Leopold Kossmann veía como pasaban las horas sentado en la barra de la posada La Pepita de Oro, como bien le había ordenado el Capitán Franz von Holzbeck debía coger habitación en ese lugar y esperar a los enviados de Middenheim, a sus hermanos Pantera, la espera se estaba haciendo eterna, por su cabeza pasaban pensamientos nada agradables, quizás esos extremistas habían cogido al Capitán, pero por suerte un poco antes de medianoche un grupo de cuatro extranjeros entraron por la puerta, claramente dos de ellos correspondían con la descripción que tenía, Erwin y Ogmund, los otros dos que les acompañaban no sabía quienes podrían ser, tras apurar la pinta de cerveza se paso la manga por los labios, con paso silencioso siguió los pasos de aquellos cuatro extranjeros hasta la puerta de su habitación dando un par de golpes a la puerta, esta se abrió de golpe mostrando a cuatro personas mirándolo fijamente, - Buenas noches caballeros, mi nombre es Leopold Kossmann, estoy aquí para ayudarles en lo que pueda...
Tras pasar la noche intranquilos por los sucesos que habían escuchado durante la noche, despertaron a primera hora del alba, con rapidez recogieron el campamento continuando viaje hacía el Oeste, su próxima parada fue en un pequeño pueblo en la ribera de Talabecland, en ella tuvieron un pequeño encuentro con un pequeño destacamento de hombres de armas de Talabecland, su sargento Wilhelm Grudenburg tras ver la estrella de Kislev y notar claramente la autoridad de Erwin les invito a tomar unas cervezas en la posada, allí pudieron certificar los distintos rumores de alianzas entre condados que habían ido escuchando por el camino, la guerra no había empezado pero las tropas estaban organizándose, era cuestión de tiempo que alguien diera el primer paso, al cabo de dos horas en las que Ulf realizo sus negocios volvieron a partir, el viaje transcurrió sin más incidentes hasta que por fin entraron en la ciudad de Talagraad, el puerto estaba lleno de gente y de barcos de distintos tamaños, en el ambiente claramente se respiraba pánico, rumores de que una fuerza enemiga estaba a tres días de la ciudad había provocado que todo aquel que pudiera permitírselo estuviera abandonando la ciudad hasta tierras más tranquilas, Ulf se despidió de sus cuatro acompañantes agradeciendo el regalo que le dio Ramkir, un diente de dragón, se separaron de él deseándoles que todo les fuera bien, una vez en el puerto Ogmund fue asaltado por una joven mujer, con los ojos llorosos le pidió ayuda, alguien le había robado los billetes que había venido a recoger para su señora, si esta se enteraba que se los habían robado la castigaría, Ogmund y Iñigo la intentaron apartar pero Erwin y Ramkir pudieron ver a cierta distancia a un joven con la descripción que habían escuchado a la joven, a su lado otro joven se aparto de golpe de él gritando que no queria esos billetes, alejándose entre la gente, hacía allí se dirigieron, aquel hombre negó haber robado nada, esos billetes eran de su señor, un noble de la ciudad llamado Gunter Groffman, sin darle mucho crédito y para hacerle callar Erwin le propino un buen puñetazo al joven en la boca del estomago, aquello hizo que se callara, lo llevaron hasta el resto del grupo donde tras quitarle los billetes lo tiraron al agua, reacios a darle los billetes a la joven y aunque esta intento hacerles cambiar de idea la acompañaron hasta su señora, pero mientras se movían entre la gente la muchacha salió corriendo perdiéndose entre la muchedumbre, como más tarde pudieron averiguar aquel muchacho murió ahogado en el río y realmente era un sirviente del mercader Gunter Groffman.
