domingo, 21 de mayo de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. Epílogo

Estaba exhausto, apenas podía moverse, sin comida, sin agua, en aquel desierto era imposible sobrevivir, sus ultimas fuerzas se le escapaban mientras caía de rodillas, los que le acompañaban ya hacía días que habían quedado atrás...

Sus ojos se volvieron a abrir, sus labios hinchados sabían raros. a aquel extraño polvo del desierto, notaba una gran sombra delante de él, pero sería alguna alucinación como las que ya había sufrido, pero esta vez era distinto, se oía una voz, o era dentro de su cabeza, no estaba seguro, pero no paraba de repetirle, - ``ya no serás Diederick Kastner, ahora levántate como Archaón el Elegido´´-...




Tras los sucesos acontecidos en Delberz se acordó seguir con las negociaciones para la paz tres semanas más tarde en el Palacio Imperial de Altdorf, los debates allí fueron feroces, pero al final se llego a los acuerdos aquí descritos;

  • En Ostland, el Conde Valmir von Raukov es confirmado como el nuevo Príncipe y Elector de Ostland. Concede su esquina noroeste a Nordland, incluido el puerto de Norden, pero gana baronías al norte Talabec, incluido el Castillo Shloss de Talabecland.
  • Nordland, a parte de lo concedido por Ostland también obtiene independencia de Middenheim y se le concede el estatus de provincia Electoral, con el Barón Nikse asesinado y sus hijos caídos en batalla, Marschall Theoderic Gausser es nombrado Gran Barón y Elector de Nordland.
  • Talabecland, debe aceptar la concesión de sus baronías a Ostland, lo que implica que ahora el río Talabec divide las dos provincias, además pierde el señorío de Ostermark, el Conde Helmut Feuerbach es confirmado como regente y se dictamina que Talabheim estará subordinada a Talabecland.
  • Talabheim, la Gran Duquesa Elise Krieglitz-Untermensch es reconocida como gobernante de Talabheim, pero pierde su voto Electoral  y es formalmente subordinada a Talabecland.
  • Hochland, se declara independiente de Taladheim, se le concede el estatus de provincia Electoral, el Conde Aldebrand Ludenhof es confirmado como el nuevo Gran Barón y Elector de Hochland.
  • El Lector de Middenland, Manfred von Hindenstern es elgido como el nuevo Gran Teogonista y toma el nombre de Volkmar, también por fin el edicto Eimar Concord es enviado a Middenheim y  Talabheim.
  • Emil Valgeir de Nuln es elegido para convertirse en el nuevo Ar-Ulric.
  • El Emperador rescinde oficialmente el Edicto sobre los Mutantes del 2512.


Con los acuerdos otorgados y las nuevas Provincias Electorales creadas se llega a varios años de paz en el Imperio, sus dirigentes se esforzaran en rehacer y prosperar sus Provincias, intentando luchar contra el siempre amenazante enemigo interior, que al igual que antaño intentara otra vez engañar a los más codiciosos o estúpidos.

  • Helmut Todbringer, queda patente su simpatías a los Hijos de Ulric, pero no se le imputa ningún cargo del asesinato del antiguo Ar-Ulric, se le devuelven todas sus posesiones, aunque no podrá salir de la provincia de Middenheim, Heinrich Todbringer lo mantiene vigilado en todo momento.
  • Irma Todbringer, esposa de Helmut y madre de Leopold Kossman, con la vuelta de su marido no tiene más remedio que volver a su lado, pero antes aleja a sus dos hijas, las manda al templo de Shallya para que se inicien en el culto, tras varios meses de calvario, malos tratos y vejaciones que solo ella conoce y esconde a los demás, decide suicidarse, dejando una nota en la que intenta engañar a todos de que se suicida a causa de los últimos acontecimientos y que estos le han llevado a su actual estado mental, con ello intenta alejar a sus hijos de las posibles consecuencias de los actos de su esposo.
  • Príncipe heredero Wolfgang-Abenauer, sobrino del Emperador, tras los sucesos de Delberz y ver como su amada Greta muere de una forma tan horrible su cerebro se colapsa, no recuperándose nunca, quedándose en una persona sin voluntad, es internado en un templo de Shallya donde es cuidado hasta el último de sus días.
  • Martín Fechner, Consejero del Príncipe heredero, tras los acontecimientos de Delberz desaparece, nadie lo vuelve a ver, pero en su tienda encuentran algo peculiar, un fuerte olor a ajo, últimamente había cogido cierta afición o gusto a comer ajos crudos, algo que les recuerda al demonio que estaba a las ordenes del juez Karl-Heinz Wasmeier, Gideon, o quizás fuera al revés y fuera Gideon el que estaba al mando...
  • Gran Hechicero Brillante Sigfrido, mano derecha del actual Gran Patriarca de los Colegios de la Magia y de la Orden Brillante Thyrus Gormann, posiblemente tocado por el Caos por su amistad con el sectario de la Corona Roja Ernst Heidelmann, con cuentas pendientes con Ramkir Siegfried.
  • Matthias Blucher, tras los sucesos de los últimos años  y por miedo a verse salpicado traslada la sede de su naviera a la ciudad libre de Marienburgo, allí volverá a sus tejemanejes.
  • Heironymus Blitzen, Gran Hechicero Gris, desde que partió al este de Kemperbad hace más de dos años nadie más lo ha vuelto a ver, que sucedió en las Montañas negras es toda una incógnita.
  • Padre Beoca, tras la finalización de la asamblea y con los acuerdos ya cerrados y el nuevo Gran Teogonista ya investido, marcha a su pobre parroquia donde seguir su vida fuera del ruido de las grandes ciudades, preocupándose del alma de sus pobres y fieles feligreses, rezando todas las noches por todos ellos y por Ogmund, para que algún día su furia y sufrimiento se apaguen y así pueda encontrar la paz que que mitigue su dolor.
  • Heinrich Todbringer, futuro heredero de Middenheim, mientras tanto sigue ejerciendo de embajador, visitando tanto las provincias del norte como del sur del Imperio, leal a su palabra al Graf y al Emperador, preocupado de que el Imperio este fuerte para cuando los desiertos del Norte escupan lo que allí habita.


