Leopold en una granja cercana pusieron rumbo hacía Middenheim...
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