Por fin llegaron hasta La Posada del Ahorcado, la posada también era una parada de los carruajes de transporte, la posada estaba llena, cuando preguntaron al posadero este les dijo que tenían una habitación a su nombre, en ella podrían dormir los cuatro cómodamente, dejaron sus pertenencias y tras cenar en la posada descansaron no sin antes organizar turnos de guardia, durante el turno de guardia de Erwin una mujer pareció aparecer de la nada, era la persona que estaban esperando, tras esperar a que Erwin despertara al resto les conto que la tensión entre los cultos de Sigmar y Ulric había crecido, más aun desde lo ocurrido en el pueblo de Bösel, los extremistas que se hacían llamar los Hijos de Ulric estaban tras lo que estaba ocurriendo, necesitaban saber que Sacerdotes de Ulric movían los hilos de esos extremistas, tenían una pista sobre un agente en Bergsburg, mañana por la tarde un mensajero venido de Middenheim les diría como contactar con un compañero Caballero Pantera destinado en Bergsburg. tras ello la mujer abandono la habitación por una puerta oculta que estaba al lado de la chimenea, la noche paso sin más sobresaltos y el día siguiente lo pasaron en la posada hasta que por la tarde un mensajero entro en la taberna, en su brazo llevaba los colores y el emblema de Middenheim, tras reconocerlos se acerco a ellos y presentándose les entrego una nota lacrada, en ella se les instaba a viajar a Bergsburg con rapidez, allí deberían encontrarse con el Capitán Franz von Holzbeck el día 18 de Pflugzeit a las 9:00 pm en la posada El Cebo del Oso.
Al día siguiente a primera hora atravesaron el Talabec en un ferry camino de Bergsburg, por el camino pudieron ver como los soldados de Hochland reclutaban a jóvenes para engrosar sus filas, tras una semana de viaje llegaron hasta la puerta de la ciudad de Bergsburg, en ellas tuvieron que dejar parte de sus armas, solo se permitía una daga y un arma de mano dentro de la ciudad, una vez dentro se encaminaron hasta el distrito de de Beilheim a la posada de El Cebo del Oso, allí sentados en una mesa con varias pintas de cerveza esperaron a su contacto, este se acerco a ellos con cautela dándoles otra ubicación en la ciudad para reunirse en una hora, la nueva cita se produjo en una plazoleta al lado de un antiguo pozo, el Capitán Franz von Holzbeck les conto que llevaba infiltrado en la ciudad un tiempo siguiendo los pasos a un grupo de fanáticos que quieren quitar de en medio al Graf Boris, a partir de ahora ellos deberían intentar averiguar sus intenciones y saber quienes les mandaban, sospechaba que las ordenes venían de nobles poderosos y altos cargos de sacerdotes ulricanos, además de poder interrumpir lo que estuvieran tramando, el cabecilla en la ciudad era Wolfgang Blitzer, un hombre fácil de distinguir, mide más de dos metros, de pelo y barba rubia, lo pueden encontrar en la posada Cabeza de Lobo.
Mañana a primera hora abandonaría la ciudad, su identidad ya no era segura, el tal Wolfgang daba trabajo a jóvenes ulricanos , intentando sonsacar información a uno de ellos tuvo que matarle antes de que se fuera de la lengua, había conseguido esconder el cuerpo, pero cuestión de días que lo encontraran y varios de sus compañeros los habían visto juntos, antes de irse les conto que en caso de extrema necesidad enfrente del templo de Ulric estaba la casa de Middenheim, en ella vivía el Baron Eduard, el les podría ayudar, en cuanto en donde dormir en la ciudad les indico la posada de La Pepita de Oro, en ella podrían encontrar a un Caballero Pantera infiltrado en la ciudad que les ayudaría en todo lo posible, tras desearles suerte cada uno siguió un camino diferente para alejarse de la plazoleta, justo cuando estaban empezando a cerrar llegaron a la posada de La Pepita de Oro, fueron acomodados en una habitación donde podrían dormir los cuatro, aun no habían terminado de dejar sus pertenencias y discutir que harían al siguiente día cuando unos suaves golpes se escucharon en la puerta de entrada a la habitación, con cautela abrieron, tras la puerta había un joven hombre, se presento como Leopold Kossmann, al igual que ellos un Caballero Pantera al servicio del Graf Boris, y como le había indicado el Capitán Franz von Holzbeck para poder ayudarles en todo lo que pudiera...
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