Aunque fueron semanas de mucho ajetreo y tensiones, también hubo tiempo de celebraciones, nuestros héroes fueron agasajados por ambas partes, tanto el Emperador como el Graf les felicitaron en persona, otorgándoles la medalla de héroes del Imperio, aunque para ellos quizás aquello no dejaba de ser otra bagatela más, de esas ya tenían unas cuantas...

  • Ramkir Siegfried, con la imposibilidad de poder volver de momento a Altdorf, accedió de buen grado a ser el nuevo Gran Patriarca de la Magia de los Colegios de Middenheim, allí podría seguir con sus estudios y así poder ir perfeccionando su magia, a la vez que podría enseñar a nuevos iniciados, el momento de poder volver a Altdorf ya llegaría.
  • Leopold Kossmann, el propio Heinrich Todbringer le pidió que fuera su Capitán de la Guardia, su hombre de confianza y mano derecha en el que poder confiar, ante aquella petición poco podía hacer salvo aceptar, sufrió un duro golpe con el fallecimiento de su madre, en su cabeza siempre quedo marcada la culpabilidad de lo ocurrido a causa de decidir dejar con vida a Helmut Todbringer, las palabras que le dijo Ogmund de que aquello les traería problemas nunca se le olvidarían.
  • Íñigo Krauszer de Antúñez, desde que partieron de Middenheim en busca del Ghal-Maraz ya no lo volvieron a ver, se les dijo que se marcho libremente de la ciudad, pero en verdad Heinrich Todbringer fue quien averiguo que trabajaba como espía para el anterior Ar-Ulric. algo que ya sospechaba, con lo que le ofreció un trato que este no podía rechazar, le otorgo recursos ilimitados para que formara en Altdorf una red de espías que escucharan todo lo que allí ocurría, ahora que parte de la ciudad había ardido y se tenia que reconstruir no le resultaría muy difícil hacerse con una zona de los suburbios desde donde poder manejar a sus hombres.
  • Barón Erwin von Kop Schulz, se le otorgaron tierras al norte de Middenheim, junto a un pequeño castillo y los hombres necesarios para su funcionamiento, así como las tierras y las gentes  de alrededor, pero Erwin lo que queria era seguir luchando contra el Caos, el Juramento de Caballero Pantera era hasta su muerte, por lo que le impedía poder moverse con libertad, pero Heinrich Todbringer le dio licencia para que ello no le obligara a permanecer en Middenheim y pudiera tener total libertad, con la promesa de que si era llamado alguna vez este acudiera lo más rápido posible.
  • Ogmund Silverhand, se le ofreció ser el nuevo Sacerdote de Sigmar en Middenheim, también se le ofreció ser parte importante del sacerdocio en Altdorf, pero ambos los rechazo, incluso el padre Beoca le ofreció que fuera con él y dejara atrás todo, pero aquello de momento tampoco era lo que queria, su odio y rabia habían crecido desde lo ocurrido en Delberz, ese fuego era más que visible en sus ojos, lo allí ocurrido y el quedarse parado mientras ese Gran Demonio atacaba a sus amigos no había echo más que aumentarlo, sus ansias de buscar al Caos para así redimirse hizo que acompañara a Erwin hasta sus nuevos dominios y desde allí empezar su caza de brujas...
  • Nikkit Kwik, que fue del pequeño halfling, nadie lo podría decir con certeza, aunque hay quien cree haberlo visto acompañado junto a una mujer humana ya anciana, pero con paso rápido y seguro para sus años, los últimos en verlo dicen que salieron de Montfort y se encaminaban a las peligrosas Montañas Grises...
Y así acaban las aventuras de este grupo de gente normal que por azar del destino acabaron siendo héroes del Imperio, héroes en al anonimato, de los que nadie se enterara nunca de que si no hubiera sido por ellos el Imperio hubiera sucumbido a los poderes ruinosos, que fue de ellos, es algo que no debe ser contado aquí...




                                                                    Fin...

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 51

Su mirada no paraba de dirigirse hacía el grupo donde estaban Ogmund, Erwin y lo que portaban, no paraba de preguntarse que era aquello y que hacían allí, otra vez ellos, desde hacía varios años no habían parado de entrometerse en sus asuntos, al principio lo había tomado como un juego, pero se habían convertido en una gran molestia de la  que no había podido deshacerse, y otra vez volvían a aparecer..., su mirada paso de curiosidad a odio cuando el Ghal-Maraz apareció ante la vista de todos, había perdido la partida, pero ya habría tiempo para volver a intentarlo, era el momento de abandonar el lugar...


La reunión comenzó con el Emperador dando un emotivo discurso de como el Imperio se había unido con el liderazgo de Sigmar para vencer a sus enemigos y de como otra vez el Imperio se estaba volviendo a romper por culpa del Caos, tenían que estar todos juntos para volver a luchar contra su verdadero enemigo, pero aquellas palabras no surtieron efecto sobre algunos de los lideres norteños, estos querían que el Emperador fuera del Norte, para ellos el Sur del Imperio al amparo de su protección se había debilitado, o se nombraba a un nuevo Emperador en esta asamblea o serían las armas y el campo de batalla quien lo decidiría, pero no contaban con lo que Ogmund portaba con él, con un gesto Ogmund deposito sobre la mesa el gran bulto que portaba, poco a poco quito la manta que lo envolvía, todos los presentes se quedaron asombrados ante lo que tenían ante sus ojos, el Ghal-Maraz emitía unos destellos dorados que lo envolvían, su poder era perceptible incluso para alguien ajeno a la magia, el cielo se abrió y un rayo de luz cayo sobre él, a la vez que a lo lejos se escuchaban aullidos de lobos, como si el mismísimo Ulric le rindiera pleitesía, fueron unos segundos de silencio que se vieron rotos por una risa, la risa de Greta, la ayudante de Martín Fechner, pero su risa pronto ceso, el Ghal-Maraz se quedo suspendido en el aire para luego volar directo a la mujer, golpeando en su cabeza, esta se partió como una cascara vacía, su cuerpo golpeo brutalmente contra la pared de piedra que tenía a su espalda, rebotando y cayendo unos metros delante de donde se encontraba, el Ghal-Maraz volvió volando esta vez a la mano de su legitimo portador, el Emperador, pero mientras tanto el cielo se había oscurecido, las piedras de las ruinas parecían que se movían, la mesa por un momento parecía que había envejecido varios años y uno de los guardias se retorcía en el suelo gritando a la vez que varías mutaciones le empezaban a surgir de su cuerpo, y de repente ocurrió, el vientre de Greta se abrió y de el empezó a surgir una gran oscuridad que fue cogiendo forma, ante ellos apareció un Gran Demonio de Tzeentch, y junto a él la disformidad se rasgo materializando a cuatro Incineradores,  el pánico y el caos se adueño del lugar, lo primero era sacar a sus lideres de aquel lugar para ponerlos a salvo, el Emperador y el Graf Boris fueron sacados del lugar, acompañados por el Conde Siegfried von Walfen y el Gran Duque Leopold von Bildhofen, el ayudante del Príncipe heredero Martín Fechner también abandono el lugar dejando a su señor en un estado de shock mirando los restos de su amada Greta, mientras se fueron produciendo los distintos combates, los Incineradores fueron lanzando sus chorros de fuego pero poco a poco fueron acabando con ellos, pero la gran lucha se producía en otro lugar, por un lado Ramkir intentaba utilizar los vientos de la magia, pero estos estaban tan alterados que le resultaba difícil controlarlos, pero aun así intentaba hacer lo que podía contra los Incineradores, Ogmund acabo con rapidez con el guardia que en el suelo gritaba mientras las mutaciones se apoderaban de su cuerpo, pero cuando el Gran Demonio apareció sus piernas no le respondieron,  solo podía mirar a aquel ser desde la distancia, incapaz de dar un solo paso hacía él, mientras Erwin junto a Leopold y a Ludwing el Campeón del Emperador  contuvieron al Gran Demonio de Tzeentch, sus espadas le atravesaban mientras este infligía duros golpes sobre ellos,  uno de esos golpes habría acabado con Erwin y con Ludwing si no hubiese sido por el padre Beoca, aquel ser era un enemigo temible y al que quizás no podrían derrotar, poco a poco los iba debilitando, pero al igual que había aparecido la disformidad se rasgo y fue absorbido hacía su interior abandonando aquel lugar, la calma volvió, el cielo volvió a abrirse dejando paso a la luz del sol, la mayoría habían acabado mal heridos, necesitados de atenciones medicas, pero ningún noble había perecido,  aquello sirvió para que la paz volviera al Imperio, nadie podía negar quien era el portador del Ghal-Maz y por lo tanto el verdadero Emperador del Imperio, y quien era su verdadero enemigo...




lunes, 1 de mayo de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 50

Erwin había salido a respirar el aire de las primeras horas del día, desde donde estaba dos personas le llamaron la atención, a él no le podían ver, claramente eran dos enamorados, aparto su mirada de ellos quizás anhelando ese momento para él, pero al volver a fijarse en ellos distinguió quienes eran, era el Príncipe heredero Wolfgang Holswig-Abenauer y la mujer que tenía entre sus brazos era Greta Cranach, la secretaria de su consejero Martín Fechner, tras aquel momento de intimidad ambos se separaron, pero al retirarse y una vez se quedo sola la mujer cambio su cara de felicidad a la de una profunda tristeza, las lagrimas recorrieron su rostro hasta que volvió a recomponerse regresando a sus quehaceres...

Mientras en otra parte de la ciudad se produjo el encuentro de dos viejos conocidos, durante unos segundos ambos se miraron sorprendidos, pero aquello duro poco, Sigfrido iba acompañado de otros tres hechiceros,  en las breve conversación que tuvieron le recordó que el Gran Maestre del colegio Brillante  y Patriarca Supremo de los colegios de la Magia Thyrus Gormann, estaba deseoso de que acudiera a rendir cuentas por lo ocurrido en Altdorf, y que él estaría ese día presente para verlo arder como  hizo arder a Ernst Heidelmann, ante aquellas palabras Ramkir le respondió de que aquello nunca lo vería, acusándole de sectario, pero aquel no era el lugar para rendir cuentas, el momento ya llegaría, ambos siguieron sus caminos no sin antes lanzarse miradas de odio...


Antes de partir se vistieron con las ropas de los guardias caídos, durante casi medio día recorrieron el camino de Middenheim hacía Delberz, salvo un grupo de jinetes que cabalgaban hacía el sur no tuvieron ningún otro encuentro, y estos jinetes al ver los emblemas que portaban no les prestaron mayor atención, a mediodía buscaron un lugar donde esconderse y Ramkir junto a Leopold se internaron hasta encontrar un punto más alto desde donde poder ver la situación de Delberz, esta estaba completamente asediada, al norte se podían ver los estandartes de Nordland y Middenland , al sur los de Talabecland y Hochland, el río también estaba fuertemente vigilado, prácticamente era casi imposible que alguien entrara o saliera de aquel cerco, pero no les quedaba más remedio que intentarlo aquella noche, por lo que intentaron fijar el mejor sitio posible para ello.

Mientras ese momento llegaba decidieron que hacer con Helmut Todbringer, las opiniones seguían estando enfrentadas, Ramkir y Ogmund pensaban que debería estar muerto, mientras que Erwin se mantenía firme en que debía ser entregado vivo, Leopold tenía la ultima palabra, y tras mucho meditarlo decidió que debía ser entregado vivo, sus votos pudieron más que sus motivos personales, para bien o para mal la decisión ya estaba tomada.

A medianoche emprendieron camino, despacio para no llamar la atención y para que los caballos no sufrieran ninguna caída, consiguieron ir esquivando varías patrullas, pero cuando estaban a punto de cruzar el cerco una de ellas les dio el alto, eran cuatro hombres a caballo, portaban los emblemas de Talabecland, al ver los suyos de Middenheim se relajaron un poco aunque les pareció extraño que estuvieran tal al sur, tras una breve conversación y viendo que estos querían que les acompañaran a ver a su Capitán, Ramkir utilizo su magia para como habían hablado  Ogmund y Leopold cabalgaran hacía Delberz mientras él y Erwin se encargaban de los guardias, por suerte el combate duro apenas unos minutos y cabalgaron tras sus compañeros mientras a sus espaldas se escucha el alboroto de los campamentos cercanos, pero para cuando quisieran llegar ellos ya estarían lo suficientemente lejos del lugar.

Ante ellos tenían los primeros edificios en ruinas de Delberz, varías fogatas habían sido prendidas para poder ver si alguien se aproxima oculto entre las sombras, en cuanto aparecieron un guardia grito dándoles  el alto, exigiendo que descabalgaran y tirasen todas sus armas retirándose de ellas varios metros, y aunque Ogmund le grito al guardia que tenía que ver con urgencia al padre Beoca el guardia volvió a gritar lo mismo, amenazando con dar la orden de disparar a las tropas que allí estaban acantonadas, aquello junto al estrés acumulado hicieron que Ogmund hiciera oídos sordos y cabalgara al galope hacía las ruinas, entraría por las buenas o por las malas, pero por desgracia su caballo recibió varias flechas que hicieron que cayera muerto antes de llegar, Ogmund recibió un duro golpe al caer despedido del caballo y rodar por el suelo,  para cuando se levanto aun un poco aturdido Erwin había acudido a su lado, a su alrededor un gran numero de hombres les apuntaban con sus alabardas, aun estando un poco aturdido por el golpe, las palabras de Ogmund consiguieron intimidar al guardia que comanda a aquellos hombres, por lo que no les fue requisado el gran bulto que llevaban, no así sus armas que fueron recogidas por varios guardias y llevadas a buen recaudo, se les acompaño hasta una sala donde debían esperar mientras varios guardias les mantenían vigilados.

Al cabo de varios minutos por fin una cara conocida apareció por la puerta, el padre Beoca se sorprendió al verlos, abrazando a cada uno de ellos en un claro gesto de alegría de que se encontraran bien, apenas unos segundos después también apareció el Conde Siegfried von Walfen, al igual que el padre Beoca su cara mostraba sorpresa, pero pronto sus ojos se posaron sobre el bulto que Ogmund no había soltado en ningún momento, en sus ojos se podía ver claramente la pregunta que tenía en mente, pero aquel no era el lugar indicado para ello, por lo que una vez les devolvieron sus armas y tras ordenar que llevarán a Helmut a un lugar adecuado a su posición fueron a  un lugar más tranquilo y alejado de ojos indiscretos, allí fue desvelado lo que Ogmund celosamente llevaba envuelto, aun viéndolo a Beoca y a Siegfried von Walfen les costo hacerse a la idea de que delante de ellos tenían el Ghal-Maraz, y aunque Siegfried von Walfen era partidario de mantenerlo en secreto hasta la reunión de mañana al final le consiguieron convencer de despertar a Karl Franz y entregárselo, y así lo hicieron, los ojos del Emperador se abrieron de par en par al ver el martillo, la leyenda se hacia realidad, el Ghal-Maraz había vuelto al Imperio para al igual que había echo Sigmar volver a unirlo, aquello no debía saberse bajo ninguna circunstancia, mañana ellos acudirían a la reunión como testigos junto a otras personalidades, ellos serian los encargados de custodiar el Ghal-Maraz hasta el momento que debía ser mostrado, en cuanto a Helmut Todbringer Karl Franz ordeno que se le cuidara bien, debería ser entregado al Graf Boris Todbringer para que fuera juzgado en Middenheim si así lo creían oportuno, tras aquello cada uno se retiro a descansar aunque fueran un par de horas.

Al día siguiente a mediodía partieron junto a la comitiva del Emperador a la reunión que tendría lugar en un punto intermedio, en ella se había montado una gran mesa, en un lado de ella estaba Karl Franz junto al Conde Siegfried von Walfen, el Gran Duque de Ostland Valmir von Raukov, el padre Beoca y la Condesa Emmanuelle von Liebwitz, en el otro lado de la mesa el Graf de Middenheim Boris Todbringer, y junto a él la Gran Duquesa de Talabecland Elise von Kreiglitz, el Gran Duque de Middenland Leopold von Bildhofen, el Barón Nikse Werner de Nordland y el Conde  Aldebrand Ludenhof de Hochland, retirados unos pasos, cada uno en uno de los extremos de la mesa estaban el Campeón del Emperador Ludwig Schwarzhelms y el hijo del Graf Boris, Heinrich Todbringer, este último al verlos se les quedo mirando sorprendido, intentando averiguar que hacían allí y si habían regresado con aquello que habían ido a buscar, pero aunque intento tener contacto visual con Erwin y con Leopold estos mantuvieron su mirada pérdida al frente...

Junto a ellos y también como testigos se encontraban el sobrino del Emperador junto a su ayudante y su secretaria, también un historiador de Altdorf y otro de Talabecland, y por ultimo el regente en funciones del templo de Ulric hasta que se nombrara un nuevo Ar-Ulric, Franz Fassbinder.



domingo, 30 de abril de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS, Sesión 49

Juro ante Sigmar y Ulric, y en presencia de la compañía aquí reunida, servir a la antigua y noble Orden de los Caballeros Pantera de forma honesta y leal hasta la muerte, cumpliendo las Leyes de la Orden:

  • Servir y proteger al Graf, su familia, sus legítimos sucesores y los funcionarios por él designados hasta la muerte.
  • Rendir un servicio total y sin reservas a mis superiores en la Orden y a aquellos que nombren por encima de mí.
  • No permitir que una persona o cosa que lleve la marca del Caos viva mientras quede aliento en mi cuerpo.

La Orden tiene mi juramento, y sólo la muerte puede romperlo. Todos los aquí presentes son testigos.


El combate había llegado a su fin, Leopold había agarrado a Helmut y con su espada rozándole el cuello hizo que los cinco guardias que aun quedaban de pie se rindieran, mientras tanto Ramkir que aun estaba medio escondido en el bosque sintió algo raro entre la oscuridad de las ramas, a su espalda pudo distinguir el gran cuervo que habían visto el día anterior en la encrucijada de caminos, pero esta vez lo tenia a apenas unos metros, por lo que pudo apreciar que aquel cuervo aunque se movía y lo miraba fijamente en verdad no estaba vivo, de repente de su pico emitió un extraño graznido, y entonces Ramkir dejo de notar su brazo izquierdo, asustado corrió hacia el claro donde estaban sus compañeros gritándoles lo que había ocurrido, pero a la vez que esto ocurría de repente los soldados muertos empezaron a levantarse atacando tanto a sus antiguos camaradas como al grupo de héroes, uno de los soldados cayo bajo la espada de aquel no-muerto mientras los otros cuatro horrorizados huyeron del claro ante la visión de sus antiguos camaradas de nuevo en pie , por suerte Ramkir utilizo su magia para que aquellas criaturas volvieran a descansar en el sueño eterno del que no tendrían que haber despertado, pero sus problemas no habían acabado aun, el cuervo había sobrevolado el claro y junto a él había descendido del cielo un grifo que claramente había sido reanimado con artes nigrománticas, con toda certeza un nigromante debía estar cerca, el grifo ataco con ferocidad a Ogmund, pero este empezó a blandir el Ghal-Maraz, con él no le resulto complicado parar sus golpes, y entre Ogmund y Erwin acabaron con aquella abominación, para después lanzar el martillo al árbol donde estaba el cuervo, un crujido seco se escucho cuando este le golpeo, partiendo al cuervo en varios trozos que cayeron al suelo como un cascara vacía.


Fue Leopold quien lo vio, de la parte oeste del bosque tres hebras negras salieron en dirección a Ogmund, atravesándolo mientras le causaban un gran dolor, Leopold espada en mano corrió en esa dirección mientras volvía a ver otra vez como otras tres hebras negras volvían a salir hacía Ogmund, pero por suerte para él el Ghal-Maraz empezó a emitir una luz que disolvieron aquellos puñales de oscuridad, lo que ocurrió después apenas fueron duro unos segundos, Leopold por fin encontró al causante de todo aquello, una figura alta ataviado con ropas negras y una gran capucha que ocultaba su rostro, y aunque intento acabar con la vida de Erwin la magia le fue esquiva y ya no tuvo una segunda oportunidad para poder intentarlo, su cuerpo cayo inerte al suelo atravesado por las espadas de Leopold y Erwin, cuando lo arrastraron al claro y le quitaron la capucha pudieron ver lo que seguramente seria un humano joven si no fuera por su cara consumida y marchita a causa del uso de la nigromancia, aquel rostro claramente les recordaba a Erwin y a Ogmund a Ondurin Vonreuter, quien tenían delante debería ser su hijo mayor Sothelin Vonreuter, el cual fue al único que no vieron antes de acabar con el resto de su familia y quemar la mansión donde vivían, aquello ocurrió cuando abandonaron a la carrera Bögenhafem, de eso  ya hacía varios años, dejaron que su cuerpo se consumiera en la hoguera mientras rebuscaban en la tienda de Helmut, allí lo único relevante que encontraron fue la nota del mensajero que vieron llegar la tarde anterior, en ella se mencionaba que dentro de dos días se iba a producir una nueva reunión de todas las partes implicadas, que por fin el Graf Boris Todbringer les apoyaría para que Karl Franz renunciara al trono del Imperio y que por fin un verdadero Rey Norteño fuera el elegido para mandar al Imperio, sitiado y sin apoyos al traidor y débil Karl Franz no le quedaría otro camino que ceder ante sus demandas.

Debían decidir como traspasar las líneas de los ejércitos que estaban sitiando al ejercito de Altdorf, disponían de los trajes de los guardias de Helmut por si les servían para algo, pero antes debían decidir que hacer con Helmut, claramente podían sospechar que si era entregado a Karl Franz y este junto al Ghal-Maraz volvía a unificar al Imperio entregaría a Helmut al Graf Boris, no hacerlo solo podría acarrear nuevos enfrentamientos en el futuro, por lo que Helmut tendría que defender su inocencia ante un plebeyo que lo acusaba de la muerte de Ar-Ulric, claramente sin ninguna otra prueba la palabra de un noble valía más que la de un plebeyo, por lo que recuperaría sus posesiones, entre ellas la de su mujer, Ramkir y Ogmund querían juzgar y ajusticiar a Helmut allí mismo, su sentencia era clara, la muerte, pero Erwin no estaba de acuerdo con aquello, sus pensamientos eran entregarlo a la justicia para que fuera juzgado, el matarlo así de esa forma rompía sus votos de caballero, pero quizás más que eso iba en contra de sus creencias, de su honor, de la forma de ver la vida, a fin de cuentas todo el mundo tiene un limite, y si sobrepasa de que sirve todo lo realizado hasta entonces, quizás y solo quizás el Caos habría vencido..., pero y Leopold, sin duda la muerte o la vida de Helmut era a quien más le podía afectar, ya sea directa o indirectamente , pero en todo momento había permanecido apartado, casi sin entrar en la discusión que mantenían Ogmund y Ramkir con Erwin, una discusión que poco a poco iba subiendo de intensidad y que no parecía que fuera a llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, la  tensión era más que palpable, si no fuera por todo el tiempo que llevaban juntos la discusión podría haber acabado de una forma más violenta,  por lo que antes que aquello fuera a más decidieron llevarse a Helmut atado y amordazado, tenían unas horas para pensar y ver que decisión tomar, aunque pasado ese tiempo el dilema seguiría siendo el mismo....



domingo, 2 de abril de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 48

Un graznido se escucho en el ahora silencioso bosque, un hombre muerto, y sobre él un cuervo completamente negro picoteaba sobre el rostro de aquel cadáver, arrancándole sus ojos...

Simbólicamente, los cuervos son un símbolo de la muerte y el proceso de transformación del mundo físico al espiritual. Sin embargo, en el lenguaje espiritual, la muerte no significa el acto físico de morir; más bien la muerte representa cambio, transición, transformación, y nuevos comienzos .

Si bien los cuervos representan la muerte y la agonía, esto también abre el camino a nuevas oportunidades y formas de crecer y evolucionar. El acto de morir representa la muerte del ego y la identidad superficial, y un recuerdo de la esencia más elevada,  representando el final y la separación de un estado del ser que conduce al comienzo de una existencia espiritual superior. A menudo, este puede ser un período difícil y desafiante, lleno de dolor, pérdida y agitación. Es por eso que los cuervos generalmente se asocian con energía negativa o de mal augurio. 




El camino estaba claro, debían viajar lo más rápido posible al Norte, a Delberz, y que mejor que seguir el gran camino que hacía allí discurría, siempre pegados a uno de sus lados por si debían esconderse en el bosque, y así les ocurrió a lo largo de ese día, una patrulla de seis jinetes galopaban en dirección Sur, eran seis soldados con los emblemas de Hochland, por suerte para ellos no fueron detectados y cada uno de los grupos siguió su camino sin problemas, pero antes de mediodía divisaron una carreta que había tenido algún percance y que su propietario estaba intentando arreglar, con cautela se acercaron hasta ella, quedaba claro que el hombre viajaba con su mujer y sus dos hijas, en la carreta llevaba todo lo que había podido cargar antes de huir de la guerra que se libraba en las inmediaciones de Delberz, el hombre en cuanto se percato de su presencia saco un viejo y oxidado trabuco con el cual les apunto, pero su nerviosismo era más que notable, más aun cuando reconoció a Leopold como soldado de Middenheim, les costo pero al final consiguieron tranquilizarlo prometiéndole que le ayudarían con la rueda estropeada, y así lo hicieron, pero mientras estaban en ello Ramkir sospechaba que algo escondían, el nerviosismo de toda la familia y las miradas de reojo que echaban a la parte trasera del carro no eran muy normal, y en un momento de distracción con un fuerte golpe consiguió que el trabuco cayera al suelo, lo que escondían en el carro a parte de sus posesiones era el cadáver de un soldado de Middenheim, pero no de uno cualquiera, en su librea portaba la heráldica de Helmut Todbringer...

El hombre temeroso por lo que les pudiera ocurrir a él y a su familia les conto lo ocurrido la noche anterior, habían encontrado un claro al lado del camino donde poder pasar la noche, pero antes de anochecer un grupo de soldados llegaron y acamparon cerca de ellos, eran soldados de Middenheim, en un principio nada ocurrió, se les veía contentos, celebrando con bebida que por fin que el Graf de Middenheim se uniría a los ejércitos del Norte para por fin reclamar el mando del Imperio, pero justo cuando ya se disponían a dormir uno de los soldados abandono su campamento y fue a visitarlos, estaba muy ebrio, en cuanto vio a la mayor de sus hijas no aparto sus ojos de ella, hasta que se abalanzo sobre su presa, en el forcejeo de su padre con aquel soldado este recibió un golpe fatal causándole la muerte, con miedo a lo que pudiera pasar cuando sus compañeros vieran el cadáver lo escondieron dentro de la carreta, y antes del alba emprendieron viaje hacía el sur...

El grupo termino de reparar la carreta mientras otros escondían el cadáver en el interior del bosque, el buen hombre no dejo en ningún momento de agradecerles lo que estaban haciendo y de que no le hicieran ningún daño a él y su familia, y así separaron sus caminos, aquella familia hacía un futuro incierto y ellos en busca de aquel grupo de soldados, al cual como bien les había informado aquel hombre los encontraron acampados en un lado del camino, pero antes de tomar una decisión querían asegurarse quien estaba allí, fue Leopold el que con cautela se acerco lo suficiente echar un vistazo, eran un grupo de doce soldados, los cuales estaban comandados por Helmut Todbringer, aunque nadie lo pudo ver, varias emociones recorrieron el rostro de Leopold, aquel hombre había maltratado y humillado a su madre y hermanas, pero bien sabía que por mucho que hubiera intrigado contra el Graf su sangre era real, y eso lo hacía intocable, en ese momento en su cabeza se producía una lucha, por un lado la sed de venganza por su familia, pero por otra su deber como Caballero Pantera, sus votos le obligaban a defender con su propia vida al Graf o a su familia, y la sangre del Graf corría por las venas de aquel hombre..., en el tiempo que estuvo observando el campamento un soldado de Hochland llego por el camino del Norte, regresando por donde había venido después de permanecer unos momentos con Helmut.


A medianoche se produjo el ataque, Ramkir permanecía en el interior del bosque lo suficiente cerca del claro para no ser visto y el poder ver lo que allí ocurría, sus bolas de fuego se encargaron de hacer arder las tiendas de los soldados, mientras el resto cargaba primero contra los guardias y una vez cayeron estos sobre los hombres que salían de las tiendas en llamas, la mitad de los soldados habían sucumbidos a sus ataques y Helmut al salir de su tienda se vio avasallado por los ataques de Erwind y Leopold, lo cual hizo que tirara su espada al suelo y levantando los brazos se rindiera, Leopold lo tenia delante, indefenso, a su merced, era el momento de rendir cuentas, pero su honor y lealtad al juramento dado gano la batalla del conflicto interno que le atormentaba, en el ultimo momento giro su espada y golpeo a Helmut en la cabeza con la parte plana, el fuerte golpe hizo que Helmut aturdido cayera al suelo......

viernes, 17 de marzo de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 47

Una oscura habitación, fuera el murmullo de las calles de Altdorf, en esa oscura habitación dos muchachos habían dibujado un pentagrama en el suelo, en sus manos un libro lleno de garabatos, en sus cabezas locuras de jóvenes, una oscuridad empezó a formarse dentro de aquel pentagrama mientras uno de los muchachos no paraba de entonar los salmos de aquel oscuro libro, esa oscuridad su fue moviendo abrazando al otro muchacho hasta desparecer, momentos más tarde un muchacho salía de aquella medio abandonada casa, mientras otro quedaba tumbado en el suelo en medio de un charco de sangre y con extraño libro agarrado entre sus rígidos dedos...



La batalla que se produjo con él dragón fue épica, rozando la tragedia en varias ocasiones, pero no estaba escrito que allí fueran a sucumbir, aquel temible ser realizo una pasada por encima de sus cabezas rociándolos con una especie de gas que expulso de su boca, para acto seguido descender hasta la posición de Ramkir, con el batir de sus grandes alas había tirado al suelo al propio Ramkir y a Ogmund que también estaba cerca, con sus zarpas lanzo a un lado a Ramkir para acto seguido apresarlo entre sus afilados dientes, y creyéndolo muerto lanzarlo por el aire, su cuerpo inerte voló hasta caer lejos del combate, aunque por suerte para él aun estaba con vida, el siguiente objetivo del dragón fue Leopold, el cual sufrió por dos veces las embestidas de aquel ser, en una de ellas fue lanzado con violencia sobre el montículo de piedras de Yodri, aquel golpe hubiera partido las piernas de cualquiera, pero o bien el cinturón enano que portaba o bien el propio Yodri amortiguaron aquel golpe, pero si a algo le tenía miedo aquella terrible criatura era al martillo que portaba Ogmund, el Ghal-maraz, y ese miedo fue lo que salvo a Erwin de acabar entre su fauces, cuando ya lo tenia a punto de darle el golpe de gracia alejo su cabeza ante las arremetidas de Ogmund, haciendo que su dentellada fallara y mordiera el aire que Erwin tenia delante, y al final entre todos le fueron dañando con distintas heridas hasta que Ogmund le asesto el golpe definitivo mientras el dragón emitía un ultimo rugido de rabia antes de caer muerto.







Sin apenas tiempo para recuperarse pudieron ver como un cometa de dos colas surcaba el cielo en su dirección, y mientras pasaba por encima de sus cabezas la luz se fue haciendo más intensa, hasta volverse casi cegadora, para de golpe desaparecer, en ese momento pudieron ver a un humano de rubios cabellos y  ataviado con una brillante armadura al lado de la tumba de Yodri, todo sus ser irradiaba una suave luz, levanto uno de sus manos señalando hacía el Norte, mientras en sus cabezas se formaban imágenes de ejércitos que se preparaban para luchar, después les hablo diciéndoles que habían despertado un gran mal que el martillo había estado custodiando, y que debían llevar el martillo lo más rápido posible al Norte, a Delberz,  tras aquello la figura se desvaneció y volvieron a ver al cometa de dos colas alejarse en dirección Oeste, tenían que encontrar una forma de intentar llegar cuanto antes a las tierras de Imperio, pero de momento su camino les llevo a desandar lo andado hasta llegar aquí, deberían llegar al Valle Oculto de los elfos, allí podrían abastecerse de alimento y ver que opciones tenían.

En el Valle Oculto Melandir les recibió como amigos, aunque Leopold fue visto un poco diferente a causa de los objetos enanos que portaba, allí pudieron comer y recuperar fuerzas, y también pudieron solucionar su apremio por llagar cuanto antes a Delberz, en el valle vivían un grupo de Pegasos, estos no respondían ante nadie y eran libres de elegir sus jinetes, aunque Melandir hablo con su líder y este accedió a llevarlos cerca de su destino, al día siguiente fueron ensillados con sillas especiales para que no se cayeran de sus monturas y con las alforjas llenas y despidiéndose de forma definitiva de Melandir emprendieron viaje por los cielos del Viejo Mundo, durante diez días volaron hasta llegar a unos cuatro días de su objetivo, allí los Pegasos descendieron, habían captado el olor de la guerra y ya no seguirían adentrándose más, con un gesto de su cabeza su líder de despidió y volaron en dirección contraria. Aún quedaban un par de horas para anochecer, frente a ellos el camino principal seguía hacia el Norte y un camino secundario se internaba a lo que seguramente seria un pequeño asentamiento, un pequeño hilo de humo así lo atestiguaba, y en ese camino Leopold vio un gran cuervo negro muy parecido al que había visto en el Valle Oculto, aquel cuervo se le quedo mirando mientras lanzaba un graznido y volando se adentraba unos metros en el camino, para volver a posarse sobre otra rama y volver a graznar, que podía significar aquello..., pero no sabían que gente podría haber por aquel lugar ni de que bando estarían, por lo que decidieron seguir hacia el Norte intentando llegar cuanto antes a Delberz.




sábado, 11 de marzo de 2023

EL ENEMIGO INTERIOR. EL IMPERIO EN LLAMAS. Sesión 46

"Poderoso es Sigmar, que salva a un rey Enano de la deshonra. ¿Cómo puedo recompensarle? Un martillo de guerra, un martillo de hierro, que cayó del cielo con dos lenguas de fuego.                        De la Forja de los Dioses. Trabajado por Herreros Rúnicos, Ghal-Maraz llamado."



En cuanto entraron en aquella sala ambas estatuas de guerreros enanos se movieron, se desplazaron hasta ponerse delante de la doble puerta, una voz con un retumbar profundo como truenos distantes salió de sus bocas, -¿Quién viene y pide el derecho de acceder?, tras varios intentos fracasando por fin dieron con la frase correcta para que aquellos guardianes pétreos se apartaran a un lado dejándoles el paso franco, las puertas se abrieron sin apenas dificultad, ante ellos encontraron otra sala más pequeña, a ambos lados se encontraba una puerta, y delante de ellos al otro extremo de la sala una doble puerta también de un extraño material negro, lo que más le llamo la atención era que todo estaba en perfecto estado, como si el tiempo no hubiera pasado en aquella estancia, un frio sobrenatural les envolvió en cuanto penetraron en ella, lo que ocurrió a continuación apenas se produjo en unos pocos segundos, Erwin camino al otro extremo para abrir las puertas negras, pero cuando casi estaba apunto de tocarlas algo en su interior le hizo retroceder, mientras el resto del grupo se había quedado cerrando las puertas por donde habían accedido, un susurro empezó a crecer en la estancia, aumentando su intensidad hasta desaparecer de golpe, un susurro que Leopold reconoció como khazalid, y de repente el fantasma del Maestro del Saber Wulfan Merglord se materializa delante de ellos, empezando a gritarles que estaba maldito y que si no escapaban él mismo acabaría con ellos, todo ello acompañado con los ojos y la cara completamente desencajada de un loco, a su vez todos los objetos que había en la sala cobraran vida volando en dirección de los aventureros, incluso los enanos de los bajorrelieves de las paredes empezaran a cobrar vida, por suerte Erwin y Ogmund se centraron en acabar con el espíritu de Wulfan con rapidez, ya que Ramkir esta vez no les podía ayudar, había intentado manejar los vientos de la magia, pero un gran dolor se había apoderado de su mente dejándolo indefenso, Leopold se defendía como podía de todos los objetos que intentaban atacarle, pero en cuanto Erwin y Ogmund acabaron con Wulfan los objetos cayeron inertes al suelo, y los enanos de los bajorrelieves se convirtieron en polvo.

Tras recuperarse investigaron las habitaciones de los lados, una había sido destruida a conciencia, la otra aunque también estaba destruida si que pudieron rescatar un libro sobre el arte de la metalurgia y las ultimas paginas del diario de Wulfan, ante ellos solo quedaban las puertas que Erwin no se había atrevido a tocar, pero Ramkir se tomo a la ligera aquello y intento abrir aquellas puertas, pero en cuanto las rozo sintió como era rechazado, un gran dolor recorrió todo su cuerpo haciéndole retroceder atemorizado, y aunque intentaron buscar alguna frase que abriera aquellas puertas no obtuvieron ningún éxito, por lo que decidieron que fuera Leopold quien lo volviera a intentar, por alguna extraña razón entendía el idioma khazalid y quizás aquello sirviera de algo, temeroso avanzo hacía aquellas puertas y despacio acerco su mano a la puerta, en cuanto las rozo sintió una sensación de calidez, y de repente las puertas se abrieron suavemente, ante ellos podían contemplar un gran sala de un extraño material negro, la sala estaba iluminada de una extraña luz que venia de todas partes y de ninguna, en el lado opuesto a la puerta, la pared había sido destrozada, como si hubiese sido golpeada con un martillo desde el otro lado, pero el golpe era como si se hubiera congelado en en el tiempo en el momento de su ruptura, faltando solo la zona central del impacto del que se podía ver una luz malsana latiendo, un gran círculo de runas y símbolos mágicos marcaban los limites exteriores del daño sufrido en la pared, las grietas de aquel golpe acababan en el círculo de runas, que como observo más tarde Ramkir pertenecían a un hechizo mágico demoniaco, que no había sido terminado, pero la naturaleza del hechizo era un misterio para él, pero si algo en verdad les dejo sin palabras fue lo que había suspendido en el aire, parecía imposible que de verdad existiera, pero allí estaba ante sus ojos, el Ghal-maraz, el Rompecráneos, el martillo de Sigmar Heldenhammer, tan poderoso que todos podían sentir como latía su energía mágica.


Lo tenían a su alcance, tras muchas penurias pasadas y con poca o ninguna esperanza de que llegara este momento, pero allí estaban, y aunque estaban seguros que cuando lo cogieran lo que allí estaba vigilando seria liberado no les tembló el pulso, con solemnidad Ogmund estiro sus manos ante aquella reliquia del Imperio, era imposible encontrar palabras para describir las sensaciones de tenerlo en sus manos, pero pronto tuvieron que dejar de pensar en aquello, ya  que al coger el Ghal-maraz se escucho un tremendo crujido y la zona de pared dentro del círculo de runas cayo sobre la estancia, dejando ver lo que parecía ser un negro túnel circular, primero un tremendo aullido surgió del túnel como un vendaval, acompañado de un hedor de muerte y abandono, y poco a poco una luz multicolor se fue acercando por el túnel, y aunque en ello les fuera la vida nuestros héroes estaban dispuestos a plantar cara a lo que de allí emergiera, pero ante lo que venía por el túnel poco podían hacer salvo correr, Ramkir se dio cuenta casi cuando ya lo tenían encima, ante ellos venía un mar de materia del Caos pura, que engullía todo a su paso, corrieron con todas sus fuerzas hasta llegar al embarcadero, y de allí hasta las escaleras que subían al siguiente nivel, pero las escaleras les parecieron que se hacían interminables, hasta que por fin aparecieron donde menos esperaban, no llegaron al segundo nivel de Kadar-Khalizad, aparecieron en la cueva de Yodri, tras ellos las escaleras desaparecieron, la cueva no estaba como la habían dejado unos días atrás, las cajas estaban rotas, el fuego apagado, el agua del manantial estaba turbia, y el cuerpo de Yodri yacía a unos metros de la entrada, su cuerpo estaba retorcido con sus piernas en una ángulo imposible, los huesos se le veían a través de las heridas de su pecho y abdomen, pero aún conservaba un halito de vida, cuando sintió como se le acercaban pudieron escuchar su débil voz, -No está mal... para ser humanos-, sus pequeños dedos intentaron moverse hacía los de Leopold sin conseguirlo, pero Leopold dándose cuenta le cogió la mano intentando estar con él en aquellos últimos momentos, en un débil susurro les conto como su amigo el dragón le había atacado dejándolo moribundo, y antes de exhalar su ultimo aliento les pidió que lo enterraran arriba de la montaña, donde había construido su tumba.


Cuando salieron fuera de la cueva pudieron respirar el aire fresco de la noche, una noche iluminada y llena de estrellas, bordeando el gran saliente encontraron unas pequeñas escaleras talladas en la montaña desde las que llegar hasta la cima de la montaña, una vez arriba un montón hueco de piedras marcaba el lugar donde Yodri deseaba ser enterrado, y con solemnidad allí enterraron lo que quedaba de su maltrecho cuerpo, pero mientras cada uno estaba absorto con sus propios pensamientos empiezo a notarse  un fuerte ruido acompañado con rachas de aire, hasta que de repente vieron como un enorme dragón subía por el lateral de la montaña hasta recortarse en el cielo estrellado por encima de sus cabezas, con claridad distinguen el dragón que vieron en la gran sala del primer nivel de la fortaleza enana, pero su cuerpo esta cambiado, todo su cuerpo estaba lleno como de vetas negras, incluso sus ojos de reptil eran negros como pozos sin fondo, tras dar dos vueltas en circulo emitió un rugido terrorífico y recogiendo sus enormes alas cayo en picado sobre ellos...